Patios interiores…
Este fin de semana todo lo que se veía por Facebook eran fotos del verano de amigos y familiares, lo normal supongo, pero algunas siempre son más especiales que otras. Entre ellas estaban las de mi familia paterna (primas y sobrinos) y he de decir que me han generado cierta nostalgia, me han transportado a mi infancia. Hace muchísimos años que no veraneo en ese conocido pueblo de Murcia, pero recuerdo la casa como si fuera ayer.
La vivienda ha sido remodelada para adaptarse al crecimiento de la familia, pero su esencia sigue siendo la misma, todo gira en torno a un gran patio interior. Aún recuerdo cuando era pequeña y nos traían toneladas de porras para desayunar, me las zampaba que daba gusto; recuerdo a una de mis primas embarazada de mi sobrina la mayor, yo debía tener unos cinco años; el pequeño velero que tenía mi padre guardado en lo que llamábamos «la cochera»; las vistas del mar desde el porche delantero de la casa,… son muchos los recuerdos, pero si hay algo que me gustaba de esa casa, era su gran patio interior.
Dice la canción «el patio de mi casa, es particular«… en mi caso lo que tiene es que es particularmente feo. Vale quizás exagero un poco, pero no lo utilizo por falta de privacidad. Siempre he soñado con tener una de esta casas con un «cachito» de verde en su interior, un lugar donde tomarme un café sin ser escrutada por el vecino de al lado. Tengo un chalet sí, con dos patios, también, pero no los uso ¡qué pena!, ahora mismo son propiedad del huerto de mi marido, sinceramente no me seducen ni lo más mínimo, en ellos me siento observada.
Y tras esta charla y mis recuerdos, os traigo un montón de patios, grandes, pequeños, minimalistas, zen, de corte industrial, floreados, con piscina o si ella,… todos y cada uno en su estilo, todos interiores y todos, remansos de paz. Algún día tendré uno…
Feliz lunes y ánimo a los que os habéis incorporado hoy al trabajo, no os preocupéis el viernes está a la vuelta de la esquina :-)