Buscando la calidez…

Parece que se nos avecina un otoño/invierno complicado con el tema de la energía. Veo casi a diario, cómo los vecinos se afanan en poner placas solares en los tejados de sus chalets, así como me veo a mí misma, encendiendo esa chimenea que aún no he estrenado después de los 18 años que llevamos viviendo en esta casa. Algo habrá que hacer para que no se nos dispare la factura del gas, que bastante ya pagábamos en los meses de invierno en años normales, no me quiero imaginar lo que se avecina.

Este piso de Barcelona que os traigo hoy, fue intervenido por la interiorista Bárbara Sindreu precisamente buscando esa calidez de la que os hablo. No literalmente la que hace que suba el termómetro, sino la que percibes a través de los espacios. Antiguamente la casa era de alquiler y estaba pintada de blanco, pero se veía muy fría.

En esta vivienda de 130 metros cuadrados, se utilizaron varios recursos sencillos. El primero, instalar una chimenea, porque ¿hay algo que dé más calidez que un fuego?, diría que no. Lo segundo, fue unificar espacios para crear un gran salón comedor al que se le añadió una estantería a medida con zona de almacenaje cerrada en la zona inferior. Por otro lado el color, utilizando tonos neutros como protagonistas, el topo de las paredes y de la propia librería lo envuelve todo, pero además se le dio fuerza a la chimenea y a la trasera de la estantería un con un potente negro que aporta si cabe, más calidez.

Todos los muebles del salón (menos el sofá) son nuevos. Al haber sido un piso alquilado previamente, se tuvo que cambiar hasta el parqué, que se remplazó por un laminado en roble. Casi todos los textiles son de Filocolore, las mantas que asoman dentro del armario son de Zara Home, las butacas de Taller de las Indias, las mesitas de Coco-Mat y el sofá de Gems Barcelona.

A continuación del salón, tenemos el comedor y la cocina, separados tan sólo por puertas correderas acristaladas. La misma gama cromática llega hasta el final, de tal modo que la conexión es perfecta. El comedor se ha resuelto con un banco en esquina y dos butacas de fibras. Tanto la mesa como las sillas son de Taller de las Indias. Para darle un poco de dinamismo al conjunto, se han puesto 3 luminarias diferentes de Tom Dixon.

En la cocina, como he dicho antes, encontramos muebles color topo y encimera con antepecho de color negro. Además de funcional, sigue con el estilo del resto de la vivienda.

Para el dormitorio se ha utilizado el mismo recurso. El objetivo era sacar espacio de almacenaje y para ello se ha realizado un armario puente a medida, siguiendo con la estética color topo y enfatizando la trasera con el mismo color negro de la pared de la chimenea y de la estantería. A la trasera de la cama, se le ha añadido una balda a modo de cabecero donde poder dejar una pequeña lámpara, libros, cuadros, etc. Los textiles se encargan de poner el punto de color, son de Zara Home. Otro recurso para buscar la luz y ampliar el espacio, son los espejos. En el dormitorio se ha colocado uno frente a la ventana, lo que hace que la luz natural rebote y se vea todo más luminoso.

A los armarios se le ha dado mucha importancia, claro ejemplo está en la habitación, con zona de vestidor y zapatero incluido. Todo hecho a medida por Industrias Muntané. O en la zona de la entrada (últimas dos fotos), casi pasan desapercibidos pero está claro que en esta reforma eran prioridad número uno.

¿Qué os parece la casa? Me gusta lo funcional que es, la serenidad y calidez que transmite gracias a su gama cromática que se repite por todas las estancias y el que sea sencilla, sin grandes pretensiones, pero a la vez, la típica casa donde a cualquiera nos gustaría vivir.

Fotofrafía: Pepa Oromí para El Mueble

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Unifamiliar en el centro de Madrid

Hoy me quedo en Madrid, en mi ciudad, no me voy a buscar belleza a ningún otro sitio teniéndola tan cerca. El 2021 sigue cebándose con España, con el mundo entero, pero lo de Madrid es incomprensible, no nos hemos recuperado de una y ya estamos metidos en otra. Dicen que vivamos y disfrutemos de los pequeños momentos porque las tortas vienen solas, una afirmación muy sabia, aunque creo que cada uno lleva las cosas a su manera y a mí, todo esto me viene grande.

Cambiando de tema y con la mirada puesta en algo más amable, os traigo una casa unifamiliar en el centro de Madrid, un capricho que no rechazaríamos ni los que nos hemos ido a vivir fuera de la capital para precisamente, tener ese espacio que en la ciudad es tan difícil de conseguir. Claro que o te llega en forma de herencia —como es el caso de esta vivienda— o tienes una buena cuenta corriente para asumir lo que una vivienda de estas características, puede costar en la ciudad.

El chalet centenario, pertenece a lo que se denominaban «casas baratas» a principios del Siglo XX. Ubicado en una de las colonias que se construyeron en su momento para destinarlas a los trabajadores del campo que migraban a Madrid. Por entonces, estaban a las afueras de la ciudad, pero la capital creció y estas casas, quedaron integradas en céntricos barrios y adquiridas posteriormente por la burguesía.

En este caso, ha pertenecido desde los años 20 a una misma familia. Cuenta su propietaria actual, que ha llegado a ver la cocina en siete lugares diferentes. De esta última reforma se encargó el equipo de Ramisa Projects & Fun, cuyo objetivo fue actualizar la vivienda preservando la historia de la misma y por otro lado, dejar que la luz lo inundara todo. Para ello, se instaló una claraboya en el tejado que permite iluminar desde el techo hasta el sótano.

Por otro lado, se optó por una planta abierta, desde la entrada se puede divisar el salón, el comedor y la cocina, además del patio interior, desde donde también entra gran cantidad de luz. Sorprende la cocina ¿Sabíais que es tendencia enfatizar los techos? Quizás no sea del gusto de todo el mundo, pero no me negaréis que tiene una efectividad aplastante.

En el caso de esta vivienda, se colocaron azulejos artesanales de origen marroquí en el techo de la cocina, el verde recuerda a la vegetación que asoma por los ventanales. Además, alrededor de la campana empotrada en el techo, se construyó una urna de cristal y hierro fundido que se lleva todo el protagonismo. La cocina minimalista, contrasta con la preciosa alacena de una de mis tiendas favoritas de El Rastro, Antigüedades El Jueves.

En la planta superior se encuentran los dormitorios, donde los techos altos, los ornamentos y la mezcla de mobiliario antiguo y moderno, sigue con la misma tónica. El baño está revestido al completo por microcemento, exceptuando el suelo donde se ha utilizado adoquín portugués de Francisco Parada.

En cuanto a la decoración, me encanta la mezcla, una deco muy fresca que combina muy bien con la solera de la vivienda. Destaco algunas piezas como la mesa «Xanthippi» de Coco-Mat frente al sofá, los pufs y cojines de Gancedo, la lámpara de comedor de Ofelia Home Decor (otra de mis tiendas «Top») o las mesitas de noche de Guáimaro (otro referente para mí). Ah! por cierto, todas las tiendas son de Madrid :-)

¿Qué os parece esta maravilla de casa? A mí me ha enamorado.

Imágenes: El Mueble

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Novedades semanales

Bueno parece que ha llegado el viernes, pero por desgracia las malas noticias nunca llegan solas, así que no me encuentro con ánimo para escribir. Me queda el consuelo de pensar que son simplemente rachas y esta pasará…

Os dejo con un montón de novedades para el fin de semana, el lunes más y espero que mejor.

¡Feliz fin de semana!

COCO-MAT

Los mejores momentos no tienen precio

COCO-MAT

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