Un proyecto de Jessica Bataille

La casa de hoy, aunque alegre, refleja muy bien el hartazgo que tengo, mis ganas de viajar, de hacerme una escapada con mis amigas o con mi marido. Ahora mismo, tengo una amiga enviándonos fotos desde Málaga, se ha ido sola a meditar, a descansar, desconectar, esta pandemia nos ha dejado tocados a todos. El caso es que nos manda fotos desde donde solemos hacer la escapada anual de chicas y me corroe la envidia sana, si pudiera cogería el AVE y me iría con ella ahora mismo. Ayer recibí la primera vacuna de Pfizer , así que me toca esperar otros 21 días para la inmunidad total y luego, a que lleguen vacaciones. ¡Madre mía, no veo el momento!

La casa de campo que os traigo hoy, también ha sido destino de otra de nuestras escapadas de chicas, Alicante. Todo son mensajes subliminales, igual es que debería irme de viaje ya ;-)

Es un proyecto de la interiorista Jessica Bataille, que ha sabido respetar a la perfección el encanto de esta finca de doscientos años. Se han dejado vistos los gruesos muros de piedra, mientras otras paredes en cambio, han sido encaladas. Con la decoración se ha jugado a la mezcla, sobre todo de culturas, encontramos antigüedades europeas, piezas de origen oriental, múltiples texturas y ricas telas en seda, lino o terciopelo, jugando además con el color. Una mezcla explosiva y divertida que tras cruzar el umbral de la puerta, te da «buen rollo».

La vegetación es obra del centro de paisajismo Montgo Verd que consiguieron con plantas autóctonas darle el carácter mediterráneo que la casa necesitaba. Obviamente el olivo centenario, se convirtió en el protagonista indiscutible del jardín.

Entrando a la casa (por la puerta principal que es la original, es decir tiene 200 años), pasamos a un salón que lejos de parecer pesado por las paredes de piedra, se ha aligerado gracias a las telas. En concreto las cortinas, de seda de seda salvaje de Designers Guild, relajan bastante el ambiente. La chaise longue antigua del Mercado de las Pulgas de París, es una pieza para la que no tengo palabras, un WOW en toda regla, que además combina con las cortinas, las alfombras y demás detalles en rosa. Los cojines del suelo son de Marruecos, al igual que la alfombra y la mesita auxiliar, el sofá es de Ascensión Latorre tapizado también con terciopelo de Designers Guild. Y como colofón, Jessica Bataille ha introducido un armario indio en color verde de su showroom, todas las piezas a pesar de sus distintas procedencias o colores, conviven como si tal cosa en una antigua casa de labranza.

En la cocina se optó por pintar todo de blanco, incluidas las vigas vistas del techo. En el centro se puso una mesa de hierro y madera con sillas de formas y colores diferentes, adquiridas en mercadillos, esto le da un carácter más informal y campestre a la cocina. Bajo la mesa, una alfombra vinílica, delimita el espacio. El aparador ya se encontraba en la casa por lo que se pintó de blanco y verde para aprovecharlo.

El dormitorio vuelve a estar vestido con textiles de Designers Guild. Como decoración destaca el espejo del Siglo XVIII adquirido en un anticuario en Ámsterdam y dos banquetas antiguas a los pies de la cama. Particularmente me sobra la foto de Kate Moss, no sé si porque es algo que tengo muy visto o porque en esta casa con tantas piezas tan especiales, no me la esperaba.

El baño se ha resuelto de obra, la bañera está revestida con microcemento y los lavamanos son antiguos, para ellos se ha realizado un mueble hecho a medida con lamas de madera. Nada más verlo me ha transportado a Marruecos.

Incluso el exterior sigue una misma línea, la piscina es de nueva construcción pero no lo parece. Se llena a través de una fuente con caños, a modo de alberca. ¿Lo qué daría yo por estar allí ahora mismo?

Fotografía: Rafael Diéguez para Elle Decor

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Antes de que se nos vaya el verano…

Las vacaciones han terminado, al menos para la mayoría de los mortales, sólo son unos pocos los que reservan sus días de descanso para septiembre, esto es un hecho. Y además el verano va llegando a su fin.

De repente en mi buzón de correo sólo encuentro mails presentándome las nuevas colecciones de otoño e invierno 2019-2020 y seguro que a muchos de vosotros os apetece perderos entre suaves y mullidas mantas, amorosos terciopelos, colores cálidos y apagados, o se os antoja la visión de una chimenea encendida,… pero yo sin embargo, me sigo aferrando al sol. Tampoco es que me guste vivir en un eterno 40 grados, eso no, pero el tiempo que está haciendo ahora es perfecto para mí. Me quedaría entre los 20 y 30 todo el año, parece que la que nació en Canarias fui yo y no mi marido :-)

Por otro lado y ya que el tiempo no se puede detener, quisiera de una vez volver a la rutina, que aunque no lo creáis por aquí aún no se ha dado el caso. Mis hijas empezaron ayer el instituto, pero sólo un par de horitas para hacer el reparto de clases, tutores y profesores. Hoy tienen clase normal, pero esta noche empiezan las fiestas del pueblo, así que otra vez vacaciones, cinco días de asueto, por si no hubieran tenido ya bastante ¿os lo podéis creer? Moraleja, hasta el miércoles de la semana que viene no empieza mi rutina normal.

Hoy os iba a hablar de tendencias para la próxima temporada, pero como sigo aferrándome a lo que me queda de anarquía veraniega os he traído una casa que respira precisamente eso, verano por sus cuatro costados.

La vivienda a la que han llamado Maison Amour, se sitúa en Jávea, pueblo del que me han hablado siempre muy bien pero al que nunca he tenido ocasión de ir. Fue construida en los sesenta por el arquitecto Manuel de Jorge y reformada posteriormente la interiorista Jessica Bataille. La casa conserva sus materiales originales, como los suelos de piedra natural o los grandes ventanales de madera de iroco que permiten disfrutar de las vistas al mar.

No han escatimado en color ni en estilos, sobre el blanco inmaculado de la casa destacan piezas en tonos rosas, turquesas, azules, verdes o amarillas, todas ellas entre lo vintage, lo mediterráneo, piezas recuperadas y eco. A parte queda la cocina de corte industrial, donde el acero es el protagonista pero que no resulta fría gracias a la mezcla con la madera.

La terraza es como un segundo salón, creo que sería mi parte favorita de la casa. Me gusta la idea de la alfombra plastificada (de Vical Home en Jessica Bataille), para tapar ese suelo horrendo y que se deteriora con facilidad (lo siento pero es el mismo que el de mi terraza, así que os hablo con uso de razón). En el salón interior, todo el protagonismo se lo lleva el escritorio antiguo pintado de rosa que contrasta con un ambiente predominantemente blanco tanto en paredes como en los sofás.

Me encantan los dormitorios, sobre todo el primero con su cama-barco, que aunque a priori pudiera parecer un diseño con mucho peso visual, este se ha aligerado gracias a su decapado en blanco. Las mesillas también han sido recuperadas y pintadas. El segundo dormitorio es una declaración de intenciones, la tabla de surf no da lugar a dudas de que nos encontramos en una casa frente al mar.

Imágenes vía Mi Casa Revista

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Pura esencia mediterránea…

He descubierto en Jessica Bataille un calco de casi todo lo que me gusta. Fundó su empresa de interiorismo hace 20 años en Javea (Alicante) con la idea de transmitir y reflejar en sus proyectos la esencia mediterránea y su manera de vivir. En sus trabajos siempre hay referencias a la naturaleza, al mar, la montaña, la tradición, es amiga de lo «eco», todo con el fin de crear espacios a los que apetezca volver. ¿No os suena un poco a mis gustos?

Me ha costado un par de horas decidirme sobre qué mostraros (residencial, comercial, life style), todo me gustaba y me transmitía «buen-rollismo» playero y aquí una tiene su corazoncito y unas ganas locas de ver mar. Al final me he decidido por los chiringuitos porque, ¿hay algo más veraniego que eso? En cualquier caso, como sé que sois muchos a los que también os gusta el toque mediterráneo, os diría que visitéis la web, está llena de inspiración en este sentido. ¡Ah! y también hay tienda.

Lo dicho, como comienza el fin de semana y es tiempo de relax y disfrute, veamos tres de sus proyectos que invitan al esparcimiento. Por supuesto todos con un mismo hilo conductor, la esencia mediterránea…

¡¡Feliz fin de semana!!

1.- Cala Bandida: Directamente situado en el puerto de Javea. Los llamativos colores hacen referencia al entorno, desde el mar, la naturaleza, e incluso a los edificios de la zona. Mucho mimbre, plantas, las clásicas sillas Wishbone con las patas pintadas, alguna Thonet en color natural, paredes recubiertas con contraventanas mallorquinas, lavamanos en piedra natural, etc. todo recuerda al Mediterráneo.

2.- Blancos y Tintos: De nuevo seguimos en la playa, frente al mar. Un chiringuito donde conviven los alimentos orgánicos, el vino y las referencias botánicas. A la madera y al hierro, se les ha unido el cristal (un guiño a las botellas de vino). Tampoco falta la vegetación en forma de jardín vertical y en composiciones de plantas colgadas en cestos de macramé. Una decoración inspirada en el menú saludable de «Blancos y Tintos» y también en el entorno.

3.- Barnum: Bar y restaurante frente a la playa con una decoración cálida. Madera, plantas de plátano tropical, lámparas de ratán y un esquema de color en blanco y natural perfecto para relajarse al aire libre.

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