No sé si estaréis de acuerdo conmigo en que de vez en cuando, y para variar, está muy bien ver casas de personas normales y corrientes y descubrir que hay mucho talento en la calle. Cuando veo revistas o espacios diseñados por conocidos interioristas, me quedo realmente asombrada, fascinada incluso, saben cómo manejar la luz, los colores y los elementos decorativos de la mejor manera para obtener un resultado espectacular. Pero hoy mi pequeño homenaje se dirige a aquellos que sin tener estudios al respecto, sencillamente tienen un gusto exquisito. Y este es el caso de las dos viviendas que os traigo hoy, ambas están en California
En la primera destacar las referencias del mobiliario de diseño, visibles en muchas de las habitaciones así como en el exterior. En la cocina, sobre la inmensa mesa de nogal (única pieza de madera maciza en toda la casa como protagonista absoluta), penden tres lámparas de Tom Dixon, y acompañando a la mesa, las sillas Plastic de los Eames. El dormitorio infantil lo firma Marimekko, mientras en el salón, un sofá de Antonio Citteiro para Flexform, se rodea de dos preciosas sillas de Vitra que le ponen el toque de color. Ya en el exterior, encontramos la zona de tertulia diseño de Patricia Urquiola para Kenttal y un comedor de la firma Magis. Un hogar donde cada elemento, es puro diseño.
Sobre la segunda casa, decir que cualquiera que la vea no creería que se trata de una construcción de 1912 a la que le han dado una segunda oportunidad, gracias a sus vistas sobre las colinas de Hollywood. Y en el caso de esta vivienda, a diferencia de la anterior, el diseño procede de la calidad de cada elemento, de los recuerdos que cada una de las piezas sugiere a sus propietarios, y no de su nombre. La pretensión era crear un conjunto lleno de atractivas mezclas, desde lo vintage hasta lo contemporáneo. Os diré que lo que más me ha gustado a mí es la utilización del color, blanco en puertas, ventanas y algunas de sus estancias, siempre combinado con el elegante gris en paredes y otros puntos estratégicos y una justa dosis de madera que le aporta calidez. Aún a riesgo de repetirme, la mezcla es perfecta.
¿Por cuál os decantáis?