Bienvenido Otoño…
Después de este fin de semana con amigas en Málaga, tengo que hacerme a la idea que el otoño es ya una realidad y que quizás pasen muchos meses hasta que pueda volver a ver el mar. Me repito mucho, pero me parece un auténtico privilegio vivir en una zona con costa, no hay vistas que me relajen más.
Vuelvo agotada del fin de semana, pero es un agotamiento del bueno. Me he reído muchísimo y también he llorado, soy así de intensa, pero la realidad es que cuando me rodeo de gente a la que quiero me dejo llevar y me abro en canal, es sorprendente cómo puedo pasar de la carcajada al llanto y viceversa en un periquete. Las redes sociales o los blogs tienden a confundir, solemos enseñar la parte bonita de la vida, todo lo bueno que nos pasa, es lógico y normal pero también hay mucha falsedad detrás, la vida no es siempre de color de rosa. A mí no me avergüenza reconocer y escribir que no estoy en un buen momento, en realidad llevo ya varios años así, por eso necesito tanto rodearme de los que más quiero y hacer este tipo de escapadas de vez en cuando. Me siento muy afortunada de tener a mis amigas que me quieren como soy, con mis risas (que me echo muchas) pero también con mis «dramas». Ellas son mi mejor terapia aunque a veces me digan cosas que no quiero escuchar, que me duelen, pero son palabras verdaderas dichas desde el corazón, con la única intención de ayudarme. Me hace feliz saber que las tengo ahí, al igual que a mi familia, valen su peso en oro.
A pesar de mis subidas y bajadas, he disfrutado como una enana. Eso sí, tengo que esperar un par de días a que mi cuerpo se recupere, una ya no es la jovencita que era y los excesos pasan factura (que además de llorar también se me da muy bien el disfrute).
Como veis este no es un post al uso, hacía mucho que no os escribía cosas tan personales por aquí. No sé si será el otoño, si en mi cabeza resuena como eco todo lo que me han dicho, si tengo más presente que nunca que muchas cosas han de cambiar, o será todo junto, necesitaba escribir para liberar. Tengo propósitos para el nuevo curso y empiezan por cuidarme más.
Si habéis llegado hasta aquí, os doy las gracias por leerme. Hay días que simplemente no quiero o no puedo hablar de decoración, sólo de lo que me sale de dentro. Nos vemos el miércoles y prometo que vendré con deco… ¡Gracias de nuevo!