Vuelta a la primavera…

«Aunque no esté escrito en ningún libro, hay un tipo de primavera que se llama Ibiza» Así comienza Susanna Cots explicando la filosofía de este proyecto. Y cierto es que si hablamos de las islas, rápidamente nos viene a la cabeza las eternas horas de sol, la playa, los chiringuitos y la vida bucólica, por mucho que sepamos que hay otra realidad, como en cualquier parte. Días de lluvia y frío, de monotonía, de trabajo, etc. Pero a mí, particularmente, me gusta más pensar en la lúdica.

Aunque no lo parezca esta casa viene de ser un lugar frío y oscuro. La apertura de ventanas y la construcción de pasillos acristalados fue determinante para dejar entrar la luz y toda la naturaleza que rodeaba la vivienda. Incluso un pequeño anexo a ella (la casa de invitados) se unió a la matriz a través de un pasillo de cristal.

Las simetrías juegan un papel importante, cocina, salón y cuarto de estar se alinean dando a la planta principal continuidad y los grandes cerramientos de cristal permiten comunicar el interior y el exterior a demanda. Elementos como la chimenea del salón, pueden ser utilizados también por su cara exterior, pudiendo disfrutar de ella por el porche exterior.

La entrada ya es una declaración de intenciones. Siempre me gustaron así, tan bellas que una simple mesa auxiliar redonda y un jarrón, son capaces de llenar todo un espacio. Pero no os equivoquéis, se necesita más que eso para que ésta se vea resultona, en este caso un suelo de madera colocado en espiga, una pared panelada (con el plus de la sorpresa del aseo en negro, efecto Wow total), una escalera con una iluminación muy estudiada… en fin, todo cuenta.

La cocina y el comedor ocupan un gran espacio alargado. Este último, se ha zonificado gracias al techo de vigas vistas en madera, a tono con el resto de los muebles y piezas en fibras naturales. La cocina además, posee una gran isla con zona de asientos para desayunos o comidas informales. Tras el comedor, encontramos una sala de estar con un gran televisor que, gracias a sus enormes ventanales, puede abrirse a demanda para comunicarse con el exterior, donde encontramos un banco de obra de estilo mediterráneo y una fuente. Además de los ventanales, su techo también es de cristal.

Al igual que la planta baja está concebida para el uso y disfrute en familia, la primera planta es todo lo contrario, se busca privacidad. El dormitorio principal ha copiado la idea del salón y su chimenea puede disfrutarse tanto desde la habitación como desde la ducha, doble confort. Cuenta además, con otros dos dormitorios que comparten baño completo. En esta planta, encontramos una habitación más que hace las veces de despacho y zona de juegos.

Y la guinda del pastel, en el jardín. Un maravilloso invernadero para sacar todo su potencial al exterior, incluso en invierno, porque aunque ya sabemos que en Ibiza siempre es primavera, también hace frío de vez en cuando ;-)

Imágenes: Susanna Cots

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