Esta casa de Boston pertenece al pintor John Guthrie y el hecho de pertenecer a un artista es algo que se nota en la decoración.
Sus cuadros están llenos de colorido y formas orgánicas inspirados en la naturaleza y las estancias de su casa son el fiel reflejo y representación de su trabajo, es más sus obras son el punto de partida de la decoración. Si os fijais la paleta de colores utilizada en cada cuadro se repite en revestimientos y mobiliario unificando así los ambientes, aunque sean colores realmente atrevidos y arriesgados. A mí sin embargo el resultado me parece divertido pero confieso que no lo tendría en mi propia casa, acabaría cansándome muy pronto.
Me choca también el cambio radical entre unas habitaciones y otras, el salón y el pasillo son mucho más clásicos, relajantes y carentes de estridencias, acordes con las obras expuestas en dichas estancias. Me encanta la embocadura de la chimenea como mero elemento decorativo, algo que se ve con frecuencia ultimamente con composiciones de marcos vacios en su interior. Los bodegones y cerámicas también tienen su encanto.
En el comedor las tonalidades van subiendo hasta llegar a la cocina donde alcanzan su máxima expresión, allí conviven el azul celeste, los rojos, blancos y negros, hasta la vajilla es de colores. Menos mal que en el dormitorio el ambiente se vuelve más relajante, destaco el grabado sobre la cómoda de la última foto, simple pero precioso.
En este rincón se aprecia perfectamente mi comentario, el sofá, el sillón, el jarrón de la mesa auxiliar y el de la mesa de comedor comparten el colorido de la obra del autor, creando un conjunto armónico.
Imágenes Apartment Therapy