Segunda residencia…
Los que tenemos la suerte de tener una segunda residencia, está claro que lo que buscamos es un lugar de retiro, un sitio para descansar y desconectar, más aún cuando la vivienda está lo suficientemente cerca como para poder disfrutar de ella incluso los fines de semana.
Los propietarios de esta casa, productores de televisión en Los Ángeles y padres de dos niñas pequeñas, adquirieron este refugio en la ciudad de Ojai. Una zona cercana a la gran ciudad, en el condado de Ventura, rodeada de amplios valles y naturaleza. Contrataron a la diseñadora de interiores Deborah Rhein, dueña del estudio D.L. Rhein con sede en Los Ángeles.
Lo primero que hicieron fue cambiar el antiguo color amarillo de las paredes, por un luminoso blanco y vistieron los suelos con cemento para hacerlos más funcionales (son fáciles de mantener y muy resistentes al tránsito). En la amplia cocina se sustituyeron los armarios superiores por estanterías abiertas, que ocupan menos visualmente y favorecen también el aspecto informal acorde a una casa de campo. Para proteger la zona de cocción y la de aguas, las paredes se protegieron con azulejo hecho a mano de Ann Sacks. La cocina presume también de tener una gran isla con barra y taburetes de CB2, sobre ella, una gran luminaria de bambú y seda de Couleur Locale. En la pared se exhibe una colección de tablas antiguas de cortar francesas.
Con el fin de conseguir la sensación de refugio que buscaban, se utilizaron muebles de estética muy natural, maderas claras y una paleta neutra en los textiles. Para dar más personalidad a las distintas estancias, contaban con multitud de piezas que los propietarios habían adquirido en sus numerosos viajes (en la primera imagen podéis ver como un Juju Hat – pieza africana de la que os hablaba la semana pasada – corona una de las paredes de salón).
En la sala de estar lo prioritario era la comodidad, para ello se eligieron dos grandes sofás de Cisco Brothers, una alfombra Beni Ourain y de nuevo otra pieza con personalidad, la mesa de centro es en realidad un banco de bodas vintage sobre el que se ha dispuesto una bandeja marroquí.
El comedor está situado entre la cocina de espacio abierto y el salón. La mesa personalizada se rodea de sillas de la firma Palecek y están cubiertas por las míticas pieles de oveja de Ikea, que le dan calidez. Tras la mesa, tinajas traídas de sus viajes por Europa.
La primera pieza que Deborah Rhein encontró para la casa, fue la gran alfombra vintage que viste el dormitorio principal. Sus tonos pastel representan lo que los lugareños llaman «el momento rosa» haciendo alusión a las puestas de sol que se reflejan en las montañas de Ojai. Los grandes puf de cáñamo a los pies de la cama, son también de CB2.
La habitación de las dos camas y el dormitorio de matrimonio de la siguiente imagen, son habitaciones para invitados. En la primera encontramos un atrapasueños entre ambas camas vestidas con suaves algodones. En la otra habitación, a los pies de la cama se colocó una alfombra marroquí, la lámpara de noche es de West Elm.
Fuera, un enorme jardín con amplias zonas de descanso, chimenea, piscina y unas increíbles vistas, completan este refugio de fin de semana. Precioso ¿verdad?
Una casa ideal, pero sin duda, me quedaría con el porche – uff, no me despegaría de él… :D Besos
Cierto el exterior es para disfrutarlo, en invierno también con ese pedazo de chimenea 😁