lot 1, The Barn…

Vuelvo a las casas de campo. ¿Será que ya estoy echando de menos la mía? No lo creo, porque acabo de volver :-), pero me llaman la atención, ¿qué le voy a hacer?

Estamos ante una vivienda que en el pasado fue un establo y que los actuales propietarios transformaron en una bonita granja, parte de una propiedad familiar más grande. El propósito era convertirla en una casa de alquiler para unas ocho personas, y para ello encargaron su rehabilitación al estudio de diseño Lot 1. Querían hacer de este lugar una vivienda con todas las comodidades: cocina, lavandería, comedor, sala, dormitorios, baños y espacio de almacenamiento. Se encuentra en Berry, en Nueva Gales del Sur.

Tras las grandes puertas de granero originales, encontramos un amplio y acogedor espacio. A penas tiene 83 metros cuadrados pero, gracias a un diseño acertado, parece aún más grande. Se utilizaron elementos existentes para darle ese aire de granja que buscaban, como las puertas mencionadas, las vigas vistas o el techo inclinado.

Para solventar la poca altura de los techos se abrió un vano en la parte central, dejando espacio a una preciosa escalera de caracol que lleva a la parte superior casi de forma escultórica, allí se encuentran los dormitorios. En esta zona, los techos son de color madera oscura teñida enfatizando así, la sensación de doble altura y profundidad.

Al ser una cocina pequeña, todos los electrodomésticos están panelados, así como se apostó por carpinterías pintadas de un suave color crema, a juego con las encimeras de hormigón. La sala de estar comparte espacio con la cocina y se sitúa justo frente a las puertas, de tal manera que desde el salón se puede disfrutar de las vistas cuando las puertas de granero se encuentran abiertas.

Para la decoración se han elegido elementos de madera natural (incluidos los suelos), hormigón en un tono neutro, alfombras de fibras, cortinas de lino, complementado con grises, verdes, marrones cálidos… todas estas tonalidades y materiales hacen referencia a al entorno campestre en que se encuentra la vivienda. Pero lo rústico o campestre, no está reñido con el diseño, en el salón encontramos piezas como el sillón Bohemian´72 de Gubi , o las mesitas auxiliares de DWR, el sofá Leonard de líneas curvas de Few & Far,  la butaca  Cuoio Walterm de Knoll y la gran lámpara colgante Nelson Ball Bublle de HAY.

En los dormitorios del piso superior, los contrastes son más acuciados debido al color oscuro del techo, aunque, el resto de materiales sigue la misma línea. Igualmente encontramos piezas que ponen el toque de diseño a un ambiente mayoritariamente campestre, como es el sillón Little Petra de &Tradition diseñado por el arquitecto Viggo Boesen en los años 30 y caracterizado por su pequeño tamaño que permite integrarlo en cualquier espacio reducido.

En los baños también encontramos esa coherencia que discurre por el resto de la casa y con ello me refiero a las tonalidades elegidas, así como a los materiales.

Hasta aquí el home tour de hoy ¿Qué os ha parecido? ¿Os gustan las granjas o preferís pisos y casas más normales? Soy toda oídos…

Imágenes : Lote 1Est Living Fotografía: Prue Ruscoe

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De inspiración Mid-Century…

Hoy os traigo una casa peculiar, al menos en cuanto a decoración se refiere. Puede que no sea del gusto de todos pero para mí, tiene muchos detalles inspiradores. Los baños principalmente y el modo en que un espacio abierto – como la zona de salón, comedor y cocina – se separan visualmente con tabiques a media altura dejando así fluir la luz y a la vez, consiguiendo puntos de apoyo para los muebles. Es ingenioso ¿no?

Se trata de la vivienda de una pareja de alemanes en Los Ángeles, que la compró sin siquiera haberla visto. Su idea inicial era trasladarse a Manhattan (Nueva York), pero con dos niños pequeños pensaron que una ciudad como Santa Mónica podría ofrecerles una vida más pausada y disfrutar de un clima más cálido. Así fue cómo llegaron aquí, primero se mudaron a una vivienda de alquiler y después compraron de esta joya de 1957 en Pacific Palisades.

Una vez allí, les presentaron a Stephanie Hauptli, diseñadora de Haup Tlihaus, con la que conectaron enseguida. Habiendo crecido en Suiza, hablaba perfectamente alemán y el entendimiento fue más fácil, incluso en la distancia, haciendo reuniones por Zoom o enviándose fotos por WhatsApp. La diseñadora supo ver el potencial de la madera en cocina y baños, algo que la propietaria no quería cambiar, es más, los armarios de la cocina son los originales. En lo que sí hubo cambio fue en las encimeras, en lugar de las tradicionales se optó por azulejos de la firma Zellige. Son realizados en Marruecos de forma artesanal, cada pieza es única ya que están hechas a mano, una a una. Tal y como lo veo yo, probablemente no sería la opción más limpia para una cocina o unos baños ya que, al no ser una superficie continua, la suciedad es más difícil de quitar. Lo que es indiscutible es su belleza y la forma que tienen de transmitir que, aún siendo nuevos, parece que siempre hubieran estado allí. Estos azulejos han sido mi flechazo de hoy.

Otro de mis flechazos, es la manera en que la diseñadora combinó los bonitos azulejos con papel pintado. El vegetal de la cocina, de Arjumand´s World, no me acaba de convencer, pienso que le hubiera quedado mejor algo más sutil y luminoso, para compensar el peso de la madera. Sin embargo, la combinación de los baños me parece que queda espectacular. El que más me gusta, el azul verdoso de pequeñas hojas que es de Sandberg Wallpaper.

El suelo también requirió de su intervención. Había que unificar los cinco materiales distintos que había inicialmente en la casa. Se optó por poner en toda su superficie baldosas en bruto de terracota de Mission Tile West, aquí sí, muy fáciles de mantener y limpiar.

Y algo que llama mucho la atención, es el sofá rosa que la diseñadora hizo a medida para la propietaria. Quería una pieza inspirada en los 60, divertida y fresca, de ahí el color y sus faldas. Esta inspiración concuerda perfectamente con el resto de elementos de sello Mid-Century que podemos ver distribuidos por la casa, como la silla infantil del escritorio de DWR de los Eames, los apliques del baño también de DWR para Artemide o la lámpara Nelson Bubble sobre la mesa del office diseño de 1952, entre otros.

Por último, aunque no menos importante, tiene el atractivo de su patio trasero con unas maravillosas vistas al campo donde la propietaria, ya tiene en mente construir una piscina. Se la ha encargado al marido arquitecto de la diseñadora.

¿Sería un lugar donde podríais vivir o la decoración os parece algo cargada? Me encantaría saber qué opinión os merece esta vivienda, os espero en comentarios.

Imágenes: Madeline Tolle / para Domino Magazine

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