Una semana que empieza movidita, tanto es así que este será mi único post durante estos días. Mañana mis hijas tienen la función de baile que realizan cada año al finalizar el curso, y aunque he de decir que cuando las veo se me cae la baba y alguna que otra lágrimita, los días previos suponen un estrés añadido que la verdad, no necesito. Tengo que coser seis «modelitos», tres para cada una, (si a lo que yo hago se le puede llamar coser, menos mal que desde lejos no se nota), y para variar, me ha pillado el toro, ¡empecé ayer!, a ver si salgo viva de ésta.
Pero además como el jueves es fiesta en Madrid, cojo las maletas y me voy al pueblo que es el mejor sitio para desconectar del mundo, aunque allí también me espera lo mío. La verdad es que la casa cada vez está más bonita, menuda diferencia sólo cambiando el color, pero tengo un montón de cosas que colocar, muebles por pintar, arreglar el jardín (que después del invierno se ha convertido en una selva), en fin, más trabajo. Estos son los dos motivos por lo que me ausentaré hasta el lunes que viene.
¡Ah! quería contaros también, que la médico que trata mi cuello, tenía un montón de muebles de los que se quería deshacer y no son muebles cualquiera («no hay mal que por bien no venga»). Ayer estuve en su casa y me dijo, elige lo que quieras y te lo llevas, obviamente es mobiliario que hay que restaurar, pero del que merece la pena. Me llevé dos sillas balinesas impresionantes, un cabecero, un extraño botellero, una descalzadora y una preciosa maleta de madera (y porque no me cabía más en el coche). La semana que viene prometo mandaros las fotos de los muebles, tal y como están ahora, y espero poder publicar su transformación algún día no muy lejano. Me vendrían bien vuestras sugerencias, no tengo mucha idea de restauración, aunque en cualquier caso consultaré con un profesional.
Y antes de desaparecer lo que queda de semana, quería compartir con vosotros estas bellas imágenes que pertenecen a una casa publicada en la revista Nuevo Estilo, un proyecto realizado por la interiorista francesa Marie-Laure Helmkampf.
Ojala mi casa del pueblo luciera como ésta…¡feliz semana!.
Qué bonitas estancias, transmiten una sencillez con todo en tonos neutros, que invita a la calma. Me ha encantado el reportaje. Saludos
Gracias Isabel.