Munarq. Una preciosa rehabilitación en Mallorca

Este post lo podría haber titulado igual que el del viernes, aunque son casas muy diferentes yo sigo en la tónica del «menos es más», y no es que me hayan dejado de gustar otros estilos más coloridos y menos austeros, pero tampoco puedo mirar hacia otro lado y no reconocer que lo que veo me vuelve loca. Descubrí la primera imagen por casualidad, no sé ni cómo llegué a ella porque procedía de un blog holandés (inrichting-huis.com), yo siempre enredándome por internet :-) No necesité más estímulos que una sola foto para «rascar» hasta llegar a la autoría del proyecto.

Hoy nos vamos a Mallorca a disfrutar de una espectacular rehabilitación realizada por el estudio de arquitectura e interiorismo Munarq. Dicho estudio está especializado en la integración de la arquitectura en el paisaje mediterráneo.

La vivienda está situada en el municipio mallorquín de Felanitx. En sus exteriores encontramos paredes blancas encaladas, piedra y las típicas contraventanas mallorquinas. Dentro, a pesar de haber sufrido una rehabilitación completa, se han conservado muchos de los elementos originales, como el arco de piedra de la entrada o las vigas de madera.

Para el suelo se eligió un hormigón en color gris claro que acentúa el aspecto limpio y fresco de la casa. La parte que más me gusta es el hall donde se ha jugado con texturas al añadir un camino de piedra, el efecto que se crea es muy bonito parece que invita a entrar, como si se tratase de una alfombra que nos da la bienvenida. Para los dormitorios sin embargo, se ha optado por poner madera que es más cálida (eso sí, en un tono claro que no rompe la uniformidad). El hormigón no sólo se ha utilizado en el suelo, también está presente a modo de revestimiento en algunas superficies como la enorme isla de la cocina o las encimeras de los baños.

Una vez más estamos ante una casa donde el protagonismo se lo lleva el trabajo de rehabilitación, el respeto por la arquitectura local y los materiales elegidos para ello (la piedra, la madera, el hierro o el hormigón,…todos naturales). Poca importancia al mobiliario, un ejemplo está en la entrada, han sido suficientes dos sillas Whisbone para llenar el espacio (vale, estas sillas son todo un clásico y muy bonitas, pero hubiera quedado igual de bien con un banquito de enea, por ejemplo, o incluso sin nada).

Que levante la mano a quien no se le caiga la lagrimilla de emoción al ver estas imágenes (sobre todo la primera)…

Imágenes © Gonçal Garcia

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Jennifer Robin Interiors

Dos casas de campo totalmente contrapuestas, ambas son proyectos de Jennifer Robin Interiors. Lo único que tienen en común es la utilización de elementos naturales como la madera, el hierro, la piedra, las fibras, los linos, el cuero,… Por lo demás son como la noche y el día.

Cuando vi la primera, ST. Helena III, os daréis cuenta de por qué me enamoré. Tiene todos los elementos de los que siempre hablo que me fascinan. La combinación de madera con el negro me resulta de lo más acogedor, el espacio del salón con esa chimenea de oscura embocadura me recuerda a un refugio de montaña, al igual que el entramado de vigas y la madera que discurre por toda la vivienda (suelos, techos, e incluso en las paredes de los baños). En algunas zonas se percibe también un toque fabril como el gran ventanal del comedor. Y en la cocina, que sigue la misma estética general de la casa, se han introducido elementos en cobre como los cazos a la vista, la parte baja del extractor y alguna pequeña pieza decorativa. Es una vivienda que recoge, parece estar hecha para el abrigo del invierno.

Y vamos con la segunda, South Bay, donde la luz lo inunda todo. De ahí que diga que es el contrapunto de la anterior, aunque no pierde la esencia de todos y cada uno de los proyectos de Jennifer Robin. A pesar de ofrecer un look más moderno, mantiene elementos tradicionales y fabriles como en ST. Helena III, véase las preciosas butacas de cuero con tachuelas de la zona de estar (que me las llevaría a casa ahora mismo), la gran lámpara de hierro del comedor, la pila de piedra natural del baño o los taburetes de la cocina, entre otros. Al igual que en la anterior decía que parecía concebida como refugio de montaña, esta casa me resulta fresca, como si invitara a disfrutarla en época estival.

Si os digo la verdad y me dieran a elegir, creo que lo tendría realmente difícil. Justo lo que me encanta de una, es lo que me gusta también de la otra ¿Me quedaría con el abrigo de la madera y el negro, o con la frescura y luminosidad del blanco?, no lo sé, la verdad… ¿Y vosotros?

ST. Helena III

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(Paul Dyer Photography)

South Bay

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(Alyssa Rosenheck Photography)
Imagen portada: Carlie Statsky Photography

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Casa Tiba, Trancoso

Con la edad, la mayoría de la gente se vuelve más exigente, supongo que es normal. Se tiende a buscar la comodidad, cierta sofisticación, quizás a tener más posesiones,… Yo debí nacer «rarita», siento que según me voy haciendo mayor me vuelvo más rústica. Me sobran casi todas las cosas materiales y me atrae el «menos es más» (y no me refiero que me guste el minimalismo en decoración, pero sí a la idea de no necesitar demasiado para lograr espacios bonitos e interesantes). Os lo demostraré con esta preciosa vivienda de vacaciones, se llama Casa Tiba y se encuentra en Trancoso (Brasil).

Trancoso se hizo conocido hace veinte años como lugar de escapada hippie. Un antiguo pueblo pesquero que se puso de moda entre los brasileños más top que buscaban esconderse en sus playas vírgenes (algo así como Ibiza en España). La zona sigue conservando su esencia con sus pequeñas casas de madera bajas pintadas de colores, sus calles empedradas y sus caminos de tierra.

Cas Tiba era un antiguo taller de cerámica transformado ahora en 500 metros de alojamiento con piscina y rodeado por un bonito jardín con plátanos, palmeras y flores. Los muebles de la vivienda están hechos de piedra y maderas locales, elaborados por artesanos de la región (para mí es ahí donde radica su belleza). Pese a su simplicidad, está perfectamente equipada para satisfacer los deseos de los huéspedes más exigentes.

No hay duda sobre lo espectacular de sus exteriores, es como para tumbarse en una de sus hamacas y quedarse eternamente en plan vida contemplativa. Pero ¿habéis visto los dormitorios?, ¡ainss! esas camas con dosel y vistas al jardín, tampoco tengo claro si sería capaz de salir de una de ellas.

Se me ocurre que en breve llegará la época de bodas, ¿no os irías a un sitio así de luna de miel? Es obvio que yo sí, aunque quizás no querría volver después. Ahora que lo pienso, en junio hago 15 años de casada, así que hago saber a ese señor guapo con perilla que sé que está detrás de la pantalla leyendo mi post, que me encantaría ir a un lugar así. ¡Ahí lo dejo! :-)

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Villa Kalos

Esta semana está siendo un poco gris, rara diría yo, igual que el tiempo. A mí el sol me da la vida así que el otoño y sus lluvias, que han llegado de golpe, me han dejado un poco baja de moral. Será cuestión de acostumbrarse. Soy como los niños pequeños, los cambios los llevo mal :-)

Hacía tiempo que no publicaba una reseña sobre algún hotel o lugar chulo para hacer una escapada, hoy viajamos virtualmente a la isla griega de Ítaca. ¿Os apuntáis?

Vi el artículo en Est Magazine y enseguida me enamoré de Villa Kalos. Cuesta creer que lo que veréis era en 2004 una casa abandonada, en ruinas. Recobró vida gracias a la visión de dos fotógrafos sudafricanos, Gerda Genis y Robbert Koene, que supieron ver todo su potencial y lo aprovecharon. Buscaban un lugar donde poder ofrecer a sus clientes paz y desconexión, lo mismo que encontraron ellos al visitar la isla. Con mucho cariño y amor, y gracias a trabajadores locales, consiguieron convertir unas ruinas en esta preciosa villa boutique.

Desde mi ordenador puedo apreciar la calma que transmite este lugar. Me encantan los materiales naturales con los que han cobrado vida los espacios. Los suelos de cemento, la fachada de piedra, los linos que visten las camas, mesas o cortinas, la madera y la sencillez con la que está decorada la casa. Nada sobra, nada falta. Creo que lo importante está en el exterior.

Debe ser todo un privilegio pasar unos días en un sitio así. Qué digo pasar unos días, yo me iría a vivir allí…

¡¡Feliz fin de semana!!

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PHOTOGRAPHY © Robbert Koene
Imagen portada vía GrecoTour

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D’Oliva Terra

Me ha parecido muy curiosa la combinación de productos que ofrece la firma D’Oliva Terra, tan curiosa como bonita. Tienen lo que ellos denominan «piedras del mundo» (pizarra, piedras de río, cuarcita, mármol,…), otra parte de griferías para baños y cocinas, así como lavabos, bañeras exentas, maderas, terracota, he incluso piezas antígüas y de recuperación (como la última foto).

«D’Oliva Terra recoge pedazos del mundo para ofrecer materiales únicos, auténticos», así es como se definen.