La belleza de las curvas…

A la vista está lo que ha llamado mi atención de esta casa del barrio londinense de Walthamstow. Sus techos abovedados, a pesar de haber sido fruto de restricciones presupuestarías y una estricta planificación, han resultado convertirse en lo más peculiar y característico de a la misma.

La pequeña casa victoriana ya existente, sufrió una remodelación por la parte del jardín a la que se le adosaron dos extensiones algo inusuales. Como el presupuesto era muy ajustado, se inspiraron en las técnicas de construcción naval utilizando para ello, contrachapado de abedul en el techo creando así, esta forma tan característica como de casco de barco invertido que le aporta visualmente mucha amplitud, y al tener forma curva, ocupa menos espacio (tenían el hándicap de estar muy pegados a las casas colindantes). Para aportar más luz, en la parte más oscura de la cocina (al fondo, donde no hay ventanas) se instalaron tragaluces en los techos, de esta manera la iluminación natural estaría garantizada en toda la estancia.

Y ya que estamos, las curvas no sólo las podemos ver en el techo, otros elementos también las contienen. Como el diseño de la puerta corredera de la cocina, el acabado de las escaleras, piezas de mobiliario y decoración, o la mayoría de ventanas que dan al exterior. Por cierto, el gran ventanal del que disfruta la cocina dispone en su parte interior de un banco, por lo que si la ventana se encuentra tanto abierta como cerrada, pueden sentarte en él y disfrutar de las vistas del jardín.

En cuanto al color, hay dos zonas claramente diferenciadas. En los espacios comunes, predominan los tonos neutros junto a la madera, mientras que las zonas de noche se han enfatizado con tonos más oscuros que aportan calidez y elegancia. El uso del color es una manera muy efectiva de generar carácter e impacto a bajo coste.

El mobiliario me encanta, una sutil mezcla entre un continente moderno y un contenido con aire mid-century. Confieso tener mi pieza  favorita, la mesa y las sillas de comedor situadas en la cocina, aunque sin duda de esta casa me quedo con la parte arquitectónica, con el añadido de la cocina y sus techos abovedados en madera contrachapada de abedul. ¿No os resulta súper original?

Imágenes: Roar Architects

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Puntos focales…

Hace pocos días subí una foto a Instagram de la entrada de una vivienda de estilo victoriano (podéis verla aquí) donde el suelo y la escalera fueron más que suficientes para dejarme con la boca abierta. Hoy al ver esta casa, proyecto de estudio Regan Baker Design (del que ya publiqué un post en 2012), me ha traído el recuerdo de aquella imagen. Quizás la entrada es algo menos espectacular que la foto de IG, pero la escalera, sobre todo vista desde arriba (segunda imagen), es realmente impactante.

La vivienda de hoy combina elementos tradicionales y detalles históricos con otros de estilo contemporáneo y una aportación tribal gracias a las obras de arte del cliente procedentes de África.

Se trata de una familia numerosa de cinco miembros, tres hijos muy activos con necesidades de espacio. La última renovación que había sufrido la casa fue en los años 50´ y por entonces contaba con habitáculos más compartimentados, la cocina, la sala de estar y el comedor por ejemplo, estaban cerrados y separados. Todas las habitaciones fueron abiertas para poder tener control sobre los niños desde cualquier ángulo y también para permitir que las vistas, tanto del océano como del Golden Gate, se colaran dentro de la casa (ahora ya podéis situarla, ¿verdad?).

La casa se rehabilitó pensando en la practicidad de los espacios, en la organización y el almacenamiento (dada las características de sus habitantes). En la entrada se construyó un «walk in closet» para dejar el cochecito infantil, los zapatos, chaquetas y abrigos, etc. La cocina también cuenta con numerosos gaveteros y cajones inferiores para albergar cacerolas, vajilla y cristalería,… (artículos de uso diario), además se completó con una gran despensa para almacenar comida. Otra idea brillante fue separar el dormitorio principal del baño, dejando entre medias la zona de vestidor, el baño además tiene otra salida por lo que por las mañanas les permite asearse y salir sin despertar a su pareja (esta idea me la apunto :-)).

Respecto al título del post «puntos focales», encontramos varios en la casa. Diría que mayormente se trata de revestimientos y en menor medida, papeles pintados. En la entrada claramente lo que llama más la atención son el suelo y la escalera. En el aseo que viene a continuación la vista se centra tanto en el papel pintado como de nuevo en el suelo, son a su vez, una réplica de la gama cromática de la entrada. Si nos dirigimos a la cocina, es el salpicadero de la zona de cocción con baldosa hidráulica donde sin querer se nos va la mirada. Y por último en el baño secundario, los azulejos geométricos del suelo son los protagonistas. La verdad es que no soy muy fan de tener muchas transiciones en cuanto a suelo se refiere (al menos no tantas como en esta casa), prefiero que un mismo tipo de pavimento continúe por todas (o casi todas) las estancias, pero reconozco que los de esta vivienda me han gustado o al menos, han llamado mi atención.

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