Casa JMA de Febrero Studio

¡Hola primavera! Aunque no hayamos tenido un invierno muy frío, el simple hecho de que comiencen mis dos estaciones favoritas, hace que me venga arriba. De ahí que esté pensando ya en exteriores, jardines, piscinas… todos estos espacios que en breve empezaremos a disfrutar y de ahí también, que hoy os lleve a ver una vivienda en Marbella.

Se trata de una antigua construcción a la que Febrero Studio devolvió a la vida conservando tan solo la estructura original y realizando una ampliación de obra nueva. Un total de 300 metros cuadrados más un pabellón de invitados, concebidos para el descanso y disfrute de sus propietarios.

Lo que se buscaba en esta reforma eran espacios abiertos y calmados, pensados para disfrutar tanto del interior como exterior los 365 días del año. La casa está dividida en dos zonas, en su parte izquierda encontramos la cocina abierta al salón con salida al jardín y un gran porche, mientras que la derecha, se reserva para la zona de descanso y los baños. También desde los dormitorios se puede disfrutar de las vistas de la piscina, el jardín y la naturaleza de la que se rodea la casa.

Para destacar el concepto «slow living» se ha utilizado la madera como elemento principal, así, podemos verla tanto en los marcos de las ventanas, como la carpintería integral de la cocina, las contraventanas exteriores e incluso en la pérgola del jardín (utilizando este mismo material en interior y exterior, nos da sensación de continuidad). La madera se ha combinado a su vez, con otros elementos naturales como estructuras de hierro en color negro, suelos de piedra caliza, textiles de lino. etc.

Esta sensación de calma se ve acentuada por la utilización de tonos neutros en la vivienda, colores tierra, grises, beige… todo ello arropado por la vegetación exterior, además de un selecto minimalismo con una decoración que se ciñe a pocos elementos, pero de calidad.

Deciros que el post de hoy ha salido de milagro, que es más escueto que otros, que mi cabeza está en otro sitio. Dos visitas tengo hoy al chalet y la primera ya me ha hecho una oferta, vamos a esperar a la de esta tarde y ojalá pueda irme al pueblo de vacaciones pensando en la losa que me quito de encima. No me malinterpretéis, me dará pena dejar esta bonita casa en la que llevo viviendo 20 años, pero me iré con ilusión, sabiendo que lo que viene será mejor y, sobre todo, que conseguiré una calidad de vida de la que ahora carezco. La vida son etapas y esta a llegado a su fin.

La semana que viene no estaré por aquí, tampoco creo que estéis vosotros. Como digo siempre, en vacaciones toca disfrutar y desconectar. Así que ¡Feliz Semana Santa!

Imágenes: German Sáiz para Febrero Studio

[blog_subscription_form

Villa Rosario

Dicen que cambiar el nombre a una casa da mala suerte. No sé si por eso, o porque me gustó el nombre cuando lo vi, no se lo cambié a la casa que compramos en el pueblo, que hacía referencia a la antigua propietaria, «Villa Amelia». Ahora ninguno nos llamamos así, pero quise respetar sus raíces que, si bien no es una casa centenaria como la de hoy, va por el camino. Si no me equivoco tiene unos 60 años.

Lo mismo sucedió con esta vivienda centenaria en Málaga, habitada desde siempre por una mujer llamada Rosario a la que los nuevos propietarios quisieron honrar poniéndole por nombre «Villa Rosario». No sé si a vosotros os pasa, pero eso de ponerle nombre a las casas, tiene su encanto, parece que las hace más humanas.

Cuando adquirieron la vivienda llevaba vacía unos treinta años, pero estaba claro que había sido mantenida y cuidada. Se buscó la mejor manera de adaptarla a las necesidades de la nueva familia, pero manteniendo su esencia. Para ello fueron asesorados por arquitectos amigos, así como por Paco González, también arquitecto y nieto del que diseñó la casa.

La vivienda está dividida en tres plantas, las dos primeras de 75 metros cuadrados y la última de unos 35. Pero, además, tiene un patio trasero conectado con la cocina y otro más, en la parte delantera de la vivienda.

La planta baja son las zonas comunes, el salón, comedor, cocina, aseo y el patio e incluye una pequeña sala de juegos. En la segunda encontramos 3 dormitorios con dos baños y un par de terrazas. Por último, la tercera planta es un torreón, donde han situado dos pequeños despachos.

Respecto a los materiales y revestimientos, se ha querido conservar prácticamente todo lo que había. Los suelos hidráulicos siguen en su sitio dándole gran personalidad a la casa, las carpinterías también se restauraron para mantenerlas en su estado original, se arreglaron las escaleras (aunque se mantuvieron como en origen) y en las paredes, se decidió dónde dejar las zonas en las que se veía el ladrillo y la piedra original y en cuáles se aplicaría mortero de cal.

La cocina finalmente se dejó donde estaba ya que su disposición era perfecta, tenía salida directa al patio trasero y quedaba abierta al salón. Una gran puerta pivotante de la firma Jansen le da un aspecto muy moderno que contrasta con el resto de elementos. Para los muebles, se optó por el sistema CUBRO, un sistema que te permite personalizar los muebles de Ikea consiguiendo proyectos modernos y sencillos, a precios económicos. Y a la vista está los diseños tan originales que se pueden conseguir. A mi manera de ver, no se podría haber elegido mejor opción para esta casa, le va como un guante.

En el patio, no se pudo conservar el cien por cien del antiguo suelo, así que después de levantarlo, sanearlo y aislarlo, una parte del mismo decidieron cubrirlo con cantos rodados, de esta manera se aporta dinamismo al espacio y se crean distintos ambientes. Por un lado, una zona para estar y por otro, se aprovechó la bañera original de la casa que hace las delicias de los dueños cuando el tiempo les permite darse un baño bajo la luz de las estrellas.

Respecto a la decoración, vino determinada por los colores originales de los suelos hidráulicos, de tal forma que se optó por utilizar una base neutra, sobre todo predominan los blancos y la madera. Pocas piezas pero muy bien elegidas, nos recuerdan al estilo mid-century, pienso que en un afán de no perder el «alma» de la casa y por supuesto, como recuerdo a Rosario. Se pueden ver iconos del diseño como la silla Cesca, creada por Mercel Brauer en 1928, o la mesa Tulip de Eero Saarinen, también el famoso pájaro Eames House Bird de Vitra que se encuentra en cualquier casa de diseño que se precie, y conocidas lámparas como la Cesta del diseñador Miguel Milá para Santa y Cole, y la colgante de Poul Henningsen para  Louis Poulsen, entre otros. Todo un paraíso del buen hacer, el buen gusto y el respeto a una historia ¿No creéis?

Imágenes: Germán Saiz para AD

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas entradas.