Cambio de hora…
La madrugada del sábado al domingo cambió la hora y sólo le saco algo positivo a ello, nos permitió dormir un poco más. Ya sabéis que este cambio trae consigo el horario de invierno y como os decía la semana pasada, no me gusta nada esta estación. Pensar en que cuando mis hijas salen de extraescolares empieza a anochecer, me da mucha pereza. Me guste o no, es lo que hay…
Este cambio de hora y un libro que mi marido me ha regalado recientemente («No seas la agenda de tus hijos«), me lleva a escribir este post. Como la mayoría de los mortales vivimos pendientes del reloj, me apetecía traer una cara más amable de este aparato por lo que la reseña de hoy, está llena de ideas e inspiración para decorar con ellos, que por mucho que nos estresen hay que reconocer que bonitos son un rato (al menos los que veréis).
Hace ya bastante tiempo hice un post sobre composiciones decorativas en la pared, entonces no se me ocurrió utilizar relojes para ello y he de decir que quedan francamente bien (una gran idea para los impuntuales recurrentes). Hay otros, como los que aparecen en las tres primeras imágenes, que no necesitan compañía para brillar con luz propia, mejor solos. Por supuesto no pueden faltar los realizados con palets, me sigue sorprendiendo lo manitas que puede ser la gente. E ideas muy originales, como la vajilla, donde cada plato representa la hora de nacimiento de cada uno de tus hijos, así cada niño tiene el suyo ¿bonito, no?
Pues os dejo pasando el tiempo y nunca mejor dicho, con todas estas imágenes. ¡Feliz semana!