Casa Pasiva…

Perdonad mi ausencia de la semana pasada, pero me pilló en plena mudanza y sencillamente, no tuve tiempo ni de respirar. Llevamos justo una semana en el piso y aunque ha sido algo caótico, esto empieza a parecer un hogar. Este cambio me ha hecho reflexionar mucho sobre la cantidad de cosas que podemos llegar a acumular y que, en realidad, no necesitamos. Incluso después de hacer una gran criba en el chalet, al llegar aquí hemos continuado tirando algunas cosas. Sólo hay algo que me ha costado reducir al máximo, las tazas, reconozco que es una tontería, pero según el momento del día me gusta tomarme el café en una u otra. Teníamos tantas que no nos cabían, esta cocina da para lo que da, así que mi marido se empeñó en que sólo podíamos quedarnos un par cada uno (he sacado de extranjis dos de una caja, de las que se iban al pueblo, porque no tenía para el café de después de comer). Creo que él sí está llevando el minimalismo al extremo.

Y lo del pueblo es otro cantar, nos llevamos tantas cosas que veremos a ver cómo reorganizo todo aquello, es otra mudanza más. Pero la realidad es que, aunque siga en el proceso y el camino es largo, todo esto me hace mucha ilusión, literalmente es un nuevo comienzo.

Me dejo de rollos, supongo que queréis que os cuente sobre la vivienda que os traigo hoy. Pertenece al arquitecto Ben Ridley de Architecture For London, que vio en esta casa adosada un gran potencial, algo que otros, habían descartado cuando estaba en el mercado por su aspecto oscuro y lúgubre. Además, ofrecía un plus, una extensión en su parte trasera.

La casa es de estilo eduardiano y se encuentra en Muswell Hill, Londres. La planta baja tenía muy poca luz natural ya que sólo contaba con una ventana orientada al norte. Para solucionar este problema el arquitecto abrió un enorme ventanal al jardín, que tiene orientación este y sobre la mesa de comedor, creó un gran tragaluz eliminando así el problema. La tradición y lo contemporáneo conviven de manera natural así, la fachada principal conserva el encanto de las vidrieras mientras en su interior, luce un mobiliario moderno en suaves tonos naturales.

Algo fundamental para este estudio de arquitectura es el ahorro energético, de ahí que Ben Ridley esté especializado en casas «Passivhaus». En esta en concreto, se ha conseguido un ahorro energético de un 80% gracias a sus altos niveles de aislamiento, triple acristalamiento y un sistema MVHR que proporciona ventilación constante para crear un hogar cálido y confortable (además de eliminar el polen y las partículas nocivas creando también un espacio saludable).

Los materiales contribuyen al confort y a tan ansiado aislamiento: madera, piedra natural y paredes encaladas, son los elegidos para vestir la casa. La madera de roble se ha utilizado en toda la vivienda, menos en el dormitorio principal que se ha optado por tablas anchas de abeto Douglas de la firma danesa Dinesen y en el techo, cuya viguería antigua es de madera de pino. Por su parte, la piedra caliza es italiana de la firma Grassi Pietre .

Y hasta aquí este maravilloso recorrido por una vivienda aparentemente sencilla, pero con premios a sus espaldas gracias a la labor de Ben Ridley convirtiéndola en un ejemplo de casa pasiva. Obtuvo el Premio DMI al Liderazgo Ambiental y quedo finalista de Proyectos Pequeños AJ, ahí es nada.

Fotografía: Lorenzo Zandri para Arquitectura para Londres

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Casa JMA de Febrero Studio

¡Hola primavera! Aunque no hayamos tenido un invierno muy frío, el simple hecho de que comiencen mis dos estaciones favoritas, hace que me venga arriba. De ahí que esté pensando ya en exteriores, jardines, piscinas… todos estos espacios que en breve empezaremos a disfrutar y de ahí también, que hoy os lleve a ver una vivienda en Marbella.

Se trata de una antigua construcción a la que Febrero Studio devolvió a la vida conservando tan solo la estructura original y realizando una ampliación de obra nueva. Un total de 300 metros cuadrados más un pabellón de invitados, concebidos para el descanso y disfrute de sus propietarios.

Lo que se buscaba en esta reforma eran espacios abiertos y calmados, pensados para disfrutar tanto del interior como exterior los 365 días del año. La casa está dividida en dos zonas, en su parte izquierda encontramos la cocina abierta al salón con salida al jardín y un gran porche, mientras que la derecha, se reserva para la zona de descanso y los baños. También desde los dormitorios se puede disfrutar de las vistas de la piscina, el jardín y la naturaleza de la que se rodea la casa.

Para destacar el concepto «slow living» se ha utilizado la madera como elemento principal, así, podemos verla tanto en los marcos de las ventanas, como la carpintería integral de la cocina, las contraventanas exteriores e incluso en la pérgola del jardín (utilizando este mismo material en interior y exterior, nos da sensación de continuidad). La madera se ha combinado a su vez, con otros elementos naturales como estructuras de hierro en color negro, suelos de piedra caliza, textiles de lino. etc.

Esta sensación de calma se ve acentuada por la utilización de tonos neutros en la vivienda, colores tierra, grises, beige… todo ello arropado por la vegetación exterior, además de un selecto minimalismo con una decoración que se ciñe a pocos elementos, pero de calidad.

Deciros que el post de hoy ha salido de milagro, que es más escueto que otros, que mi cabeza está en otro sitio. Dos visitas tengo hoy al chalet y la primera ya me ha hecho una oferta, vamos a esperar a la de esta tarde y ojalá pueda irme al pueblo de vacaciones pensando en la losa que me quito de encima. No me malinterpretéis, me dará pena dejar esta bonita casa en la que llevo viviendo 20 años, pero me iré con ilusión, sabiendo que lo que viene será mejor y, sobre todo, que conseguiré una calidad de vida de la que ahora carezco. La vida son etapas y esta a llegado a su fin.

La semana que viene no estaré por aquí, tampoco creo que estéis vosotros. Como digo siempre, en vacaciones toca disfrutar y desconectar. Así que ¡Feliz Semana Santa!

Imágenes: German Sáiz para Febrero Studio

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Flechazo, las vigas y la escalera…

Encontrar una casa donde te gusten todos sus espacios es realmente difícil, a no ser que la hayas diseñado tú mismo. Y aunque siempre suele haber algo que queremos cambiar, los flechazos existen. Esto me ha pasado con la casa que os traigo hoy, no toda ella me convence, pero las vigas metálicas verdes azuladas y la escalera del mismo color, eran motivo para compartir :-) Pocas veces veo ideas tan originales, fáciles de ejecutar y que tengan tanto impacto visual. A ver qué opináis vosotros.

Esta vivienda viene de ser el almacén de un empresario local especializado en la extracción de madera, después pasó a taller mecánico, para posteriormente convertirse en garaje. Se encuentra en Barcelona y la arquitecta Judit Falgueras junto a la empresa de ingeniería Dimark Estructuras, se encargaron de darle una nueva vida sesenta años después de su construcción.

Fue necesario crear una nueva estructura metálica como forjado para el primer piso, así como la rehabilitación total de la cubierta. Para la fachada de la planta superior, se utilizó un bonito entramado de madera. Las vigas interiores, que estaban en buen estado y habían sido colocadas por el primer constructor con madera local, se reutilizaron para el techo y la madera de la antigua estructura dio paso a distintos muebles como la estantería, la mesa de comedor o el mueble del baño.

En cuanto a la distribución, la planta baja es una zona diáfana y abierta donde conviven salón, comedor y cocina, con transición directa al patio trasero. También encontramos una despensa y un baño. En la primera planta hallamos un distribuidor con una gran mesa central de estudio y zona de almacenaje, tres dormitorios (el principal con una galería) y otro baño.

Desde la entrada podemos ver el mismo tipo de suelo para toda la planta baja, el microcemento, un revestimiento muy acorde con la historia de la vivienda. Al igual que las paredes, donde se ha mantenido la piedra y el ladrillo visto. Si algo llama la atención es la bonita escalera y las grandes vigas metálicas que atraviesan el espacio en color verde azulado, sin duda lo más original de la vivienda.

Para la cocina se utilizaron muebles metálicos en color negro que combinan a la perfección con la madera y el tono de la viguería. Una gran isla central y un solo frente de armarios bajos es suficiente para albergar todo lo necesario. Al no poner almacenaje superior, se enfatiza visualmente la altura de los techos. Para iluminar la zona de trabajo se ha recurrido a luminarias de tipo fabril, así como una tira de led empotrada en la balda que hace de separación entre la zona de azulejos y la pared (en la parte del fregadero).

El piso de arriba es sencillo y con una decoración discreta y minimalista. El protagonista sigue siendo el bonito color verde azulado de las vigas metálicas y cómo éstas, contrastan con las viejas vigas de madera recuperadas del antiguo taller.

Como os decía al principio, es raro que todo lo que hay en una vivienda sea de tu agrado cien por cien. En este caso son los baños que, particularmente, no son de mi estilo (aunque sí salvaría la antigua madera utilizada como soporte del lavabo en el baño de la planta inferior).

¿Qué es lo que más os llama la atención de esta casa? ¿El color de las vigas y la escalera, o la rehabilitación en su conjunto? Me encantaría que me lo dejaras en comentarios.

Antes

Fotografía: Joan Guillamat

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Galán Sobrini Arquitectos

Voy como «pollo sin cabeza». El viernes pasado por fin publiqué el anuncio de venta de mi chalet, a su vez fuimos a ver con las niñas el piso donde nos mudamos (ellas no lo habían visto). Estuve cogiendo medidas y ahora me paso los días intentando hacer un tetris con los muebles. Por otro lado, estamos regalando gran parte de nuestra biblioteca, ya sabéis que tenemos muchísimos libros, nuestros amigos están encantados (se los llevan por cajas), pero a mí me da cierta nostalgia. También he hecho limpia de ropa y menuda limpia, 5 bolsas han ido al contenedor de reciclaje y tengo tres montañas a la venta en Vinted con ropa prácticamente nueva, algunas prendas con etiqueta incluso. Mi marido también se ha deshecho de buena parte de la suya, a él le salieron 7 bolsas y aún tienen que hacer lo propio mis hijas. Tengo el síndrome del nido, intentando mantener todo limpio a todas horas, pero es realmente imposible con una mascota y dos adolescentes. Así es mi vida ahora y lo seguirá siendo hasta que nos mudemos, no sabéis las ganas que tengo de que llegue abril, aunque el cambio será otra locura igualmente. Pufff….

Por cierto, si alguien está pensando en mudarse a la zona norte de Madrid o quiere adquirir ropa en perfecto estado a precio de ganga, que me escriba por privado y os mando la información (por favor abstenerse los que sólo quieran cotillear, que no me sobra el tiempo). ¡Gracias! :-)

Ahora que busco pisos o casas pequeñas para coger inspiración, me sigo encontrando con casoplones preciosos que a mí me sirven de poco. Espero que os sean de utilidad a vosotros.

Esta casa está en Pozuelo, una de las zonas más caras de Madrid, tiene ni más ni menos que 300 metros cuadrados, una casita en el jardín y una parcela de 1.500 metros, ahí es nada. Los arquitectos Galán Sobrini la sometieron a una reforma integral con el fin de conseguir una vivienda abierta al jardín gracias a grandes ventanales, así como a espacios diáfanos. Le dieron gran protagonismo a la zona de día, cocina, salón y comedor están comunicados entre sí, y a su vez se abren a un gran salón de verano, aunque estas estancias también pueden cerrarse a demanda mediante grandes puertas correderas.

Desde la entrada ya se intuyen los espacios y la amplitud de la vivienda, acentuado por el blanco impoluto de las paredes. Color que predomina en toda la casa, aunque encontramos también neutros como el topo, el gris o el negro. Sólo en las habitaciones infantiles, así como en sus baños, se han permitido otras tonalidades (rosa para la niña y azul para los niños). Hablando de las habitaciones infantiles y esto es una opinión personal, no soy partidaria de utilizar camitas pequeñas ya que duran poco tiempo y la inversión a la larga es el doble, ya que habrá que cambiarlas cuando los niños crezcan. Me parece más interesante poner directamente la cama que vayan a utilizar hasta que sean mayores (ya sea cama nido, cama de 90 cm individual o litera, por ejemplo).

Los papeles pintados también tienen mucho protagonismo en esta casa, personalmente me encanta el que se ha utilizado en el baño principal, nada cansino, divertido y con un color que combina a la perfección con los complementos en negro, dorado o incluso, con el armario en gris. Me ha costado mucho buscar uno igual y el que encontrado no es del mismo color, pero sí el diseño, podéis verlo en la tienda Papeles Decorativos. Para la zona de mirador, unas clásicas rayas en tonos beige y tierras son un acierto seguro (podéis ver este casi igual en El Corte Inglés). Como también lo es el clásico tartán de la habitación infantil (he encontrado uno muy similar en Aribau Papeles Pintados).

Aunque los colores están muy definidos, no falta en ningún espacio toques cálidos como la madera, las fibras naturales, el cuero, o textiles en tonos tierra, restando de esta manera la frialdad del color blanco.

¿Qué os parece el casoplón de hoy?

Imágenes: Galán Sobrini

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Una pared de libros…

Esta es la casa que quise traer al blog la semana pasada, totalmente conquistada por esa pared de libros. La realidad es que no todo de ella me gusta (la cocina, por ejemplo, no es mi estilo), pero no podía dejar pasar la ocasión de mostrar esa librería de suelo a techo. Ahora hay una tendencia tan minimalista que, aunque particularmente me de paz, veo cómo van desapareciendo elementos que a mi juicio, transforman una casa en hogar. Hablo de los libros, claro. ¿Dónde los esconde la gente? ¿Es que no tienen libros en casa? Si alguna vez me mudo de este chalet, mi intención es hacerlo este año, una de mis grandes preocupaciones es precisamente dónde meteríamos tanto libro.

Casualmente, como el post anterior donde los libros eran protagonistas y el propietario escritor, esta vivienda también se construyó para un artista e historiador de la arquitectura. Me hace pensar que exponer tus objetos (sean libros, fotografía, pintura, escultura, etc.) va inherente a este tipo de personas creativas, entre las cuales me incluyo.

El gran bloque de hormigón, acero y madera se construyó en el patio trasero de una propiedad de los años 40. Ambas edificaciones coexisten de tal manera que la original, que da a una calle transitada y comercial en Austin (Texas), conserva la estética histórica de vecindario y en su parte trasera, se erige la nueva vivienda más contemporánea haciendo referencia al contexto más urbano donde se encuentra.

Se construyó con bloques de cemento y para el techo se optó por madera de abeto Douglas, madera sin tratar que en sus inicios es blanquecina, pero con el paso del tiempo, va cogiendo una tonalidad amarillenta e incluso rojiza. Como veis, tanto los sistemas de electricidad, fontanería, refrigeración, etc. se dejaron vistos, de tal manera que su mantenimiento fuera más fácil, así como su colocación. También pensando en un futuro para posibles cambios de ubicación.

La vivienda de concepto abierto cuenta con una gran sala que comparte la zona de estar y el comedor con la cocina. Aquí es donde encontramos la gran librería de dos alturas que contiene una extensa colección de libros de arte y arquitectura. En la planta baja también se añadió un espacio más privado para almacenaje, lavandería y un baño. Arriba, se sitúa el dormitorio principal en suite con una bañera exenta de patas, que permite darse un baño mientras disfrutas de las vistas al jardín. Si os fijáis la estructura revestida con espejo junto a la cama, tiene una puerta, me queda la duda si esta es para ocultar la zona de inodoro del baño o si se trata de un «walk in closet». En cualquiera de los dos casos, me parece un acierto y aunque no me llama mucho la atención las paredes cubiertas con espejo, en esta ocasión, la librería se refleja creando el efecto óptico de que se duplica y la cama, parece que estuviera rodeada de libros. Además, tiene el poder de multiplicar la luz natural y que donde sólo hay una ventana, parezca que hubiera dos.

El almacenaje de libros y CD´s se aprovecha en el altillo por las dos caras, de tal manera que tienes acceso a ellos desde la escalera y también al subir al dormitorio.

Siendo honesta, no sería una opción de vivienda para mí, seguramente tampoco para la mayoría de vosotros, pero es indiscutible que esa pared de libros enamora a primera vista. Me encantaría saber vuestra opinión al respecto.

Fotografía: Leonid Furmansky / Arquitectura: Murray Legge

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El refugio de un poeta…

Hoy es un vídeo el que encabeza el post. Si tenéis siete minutillos para verlo y escucharlo, comprenderéis lo qué me ha llevado a traer esta maravilla al blog. Es más, tenía otro post medio preparado casualmente con un mismo hilo conductor (los libros), pero de repente he ido a consultar mi mail y «et voilà», ahí estaba este refugio asomándose y diciéndome que lo debía publicar. Así que cambio de planes, el otro post tendrá que esperar.

Esta obra de arte realizada por el arquitecto Eric J. Smith, es el sueño materializado de un empresario y escritor que, tras su jubilación, quería dedicarse a tiempo completo a la escritura. Se inspiró en el ensayo «Walden», o «Life in the Woods«, de Pond de Thoraeu, que narra las reflexiones de un escritor que se retira a vivir a una pequeña cabaña en plena naturaleza. Este era el anhelo del propietario, tener un espacio sencillo, aunque moderno a la vez, donde poder escribir, reflexionar y estar en contacto con la naturaleza.

Para ello, encontraron una propiedad en una zona boscosa de Connecticut con acceso a pie a la misma. El estudio debía tener varias condiciones, lograr que fuera autosuficiente y estuviera perfectamente aislada, debido a los condicionantes del lugar. Por otro lado, a pesar de no tener un tamaño muy grande, tenía que poder albergar los más de 1.700 ejemplares de libros que poseía el cliente.

Piedra, acero, madera y vidrio, se alían para crear este espacio que pareciera llevar ahí toda la vida. Y es que toda la piedra, tanto la exterior como la interior, es la misma que salió de la excavación para realizar los cimientos, es decir que simplemente ha cambiado su forma, pero no de lugar. Todo un acierto aprovechar los recursos naturales.

A esta piedra, que le da el toque más rústico, le acompañan otros materiales como el acero, soportando las estructuras más pesadas del estudio, véase el voladizo. El cristal, permitiendo disfrutar de las vistas del bosque casi desde cualquier ángulo. Y por último la madera, sin duda el mejor soporte para mimar nuestros tesoros más preciados, en este caso, los libros.

Otro requisito fundamental en la construcción era que estuviera concebido como un espacio creativo, no hace falta decir que el arquitecto lo consiguió sobradamente gracias al voladizo donde se ha situado el despacho, con sus vistas 180 grados hacía el bosque la escritura debe fluir casi sola :-)

La estrecha entrada está flanqueada por paredes de piedra de casi 80 cm de espesor. La puerta de madera se desliza en el interior del muro para permitir que, un gran panel de vidrio haga las veces también de puerta permitiendo el paso de luz desde la entrada al otro extremo del refugio, donde se encuentra el voladizo.

Al entrar, el espacio se comprime y las paredes la conforman la misma piedra del exterior. Aquí es donde empezamos a encontrar los contrastes, aparece el roble blanqueado ahumado en suelos, techos y mobiliario. Destaca el pasillo en cuyos lados se han realizado sendas librerías que albergan la gran colección de libros del escritor.

Bajo uno de los estantes de la librería y a modo de cajón, se esconde una cama nido para las ocasiones en las que el propietario decide pernoctar. Y tras la trasera de la librería izquierda encontramos una escalera que da acceso, a través de una trampilla motorizada, a una terraza panorámica en el techo.

Pero sin duda, el mayor atractivo de esta pequeña construcción, lo tiene la sala de escritura en vidrio construida en voladizo sobre un barranco. Es sencillamente espectacular.

A modo de curiosidad, incluso la buena conservación de los libros está muy bien pensada. Para ello se instaló un sistema de calefacción y refrigeración geotérmica que lo asegura.

Un lugar pequeño y aparentemente sencillo, pero la realidad es que aquí todo está pensado al milímetro, el arquitecto J. Smith tuvo en cuenta todas las necesidades del cliente para materializar el sueño de un poeta.

Fotografía: Durston Saylor

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Cuestión de orientación…

Viendo la primera imagen, quién diría lo que esconde esta casa en su parte trasera. Como veis se trata de una construcción tradicional, su parte delantera se compone de pequeños habitáculos, techos altos y detalles ornamentales propios de la época. Pero a su vez, tenía un potencial enorme, un gran patio trasero que permitió crear un anexo que, literalmente se funde con el jardín. El proyecto es obra del estudio de arquitectura Bent Architecture y se encuentra a unos 5km de Melbourne, Australia.

En todos sus proyectos intentan orientar las viviendas hacia el norte, extendiéndolas de manera longitudinal de este a oeste, de esta manera aprovechan el calor del sol en invierno (calefacción pasiva) y la brisa en verano. El patio que nos ocupa, sin embargo está orientado al este, lo que quiere decir que la casa disfruta de mucha luz y aunque en invierno el calorcito está asegurado, la desventaja es que en verano también.

Además de la importancia de la orientación, necesitaban privacidad. Sus vecinos estaban demasiado cerca, pero no querían restar luz ni sol al jardín. Para ello añadieron vegetación estratégicamente colocada, mediante arbustos, enredaderas y algunos árboles se consiguió dicha privacidad y junto con los grandes ventanales acristalados, se creó un espacio donde es difícil discernir si estás en el interior o en el exterior de la vivienda.

Si os fijáis también, para conectar la parte más antigua y oscura con la nueva y luminosa, se ha creado un gran tragaluz en el techo de la parte central de la casa que lleva la luz natural a todos esos rincones más lúgubres de la vivienda.

La viguería ya existía, dándole carácter histórico en la zona más antigua, mientras que, en la nueva estas vigas se perciben como elementos modernos y por supuesto en toda la vivienda, la madera aporta calidez y riqueza natural a los espacios. Por otro lado, los colores más apagados como los grises, los verdes oscuros o los negros, compensan el colorido jardín.

Como bien resumen los arquitectos, lo ideal en cualquier hogar es maximizar sus virtudes y minimizar sus defectos. Esta casa no contaba con la mejor orientación posible, además de tener una vivienda de dos plantas en su parte trasera que les restaba mucha intimidad. Por ello había que reorientar los espacios hacia el sol, esconderse de miradas indiscretas y crear un espacio abierto donde los propietarios pudieran sentir la naturaleza a sus pies. Creo que el reto está más que conseguido ¿no os parece?

Imágenes: Tatjana Plitt para Bent Architecture 

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Zen Architects

Esta casa me ha hecho viajar al pasado y no porque tenga un aire antiguo precisamente, pero tiene dos elementos que me han transportado a mi infancia. La primera ha sido ver esas robustas paredes revocadas de manera irregular que me han recordado a las que había en el colegio, aunque aquellas, además, tenían piedrecitas incrustadas con las que haciendo un poco el burro, me destrocé un dedo y se me cayó una uña (mi mano volvió a su ser, pero el recuerdo está ahí). Y el segundo pensamiento ha venido al ver en la biblioteca el Summa Artis ¿Quién no ha tenido o tiene aún en casa de sus padres esta mítica enciclopedia? En casa de mi madre está y me ha hecho gracia encontrarla en los estantes de esta casa. Estas dos tonterías, sumadas a que la vivienda es un espectáculo, me ha hecho traerla hoy por aquí.

Está situado en Mount Eagle Estate, una zona protegida al noreste de Melbourne, Australia. De gran importancia histórica, planificada y diseñada por Marion Mahoney y Walter Burley Griffin en 1915. La nueva construcción realizada por Zen Architects, debía seguir, por tanto, los estándares patrimoniales de vegetación, paisajismo y sostenibilidad del entorno. Ya existía entonces una vivienda que no se adaptaba a las necesidades de esta familia compuesta por un matrimonio y cuatro hijos. Decidieron empezar de cero puesto que ellos habían evolucionado también, con sus hijos ya mayores y la presencia de nietos, necesitaban más espacio y una disposición diferente para adaptarse mejor a las circunstancias.

Ahora la casa es de una sola planta, adaptando la movilidad para poder envejecer en ella. Se ha cuidado mucho la parte de sostenibilidad, en cuanto a los materiales utilizados, todos son naturales, reciclados y de proximidad. La eficiencia energética, también se aprecia en detalles como las ventanas, algunas estrechas y alargadas (que otorgan intimidad), otras como las salientes con capota (orientadas al norte) permiten la máxima entrada de sol en invierno mientras que, en verano, lo excluye. Otras ventanas, dejan entrar literalmente al jardín en el interior.

Los adoquines del suelo de pizarra Castlemaine, continúan desde el exterior hasta el interior por los espacios comunes, facilitando el mantenimiento. Al igual que sucede con las vigas de la pérgola del jardín que podemos encontrarlas también discurriendo por la entrada, la cocina o la biblioteca.

El mobiliario, elegido en consonancia, sigue un patrón tranquilo y minimalista con la madera como protagonista. En la cocina, realizada del mismo material, tengo el firme propósito de descubrir de dónde es la lámpara colgante sobre la isla (no puede gustarme más). El arte rompe aportando colorido y movimiento en un ambiente más bien plano. Por supuesto lo de plano no cuenta para la librería, allí los libros ya tienen esa función, además de la antigua mesa de despacho con vistas al jardín, maravillosa también ¿puede haber lugar más idílico para trabajar?

Si os dais cuenta es aquí en el despacho y en los dormitorios, donde el suelo ha cambiado, una tarima de madera se encarga de avisar que estos son espacios de retiro y por tanto de mayor confort. En el baño volvemos al mismo concepto que la cocina, muebles de madera con finas encimeras de cemento pulido (en este caso, al igual que el suelo, que funciona muy bien para zonas húmedas).

Y por último tenemos el jardín, lo más importante de la casa puesto que todo el proyecto gira en tono a él. Como dicen los arquitectos del proyecto: » el paisaje crecerá dentro, alrededor y sobre la casa con el tiempo « .

Imágenes: Derek Swalwell  yZen Architects

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Un coqueto piso en Vitoria…

Me doy cuenta de que soy un poco cambiante respecto a lo que os enseño, paso de las súper casas a las mini cabañas (como la de la semana pasada), como si no hubiera término medio, cuando en realidad los pisos en torno a los cien metros cuadrados son la inmensa mayoría. El que estén bien aprovechados o no, tengan reformas acertadas, o incluso sean bonitos o feos, eso ya es harina de otro costal, pero la realidad es que representan la mayoría. Así que hoy me he detenido en uno de ellos, con una rehabilitación bien resuelta.

El proceso de reforma y decoración lo llevó a cabo OE arkitektura fundado por Oihane Eguren. En origen el piso constaba de tres alturas, pero la última se segregó, quedando dividido en dos. El reto era crear un espacio en calma, neutro y lleno de luz, algo que la antigua escalera de corte tradicional y con madera de Iroko hacía imposible, ya que suponía una auténtica barrea visual en el centro del salón.

Se modificó dicha escalera añadiendo barandillas de cristal y los peldaños (que ofrecen más funcionalidades, como asientos extras o baldas), se unificaron con el mismo tono de madera del resto de la vivienda, tanto suelos, como baldas del salón, incluso mobiliario, cocina o la zona de dormitorios. Ahora todo sigue una continuidad visual enfatizada por el uso del color en los textiles (los blancos y tierras).

Parte de las piezas de mobiliario son de obra, pero muchas otras son de firmas muy conocidas y no excesivamente caras, lo normal para una pareja que está empezando. Así, encontramos en el salón el sofá Singa de Kave Home o las mesas auxiliares Jeanette, de la misma firma. El mueble de la televisión se hizo a medida, los textiles son de Costa Massana y las plantas de Margarita me llaman. La alfombra es de Leroy Merlin. En frente, encontramos el comedor con mobiliario de nuevo, de Kave Home.

La cocina es uno de mis espacios favoritos, de Dica cocinas. La mezcla de mobiliario en blanco mate, en su parte inferior, con los muebles superiores de Olmo y la encimera blanca con veta en gris, es un acierto total. Da continuidad al resto de la casa y hace de esta cocina un remanso de paz, además de tener el privilegio de estar bañada de luz natural que entra por la ventana que se encuentra al lado del office. Este está compuesto por la mesa Rönninge de Ikea y sillas modelo Esta de Maison du Monde.

El salón/comedor, con la escalera como protagonista, son las zonas que se han dejado abiertas en la casa, sin embargo y a pesar de que la cocina se mantiene como espacio independiente, al igual que dormitorios y baños, todos mantienen un mismo hilo conductor gracias a los materiales utilizados y al color.

En el dormitorio nos encontramos con un bonito cabecero tapizado de Kenay Home, el modelo Flen. Le acompañan las mesillas Hegas de la misma firma, cuyo acabado en madera sigue el mismo patrón del resto de la vivienda, sobre ellas, lámparas Lombok también de Kenay. El look lo completan unos sencillos textiles blancos con cojines en tonos verdes que aluden a la naturaleza, al igual que las plantas, que no faltan en ninguna estancia de la casa, ni siquiera aquí en el dormitorio.

Los dos baños persiguen también un estilo natural, ambos con muebles en madera hechos a medida y encimera porcelánica. Los lavabos sobre encimera son de Roca. Se les ha añadido el toque negro en griferías y mamparas, esto se repite en otros elementos de la casa (como apliques, grifería en la cocina, adornos…) que unifican más, si cabe, el conjunto. Para los azulejos en uno de los baños, se le ha dado un toque Wow y nunca mejor dicho, porque así se llama la firma. Son los azules, colocados en la ducha en vertical, aunque se pueden poner en múltiples posiciones (particularmente me encantan colocados en forma de espiga). Sobre ellos, hablo con conocimiento de causa, los utilicé en una obra y quedan realmente espectaculares.

¿Qué os parece el piso? Para mí es sereno, confortable, con el tamaño ideal, alegre por su luz, y si ya tuviera una pequeña terracita, por favor que me lo envuelvan para llevar:-)

Imágenes: OE Arkitektura

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Una cabaña como vía de escape…

¿Alguna vez habéis tenido la necesidad o la tentación de buscar un pequeño refugio donde escapar? ¿Un lugar para perderos un tiempo solos, para escucharos a vosotros mismos y resetear sobre todo lo que hay en el exterior? No es como irse de vacaciones, a mí ni siquiera me serviría la casa que tengo en el pueblo (aunque me fuera sola), mi cabeza seguiría en un constante tengo que hacer, tengo que arreglar, que pintar, que limpiar… y eso amigos, no es desconectar.

La empresaria, diseñadora y modelo Inés de la Fressagne sí que se lo supo montar bien cuando encargó el diseño de esta cabaña de tan solo veintidós metros cuadrados a la empresa Mobalpa, intentando recordar sus sueños infantiles y emulando a las cabañas de los árboles, todo un refugio para ella. Es increíble que, siendo la mitad de mi salón, no le falte detalle (ni siquiera un vestidor).

Dentro de este espacio, el mobiliario a media y los juegos de volúmenes, cobran una gran importancia, todo está pensado al milímetro para aprovechar cada centímetro cuadrado. En la casa conviven distintos ambientes en tres niveles diferentes, cada uno de ellos cumple su función y a su vez, cada solución a medida está pensada para poder ser utilizada de diversas maneras. Como el banco bajo la ventana, que lleva almacenaje en su parte inferior, o el cabecero de la cama al que se le ha añadido un proyector, también bajo los peldaños de las escaleras encontramos nichos donde guardar zapatos, material de oficina u otros enseres, …

Encontramos otros espacios como una pequeña zona de trabajo junto a la escalera, donde se ha aprovechado los huecos bajo los peldaños para guardar el material de oficina, así como la parte superior de la mesa para organizar más utensilios. Al otro lado de la escalera, una de las paredes se ha revestido con pintura de pizarra imantada, un recurso original y práctico para que, a una mente creativa, no se le escape ninguna idea. A la vuelta, increíblemente encontramos un vestidor completo, con todos sus accesorios (quizás era un requisito indispensable para la cabaña de una modelo).

Sobre la escalera, en una plataforma, encontramos la cama. Una hornacina sirve de mesilla, mientras que un simple cordón rojo con bombilla vista ilumina el espacio, aunque ya de por sí es uno de los mejores iluminados gracias a su gran ventanal desde donde se puede ver la vegetación exterior.

En el sencillo baño, también se han incluido barras con ganchos para poder tener a mano las cosas del día a día y pequeñas baldas donde albergar jabones o cremas. Todo está pensado al milímetro, hasta los mecanismos eléctricos de corte vintage, tipo marca Fontini, están en perfecta armonía con la cabaña.

Lo que no me queda claro y eso que la firma Mobalpa mayoritariamente es de cocinas, es si este bonito refugio tiene o no una. En las fotos no aparece, lo cual me hace pensar que quizás esta cabaña está pensada para escapar y descansar, pero no para cocinar :-)

Y mención especial a la puerta de entrada, en la tercera foto podéis ver cómo queda por su parte interior, enmarcada en una librería (a juego con una pequeña vitrina insertada igualmente en la misma). Quién diría que es la puerta principal, más bien podría ser la puerta de paso de una casa de campo. Su color y su acabado aportan un acento muy acogedor.

Ya que de niña no tuve una, de mayor quiero una cabañita como esta ¿alguien más se apunta?

Imágenes: Molbapa

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