Un proyecto de Isabel López-Quesada

Amor a primera vista, menos por un pequeño detalle que suele incluirse en muchas casas de campo. Los «tesoros de caza» no me van nada, véase las cornamentas que lucen (o deslucen) el salón. Pero no por ello voy a dejar de mostraros el resto de la casa que es sin duda, una auténtica maravilla.

Se trata de una finca de campo situada en Extremadura, cuyo interiorismo y rehabilitación integral ha sido llevado a cabo por la archi conocida Isabel López-Quesada. No sólo la casa, el entorno es un auténtico privilegio, sus propietarios disfrutan de sendas y caminos para pasear, montar a caballo o ir en bicicleta, sus grandes pasiones. Creo que mi marido se va a encaprichar de esta casa, a él que le gusta tanto correr por el monte :-), conste que yo tampoco le hago ascos.

En la casa conviven elementos naturales, con otros de corte clásico y antigüedades. Como el enorme cuadro dorado en el salón obra del pintor barroco español Juan Carreño de Miranda, o la mesa española del S. XVII que le acompaña. El gran sofá en «L» de lino blanco pertenece a Güell-Lamadrid, frente a él una cómoda francesa del S. XVIII. El punto más natural lo pone la gran alfombra a modo de estera.

Muchas de las paredes se han recubierto de lino antiguo, como las del despacho, zona de paso entre el salón y el comedor. Tanto en esta estancia como en el salón, sorprenden los techos realizados con escayola en forma de retícula. Ya en el comedor al entrar, dos grandes estanterías francesas flanquean la puerta, mostrando vajillas y cristalerías. La mesa es de madera sin tratar y va acompañada de sillas Tulip de los años 60. Sorprende en un rincón del comedor una fotografía de gran formato llamada «Coke» de Romina Ressia de la tienda YellowKorner.

Hasta la cocina llega el mismo tipo de techo en retícula para dar continuidad visual, al igual que otro cuadro de gran formato de José Manuel Lladó se convierte en el protagonista de la estancia. Todos los muebles están realizados a medida por un carpintero.

En el dormitorio principal tanto el cabecero como el canapé, se tapizaron con un lino belga y las paredes se decoraron con láminas de temática botánica procedentes de un brocante. Junto a él, el baño principal (una de mis estancias favoritas), el mueble no puede ser más espectacular, recuperado de una tienda, sirve de almacenaje y como soporte para los lavabos. En el otro baño de invitados, los muebles son igualmente recuperados.

No perdáis detalle, os vais a enamorar…

Vía: Elle Decor
Fotografía: Montse Garriga

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