¿Os gustaría poner color a las puertas de vuestra casa? Yo a priori diría que no me atrevo, pero creo que es simplemente por el tipo de vivienda en la que vivo, no pega ni con cola (ya sabéis, típico chalet adosado a las afueras de Madrid).
La cosa cambiaría por ejemplo si viviera en el campo, sería feliz admirando cada día una puerta de aspecto envejecido con sus preciosos herrajes oxidados. Quizás si me trasladara a una zona de costa y tuviera una casa blanca inmaculada enmarcara por una llamativa puerta azul. O si tuviera un gran piso de estilo clásico cuyas puertas de paso lucieran en un flamante color negro, entonces sí podría decir que me atrevo.
En el post de hoy os dejo un extenso muestrario de lo que es capaz de transmitir una puerta con color, sólo es cuestión de elegir el que más nos encaja. ¡Feliz lunes!…
Decofeelings 