mxTAD

El mundo está lleno de contrastes. Vengo de un fin de semana en Asturias donde la vegetación era tal, que en ciertos lugares donde el sol incidía de determinada manera el verde era tan potente, que parecía fosforito. Y ahora os traigo un paisaje casi desértico, en Méjico, que quizás no sea tan asombroso hablando de vegetación, pero al que, sin duda, no puedo dejar de sacarle sus encantos también.

Es un proyecto del estudio mxTAD, una vivienda construida para un diseñador gráfico. Observándola de frente vemos cómo la puerta principal separa la casa en dos. Y al abrir dicha puerta, el espacio discurre de manera abierta desde la entrada hasta el fondo de la casa, llegando a un patio interior cubierto de grava.

El terreno sobre el que está construido la casa, no era regular, pero se diseñó de tal manera para que desde fuera se observara una edificación completamente horizontal. Por dentro, los cerramientos de cristal, así como las ventanas (algunas de ellas con espacio para sentarse), toman una gran importancia. Los espacios se comunican entre sí a demanda como el salón, la cocina o el patio.

Para la sala de estar, el comedor y la cocina, se ha elegido la madera como protagonista, aunque en esta última se ha colocado un antepecho en color negro para proteger la zona de cocinar, que hace juego con la carpintería metálica de las ventanas. Posiblemente sea una sensación óptica mía a causa de las fotos, pero la mesa de comedor me resulta algo pequeña respecto a las grandes dimensiones del espacio, como si sus proporciones no fueran las correctas ¿no os da la misma sensación?

En casa de un diseñador no podía faltar un espacio para el trabajo, aquí se ha resuelto con una balda volada bajo una de las ventanas que dan al patio, lo que le otorga de mucha luz natural. Al ser un escritorio tan espacioso, permite que trabajen dos personas a la vez.

El dormitorio principal es muy relajante gracias a los tonos empleados, colores tierra, neutros y algún toque de negro. Además, goza de bonitas vistas gracias a una gran puerta corredera con salida al jardín, donde se ha colocado una pequeña zona de estar. Cuenta con su baño, una de las zonas que más me gustan de esta casa, con un tocador doble, espejos ovalados, azulejos rectangulares de corte tradicional (los podéis encontrar muy similares en Nais), un toque industrial en griferías y mobiliario, la combinación con la madera que hace de este baño un espacio muy cálido y por supuesto la iluminación, que siempre juega un papel muy importante en cualquier ambiente. He encontrado apliques iguales a los que hay a ambos lados de los espejos en The Masie.

Un segundo baño, sigue el mismo patrón que el baño principal, sólo que en este caso el lavabo sólo tiene un seno y se ha apostado por un gran armario para disponer de mucho almacenaje. Y todavía hay un tercero, con una pila volada, griferías encastradas en negro (al igual que el resto de la casa), pero esta vez en lugar de armario, nos encontramos con una estantería abierta donde lucen adornos de decoración, algunas revistas o pequeños cuadros.

Por último, la casa también cuenta con una gran habitación infantil basada en el método Montessori. Todo está al alcance de los niños, tanto la cuna/cama, las baldas para los libros, la cocinita para jugar, o las cajas con juguetes que directamente se apoyan en el suelo. Particularmente, me encanta la silla de loneta que parece de playa, pero en tamaño infantil. Ah! si os habéis dado cuenta, en esta habitación tampoco falta un espejo con forma circular asimétrico situado sobre la cama. Y al igual que las otras habitaciones, también tiene salida directa al jardín.

¿Qué opináis de esta casa? Es algo más moderna de lo que normalmente suelo traer. ¿Os gusta?

Imágenes: Amy Bello para Contemporist

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Studio Bright

Dicen que nuestras casas son un reflejo fiel de quienes vivimos en ellas, así que cuando es un artista el propietario de la misma, siempre encuentro algo especial que las hace diferentes. Es como si dieran un pasito más, porque su creatividad ha de aflorar por alguna parte. Y para muestra la vivienda de hoy en Melbourne, cuya propietaria es la fotógrafa Eve Wilson y su familia.

En origen se trataba de una pequeña cabaña de madera (al final del post podéis ver la imagen), pero una extensión del Studio Bright, obró el milagro. Eso sí, era todo un reto ya que el espacio era escaso y había que darle un sentido a cada rincón del que disponían, con la premisa, además, de incluir un patio interior en tono al que girara toda la casa. De ahí los bloques utilizados para la fachada que cumplen varias funciones, por un lado, proporcionan intimidad, también son un buen soporte para las plantas (un apoyo a modo de jardín urbano) y, por último, permiten que pase la luz a través de sus huecos creando un bonito juego de luces y sombras. Como imagináis, estos bloques son el sello de identidad de la casa.

El salón, la cocina, el comedor y el patio están conectados, aunque pueden independizarse a demanda. Dos grandes cerramientos de cristal permiten cerrar las puertas del patio pudiendo atravesar del salón a la cocina a través del pasillo. Este, tiene gran protagonismo y funcionalidad, se le ha dotado de mucho espacio de almacenaje, así como de chimenea en un lado y en el otro, zona de descanso. Es este pasillo precisamente, el que conduce a la vieja cabaña (donde ahora se encuentra la cocina). Los muebles de cocina están pintados en un precioso verde grisáceo, el color Dollar de Dulux, mientras que para las escaleras se eligió un tono más oscuro, el Shire también de Dulux.

En el baño se ha continuado con esta misma gama de colores en tonos grises. Tiene la particularidad que sobre la bañera hay una claraboya, por donde se puede disfrutar de la luz natural o de las estrellas, depende del momento elegido para darte el baño.

Para la habitación de la niña se ha elegido un tono más romántico, un rosa palo llamado Chinchilla Chenille de Dulux y una decoración sencilla con literas, una balda volada a modo de pupitre y una composición de láminas en la pared. Igualmente, en el otro dormitorio infantil, se ha apostado por forrar una pared con corcho, en la que va el escritorio, y poner una cama nido a continuación, unas sencillas baldas y un póster completan la deco.

La habitación principal está resguardada de miradas indiscretas gracias a sus muros de ladrillo donde, además, se enredan las plantas creando un oasis de paz. La cama va empotrada en un mueble de carpintería que alberga los armarios y las mesillas a los lados y en lugar de cabecero, la parte central se ha pintado en un tono más oscuro, enfatizando así esa zona de la pared. Para el baño del dormitorio principal, se ha elegido un tono rosa empolvado que contrasta muy bien con las maderas y los tonos de la habitación, a la vez que hace juego con los textiles de la misma.

Pero todavía esta casa esconde una sorpresa más en el tejado, una preciosa terraza desde donde divisar toda la ciudad.

¿Os gusta este tipo de vivienda o sois más tradicionales?

Fotografía: Eve Wilson para The Design Files

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BIO-architects

En cuanto vi esta casa, me vino a la mente la que unos amigos se están rehabilitando en el pueblo y, cuyo salón, es muy similar a este. Tenían ciertas dudas de cómo amueblarlo y sobre todo dónde poner la chimenea, me ha parecido que quizás viendo esta idea podría servirles de inspiración. La distribución es la misma, salón y cocina contiguos con el ventanal enfrente, sólo que en su caso está en el otro sentido, pero la idea les sirve igual (salvando que su salón es algo más pequeño y lo de la librería y el comedor, habría que organizarlo de otra manera).

La casa de hoy trata de un proyecto de vivienda modular de BIO-architects, formada por módulos que se fabrican y decoran en fábrica para luego ser ensamblados en un par de días en su destino final, para los acabados exteriores se requieren un par de semanas más. Cualquiera lo diría ¿verdad? Estas casas están construidas con materiales ecosostenibles, con aislamientos altamente preparados y con soluciones tecnológicas que ofrecen todas las comodidades necesarias.

La vivienda, de 138 metros cuadrados más otros 50 de terraza, se diseñó para una familia. El interior está basado en un concepto abierto que conecta con el exterior gracias a los enormes ventanales, todas las habitaciones, además, poseen luz natural. Los espacios están tan bien aprovechados que las habitaciones fluyen una tras otra, sin pasillos de por medio.

En el centro de la fachada principal encontramos la puerta de entrada, nos da la bienvenida un gran recibidor con perchero de madera para colgar abrigos, un banco para sentarnos y poder descalzarnos con comodidad y enfrente, una enorme pared de espejo que, a su vez, esconde sitio de almacenaje. La visión que nos ofrece la entrada al fondo no puede ser más sugerente, una enorme librería con una zona reservada a tal fin que invita a quedarse en ese rincón.

Como no podía ser de otra manera, el cuarto de estar gira en torno a sus vistas. Todo está ubicado de tal manera que el punto focal se dirija hacia la vidriera y el paisaje exterior. De ahí la posición del sofá y también de la chimenea. Junto a la sala de estar encontramos la cocina, en un espacio contiguo y abierta al salón. También dispone de mucha luz exterior ya que se sustituyó uno de los frentes de trabajo por un gran ventanal, además, junto al office, en lugar de pared otro cerramiento de cristal comunica la cocina con la terraza. Ésta, de 50 metros cuadrados, es un comedor al aire libre que está cubierto para resguardarse de la lluvia en invierno y del sol en verano. Tiene también columpios y sofás.

Los dormitorios, tanto el principal (con vestidor y baño privado), como el resto, siguen una misma línea. Funcionalidad y sostenibilidad, una misma madera para todos ellos, colores blancos y beige para transmitir calma (aunque con toques de negro que aportan elegancia) y por supuesto, enormes ventanales que los inundan de luz.

Este tipo de construcciones, las casas modulares, tienen múltiples beneficios. Se reducen la emisiones de carbono en su fabricación y en la optimización del transporte, se utilizan materiales renovables, es posible desmantelar la casa tras muchos años o simplemente cambiarla de ubicación sin que el terreno sufra, hay un importante ahorro energético en cuanto a fabricación,… en fin que son todo ventajas con resultados fantásticos ¿Invertiríais en una casa modular o preferís las tradicionales?

Imágenes: BIO-architectcs

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La belleza de las curvas…

A la vista está lo que ha llamado mi atención de esta casa del barrio londinense de Walthamstow. Sus techos abovedados, a pesar de haber sido fruto de restricciones presupuestarías y una estricta planificación, han resultado convertirse en lo más peculiar y característico de a la misma.

La pequeña casa victoriana ya existente, sufrió una remodelación por la parte del jardín a la que se le adosaron dos extensiones algo inusuales. Como el presupuesto era muy ajustado, se inspiraron en las técnicas de construcción naval utilizando para ello, contrachapado de abedul en el techo creando así, esta forma tan característica como de casco de barco invertido que le aporta visualmente mucha amplitud, y al tener forma curva, ocupa menos espacio (tenían el hándicap de estar muy pegados a las casas colindantes). Para aportar más luz, en la parte más oscura de la cocina (al fondo, donde no hay ventanas) se instalaron tragaluces en los techos, de esta manera la iluminación natural estaría garantizada en toda la estancia.

Y ya que estamos, las curvas no sólo las podemos ver en el techo, otros elementos también las contienen. Como el diseño de la puerta corredera de la cocina, el acabado de las escaleras, piezas de mobiliario y decoración, o la mayoría de ventanas que dan al exterior. Por cierto, el gran ventanal del que disfruta la cocina dispone en su parte interior de un banco, por lo que si la ventana se encuentra tanto abierta como cerrada, pueden sentarte en él y disfrutar de las vistas del jardín.

En cuanto al color, hay dos zonas claramente diferenciadas. En los espacios comunes, predominan los tonos neutros junto a la madera, mientras que las zonas de noche se han enfatizado con tonos más oscuros que aportan calidez y elegancia. El uso del color es una manera muy efectiva de generar carácter e impacto a bajo coste.

El mobiliario me encanta, una sutil mezcla entre un continente moderno y un contenido con aire mid-century. Confieso tener mi pieza  favorita, la mesa y las sillas de comedor situadas en la cocina, aunque sin duda de esta casa me quedo con la parte arquitectónica, con el añadido de la cocina y sus techos abovedados en madera contrachapada de abedul. ¿No os resulta súper original?

Imágenes: Roar Architects

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Casa Cumbre. Viento Norte Arquitectura

Antes de empezar, quería hacer un inciso sobre el post de la semana pasada. Algunos me preguntasteis sobre el revestimiento del baño infantil, tampoco yo lo tenía muy claro, apostaba por un porcelánico ya que se encontraba en todo el perímetro del baño. Pregunté al departamento de prensa de Susanna Cots y hoy me han confirmado que se trata de papel pintado de la firma Wall&decò, al entrar en la web he visto que tienen una colección llamada Wet-System especial para zonas húmedas, allí he encontrado el susodicho papel. Así que resuelta la duda. Os animo que echéis un ojo a los diseños, los papeles son maravillosos.

Vamos ya con el post de hoy. Llegaréis a un porche cerrado, tipo invernadero, entonces entenderéis por qué me ha conquistado esta casa chilena. No es que el resto no me guste, que también, pero ese espacio me ha eclipsado. Se me ocurrirían un millón de usos para darle a ese rincón tan especial, aunque en este caso lo han utilizado como invernadero para las plantas y zona para las mascotas.

Por gustarme, me atrae incluso el nombre de la casa y del estudio de arquitectura responsable de su ejecución. Se llama Casa Cumbre y ha sido realizada por Viento Norte Arquitectura es como que todo me suena bastante idílico ¿no? Se sitúa en la localidad de Las Quemas, cerca de Puerto Varas (Chile), en medio de una gran pradera de pastoreo. Por su parte trasera, la vivienda tiene unas privilegiadas vistas a lo lejos, de la cordillera de los Andes y al rededor, disfruta del jardín y de toda la naturaleza del entorno. Gracias a los grandes ventanales, estratégicamente colocados de este a oeste, la exposición a la luz natural está garantizada todo el día, captando la luz desde que amanece hasta que se pone el sol.

Todas las zonas comunes son abiertas y comparten espacio, además, con doble altura, lo que las hace más luminosas y la sensación es de total amplitud. Además de la cocina, el comedor y el salón nos encontramos con un añadido, el espacio estrella, ese que tanto me ha enamorado, una especie de jardín de invierno, cerramiento, o invernadero, podéis llamarlo como queráis, cuyo techo y paredes acristaladas hace que la sensación sea de estar en el exterior cuando en realidad, se puede disfrutar incluso en pleno invierno y con lluvia. Su suelo porcelánico tipo hidráulico, lo hace especialmente sencillo de mantener. Como os decía antes, podría tener mil usos, pero en este caso quienes más lo disfrutan son las mascotas de la casa y las plantas, aunque seguro que en esa mesita estratégicamente colocada, algún que otro café contemplando el paisaje y al calor del sol del invierno, habrán pasado momentos de completo relax (y si no lo han hecho, les falta un tornillo).

La casa está dividida en alturas, en la parte baja se encuentran las zonas comunes de las que hemos hablado, pero también, un dormitorio de invitados con su propio baño. En una segunda planta accedemos a una sala de estar, el dormitorio principal con baño en suite y armario tipo walk-in closet y, por último, una pequeña zona de trabajo.

Toda la vivienda está construida con materiales que la conectan con la naturaleza y transmiten calidez. Acero y madera en el interior y un exterior de zinc negro combinado de nuevo con madera.

En cuanto a decoración, hay una sencilla mezcla entre lo industrial, lo vintage y lo rústico, muy acorde a la esencia de la vivienda. Mucho mobiliario en hierro que encuentra su réplica en las vigas, los cerramientos, las estufas,… Cierta osadía en el uso del color, pero sólo en puntos muy determinados, como el frente amarillo de la cocina (que puede verse incluso desde la planta superior), o el porcelánico imitación hidráulico del patio interior o invernadero. La parte rústica está representada por el mobiliario de cocina, todo en madera, o ciertas piezas en fibras naturales (como la lámpara del comedor), también en el cálido espacio destinado a despacho, realizado con una sencilla mesa de caballete y una butaca. En general la casa es un mix decorativo bien avenido donde cada pieza tiene un porqué y un para qué, sin que ninguna cobre más protagonismo que las otras.

Sencillo, sin más. ¡Pero ese cerramiento interior, puffff! me ha dejado loca. ¿Qué pensáis vosotros?

Imágenes: Matías Riveros para Dwell

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Citric House de Susanna Cots

Mi correo se llena cada día de notas de prensa, tanto de proyectos de arquitectos e interioristas, como de firmas y sus nuevas colecciones. Publicarlo todo me sería imposible, hay noticias que directamente no me resultan relevantes, pero en cualquier caso, el volumen se me va de las manos. A veces, entre tanto mail encuentro tesoros como este, un nuevo proyecto de Susanna Cots que me ha enamorado. Ya ha pasado por el blog varias veces e imagino que no será la última, sus interiorismos siempre me sorprenden.

Hoy no seré yo quien desarrolle el texto ya que Marta Beltrán, de su gabinete de prensa, nos explica perfectamente en qué se han basado para realizar este nuevo trabajo de Susanna Cots, cuál es su inspiración, el porqué y el cómo han hecho las cosas y, en definitiva, el camino que han recorrido para llegar a este resultado tan perfecto.

Yo por mi parte voy a preguntar de dónde es esa maravilla de revestimiento del baño infantil, ¡no puede gustarme más! Claro que, en un baño de ese tamaño, ya puede lucir bien casi cualquier cosa que le pongas ¿no creéis? Si tenéis alguna pregunta, hacédmelo saber que estaré encantada de transmitírsela. Espero que os guste tanto como a mí:

Citric House, nuevo proyecto de Susanna Cots.

Líneas oblicuas que buscan naturaleza, orden y luz

Espacios que evolucionan, espacios permeables a cada etapa de vida, espacios que conectan con el día, con la noche, con la luz y con la intimidad.

En este proyecto buscábamos crear conexiones sutiles a través de los materiales al mismo tiempo que creábamos una circulación guiada por la naturaleza con una inspiración artística.

La luz natural como única guía

Proyectamos este ático de 350m2, en la Comunidad Valenciana, olvidando las paredes oblicuas y obviando las paredes que hiperfragmentaban la luz en porciones que buscan inevitablemente unirse. Quisimos escuchar los pasos naturales que haríamos si no tuviéramos nada que obstaculizara la búsqueda hacia el exterior.

Y empezamos mirando hacia arriba, creando unas claraboyas en la entrada. 

El objetivo: que ya desde la bienvenida, tuviéramos este saludo natural de iluminación que acompañaríamos por una intervención de naturaleza enmarcada en una cápsula invernadero de cristal que recorre todo el hall. Mientras que, en paralelo, el otro lado lo dedicaríamos a una amplia zona de armarios.

Y acabamos dando sentido pleno a la unión interior-exterior con el uso de un solo pavimento en porcelánico que nos guía desde el interior y acaba creando la piscina y la terraza que la envuelve.

Ver la luz desnuda creándose desde su nacimiento

Desde cualquier rincón del espacio abierto que crea la cocina, la sala de estar y el pequeño despacho, se puede ver nacer la luz del día, evolucionando con todos sus matices, a través de cada estancia.

La plena conexión interior-exterior permite disfrutar de las mismas estancias en simetría según cada estación del año. En invierno acompañados del calor que encontramos en el pequeño salón con la chimenea. En verano con la piscina que ocupa un lugar central en la terraza, una amplia zona casi clónica de la zona de día.

Siempre conectando el interior y el exterior como sello del diseño y como eje de comunicación familiar.

La madera como hilvanador del diálogo natural

Todo el hogar tiene la madera natural como eje que sostiene el equilibrio de la comunicación familiar, desde los pavimentos que entrelazan todas las estancias, hasta los detalles donde se crean las atmosferas de conexión familiares: la pared de la sala de estar, la barra y la mesa de la cocina y las estanterías del despacho.

Este diálogo con el elemento noble continúa en la zona de noche, siendo el elemento que define la suite principal.

Es aquí, en el dormitorio principal, donde encontramos otra proyección de la cápsula de hierro, ya que se aprovechó el hueco del ascensor para introducir la naturaleza con otra intervención artística.

Magnetismos en forma de mural

Cada personalidad de este hogar buscaba expresarse con un tono y una voz que hemos conseguido transmitir con los murales escogidos para cada protagonista.

Desde las habitaciones infantiles y sus colores atemporales, pero con fortaleza, pasando por el diferente empapelado del baño de las niñas o los detalles florales en el tocador del baño de la suite principal, hasta el diseño de autor que encontramos en el baño de cortesía.

Cada habitación juvenil está diseñada para permeabilizarse con su edad. Así, encontramos que dos de ellas comparten lavabo mientras que la del benjamín comparte una puerta directa con la habitación de los padres que en un futuro se transformará en pared.

Vía: Marta Bertrán / press@susannacots.com

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House of Grey

Hay casas que son capaces de transmitir sensaciones a través de una pantalla y ésta sin duda, es una de ellas. En cuanto he leído la filosofía del estudio de interiores londinense House of Grey he entendido el porqué. La inmensa mayoría de arquitectos e interioristas ponen su foco en el diseño y la funcionalidad, lo cual está muy bien, pero ellos han dado un paso más allá, cada uno de los elementos que utilizan en la creación de sus espacios, está pensado para que tenga un impacto positivo sobre la persona que va a hacer uso de ellos. ¿Por qué? Porque sólo utilizan materiales no tóxicos, procedentes única y exclusivamente de la naturaleza, lo que tiene un impacto beneficioso para la salud de los humanos (reducen el estrés, mejoran la concentración, etc.), además se eligen unos u otros en base a sus propiedades, por ejemplo basándose en su resistencia a la humedad o su poder de aislamiento.

Los proyectos de House of Grey pretenden hacer que las personas dejen de necesitar escapar de sus vidas, del estrés diario o desear constantemente unas vacaciones, que al entrar en sus casas sientan directamente esa sensación de desconexión y calma, un sitio del que no quieran irse.

En esta vivienda, para la cocina colaboraron con la firma FincH London, se realizó en madera contrachapada de abedul de origen local, con Fresno en los frentes para darle un acabado natural. La encimera es de mármol recuperado y la isla está acabada con un revestimiento a la cal. Tanto las salas como los dormitorios, se han pintado también con pintura a la cal cien por cien natural, de la colección Bauwerk Colour.

Parece que sólo los colores tierra son capaces de transmitir estas sensaciones y está claro que son un acierto seguro, pero hay otros tonos que también te permiten crear ambientes igualmente tranquilos, como los rosas empolvados, ciertos tipos de verdes (véase el verde oliva), el mostaza,… son colores que nos aseguran un entorno de tranquilidad.

Hablando del dormitorio ¿no os parece un remanso de paz? Quizás sea el tono, sí, pero también la carpintería del armario, el toque de los textiles más oscuros que le dan calidez,… es casi monacal, pero unas bonitas puertas abatibles rompen el espacio y lo comunican con un baño austero a la par que maravilloso. Volvemos a ver tanto en el lavabo, como en la ducha o en la bañera, que las piezas han sido revestidas a la cal, y se le ha dado el toque elegante con las griferías doradas, incluyendo las tuberías de los radiadores, que resaltan entre tanto blanco inmaculado.

¿Qué pensáis de esta casa? ¿Os transmite tanto como a mí a través de la pantalla?

Fotografía: Michael Sinclair / Interior Design: House of Grey / Vía: Est Living

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Arthur Casas

Los que estáis suscritos al blog, habréis recibido ya un spoiler del post, es decir, las imágenes de la casa, aunque no el texto. Siempre subo primero las fotos y hago una previsualización para ver si han quedado bien, pero me debí confundir y en lugar de comprobar el borrador le he di a publicar directamente, así que muchos recibiréis el post dos veces, con y sin texto. Lo siento.

Cuando he descubierto este proyecto de Arthur Casas en São Paulo, ha sido amor a primera vista. Me fascina la calma que desprende, los materiales utilizados, el mobiliario, la combinación de elementos contemporáneos con piezas de corte más artesanal… Toda ella es sin duda, un paraíso acogedor y envolvente. Si tenéis tiempo os recomiendo que veáis las fotos en tamaño grande en la propia web de Arthur Casas, poder apreciar cada detalle, por ejemplo, de esta espectacular cocina, no tiene precio.

La vivienda se diseñó para una pareja con dos hijos. Tiene nada más y nada menos que 430 metros cuadrados, con amplios espacios comunes donde pasar tiempo en familia, además de dormitorios para cada uno de sus miembros.

Se divide en cuatro plantas, por un lado tenemos el sótano, que se ha destinado al lavadero y el garaje. En la planta baja, la que tiene acceso desde la calle, esta es el área de día donde comparten espacio el salón-comedor con la cocina y un gran patio con piscina. La primera planta se ha destinado por completo a los niños con sus habitaciones y área de juegos. Por último, encontramos el piso superior, los dominios de los padres, donde disfrutan de su dormitorio, vestidor, baño y una zona de despacho. Para más comodidad, todas las plantas están conectadas mediante un ascensor.

Se simplificó mucho en cuanto a materiales se refiere creando así, una continuidad a lo largo de toda la vivienda. El revestimiento en las paredes de la planta baja y de todas las carpinterías (incluidos los armarios), están realizados con el mismo suelo empleado en los pisos superiores, así como también las escaleras. Para la cocina se utilizó un pavimento de granito color almendra muy similar al tono de las paredes y el resto de los complementos que llenan el espacio, creando un ambiente muy envolvente. Para los baños se usó un único material, mármol calacatta.

Para crear aún más sensación de calidez, también se ha jugado con la iluminación pensada para que, de forma estratégica y usada indirectamente, cree puntos focales que destaquen aquellas piezas o zonas a demanda. Como la estantería de la cocina adornada con piezas cerámicas, la trasera que recorre el mueble bajo del salón o el led que te acompaña el trayecto del suelo del pasillo, por poner algún ejemplo.

Y dejo una vez más lo mejor para el final, un maravilloso patio con zona de estar, comedor, una amplia piscina y mucha vegetación. No tengo claro si quedarme con el interior o el exterior, aunque a estas alturas del año la piscina me llama.

Imágenes: Arthur Casas

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La cuenta atrás para el verano

Ha comenzado la primavera y, como si de La Vecina Rubia se tratase, llevo la cuenta atrás para el verano, de ahí que haya titulado mi post igual que su primera novela (que, por cierto, si no la habéis leído os la recomiendo). Quizás todavía tengan que llegar días de frío, pero lo peor ya ha pasado. Se nota que no me gusta el invierno, ¿verdad?

Estoy deseando que llegue mañana ya que pisaré la playa por primera vez este año, me muero de ganas de ver el mar y si la temperatura del agua lo permite, también de bañarme. Es contradictorio que no soporte el frío y sin embargo cuando se trata de nadar, aguanto lo que me echen.

De ahí que hoy os traiga una vivienda con vistas al mar, es mi manera de ir abriendo boca. Se sitúa en Jávea y es la casa de vacaciones del interiorista Carlos Serra, propietario del estudio de interiorismo Mercader de Indias. Tras veranear en esta localidad alicantina durante su infancia, decidió buscar una casa para poder disfrutar de las vacaciones con propia su familia.

La vivienda sufrió una transformación completa para adaptarla a las necesidades familiares, espacios abiertos y bañados de luz, gracias a un blanco que lo inunda todo. En la planta baja, el blanco se han combinado con maderas, piedras, verdes, etc. tonos que, de una manera u otra, nos recuerdan a la naturaleza. Mientras que, en la planta superior, distintas gamas de azules toman el protagonismo, réplica del mar que se observa a través de las ventanas.

Respecto a la decoración Carlos Serra ha hecho un gran trabajo, gracias a su tienda Mercader de Indias, la casa goza de mobiliario de distintas partes del mundo: Marruecos, China, Senegal, Filipinas… lo combina con obras de arte, antigüedades y otras piezas de madera o fibras naturales. Otros muebles sin embargo, son hechos de obra, como la cocina o las repisas de los baños, sencillos y funcionales. Por la vivienda encontramos distintos elementos originales y que le otorgan mucha personalidad, véase el salpicadero de baldosa hidráulica antigua marroquí de la cocina; o la alacena del comedor, fabricada con puertas antiguas chinas y en la terraza, tres grandes tinajas de aceite antiguas.

El dormitorio principal tiene otra singularidad, la cama se apoya sobre un escritorio de obra, a modo también de cabecero. La iluminación que apoya sobre dicho escritorio da servicio tanto a éste como a la zona de descanso y dos banquetas procedentes de Túnez, son el asiento perfecto para completar el conjunto, no restan visibilidad pudiendo esconderse bajo el escritorio cuando no son utilizadas (aunque son tan bonitas que en mi opinión, es mejor dejarlas que asomen un poco para ser vistas). En el baño, un cerramiento de cristal separa la ducha interior de la exterior. Fuera, destaca la celosía obra de Patricia Urquiola para Mutina.

En todos los dormitorios de la planta superior, los textiles son los auténticos protagonistas con el azul como color predominante, haciendo referencia al mar. El baño de las niñas se ha realizado con una encimera de obra que sirve como soporte a un lavabo de cerámica marroquí, el cesto de rafia le da un toque de calidez al conjunto. Junto a estos espacios, encontramos también una sala de estar donde unas colchonetas marroquíes en color azul sobre una base de obra, hacen las veces de sofá. El toque divertido y colorido de la habitación, lo aporta la colección de máscaras mexicanas.

Y pasamos al exterior, seguramente el lugar donde pasen más tiempo de la casa. Nos encontramos un maravilloso porche con dos daybeds procedentes de India, junto a ellas, dos hamacas de caña y bambú de la firma Tine K Home y para cerrar el conjunto, las tres tinajas de aceite antiguas de las que os hablaba antes.

Yo con esto ya he abierto boca para mi fin de semana malagueño, mañana a estas horas y si Dios quiere, estaré mirando al mar…

Imágenes: Mercader de Indias y Elle Decor

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Barrio del Carmen, Valencia

Ayer se cumplieron tres años desde que nos encerraron. Cual película de ficción y de terror, por qué no decirlo, las calles se quedaban vacías y una desconocida pandemia arrasaba el mundo entero. ¿Quién nos iba a decir que viviríamos una experiencia así? Me hizo pensar mucho, sobre todo en la fragilidad del ser humano, nunca hubiera imaginado que algo tan pequeño como un virus pudiera hacer tanto mal.

Durante el tiempo que estuvimos obligados a estar en casa y que cada uno aguantó a su manera, los que teníamos un espacio al aire libre, por pequeño que fuera, éramos unos afortunados. Poder disfrutar de un jardín, terraza o incluso un pequeño balcón, era algo por lo que estar agradecido cada día. La pandemia hizo mucho daño, pero creo que más aún, a aquellos que la pasaron solos y en espacios cerrados.

Si hay algo que me ha enamorado de la casa que os traigo hoy, ha sido precisamente su patio. Imaginad vivir en pleno Valencia y poder disfrutar de un patio privado como este. No digo que sus inquilinos fueran felices con el encerramiento durante la pandemia, pero seguro que lo pasaron de una manera mucho más amable y menos claustrofóbica que otras personas no bendecidas con tan necesario espacio.

Fuera de aquellos años, que gracias a Dios hemos dejado atrás, sin duda el patio de esta casa debe de ser uno de los espacios más vividos. Primero, porque nos encontramos en la capital del Turia, donde incluso en invierno se disfrutan de temperaturas cálidas y segundo, porque al ser un espacio tan privado con zona de estar y comedor, es el sitio ideal para estar con familia y amigos, recibir visitas y disfrutar de largas jornadas al aire libre ¿no creéis?

Esta vivienda centenaria del céntrico barrio del Carmen en Valencia, pertenece a una pareja amante de la música y el cine. Confiaron la rehabilitación integral a la firma local DG Estudio, dándoles total libertad para diseñar su hogar. La casa se dividió en tres áreas, desde la entrada donde encontramos una acogedora sala de estar, pasando por la cocina abierta (el corazón de la casa), hasta llegar al dormitorio principal con vestidor, una pequeña zona de estudio y baño propio, todo con salida al patio.

Toques de color salpican la vivienda aquí y allá, se ha arriesgado con las baldosas en tonos amarillos y azules, los armarios de la cocina también en azul y los ventanales amarillos que dan paso al patio interior. Patio donde se han querido conservar en sus muros, las cicatrices del pasado.

A pesar de los toques de color, nada se ve recargado gracias a la elección del mobiliario y al blanco de las paredes que lo inunda todo de luz. Unas sencillas baldas voladas recorren la pared a modo de estantería, con módulos cerrados en su parte baja que ocultan aquello que no queremos ver. Tanto el comedor como el resto de las carpinterías, llevan similares tonos de madera, un tipo de roble blanqueado que hace que los espacios no se vean recargados. Como veis el amarillo está presente también en piezas de mobiliario, como las sillas del comedor.

La zona de noche se ha dividido a su vez en tres espacios, la de dormir propiamente dicha, un vestidor con dos grandes armarios enfrentados y, por último, tras el armario, se ha creado una zona de despacho, con una sencilla estructura volada de madera que va de pared a pared que hace las veces de escritorio y el mismo tipo de silla que encontramos en el comedor que, al recoger todo el contorno de la espalda, es perfecta para trabajar también.

Pero sin duda alguna la joya de la corona en esta casa es el patio, con encanto, con historia, con alma y con cientos de posibilidades. Yo también tengo patio, pero «mataría» por uno como este. A ver si me pongo con el mío, que ya se sabe… «en casa de herrero, cuchillo de palo».

Fotografía: @fotografadearquitectur / DG Estudio

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