Casa Pasiva…

Perdonad mi ausencia de la semana pasada, pero me pilló en plena mudanza y sencillamente, no tuve tiempo ni de respirar. Llevamos justo una semana en el piso y aunque ha sido algo caótico, esto empieza a parecer un hogar. Este cambio me ha hecho reflexionar mucho sobre la cantidad de cosas que podemos llegar a acumular y que, en realidad, no necesitamos. Incluso después de hacer una gran criba en el chalet, al llegar aquí hemos continuado tirando algunas cosas. Sólo hay algo que me ha costado reducir al máximo, las tazas, reconozco que es una tontería, pero según el momento del día me gusta tomarme el café en una u otra. Teníamos tantas que no nos cabían, esta cocina da para lo que da, así que mi marido se empeñó en que sólo podíamos quedarnos un par cada uno (he sacado de extranjis dos de una caja, de las que se iban al pueblo, porque no tenía para el café de después de comer). Creo que él sí está llevando el minimalismo al extremo.

Y lo del pueblo es otro cantar, nos llevamos tantas cosas que veremos a ver cómo reorganizo todo aquello, es otra mudanza más. Pero la realidad es que, aunque siga en el proceso y el camino es largo, todo esto me hace mucha ilusión, literalmente es un nuevo comienzo.

Me dejo de rollos, supongo que queréis que os cuente sobre la vivienda que os traigo hoy. Pertenece al arquitecto Ben Ridley de Architecture For London, que vio en esta casa adosada un gran potencial, algo que otros, habían descartado cuando estaba en el mercado por su aspecto oscuro y lúgubre. Además, ofrecía un plus, una extensión en su parte trasera.

La casa es de estilo eduardiano y se encuentra en Muswell Hill, Londres. La planta baja tenía muy poca luz natural ya que sólo contaba con una ventana orientada al norte. Para solucionar este problema el arquitecto abrió un enorme ventanal al jardín, que tiene orientación este y sobre la mesa de comedor, creó un gran tragaluz eliminando así el problema. La tradición y lo contemporáneo conviven de manera natural así, la fachada principal conserva el encanto de las vidrieras mientras en su interior, luce un mobiliario moderno en suaves tonos naturales.

Algo fundamental para este estudio de arquitectura es el ahorro energético, de ahí que Ben Ridley esté especializado en casas «Passivhaus». En esta en concreto, se ha conseguido un ahorro energético de un 80% gracias a sus altos niveles de aislamiento, triple acristalamiento y un sistema MVHR que proporciona ventilación constante para crear un hogar cálido y confortable (además de eliminar el polen y las partículas nocivas creando también un espacio saludable).

Los materiales contribuyen al confort y a tan ansiado aislamiento: madera, piedra natural y paredes encaladas, son los elegidos para vestir la casa. La madera de roble se ha utilizado en toda la vivienda, menos en el dormitorio principal que se ha optado por tablas anchas de abeto Douglas de la firma danesa Dinesen y en el techo, cuya viguería antigua es de madera de pino. Por su parte, la piedra caliza es italiana de la firma Grassi Pietre .

Y hasta aquí este maravilloso recorrido por una vivienda aparentemente sencilla, pero con premios a sus espaldas gracias a la labor de Ben Ridley convirtiéndola en un ejemplo de casa pasiva. Obtuvo el Premio DMI al Liderazgo Ambiental y quedo finalista de Proyectos Pequeños AJ, ahí es nada.

Fotografía: Lorenzo Zandri para Arquitectura para Londres

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas entradas.

Una pared de libros…

Esta es la casa que quise traer al blog la semana pasada, totalmente conquistada por esa pared de libros. La realidad es que no todo de ella me gusta (la cocina, por ejemplo, no es mi estilo), pero no podía dejar pasar la ocasión de mostrar esa librería de suelo a techo. Ahora hay una tendencia tan minimalista que, aunque particularmente me de paz, veo cómo van desapareciendo elementos que a mi juicio, transforman una casa en hogar. Hablo de los libros, claro. ¿Dónde los esconde la gente? ¿Es que no tienen libros en casa? Si alguna vez me mudo de este chalet, mi intención es hacerlo este año, una de mis grandes preocupaciones es precisamente dónde meteríamos tanto libro.

Casualmente, como el post anterior donde los libros eran protagonistas y el propietario escritor, esta vivienda también se construyó para un artista e historiador de la arquitectura. Me hace pensar que exponer tus objetos (sean libros, fotografía, pintura, escultura, etc.) va inherente a este tipo de personas creativas, entre las cuales me incluyo.

El gran bloque de hormigón, acero y madera se construyó en el patio trasero de una propiedad de los años 40. Ambas edificaciones coexisten de tal manera que la original, que da a una calle transitada y comercial en Austin (Texas), conserva la estética histórica de vecindario y en su parte trasera, se erige la nueva vivienda más contemporánea haciendo referencia al contexto más urbano donde se encuentra.

Se construyó con bloques de cemento y para el techo se optó por madera de abeto Douglas, madera sin tratar que en sus inicios es blanquecina, pero con el paso del tiempo, va cogiendo una tonalidad amarillenta e incluso rojiza. Como veis, tanto los sistemas de electricidad, fontanería, refrigeración, etc. se dejaron vistos, de tal manera que su mantenimiento fuera más fácil, así como su colocación. También pensando en un futuro para posibles cambios de ubicación.

La vivienda de concepto abierto cuenta con una gran sala que comparte la zona de estar y el comedor con la cocina. Aquí es donde encontramos la gran librería de dos alturas que contiene una extensa colección de libros de arte y arquitectura. En la planta baja también se añadió un espacio más privado para almacenaje, lavandería y un baño. Arriba, se sitúa el dormitorio principal en suite con una bañera exenta de patas, que permite darse un baño mientras disfrutas de las vistas al jardín. Si os fijáis la estructura revestida con espejo junto a la cama, tiene una puerta, me queda la duda si esta es para ocultar la zona de inodoro del baño o si se trata de un «walk in closet». En cualquiera de los dos casos, me parece un acierto y aunque no me llama mucho la atención las paredes cubiertas con espejo, en esta ocasión, la librería se refleja creando el efecto óptico de que se duplica y la cama, parece que estuviera rodeada de libros. Además, tiene el poder de multiplicar la luz natural y que donde sólo hay una ventana, parezca que hubiera dos.

El almacenaje de libros y CD´s se aprovecha en el altillo por las dos caras, de tal manera que tienes acceso a ellos desde la escalera y también al subir al dormitorio.

Siendo honesta, no sería una opción de vivienda para mí, seguramente tampoco para la mayoría de vosotros, pero es indiscutible que esa pared de libros enamora a primera vista. Me encantaría saber vuestra opinión al respecto.

Fotografía: Leonid Furmansky / Arquitectura: Murray Legge

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas entradas.