Un Chester es sin lugar a dudas, sinónimo del estilo inglés. Asociado en sus orígenes a los clubs de caballeros del Londres decimonónico, con el tiempo este diseño se fue incorporando en los hogares de Gran Bretaña y sus colonias hasta convertirse en lo que es hoy en día: todo un símbolo de la decoración.
Aún pudiendo parecer un estilo muy clásico, no es difícil verlo integrado en ambientes contemporáneos consiguiendo una combinación sorprendente y armónica.
Estos sofás son de la firma Chesterfields 1780 que se distingue de las demás por tratar cada una de sus piezas con un proceso meticuloso y artesanal, un legado de más de dos siglos.