Claros y oscuros

Hoy quería salirme del guion, ahora que tanto se lleva la decoración en los tonos neutros. Sin que sea una crítica a esta tendencia, que particularmente me transmite mucha paz, lo que no hay que negar es que al final casi todas las casas son un poco «más de lo mismo» y de vez en cuando, para variar, viene bien que te recuerden que existe el color y más allá de eso, que saber combinarlo es todo un arte. En la vivienda de hoy veréis un claro ejemplo de cómo conviven los tonos oscuros, con los claros, con colores vibrantes e incluso pastel, todos en perfecta armonía.

Se trata de un proyecto de rehabilitación y reforma del equipo Mon Concept Habitation, para una vivienda de 280 metros cuadrados con casi ochocientos de jardín. El arquitecto del equipo que llevó a cabo el trabajo fue Camille, con la premisa de redistribuir y hacer funcional los espacios, pero sin perder la esencia y la historia del edificio.

La casa está compuesta por cuatro plantas. Ya desde que entras por la puerta, encuentras una declaración de intenciones con las distintas combinaciones cromáticas, ese brusco choque entre el blanco inmaculado, inundado de luz del recibidor y la sala de estar, junto a un precioso negro intenso en las paredes de la escalera, “Off-Black” de Farrow & Ball. Y que también contrastan con las baldosas hidráulicas originales del suelo de la entrada. La combinación no puede ser más bonita.

Tanto en la salita de estar (a la izquierda de la entrada) como en el salón (a la derecha de la misma), se perciben los elementos arquitectónicos originales de la vivienda que han sido respectados en la restauración, como las molduras, la chimenea, la gran altura del techo o los grandes ventanales. A través del salón se puede apreciar cómo asoma la cocina, a la que sí se sometió a una reforma integral.

Un antiguo taller mal aislado, se ha convertido en el alma de la casa. Mediante un cerramiento de hierro y cristal, este espacio goza ahora de gran cantidad de luz natural y está rodeada de naturaleza. Dispone además, de puerta directa al jardín. El mobiliario se ha puesto en color verde, como si fuera una extensión de la parte exterior, encimera Domoos de Dekton y de manera simbólica, los propietarios han mantenido en la pared los ladrillos vistos que son los mismos que se encuentran en la fachada del edificio.

Bajo el ventanal de la cocina, encontramos una gran zona de comedor, con banco a medida, todo el conjunto está realizado en roble. Lo completan unas colchonetas en color verde, a tono con los muebles de la cocina y la vegetación exterior, y tres lámparas de Le Petit Florilèg.

Contiguo a la cocina, se ha diseñado un pequeño espacio de trabajo en un bonito azul grisáceo combinado con madera. Está hecho a medida mezclando líneas curvas y rectas, un diseño que le aportan dinamismo y funcionalidad. Además de la oficina, tras un separador de ambientes de barrotillos de madera, se ha realizado también una zona de vestíbulo con armarios, perchero, zona para los zapatos, etc. siguiendo la misma gama cromática.

Y de repente llega la oscuridad, con la pintura negra de Farrow & Ball que recorre las escaleras y que hace un bonito contraste con los suelos, los escalones y el pasamanos de madera. Pero no tardará en volver la luz, nada más subir a la izquierda, encontramos el dormitorio principal, inundado de luz gracias a sus dos ventanales enmarcados con cortinas de terciopelo amarillo y que dan al jardín, además de su pintura blanca.

A continuación, una habitación antes inutilizada, se ha convertido en un osado vestidor color terracota. Son todo muebles adaptados de IKEA. Le sigue la habitación de invitados donde el protagonismo recae en el papel mural de la pared de Isidore Leroy.

El baño principal es una de mis estancias favoritas. Combina hormigón encerado, con mosaico HEX Calacata, griferías y perfilerías en color negro y carpintería en cannage.

Todavía hay que subir un piso más, volviendo al contraste de color entre el negro de la escalera y el blanco del rellano al subir, incluso el parquet se ha pintado en este último piso enfatizando la luminosidad que entra por el Velux del techo. Allí nos encontramos una gran sala de juegos para los niños, también un vestidor (al igual que en el piso inferior, realizado con muebles de IKEA) esta vez pintado de amarillo.

Junto a las habitaciones, el baño infantil, precioso también. En esta ocasión con bañera revestida de azulejos blancos Bakerstreet de Leroy Merlin y en el suelo, mosaico de The Mosaic Factory. Se combina en las paredes, con un bonito verde y al igual que en el otro baño, la grifería y perfilería van en negro. Los baños son, los mires por donde los mires, preciosos.

¿Qué os ha parecido la casa de esta semana? Diferente pero bonita ¿verdad?…

Imágenes: Mon Concept Habitation y Marie Claire Maison

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Lindye Galloway. Paleta de neutros…

Resulta complicado e incluso banal, hablar de decoración con lo que está pasando en el mundo. Sinceramente nunca podré comprender cómo hay personas que anteponen el poder y el dinero a las vidas humanas, es una sin razón que se escapa a mi raciocinio. Cada vez percibo este mundo como algo más hostil, guerras, pandemias, luchas de poder,… no sé qué van a heredar nuestros hijos como sigamos así, ahora mismo lo percibo todo como una amenaza, no sé si os pasa lo mismo.

Vale, ya sé que no estáis aquí para escuchar mis melodramas, así que os hablaré de la casa de hoy, que por cierto, tiene una historia bonita. Esta vivienda la descubrieron sus actuales propietarios dando una vuelta por Newport Beach, California, a poca distancia de donde vivían. Se enamoraron de ella pero sólo sabían que podía estar en venta por un chivatazo, aún no la habían sacado oficialmente al mercado. Se reunieron con la dueña, que tardó cinco largos meses en decidirse en vender. Como suele pasar en estos casos, ellos también tenían que deshacerse de su casa para poder comprarse esta. La casualidad hizo que en un sólo día se la quitaran de las manos y pudieran comprar su casa soñada (creo que eso sólo pasa en las películas, que me lo digan a mí que llevo 6 compra ventas y estas operaciones son complicadas de cuadrar). Pero no queda ahí la cosa, si estrenar casa ya es el subidón del siglo, 24 horas más tarde llegó su hija de adopción Luna. Menudo cambio de vida en tan sólo dos días, un final feliz de cuento de Disney.

La casa, a pesar de ser de mediados del siglo pasado, estaba en buen estado por lo que Jasmine Star, su propietaria, sencillamente contrató a su amiga y diseñadora de interiores Lindye Galloway, con la que ya había trabajado en sus comienzos pero que ahora disfrutaba de una exitosa carrera como interiorista.

Al contrario de lo que suele hacer la mayoría, antepuso la estética a la funcionalidad (aquí cada uno tiene sus gustos o motivos). Que la pequeña Luna llegara a su vida, para ella no significaba descuidar el diseño de su casa, como dice «los niños crecen», así que por qué no poner un sofá blanco, si lo pensáis en realidad si lleva fundas lavables, a veces es casi más práctico aunque a priori no lo parezca.

Una condición era tener una zona de despacho en casa, poder conciliar era necesario para ella. Se situó en un lugar privilegiado y tranquilo, dentro del dormitorio y enmarcado por un preciso detalle arquitectónico, una gran puerta revestida de madera en forma de arco que divide ambos espacios.

Las formas redondeadas, una tendencia que sigue aún más si cabe este año, se repite en más lugares de la casa. En la cocina podemos verla en la preciosa campana enlucida y realizada a medida. La zona de office, también se ha acompañado de una mesa circular con una bancada que acoge a más comensales.

Se prescindió de armarios superiores para no abarrotar el espacio optando por una despensa aparte. Además algunos frentes de los armarios inferiores, se sustituyeron por cannage, lo que también aligera el conjunto.

El salón hace gala de su sencillez. En este espacio vuelven a predominar las curvas, tanto en las vitrinas de acero y cristal empotradas en la pared y hechas a medida, en las lámparas de techo, la mesa auxiliar, incluso en piezas auxiliares o decorativas. Para que el generoso tamaño de la televisión no sea un elemento discordante, está enmarcada con madera y muchas veces en lugar de estar apagada, se proyecta una fotografía familiar de tal forma, que parece una obra de arte integrada en el salón. Tenemos que acostumbrarnos a que las televisiones nos gusten o no, forman parte de nuestras casas, podemos ocultarlas, disimularlas o aceptarlas como parte de algo con lo que coexistimos.

El espacio de la pequeña Luna es crecedero, de momento hay una cuna sí, pero al otro lado también hay una cama con almacenaje para cuando sea mayor. Mientras tanto se puede utilizar para leer, o como cuarto de invitados, para acompañar a la niña en sus juegos, etc. De esta forma, en unos años, con retirar la cuna, su habitación ya estará montada.

Imagino que serán los tonos, la madera natural, el poco ruido visual,… pero esta casa me transmite justo ahora la calma que necesito. ¿Os gusta?

Fotografía: Chad Mellon

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