Estee Design

Creo que me va a costar escribir este post. Vengo de firmar las arras para la compra de un piso, mi vida está a punto de dar un cambio radical. Tengo sentimientos encontrados, porque llevo 20 años es mi casa actual, estoy nerviosa y sé que voy a pasar un par de meses frenéticos, pero no cabe duda de que la ilusión está ahí.

Cuando comenté a principios de este año que quería simpleza, minimalismo y calma mental, hablaba muy enserio. Nos vamos de un chalet de 270 metros cuadrados a un piso de 120 metros. Aún no tengo claro qué voy a hacer con todo lo que tengo, obviamente en el piso no cabe (venderemos, donaremos, llevaremos al pueblo y tiraremos al punto limpio las cosas que nunca usamos). Queda mucho curro por delante, pero es un trabajo ilusionante. Si me lo permitís, os iré contando por aquí y por Instagram, nuestras batallitas.

Voy a intentar ir al grano con la casa que os traigo hoy, aunque siendo realistas estoy un poco dispersa :-)

Se trata de una vivienda proyectada por ESTEE DESIGN donde vive una familia de cinco miembros. Nada más entrar, vemos cómo una bonita escalera circular, divide los espacios. En uno de los lados, encontramos un salón formal con las paredes paneladas y pintadas de blanco (tonalidad que se repite por todas las estancias menos aquellas, que han sido empapeladas). A continuación, otro salón más informal con chimenea de mármol es el lugar donde se reúne la familia y al que han añadido, una zona de despacho aprovechando una columna. Además del escritorio, se ha proyectado hasta la pared una zona de almacenaje con multitud de cajones. Una maravillosa silla Tulip, remata este espacio.

El juego de las otras tres sillas, sirven para cerrar la zona de comedor. Éste, es un diseño hecho de obra, un banco lacado en blanco con gavetas inferiores y colchonetas azul clarito, se combinan con las sillas, una mesa ovalada de palillería y una preciosa lámpara dorada que le da el toque «chic». Me encanta esta combinación de blanco, azul pálido y dorado, es serena, fresca y elegante a la vez.

Seguimos con la cocina, que se encuentra al otro lado de la escalera junto con la zona de comer. La paleta de color sigue siendo la misma, armarios inferiores en un azul grisáceo que conectan a la perfección con el salpicadero cerámico en espiga en tonos blancos y grises. Los muebles superiores se han dejado en blanco dando más ligereza visual al espacio.

En el piso de arriba encontramos las zonas privadas. El dormitorio principal, de estilo contemporáneo, está decorado con muebles y textiles neutros que transmiten mucha paz, además, se realizó un gran armario con puertas de espejo que refleja la luz de la habitación. Las paredes fueron empapeladas con un bonito papel en tonos grises y blancos. Siguiendo con la gama cromática, en el baño se apostó por azulejos en color azul grisáceo combinados con un suelo de diseño hexagonal.

Y pasamos al dormitorio infantil, el más curioso y original de la casa. Para la pared se decantaron por papel pintado degradado, desde un blanco en el techo, pasando por un rosa palo y finalmente azul verdoso en su parte más baja, es una maravillosa forma de dar dinamismo a la pared y a la vez, al utilizar colores tan suaves, crear un ambiente perfecto para el descanso. Se ha combinado con mobiliario en los mismos tonos, así como cuadros que también van en la misma gama.

Por último, en el baño secundario un original papel pintado también es el protagonista. Se ha mezclado con azulejos azules en las partes más húmedas, suelo de mármol y aplique dorado que, una vez más, le da un toque más sofisticado. En realidad, este detalle de los dorados podemos encontrarlo en todas las estancias, son pequeñas pinceladas como luminarias, tiradores, espejos, etc. que ponen el broche final elevando la decoración de la vivienda.

Fotografía: Erik Rotter y Kim Jeffery

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Villa Rosario

Dicen que cambiar el nombre a una casa da mala suerte. No sé si por eso, o porque me gustó el nombre cuando lo vi, no se lo cambié a la casa que compramos en el pueblo, que hacía referencia a la antigua propietaria, «Villa Amelia». Ahora ninguno nos llamamos así, pero quise respetar sus raíces que, si bien no es una casa centenaria como la de hoy, va por el camino. Si no me equivoco tiene unos 60 años.

Lo mismo sucedió con esta vivienda centenaria en Málaga, habitada desde siempre por una mujer llamada Rosario a la que los nuevos propietarios quisieron honrar poniéndole por nombre «Villa Rosario». No sé si a vosotros os pasa, pero eso de ponerle nombre a las casas, tiene su encanto, parece que las hace más humanas.

Cuando adquirieron la vivienda llevaba vacía unos treinta años, pero estaba claro que había sido mantenida y cuidada. Se buscó la mejor manera de adaptarla a las necesidades de la nueva familia, pero manteniendo su esencia. Para ello fueron asesorados por arquitectos amigos, así como por Paco González, también arquitecto y nieto del que diseñó la casa.

La vivienda está dividida en tres plantas, las dos primeras de 75 metros cuadrados y la última de unos 35. Pero, además, tiene un patio trasero conectado con la cocina y otro más, en la parte delantera de la vivienda.

La planta baja son las zonas comunes, el salón, comedor, cocina, aseo y el patio e incluye una pequeña sala de juegos. En la segunda encontramos 3 dormitorios con dos baños y un par de terrazas. Por último, la tercera planta es un torreón, donde han situado dos pequeños despachos.

Respecto a los materiales y revestimientos, se ha querido conservar prácticamente todo lo que había. Los suelos hidráulicos siguen en su sitio dándole gran personalidad a la casa, las carpinterías también se restauraron para mantenerlas en su estado original, se arreglaron las escaleras (aunque se mantuvieron como en origen) y en las paredes, se decidió dónde dejar las zonas en las que se veía el ladrillo y la piedra original y en cuáles se aplicaría mortero de cal.

La cocina finalmente se dejó donde estaba ya que su disposición era perfecta, tenía salida directa al patio trasero y quedaba abierta al salón. Una gran puerta pivotante de la firma Jansen le da un aspecto muy moderno que contrasta con el resto de elementos. Para los muebles, se optó por el sistema CUBRO, un sistema que te permite personalizar los muebles de Ikea consiguiendo proyectos modernos y sencillos, a precios económicos. Y a la vista está los diseños tan originales que se pueden conseguir. A mi manera de ver, no se podría haber elegido mejor opción para esta casa, le va como un guante.

En el patio, no se pudo conservar el cien por cien del antiguo suelo, así que después de levantarlo, sanearlo y aislarlo, una parte del mismo decidieron cubrirlo con cantos rodados, de esta manera se aporta dinamismo al espacio y se crean distintos ambientes. Por un lado, una zona para estar y por otro, se aprovechó la bañera original de la casa que hace las delicias de los dueños cuando el tiempo les permite darse un baño bajo la luz de las estrellas.

Respecto a la decoración, vino determinada por los colores originales de los suelos hidráulicos, de tal forma que se optó por utilizar una base neutra, sobre todo predominan los blancos y la madera. Pocas piezas pero muy bien elegidas, nos recuerdan al estilo mid-century, pienso que en un afán de no perder el «alma» de la casa y por supuesto, como recuerdo a Rosario. Se pueden ver iconos del diseño como la silla Cesca, creada por Mercel Brauer en 1928, o la mesa Tulip de Eero Saarinen, también el famoso pájaro Eames House Bird de Vitra que se encuentra en cualquier casa de diseño que se precie, y conocidas lámparas como la Cesta del diseñador Miguel Milá para Santa y Cole, y la colgante de Poul Henningsen para  Louis Poulsen, entre otros. Todo un paraíso del buen hacer, el buen gusto y el respeto a una historia ¿No creéis?

Imágenes: Germán Saiz para AD

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Estudio Do.Dark

Que una casa no tenga una gran antigüedad, no significa que no necesite una puesta a punto e incluso una reforma integral. Puede que su distribución ya no se adapte a tus necesidades, o que los materiales con la que fue construida en su día sean deficientes en cuanto a aislamiento u otras prestaciones, y por supuesto, el paso de los años habrá hecho mella también en el deterioro de instalaciones. A esta vivienda en Madrid de 350 metros cuadrados, se le sometió a una reforma integral para, por un lado, abrir los espacios que estaban muy compartimentados, por otra parte, conectar más las casa con el jardín ¿Quién quiere un jardín si luego no haces uso de él? y se le dio la vuelta a la distribución buscando una manera más lógica y funcional de que todo fluyera, sobre todo la luz.

Uno de los propósitos clave de los propietarios, era lucir su colección de arte y de piezas especiales de mobiliario, que es justo lo que ha llamado mi atención. De todo esto se ha encargado el estudio Do. Dark.

Ahora, desde el recibidor se pueden ver todos los espacios conectados. Por un lado, de frente se divisa el jardín y a ambos lados del recibidor, un salón con chimenea y un gran comedor que, aunque parezcan independientes, se pueden cerrar a demanda mediante puertas correderas. Tras el sofá encontramos una gran librería, diseño del estudio, que a su vez oculta la escalera que lleva al segundo piso. En ella albergan su gran colección de libros, así como piezas de arte a las que le tienen mucho cariño, como la talla religiosa.

El estudio consiguió también que la luz campara a sus anchas derribando tabiques, realizando un cerramiento de cristal para la cocina y colocando un par de ventanas Velux en el tejado.

En estas estancias llaman mucho la atención ciertas piezas como el perchero de la entrada, adquirido en la feria Almoneda, o las butacas de los años 70 azul y roja del salón, aunque no lo creáis se encontraron en la basura y se retapizaron con terciopelos de Gancedo dándoles una nueva vida y cuyos colores, siguen el ritmo de la obra de arte que les acompaña, de Luis Fernando Martín de los Santos. Como ritmo también le dan a las mesitas blancas de centro, los jarrones de colores de Anthropologie.

En el comedor encontramos una gran mesa blanca hecha a medida por el estudio acompañada por las conocidas sillas Wishbone que le dan calidez, la alfombra es de BSB y el espejo de Asitrade. Les acompaña una obra XXL de Blanca Orozco.

Desde comedor por el pasillo, se accede a la cocina, muy minimalista. Como decía antes, un cerramiento de hierro y cristal se encarga de que la luz siga fluyendo. El suelo de gres de gran formato es de Azulejos Peña. Los muebles son lacados y la encimera es de Silestone Blanco Zeus. Las lámparas no me van mucho, son en Westwing, yo hubiera metido algo que le diera calidez a la cocina o quizás color (como el resto de la casa), todo tan blanco y plateado me resulta un poco «cocina laboratorio».

El dormitorio sobrio, sin más. Lo que más me gusta es la silla Tulip, porque donde esté un clásico… Los taburetes también tienen su gracia, me ha sorprendido saber que son de Ikea.

Y por último el baño, que me resulta un tanto frío, como la cocina. Mismo suelo de Azulejos Peña y una ducha con mampara de cristal traslúcido que preserva la intimidad, pero todo blanco y sin notas cálidas. No es mi estilo, pero sobre gustos…

Sin duda alguna de esta casa me quedo con el salón, comedor y entrada por el impacto del arte y el mobiliario, que claramente llaman mucho la atención. ¿Qué opináis?

Imágenes: Montse Garriga Para: Elle Decor 

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Un bungalow en el campo…

Quizás últimamente se me ve un poco el plumero con el tipo de casas que publico, el campo o el mar siempre son los protagonistas. Mi subconsciente claramente me está pidiendo vacaciones y desconexión. Creo que parte de la culpa es lo poco que hemos ido este año los fines de semana al pueblo, estoy ansiosa por disfrutar de mis amados pinares sorianos y por qué no decirlo, también de mi semana en Portugal (aunque para esto último queda mucho más).

Pues aquí os traigo otra de esas casas de campo que tanto me gustan. Tengo que hacerme mirar también mi obsesión por las grandes islas de cocina, para lo que no tengo explicación :-)

Se trata de un proyecto de Larson and Paul Architects. La vivienda era un pequeño y oscuro bungalow de 1940, el arquitecto sustituyó los antiguos porches construyendo tres ampliaciones a los lados, uno contiene la nueva cocina, otro un porche cubierto que sirve como entrada principal y un tercero que contiene el dormitorio en la primera planta y el salón debajo, dejando una de las cuatro paredes en cristal para poder admirar las vistas al estanque.

Del diseño de interiores se encargó Selina van der Gest, su misión era restar frialdad a una casa dominada por el color blanco, el negro y marrón (presente en muchos muebles). Para ello utilizó kilims turcos, agregó puertas correderas de granero en el despacho y en el baño principal dando a la vivienda un toque «country-industrial», también puso herrajes de hierro forjado en todas las puertas interiores, entre otras cosas.

La propietaria de la vivienda desde su infancia había convivido con piezas icónicas que atesoraba su abuela, como un sofá de Knoll, la mesa de Saarinen con sus sillas Tulip, un sillón de los Eames,… Y aún no perteneciendo al mundo de la decoración, nunca perdió el interés por el diseño moderno de mediados de siglo acumulando una gran colección de piezas de artistas como Hans Wegner, Isamu Noguchi o George Nelson. Tenía que buscar un lugar donde todo ello pudiera brillar con luz propia y tenía claro que no sería en un piso de Manhattan, necesitaba un escenario a la altura de las circunstancias. El otro motivo era rodearse de naturaleza, escapar de la gran ciudad de Nueva York y poder disfrutar del campo.

Si queréis leer el reportaje completo con la historia de la vivienda y su propietaria, podéis hacerlo pinchando en este enlace del New York Times.

Como veréis la casa no tiene desperdicio, quizás os pase como a mí y cuando lleguéis a la isla de la cocina soltéis un suspiro…

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Lujo bohemio…

El miércoles publiqué dos casas de campo en California, hoy he decidido no moverme de estado y enseñaros otra pero de un estilo muy diferente, en la revista Domino Magazine la definen como «Luxe Bohemian» (o lujo bohemio), descubriréis por qué. Su situación suele ser sinónimo de lujo, está ubicada en Trousdale Estates, un exclusivo barrio en Beverly Hills (Los Ángeles), tan exclusivo que es lugar de residencia de muchos famosos como Jessica Alba, Nicole Kidman, Adriana Lima, Britney Spears o Eddie Murphy, entre otros.

Lo que me gusta de esta vivienda es que poco se parece a las grandes mansiones que acostumbro a ver en internet asociadas al «famoseo» donde la ostentación es lo único que cuenta. Detesto ese tipo de casas, lo siento, sigo pensando que el dinero no hace el buen gusto.

Este es el primer hogar de una pareja de recién casados (¡qué suerte tienen algunos!). Fue construida en origen por el arquitecto Richard Dorman para Beberly Garlan (actriz y empresaria), y renovada posteriormente en 2012 por el arquitecto Padraic Cassidy. El encargado del proyecto de diseño interior fue Veneer Design. Se inspiró en varias cosas, en la belleza natural del Barrio «Laurel Canyon» y en la cultura bohemia asociada a este, un barrio emblemático por ser emplazamiento del movimiento hippie en la historia de la música, también en el glamur de Sunset Boulevard, en la industria del entretenimiento (donde trabajan los propietarios) y en la arquitectura clásica de la vivienda.

Así, en la casa conviven elementos y piezas icónicas, como la famosa Lounge Chair de los Eames, la gran mesa Tulip del comedor de Saarinen (mi favorita, ya sabéis),  coronada por una lámpara Sputnik, la Silla Butterfly o BKF, etc. con otras de corte más boho, como las alfombras vintage y por supuesto, no podía faltar arte moderno.

En resumen: lujo sí, pero bien entendido. A mí esta casa me encanta.

¡¡Feliz fin de semana!!

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Photography: Amy Bartlam

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Diseño al alcance de todos…

Hoy quería hablaros de las sillas, piezas clave en decoración y a mi parecer algo complicadas de elegir, la variedad es inmensa y son muchas las que me atraen. He cerrado el círculo a unos cuantos iconos del diseño, diría que son de los más conocidos, porque me interesa saber vuestra opinión, si os dieran a elegir entre una silla Acapulco, una Bertoia, la DSW, una Panton, la RAR o la Tolix ¿con cuál os quedaríais? Difícil verdad…

Para mí cada una de estas sillas me trasmite algo: la Acapulco «buen rollo», aunque queda fenomenal en interiores la asocio mucho a exteriores (jardines, terrazas, porches,…) básicamente me recuerda al verano. De la Bertoia me gusta mucho su diseño (aunque pongo algo más en duda su comodidad), quizá me inclinaría por las que llevan tapizado el asiento para que no se nos quede el «culillo cuadriculado» (o si es invierno, vestirla con una alfombrita de pelo amorosa). La DSW reconozco que la he probado y comodísima, su acabado hace que sea muy fácil de mantener, la hay en mil colores y las patas también pueden ser de madera o metálicas, a pesar de sus bondades le pongo un pero… quizás la he visto demasiado y me he saturado un poco. Qué decir de la Panton, siempre quise tener una (o varias), las negras son mis favoritas, sus curvas son arquitectura pura. Con la RAR me pasa un poco lo mismo que con la DSW, exceso de imágenes en mi retina, la asocio claramente con habitaciones infantiles (debe ser porque soy madre y me parece una buena opción para mecer a un bebé). Por último la Tolix, con esta silla me viene a la mente un loft neoyorquino quizás por su dureza, me fascina combinada con mesas de madera porque consiguen suavizarla.

Aquí lo difícil es elegir porque a veces el diseño no es tan caro como parece, en SuperStudio ahora están de rebajas y tenéis todas estas sillas de diseño y muchas más a precios increíbles. Las infantiles por poco más de 20€ y las que os he comentado a partir de 40€ ¿increíble, no?

Como yo no podría decantarme por una u otra, creo que las mezclaría todas en torno a una mesa, aunque claro también tendría que añadir una Thonet, una Whisbone, una Serie 7 y una Ant de Arne Jacobsen, una Ghost, la Tulip de Saarinen,… y muchas otras más, total que mi mesa tendría que medir muchos metros para albergar tanto diseño bonito. Si os gusta el tema de mezclar pero no sabéis bien cómo hacerlo os doy unos «tips»: si elegís distintas sillas con una misma tonalidad el resultado será más discreto (sin perder la originalidad), si sois de los valientes apostad por poner una de cada color (trasmitirá alegría y dinamismo), para los más conservadores, podéis simplemente poner distintos diseños en la cabecera de la mesa (en caso de que esta sea rectangular), e incluso el mismo modelo pero con distintas tapicerías, posibilidades hay mil… Os dejo al final un ejemplo de mezcla, todas distintas pero en el mismo color.

Y vosotros ¿tenéis alguna favorita?…

¡Feliz fin de semana!

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Silla Acapulco en SuperStudio.com

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Silla Bertoia de Harry Bertoia en SuperStudio.com

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Silla DSW de Charles & Ray Eames en SuperStudio.com

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Silla Panton de Verner Panton SuperStudio.com

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Silla RAR Rocking Chair de Charles & Ray Eames en SuperStudio.com

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Silla Tolix A de Xavier Pauchard en SuperStudio.com

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Imágenes de Producto: SuperStudio. Imágenes de inspiración: mis paneles de Pinterest

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Inspírate con esta casa de Toronto, Canadá

Sobre un lienzo blanco, la madera se encarga de dar abrigo a los grandes ambientes de esta acogedora casa de Toronto, Canadá.

Me llama la atención, y es algo que llevo viendo últimamente en decoraciones de distintas casas, una gran mezcla de sillas, todas ellas con nombre propio, a destacar la silla Panton que junto con la mesa Tulip forman un gran conjunto para el jardín, algo que también me ha sorprendido ya que nunca las había visto en estancias de exterior, siempre en comedores y cocinas, y sin embargo sus materiales hacen que sean perfectos para soportar las inclemencias del tiempo (sin olvidar que esta casa está en Canadá, donde su climatología es dura).

Otro elemento decorativo interesante es la chimenea, que se encuentra en mitad de un panel de madera y que si no fuera por los troncos que se acumulan de manera ordenada a un lado de la misma, pasaría completamente inadvertida.

Y por último, ¿qué me decís del baño? y más concretamente de la bañera, creo que es de las más bonitas que he visto nunca.

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