¿Tenéis ya planes para las vacaciones? yo sí, aunque no tan glamurosas como el hotel que os traigo hoy. Un poco de montaña en mi pueblo y de ahí a la playa, a Portugal, es lo mismo de siempre, pero con lo que más disfruto.
Para los que sois algo más intrépidos que yo, os propongo un destino mucho más lejano, Auckland, en Nueva Zelanda. El Hotel DeBrett del arquitecto Mitchinson Simiona y como responsables del interiorismo, Michelle Deery & Martin Hughes Design, es el destino perfecto para los amantes del diseño. El edificio data de 1841 pero su estructura fue reconstruida en 1920 tras un incendio, hoy todavía pueden verse retales de su época Art Decó, como las lámparas de cobre hilado que cuelgan lustrosas del techo de cristal del atrio central, diseño de Judy Darragh.
Nada tiene que ver una fachada blanca y más bien sencilla con lo que encontramos en el interior, una explosión de color y una mezcla de contemporáneo y retro que cautiva al visitante. Un ejemplo de ello lo tenemos en las alfombras que giran al son de la escalera principal, están tejidas a mano y diseñadas exprofeso por Michelle Deery.
El hotel se compone de 25 habitaciones, 15 de ellas son suites y en todas se ha querido transmitir un mismo concepto, confort y cierto sabor de hogar, en mi opinión lo han logrado. Supongo que a estas alturas ya sabéis lo que me ha cautivado de este lugar, ese eclecticismo tan bien conseguido que aúna modernidad con piezas de diseñadores sobradamente conocidos del siglo XX y que tan bien se llevan con la época de la que data el edificio. Nada se ha dejado al azar…
Mira que no dedicarte a esto cuando me case y me fui de viaje de novios a Nueva Zelanda. Mi primer destino fue Auckland y este hotel mucho mas bonito que en el que yo estuve. La moqueta que siempre me ha espantado, en este caso hasta me mola por lo divertida que es. Besos desde navaleno.