AnaYela es una casa palacio con 300 años de antiguedad en el corazón de Medina, ciudad histórica de Marrakesh. La arquitectura cuenta la historia de una chica llamada Yela que en el pasado la habitó.
La restauración duró meses y se utilizaron sólo materiales tradicionales de Marruecos, más de 100 artesanos involucrados en una restauración única y exclusivamente manual.
Uno de los más famosos calígrafos de Marruecos fue dando vida a cada una de las puertas con finas incrustaciones talladas en plata. Estas puertas son las que a mí más me llaman la atención, me encantaría tener una de ellas como exclusiva pieza decorativa en mi propia casa. Por su parte, mobiliario e interiorismo son obra de los diseñadores Bernd Kolb y Yannick Hervy, aunque a todo se le ha dado el toque final de los artesanos marroquies.
Como resultado el conjunto en sí es una gigantesca pieza de arte. Son ambientes que despiertan los sentidos y las emociones, un sitio donde más de uno quisiéramos perdenos.




























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