Un loft poco convencional…

Casi 600 metros cuadrados de vivienda con una altura de techos de más de tres metros, enmarcado por columnas, vigas y un suelo de madera original, es el loft que vamos a ver hoy en Brooklyn (Nueva York). En él viven la escritora Laura Lane con su marido y artista Nic Rad y su perro.

El matrimonio se hizo cargo de la mayor parte de la remodelación, trabajaron codo con codo con un arquitecto involucrándose en la elección de materiales, iluminación y mobiliario. Todo empezó a partir de algunos elementos como el gran sofá, una pared destinada íntegramente a arte o la impresionante estantería circular rosa que se convertiría en punto focal del cuarto de estar de diseño abierto. Para la parte de decoración la pareja contó con la ayuda del interiorista Casey Debois, que en realidad fue contratado al final del proceso en un momento en que los propietarios se sentían atascados. El decorador sólo le dio su toque para conseguir crear una casa basada en los principios del feng shui y les asesoró en la adquisición de alguna de las piezas y accesorios finales para que la casa se viera terminada.

Antes de adquirir la espectacular estantería rosa, estuvieron barajando otras posibilidades, como una en forma hexagonal e incluso otra con forma de diamante. Querían exponer de manera original sus pequeñas piezas de colección sin que parecieran abarrotadas, dejando hueco suficiente entre ellas para que se apreciaran mejor, de ahí que se decantaran finalmente por esta estantería redonda. La pareja de butacas rosas con pie dorado, que ya tenían antes de mudarse y que son de Jonathan Adler, determinaron la paleta de color de la propia estantería.

En el comedor, destaca el espejo de medio círculo de Ben & Aja y la gran lámpara de Kelly Wearstler. A continuación se encuentra una zona de librerías, un espacio al que se le ha dotado de dramatismo gracias al color negro y donde los libros están colocados por tonalidades.

La cocina se da un aire campestre y aunque pueda parecer en las imágenes de color gris, la realidad es que es de un tono verde muy oscuro.

En la habitación principal destaca el revestimiento de hormigón colocado en la pared del cabecero que originalmente se había comprado para destinarlo al baño. Para suavizar el ambiente se introdujeron textiles claros y el toque verde de las plantas. En el dormitorio de invitados, uno de los más pequeños de la casa, los propietarios dieron rienda suelta a su imaginación y añadieron un llamativo papel pintado de Eskayel que amplía visualmente la pared del cabecero y disimula su estrechez, lo combinaron además con cojines del mismo estampado y otros que dan el toque de color.

En la entrada se encuentra la interesante «pared galería» donde hay obras procedentes de subastas, mercadillos, regalos e incluso algunas obras pintadas por los propios propietarios. Para distribuir la gran cantidad de cuadros dice Nic, que fue ensayo y error, poner, quitar, mover, subir, bajar, e ir encajando uno a uno como si de un puzzle se tratase hasta conseguir el resultado tan impactante que estaban buscando (podéis verlo en la última imagen).

De nuevo una casa singular, con personalidad y es que viniendo de artistas no puede salir nada convencional ¿no creéis?…

Fotografía: Cody Guilfoyle (Más info vía)

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4 comentarios en “Un loft poco convencional…

  1. Amé la cocina! Se ve gris y me gusta…. si como decís es verde…entonces es fantástica

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