La Donaira. Eco vacaciones…

Supongo que a estas alturas ya tendréis hechos vuestros planes para el verano. Pero para aquellos que aún andan pensado qué hacer o si simplemente os apetece conocer un sitio nuevo para otra ocasión, os quiero enseñar mi descubrimiento de hoy, se trata de La Donaira.

Es una finca situada en plena serranía de Ronda, con un concepto de lujo discreto y ecológico. Cuenta con una granja orgánica propia, donde además producen su propio vino, aceite, miel, huevos,… posee también un centro ecuestre y nueve alojamientos, cada uno de ellos decorados de diferente manera (como decía antes lujosos pero sin ostentaciones). Por supuesto, el propio espacio y el entorno facilitan la posibilidad de que puedan ofrecer múltiples actividades, desde montar a caballo, centro de spa, festivales de música e incluso celebraciones de boda. Es un sitio hecho con la finalidad de desconectar en el más amplio sentido de la palabra, desconectar para conectar con uno mismo.

Como filosofía: Never doubt that a small group of thoughtful committed citizens can change the world. Indeed, it is the only thing that ever has» Que viene a decir que con pequeños actos de personas comprometidas, podemos cambiar el mundo. Totalmente cierto, aunque por desgracia quizás aún no haya suficientes personas dispuestas a comprometerse de verdad, por eso estos sitios son tan especiales, no sólo son alojamiento sino que aportan un valor añadido.

Respecto a la decoración de las habitaciones sin duda me costaría elegir, cada una tiene su encanto aunque todas dentro de un mismo patrón de estilo. Supongo que me decantaría por una u otra según la época del año, las más oscuras y con texturas más ricas como el cuero, serían mi apuesta para el invierno, sin embargo aquellas con paredes blancas encaladas y colores más vivos en elementos decorativos, se me antojan más para los periodos estivales. La más curiosa para mí sin duda es la llamada Yurt 1, una especie de cabaña aislada con forma redondeada, que hace que todos los elementos arquitectónicos de la habitación (incluido el baño), adquieran esa forma. Las vistas además al estar en medio de la naturaleza, son espectaculares.

He puesto bastantes fotos, sin embargo os animo a que echéis un ojo a la web por si aún no estáis convencidos, hay mucho más que ver. Quizás mi único «pero» sería el precio, entre 340 y 440€ por persona y noche. Pero ¿no me digáis que para una ocasión especial y en un lugar tan especial como este, no merece la pena el gasto?

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Casa Tiba, Trancoso

Con la edad, la mayoría de la gente se vuelve más exigente, supongo que es normal. Se tiende a buscar la comodidad, cierta sofisticación, quizás a tener más posesiones,… Yo debí nacer «rarita», siento que según me voy haciendo mayor me vuelvo más rústica. Me sobran casi todas las cosas materiales y me atrae el «menos es más» (y no me refiero que me guste el minimalismo en decoración, pero sí a la idea de no necesitar demasiado para lograr espacios bonitos e interesantes). Os lo demostraré con esta preciosa vivienda de vacaciones, se llama Casa Tiba y se encuentra en Trancoso (Brasil).

Trancoso se hizo conocido hace veinte años como lugar de escapada hippie. Un antiguo pueblo pesquero que se puso de moda entre los brasileños más top que buscaban esconderse en sus playas vírgenes (algo así como Ibiza en España). La zona sigue conservando su esencia con sus pequeñas casas de madera bajas pintadas de colores, sus calles empedradas y sus caminos de tierra.

Cas Tiba era un antiguo taller de cerámica transformado ahora en 500 metros de alojamiento con piscina y rodeado por un bonito jardín con plátanos, palmeras y flores. Los muebles de la vivienda están hechos de piedra y maderas locales, elaborados por artesanos de la región (para mí es ahí donde radica su belleza). Pese a su simplicidad, está perfectamente equipada para satisfacer los deseos de los huéspedes más exigentes.

No hay duda sobre lo espectacular de sus exteriores, es como para tumbarse en una de sus hamacas y quedarse eternamente en plan vida contemplativa. Pero ¿habéis visto los dormitorios?, ¡ainss! esas camas con dosel y vistas al jardín, tampoco tengo claro si sería capaz de salir de una de ellas.

Se me ocurre que en breve llegará la época de bodas, ¿no os irías a un sitio así de luna de miel? Es obvio que yo sí, aunque quizás no querría volver después. Ahora que lo pienso, en junio hago 15 años de casada, así que hago saber a ese señor guapo con perilla que sé que está detrás de la pantalla leyendo mi post, que me encantaría ir a un lugar así. ¡Ahí lo dejo! :-)

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