Mañana de nuevo me voy a mi pueblo, a saborear otro regalo especial de mi marido por este cumpleaños, que se os debe estar haciendo eterno. Después de diez años sin coger un micrófono se subirá a un escenario junto a su antiguo grupo a deleitarnos (o a berrear, según él), para rememorar viejos tiempos. Si lo que no se haga por amor…
¡Feliz fin de semana!
Expormin
Out Line, versatilidad e intemporalidad