En El Puerto de Santa María

¿Sois de campo o de mar? Yo siempre digo que mi medio natural es el agua y que en otra vida debí ser pez, quizás sea porque soy Cáncer, no sé. Sabéis que adoro la naturaleza y tengo la suerte de poder disfrutar de ella cada día. Vivo a las afueras de Madrid con lo que tengo el campo a dos pasos de casa y mi segunda residencia está literalmente, metida entre pinares. Pero también necesito mi dosis de mar al menos una vez al año, porque adentrarme en «mi medio», o sencillamente sentarme en la orilla y mirar al infinito, o lo que es mejor, caminar por la playa, me hace desconectar y cargar pilas, esas que ahora tengo bajo mínimos.

Como veis las casas de verano me susurran al oído, igual que aquel hombre que susurraba a los caballos en la conocida película. Sólo puedo ver destinos que me inviten a hacer un parón. Hoy ha tocado El Puerto de Santa María, en Cádiz, sitio en el que ya he estado y tengo pendiente volver desde que se mudó allí mi prima. En realidad lo tendría bastante fácil.

Esta vivienda fue reformada por la interiorista Belén Ferrándiz y a petición de los propietarios quisieron emular la estética de las casas ibicencas (un capricho como otro cualquiera, porque aunque Ibiza es precioso, Cádiz igualmente lo es). La reforma fue integral para abrir los espacios, dejarlos amplios y despejados para poder ser compartidos con mayor facilidad entre familia y amigos. Así, en la planta baja, se han sustituido los tabiques por dos grandes cerramientos en hierro y cristal que permiten independizar o abrir las estancias a demanda. Pueden unir o separar el comedor de la zona de office, así como independizar la entrada y pasillo del salón, pero siempre manteniendo la comunicación visual. A ello también contribuye la paleta de colores donde el azul, es el hilo conductor (incluso en los cerramientos).

Para potenciar también la sensación de espacio continuo, se ha utilizado en toda la planta un mismo suelo. Se trata de un porcelánico de gran formato de Gunni & Trentino que imita caliza. Sin embargo, en los dormitorios se dejó la compartimentación existente, aunque se actualizaron tanto las áreas de dormir como el vestidor y los baños.

Respecto a la decoración, obviamente se buscaron referencias del estilo ibicenco, muchos de los muebles de hecho fueron comprados en la isla pitiusa. Como era de esperar las fibras vegetales, el yute, el cáñamo, el algodón, las maderas en tonos naturales, y los textiles, cobran mucho protagonismo. Estos últimos, los vemos incluso en el panelado de las puertas de los armarios, las alfombras tampoco pueden faltar tanto en el interior como en el exterior.

La entrada de la vivienda ya es una declaración de intenciones, se puede predecir lo que vendrá después. De ahí quiero destacar la maravillosa puerta india que han adaptado como corredera y que separa el salón del hall. En el salón vemos que el bambú es el protagonista, yo le he echado el ojo a las lámparas de azulejos portugueses con pantallas de Otherlamps. Como en la zona de estar, donde me llaman la atención las mesas de centro gemelas de Batavia, que dan calidez al conjunto.

Tanto la mesa de comedor como la del office, que están en espacios contiguos, se han realizado en pino con efecto envejecido, ambas a medida, de tal manera que si fuera necesario se pueden juntar y dar cabida a muchos comensales. Las preciosas sillas del office en verde son de Sika-Design y la lámpara de fibras de Sluiz. Es una de las zonas que más me gusta de la casa, como el aparador de pino con puertas de gallinero que recorre el pasillo y que me parece súper practico, de Dolz Colección.

El exterior se ha dividido en dos ambientes, comedor y estar. Me gusta que en esta casa muchas de las mesas sean redondas, porque invitan a la conversación y en verano que todo va más lento y las sobremesas se hacen más largas, creo que es una manera de fomentar una mejor comunicación. En esta ocasión se trata de una mesa de hierro lacado y mármol acompañada por unas sillas de bambú de HK Living.

Podemos ver también unas esculturales escaleras que suben al solárium, destacadas gracias a la pintura en azul, aunque digo yo ¿Quién quiere solarium teniendo esa piscina con un jardín tan acogedor? o mejor aún ¿con el mar a dos pasos?

¿Alguien más por aquí con mono de mar?

Fotografía: Patricia Gallego para Elle Decor / y Belén Ferrándiz

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Estoy de vuelta…

Desde que empecé a escribir el blog en 2009, es la primera vez que me voy de vacaciones sin decir tan siquiera un hasta luego. La realidad es que mi pensamiento era otro, ir al pueblo para seguir teletrabajando desde allí, pero en mi fuero interno sabía que en cuanto pisara los pinares y viera a mis amigos, no tendría ganas de abrir el portátil para nada. Eso sumado a que no tenía Wifi, era la excusa perfecta. Así que los primeros días algo hice, respecto a un proyecto de interiorismo que tengo entre manos, pero en cuanto mis clientes también se fueron de vacaciones, ahí acabó todo. El blog ni tocarlo y en Instagram algún que otro post, más de mis excursiones que de decoración, he subido historias eso sí, hasta que me quedé sin datos.

Creo que si el verano ha sido así es porque mi cuerpo lo pedía. Ha sido un año muy duro para todos y seguimos con la incertidumbre de lo que pasará en los próximos meses, así que me he permitido vivir el día a día. He caminado mucho, y muy rápido también (mis amigos se reían de mí y se escondían en el monte para asustarme al verme sola), no es que quisiera hacerme la «Fittipaldi», creo que esa manera de caminar iba asociada a mis pensamientos, no sé de qué huyo pero estoy inquieta y caminar deprisa me relaja.

Total, que he tenido vacaciones escolares, como las de antaño. Me fui un 10 de julio y volví el 30 de agosto y si no hubiera sido por este proyecto de interiorismo en el que ando metida, hubiera podido quedarme con mis hijas en el pueblo alguna semana más, ya que como sabéis el comienzo del curso también se ha aplazado (al menos en Madrid). Mañana vuelvo a mis pinares, sólo de fin de semana, habrá que ir quitándose el mono poco a poco.

¿Qué tal ha ido vuestro verano? Espero que este año «raruno» os haya permitido cogeros días de descanso y desconexión, todos lo necesitamos después de lo vivido, bueno y de lo que seguimos viviendo, desgraciadamente.

Cómo no, tenía que arrancar septiembre con una casa de campo, un maravilloso diseño de Jeanette Tresing, de Cado Interiors. Una vivienda rehabilitada, de planta abierta a la que se le ha añadido un cerramiento de hierro y cristal en la zona del office de la cocina (inspirado en un invernadero) haciendo de ésta una estancia más grande y luminosa. La zona de trabajo y los muebles, realizados en pino reciclado y hierro, se han enmarcado con una alfombra de baldosa hidráulica, que lo diferencia del resto de la vivienda cuyo suelo es en madera de roble. La fluidez entre interior y exterior es perceptible desde cualquier punto de la vivienda, además de los grandes ventanales los textiles juegan a favor. Se han utilizado finas cortinas de lino que dejan pasar la luz y no pesan visualmente.

La casa se sitúa en el Maresme, y desde el porche se puede ver el mar. Todos los elementos del jardín están disponibles en Cado, en HK Living (como el columpio o las sillas de comedor), o Matèria (los cojines).

Y sinceramente lo que más ha llamado mi atención, quizás porque este verano mi casa del pueblo se ha convertido en un pequeño hostal, ha sido la habitación infantil. ¿Cuántas veces he pensado lo grande que es la habitación de mis hijas y la de niños que cabrían en ella sin tener que hacer malabarismos con las camas? Me vendría bien tener un sistema de literas como las de la última imagen ¿O quizás no? Tendría siempre la casa llena, ja, ja,… Lo tengo que sopesar…

Imágenes vía

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Miv Interiores

Hace tiempo que deseo dar un cambio radical a mi casa, en alguna ocasión os he contado que la mayor parte de mis muebles los tengo desde que me casé, casi todos son de Becara (y no me quejo, la calidad es envidiable). El caso es que por entonces (hace algo más de doce años de aquel feliz acontecimiento) se llevaba mucho el mobiliario colonial, estilo que ha terminado por cansarme.

Si mi vida diera un giro radical, es decir, si me tocara la lotería ;-) definitivamente la decoración de mi casa no tendría nada que ver con la de ahora, sin duda me decantaría por colores claros y ambientes más frescos.

Mi inspiración iría encaminada hacia los países nórdicos, aunque nunca renunciaría a mezclar con piezas de otros estilos que me aportaran calidez. Hace poco he conocido una tienda que engloba todo lo que busco, se llama Miv Interiores y creo que os sonarán las firmas que en ella podemos encontrar: Bloomingville (nórdico en colores pasteles), Hübsch-Interior (Ecofriendy y rústico), House Doctor (100% nórdico), HK Living (marca danesa de estilo industrial) y Nordal (la firma nórdica de estilo vintage por excelencia). Y si los nombres no os dicen mucho (que lo dudo) también podemos dejarnos seducir por sus colecciones de estilo Bohemio vintage, nódico, rustico & ecofriendly e industrial.

Ah! por si no os habéis dado cuenta, en la parte superior derecha tenéis un enlace directo a Miv Interiores y ahí se va a quedar un tiempo, ya os dije que esta tienda me gusta y mucho :-)

Y no me puedo ir hoy sin deciros que es el cumple de mi pequeñaja (que ya no lo es tanto), ¡8 años! madre mía cómo pasa el tiempo. ¡Felicidades Alejandra!…