Esta casa madrileña es la residencia del arquitecto Antón García-Abril, responsable del Estudio Ensamble. Se caracteriza por sus siete grandes vigas de hormigón superpuesto, que le ponen nombre al diseño Hemeroscopium (en alusión al lugar donde para los griegos se pone el sol). Incluso en el interior, las paredes de la vivienda no intentan ocultar el engranaje de la construcción, sino que el hormigón queda a la vista, para suavizar su peso, el entorno como paredes y techo son blancos.
Respecto al mobiliario, el salón es un repertorio de los clásicos del diseño del siglo XX, todo editado por la firma Cassina. Sin embargo en otras muchas estancias se ha utilizado mobiliario de la firma Ikea, como en la cocina, donde preside una gran mesa, el sofá naranja de la zona de estar, la cama, etc. Como digo siempre, el dinero y el buen gusto no tienen por qué ir de la mano, y viceversa, con poco presupuesto se consiguen grandes cosas.
Otra curiosidad es la situación de la bañera, a los pies de la cama, y es que si uno puede darse un baño contemplando la sierra de Guadarrama a través de un enorme ventanal ¿qué importa dónde está situada?.
(Fuente: Revista Nuevo Estilo)