Si recordáis el jueves de la semana pasada dejé un post pendiente, ya que no me dio tiempo a publicarlo. He de reconocer que me viene muy bien tener todas las fotos cargadas, porque hoy tampoco lo tengo precisamente fácil.
Acabo de llegar de la oficina y cuando termine esta reseña, tengo que ponerme con las maletas, salir a hacer unos cuantos recados, en fin los preparativos normales para empezar mañana nuestras esperadas vacaciones. Me da un poco de rabia que después de dos semanas de tiempo casi veraniego, nos esperan lluvias para la Semana Santa, pero bueno al menos desconectamos y cambiamos la rutina, que falta nos hace.
Pues bien el otro día os quería enseñar el trabajo de Jeff Andrews, reconocido y admirado interiorista de origen californiano. Sus interiores son sofisticados y cálidos con un toque muy personal, y es que muchas de sus piezas están inspiradas en la naturaleza, visiblemente comprobable en las formas orgánicas de algunos elementos.
Me gusta la ingeniosa combinación de elementos, como en el comedor de la segunda vivienda donde dos sillones orejeros en cuero, presiden una mesa que bien podría ser de jardín. O el cabecero de la segunda imagen que se prolonga hasta el techo sin que se vea excesivo, supongo que a ello contribuye su forma en cuadrícula y el estar enmarcado en la misma madera de las mesillas y pie de cama, lo que le da continuidad.
Lo que sí me resulta, es que muchos de los ambientes son un tanto sombríos, debido a la utilización de colores oscuros y de algunas piezas visualmente pesadas, a pesar de ello el resultado es acogedor. De vez en cuando recurre también a elementos sorpresa, como las fotografías de rostros colgadas en el precioso aseo empapelado de la primera vivienda, que a mí sin duda me sobran. Pero ¿quién dijo que la perfección existe?.
Espero que disfrutéis de las imágenes, pero sobre todo de vuestras vacaciones, que descanséis, comáis, bebáis,… todo aquello que os haga disfrutar. ¡Hasta la semana que viene!.
Beverly Hills, California