En cuanto a gustos decorativos realmente me identifico con la primera vivienda, mucha madera enmarcada por un blanco que todo lo inunda y piezas negras o grises en contraste. Me gusta todo de ella, sus espacios diáfanos, las vigas vistas en blanco, la preciosa escalera escultórica y por supuesto todos y cada uno de los muebles que dan vida a este hogar. De las demás casas, obra del arquitecto Maurice Padovani, podría destacar singularidades, pero son un tanto coloridas para mí, aunque también disfruto viéndolas.
En Monte Cristo, sobre todo llama mi atención el cubo que se proyecta hacia el jardín rematado por vidrieras de colores, más aún ese jardín de aspecto rústico que jamás dirías que es la antesala de un espacio interior tan atrevido. De Beaumont me quedo con la galería formada por lamas de madera dispuestas horizontalmente que prolongan la vista hasta el infinito, a la par que producen preciosos juegos de luz (la piscina es algo con lo que sí podría vivir, al igual que con el altillo biblioteca, todo un capricho).
En La Madrague de Montredon y Domaine Bonnefoy, el acero y el color son los protagonistas absolutos. Me encanta cómo se ha utilizado una gran librería para separar la zona de la cocina de la de paso, dando a esta pieza utilidad por ambos lados. Dos viviendas perfectas para los amantes del más puro diseño contemporáneo.
¿Qué os parecen?…
Le Prado/Marseilles
Monte Cristo/Marseilles
Beaumont/Marseilles
La Madrague de Montredon/ Marseilles
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Domaine Bonnefoy/Marseilles