Zen Architects

Esta casa me ha hecho viajar al pasado y no porque tenga un aire antiguo precisamente, pero tiene dos elementos que me han transportado a mi infancia. La primera ha sido ver esas robustas paredes revocadas de manera irregular que me han recordado a las que había en el colegio, aunque aquellas, además, tenían piedrecitas incrustadas con las que haciendo un poco el burro, me destrocé un dedo y se me cayó una uña (mi mano volvió a su ser, pero el recuerdo está ahí). Y el segundo pensamiento ha venido al ver en la biblioteca el Summa Artis ¿Quién no ha tenido o tiene aún en casa de sus padres esta mítica enciclopedia? En casa de mi madre está y me ha hecho gracia encontrarla en los estantes de esta casa. Estas dos tonterías, sumadas a que la vivienda es un espectáculo, me ha hecho traerla hoy por aquí.

Está situado en Mount Eagle Estate, una zona protegida al noreste de Melbourne, Australia. De gran importancia histórica, planificada y diseñada por Marion Mahoney y Walter Burley Griffin en 1915. La nueva construcción realizada por Zen Architects, debía seguir, por tanto, los estándares patrimoniales de vegetación, paisajismo y sostenibilidad del entorno. Ya existía entonces una vivienda que no se adaptaba a las necesidades de esta familia compuesta por un matrimonio y cuatro hijos. Decidieron empezar de cero puesto que ellos habían evolucionado también, con sus hijos ya mayores y la presencia de nietos, necesitaban más espacio y una disposición diferente para adaptarse mejor a las circunstancias.

Ahora la casa es de una sola planta, adaptando la movilidad para poder envejecer en ella. Se ha cuidado mucho la parte de sostenibilidad, en cuanto a los materiales utilizados, todos son naturales, reciclados y de proximidad. La eficiencia energética, también se aprecia en detalles como las ventanas, algunas estrechas y alargadas (que otorgan intimidad), otras como las salientes con capota (orientadas al norte) permiten la máxima entrada de sol en invierno mientras que, en verano, lo excluye. Otras ventanas, dejan entrar literalmente al jardín en el interior.

Los adoquines del suelo de pizarra Castlemaine, continúan desde el exterior hasta el interior por los espacios comunes, facilitando el mantenimiento. Al igual que sucede con las vigas de la pérgola del jardín que podemos encontrarlas también discurriendo por la entrada, la cocina o la biblioteca.

El mobiliario, elegido en consonancia, sigue un patrón tranquilo y minimalista con la madera como protagonista. En la cocina, realizada del mismo material, tengo el firme propósito de descubrir de dónde es la lámpara colgante sobre la isla (no puede gustarme más). El arte rompe aportando colorido y movimiento en un ambiente más bien plano. Por supuesto lo de plano no cuenta para la librería, allí los libros ya tienen esa función, además de la antigua mesa de despacho con vistas al jardín, maravillosa también ¿puede haber lugar más idílico para trabajar?

Si os dais cuenta es aquí en el despacho y en los dormitorios, donde el suelo ha cambiado, una tarima de madera se encarga de avisar que estos son espacios de retiro y por tanto de mayor confort. En el baño volvemos al mismo concepto que la cocina, muebles de madera con finas encimeras de cemento pulido (en este caso, al igual que el suelo, que funciona muy bien para zonas húmedas).

Y por último tenemos el jardín, lo más importante de la casa puesto que todo el proyecto gira en tono a él. Como dicen los arquitectos del proyecto: » el paisaje crecerá dentro, alrededor y sobre la casa con el tiempo « .

Imágenes: Derek Swalwell  yZen Architects

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Maurice Padovani

En cuanto a gustos decorativos realmente me identifico con la primera vivienda, mucha madera enmarcada por un blanco que todo lo inunda y piezas negras o grises en contraste. Me gusta todo de ella, sus espacios diáfanos, las vigas vistas en blanco,  la preciosa escalera escultórica y por supuesto todos y cada uno de los muebles que dan vida a este hogar. De las demás casas, obra del arquitecto Maurice Padovani, podría destacar singularidades, pero son un tanto coloridas para mí, aunque también disfruto viéndolas.

En Monte Cristo, sobre todo llama mi atención el cubo que se proyecta hacia el jardín rematado por vidrieras de colores, más aún ese jardín de aspecto rústico que jamás dirías que es la antesala de un espacio interior tan atrevido. De Beaumont me quedo con la galería formada por lamas de madera dispuestas horizontalmente que prolongan la vista hasta el infinito, a la par que producen preciosos juegos de luz (la piscina es algo con lo que sí podría vivir, al igual que con el altillo biblioteca, todo un capricho).

En La Madrague de Montredon y Domaine Bonnefoy, el acero y el color son los protagonistas absolutos. Me encanta cómo se ha utilizado una gran librería para separar la zona de la cocina de la de paso, dando a esta pieza utilidad por ambos lados. Dos viviendas perfectas para los amantes del más puro diseño contemporáneo.

¿Qué os parecen?…

Le Prado/Marseilles

Maurice Padovani

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Luis Bustamante

Gracias a todos por vuestros comentarios de bienvenida, recibidos tanto en el blog como en Facebook y en Twitter, es gratificante saber que habéis echado de menos Decofeelings. Entre estos saludos quiero dar especialmente las gracias a Gonzalo de Anmoder, quien conocedor ya de mis gustos, me ha enviado una recomendación que no puedo dejar de compartir con vosotros, así que siguiendo su sugerencia, hoy os presento los impresionantes proyectos de Luis Bustamante.

Orden y limpieza son sus máximas, para ello el uso de la simetría es un fuerte aliado, pero también lo consigue con el acertado uso del color, la utilización de elementos con acabados brillantes o un sabio manejo de la luz. Casi en cada ambiente podemos apreciar combinaciones de piezas que se repiten de forma gemela formando parejas bien avenidas, como en el caso de la primera imagen, donde sendas puertas enseñan una preciosa y a su vez simétrica, composición de obras de arte. Precisamente es el uso del arte, otra característica que se repite una y otra vez y es que sus comienzos como pintor y escultor, debían reflejarse de alguna manera en sus trabajos.

¿Sabéis lo que realmente me trasmite a mí?, calidad con mayúsculas, seguramente prohibitiva pero tan bella a los ojos que…¿por qué no deleitarnos con las cosas bien hechas aunque no estén a nuestro alcance?.

Poyecto I

Luis Bustamante, arquitectura de interiores

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