Catlin Stothers Design
Con esta frase se define Catlin Stothers en su web: «Mi prioridad es crear un espacio que provoque en el cliente algún tipo de reacción, y en última instancia, que sea un lugar al que amar». Es exactamente lo que me ha pasado al ver su proyecto TMR Residence. Ya os lo he contado en varias ocasiones que soy bastante sensible, así que necesito que las cosas me remuevan por dentro, para bien o para mal, pero siempre es mejor que dejarme indiferente.
Esta casa no tiene nada que ver con lo que estaba mostrando en el blog últimamente, pero he sucumbido a la elegancia minimalista de la misma. Creo que un poco tiene que ver con la gama cromática utilizada, porque excepto en el cuarto de estar donde sí vemos pinceladas de otros colores, las demás estancias están dominadas por esta mezcla que tanto me gusta (y nunca falla), el negro, los grises, el blancos y la madera. Por ponerle un «pero» a esta casa, diría que me falta un poco de «hogar», quizás cortinas, algo más de arte, alguna planta,… la encuentro un poco aséptica, pero su elegancia, los materiales, el diseño de muebles, etc. compensa el resto.
La casa está situada en Montreal, Canadá. Sufrió una remodelación completa ya que su antiguo diseño la hacía poco práctica al estar muy compartimentada (muchas habitaciones pequeñas e ineficientes). El cliente pidió añadir un tercer piso para albergar el dormitorio principal con el baño en suite. El paño del cabecero se decidió pintar en negro para crear dramatismo a la vez que contraste con la cama de teca y la lámpara de plata martillada. Para el baño se eligieron azulejos de cerámica que agregan textura al espacio. El resto se dejo en un blanco puro, de esta manera y aun existiendo tantos acentos en color negro, lo que predomina es la sensación de espacio y luz.
Mirad el suelo de la entrada, me parece una gran idea poner un porcelánico antes de llegar al de madera. Por un lado crea un contraste precioso, pero por otro también lo encuentro muy práctico ya que siendo una zona de tanto tráfico, es más fácil de mantener. Y si nos vamos a la cocina, vuelvo a suspirar con las largas encimeras, la enorme isla y esa nevera doble en color negro perfectamente integrada entre el mobiliario.
En el comedor pongo el mismo «pero» de antes, la mesa es muy bonita y aunque sea una gran pieza de madera que a priori debería aportar calidez, a mí en general me resulta un espacio algo frío. Para compensar está la zona de estar, donde los acentos de color lo hacen más familiar.