Mi viaje a Marrakech

Si recordáis hace tiempo gané un concurso para blogueros cuyo premio era una estancia de fin de semana en el Riad Abracadabra, hoy os traigo la crónica de ese bonito viaje que sin duda me gustaría repetir. Inés, propietaria del Riad, nos dio tantas recomendaciones para visitar que fue imposible hacerlo todo en dos días, así que ya tengo excusa para volver.

Vais a ver un montón de imágenes (creo que he puesto unas 50) con comentarios junto a ellas, me voy a tener que acostumbrar a quitarme la vergüenza de salir en fotos, pero me sería imposible documentar este post de otra manera.

Nada más llegar a Marrakech, a eso de las 11:00 de la noche y sin cenar, nos sucedió la primera anécdota (divertida ahora que lo pienso, aunque no tanto en el momento). Inés me comentó que podíamos disponer de un servicio de chófer que nos llevara al Riad, dada la hora de llegada, era lo más prudente. En el aeropuerto encontramos unas cuantas personas portando el cartel correspondiente a su Riad, dispuestos a transportar a sus clientes. Mi marido se aproximó a uno de ellos cuyo cartel tenía el nombre de nuestro Riad pero con dos letras cambiadas, a mí no me sonaba el logo, pero todo fue tan rápido que nos subimos con él a la furgoneta. Veinte minutos después llegamos a un destino que no era el nuestro, tuvimos que regresar al aeropuerto (a pesar del cabreo de chófer que quería dejarnos tirados en medio de la ciudad). Ya en el aeropuerto y tras pagarle diez euros al buen hombre, encontramos a nuestro conductor que seguía esperando pacientemente, el otro pobre, había perdido a sus clientes (imaginamos que cogieron un taxi).

El sábado y el domingo fueron días de turismo, de mucho andar. Nos pateamos el zoco y la Plaza Jemaa el Fna, esta plaza es como el centro neurálgico de todo, puedes sentarte en una terraza y sencillamente dejar pasar las horas viendo todo lo que allí se cuece, de día y también de noche; encantadores de serpientes, vendedores de todo lo que podáis imaginar, tatuadoras de Jena, saltimbanquis,… no en vano es Patrimonio Oral e inmaterial de la humanidad y no la plaza en sí, sino todo lo que ocurre en ella.

En las imágenes iréis viendo nuestros recorridos. Es imposible compartir todo en un post, pero os diré que merece la pena ir, para mí fue un choque fuerte de culturas, me gustó pasear por sus infinitos laberintos de calles, el zoco, el Riad Abracadabra (comodísimo y de trato excelente, por cierto, con el mejor desayuno que he tomado en un hotel).

Ojalá podamos volver algún día. Gracias Inés, Bruno y al resto del personal, ¡un diez!

Marrakech_50

Marrakech_1

Desayuno en la terraza del Riad, no perdáis detalle: fruta, zumo de naranja natural, panecillos, bollería, café, embutido,…  y todo servido en tu mesa.

Marrakech_2

Marrakech_3

Marrakech_4

Marrakech_5

Marrakech_26

Marrakech_6

Marrakech_43

Marrakech_44

Marrakech_23

Marrakech_27

Marrakech_24

Marrakech_25

A patear…

Marrakech_11

Marrakech_12

Marrakech_13

Me hubiera llevado todas las lámparas, son espectaculares, pero no cabían en la maleta :-)

Marrakech_14

Marrakech_15

El zoco…

Marrakech_16

Marrakech_17

Marrakech_18

Marrakech_19

Rincones bonitos…

Marrakech_20

Marrakech_21

Hora de comer…

Marrakech_22

Marrakech_7

Marrakech_8

Marrakech_9

Marrakech_10

Marrakech_28

Marrakech_30

Marrakech_32

Marrakech_33

Marrakech_34

Marrakech_35

Marrakech_36

Marrakech_37

Marrakech_38

Marrakech_39

Marrakech_40

Marrakech_41

En la plaza otra vez…

Marrakech_42

Y de nuevo en el zoco…

Marrakech_45

Ganas de estrenar mis bailarinas cuando llegue el buen tiempo, me encantan…

Marrakech_48

Marrakech_46

Marrakech_47

Mi último té a la menta…

Marrakech_49

Riad Abracadabra & Abracadabra Store

En mi familia siempre hacen un chascarrillo sobre mí, dicen que recuerdo hasta el día en que nací. Realmente no es para tanto, pero reconozco que soy capaz de recordar de manera selectiva ciertas cosas, incluso de mi más tierna infancia. A estas alturas de mi vida, a punto de cumplir los cuarenta y dos, creo que muchos de mis recuerdos vienen asociados a un olor.

Dejando a un lado mi niñez, uno de los mejores recuerdos que tengo es mi luna de miel. Es obvio que el significado de este viaje tiene mucho que ver, pero os aseguro que si le preguntarais a mi marido sin que yo estuviera presente sobre algo especial de ese viaje, os hablaría sin lugar a dudas del olor del hotel. Tanto es así que trajimos la esencia en un bote, sí, la vendían, y todavía después de 12 años no hay más que abrirlo para transportarte a aquel lugar.

Cuando imagino destinos a los que me gustaría viajar, busco la misma sensación que nos dejó aquel hotel. Sin haber ido jamás a Marruecos, si pienso en este país, mi mente se llena de color y mi pituitaria puede percibir el rico olor de las especias. Aquí va mi próximo destino, número uno en mi lista de «deseos viajeros», Abracadabra Riad en Marrakech.

Inés y Bruno, dos catalanes, compraron y transformaron un antiguo palacete perteneciente a una familia aristocrática marroquí y lo convirtieron en un precioso Riad. Para la restauración utilizaron materiales autóctonos como el cemento pulido artesanal o el barro cocido, guardando así su esencia pero adaptándolo a las comodidades que a todo viajero le gusta encontrar. En torno a un patio central se distribuyen las habitaciones, cada una diferente, aunque con los mismos acabados: suelos de dess, originales tabiques de tadelakt, alfombras bereberes y ventanas con rejas mozárabes. Como colofón, una terraza multiusos en la azotea, desde donde se puede saborear un buen desayuno, darse un baño o tomar el sol, hasta disfrutar del té o un cóctel al atardecer ¿se puede pedir más?… Sí, sí se puede, mientras esperamos a materializar este viaje, ¿qué tal unas compras en su tienda Abracadabra Store? yo ya elegí mi pieza, una de sus lámparas de techo tiene que ser mía ;-)

El Riad

Abracadabra Store

Graham & Green

La propieraria de la firma Graham & Green se sintió atraída por el diseño de interiores desde una edad muy temprana debido a familariares provenientes de Marruecos y El Cairo en cuyas casas veía ambientes llenos de magia de aquellos lejanos países.

La primera tienda se abrió en Notting Hill en 1974, el número a día de hoy es de 6  más la tienda online. Defiene su mobiliario como de un estillo global, glamuroso e individual. Es una mezcla de piezas provenientes de sus viajes a países como Estambul o China y de los diseños de su hijo Jaime, director creativo y enamorado de los años 30, 40 y 50.

Su web está llena de inspiración, tienen diseños tan conocidos como la Silla Gost (mi preferida), la Tolix, y la «Y», y otros que aunque no sean nombrados merecen nuestra consideración por su indiscutible belleza. Os invito a que la visitéis, no sólo por la cantidad de productos sino también por la calidad de las imágenes. (Si me leísteis ayer, sabréis que he tenido que comprar un ordenador nuevo y todavía no tengo instalado el photoshop sin el cual no soy nadie, y las imágenes no tienen la calidad que a mí me gustaría).

(más…)

Hoteles diseño de Tomás Alía

Para los que como yo son apasionados de la decoración y el diseño, saber que existen espacios públicos como hoteles tocados con la barita de los más grandes, es todo un lujo.

Estos hoteles son fruto del diseño de TOMÁS ALÍA y su equipo. Se ocupan de la arquitectura, arquitectura de interiores, diseño industrial, imágenes gráficas,… Su filosofía se basa en el trabajo de equipo, con ello las diferentes figuras profesionales que lo integran pueden resolver cada una de las necesidades que les surgen, sus trabajos son conocidos a nivel nacional e internacional. El resultado siempre es atrevido, diferente y original, pero sin dejar de lado la funcionalidad, para ello buscan inspiración en los viajes, el entorno, en las ciudades y sus gentes,…

Las primeras fotos más coloridas pertenecen a los Room Mate Hotels (Oscar, Laura y Mario), son ambientes divertidos y cosmopolitas. De ahí pasamos al hotel Quo, en la céntrica Puerta del Sol en Madrid, algo más sobrio aunque también con ciertas notas de color. Cambiando totalmente de origen, está el hotel Riad Asilah en Marruecos.

Y tras Marruecos pasamos a Marbella y aquí me detengo, porque me ha sorprendido gratamente la combinación cromática del dorado junto con grises y blancos, y algún pequeño toque en naranja que se pierde en el conjunto,  el resultado es exquisito y muy elegante.

Para terminar del Hotel Nuevo Madrid me encanta el restaurante con ese toque de «naturaleza» conseguida gracias la utilización de cañas y guijarros enmarcadas tras el cristal.

No dejéis de visitar la web del estudio de Tomás Alía y ver sus proyectos en viviendas, restaurantes, oficinas, etc.

(más…)