En gris verdoso…

Esta mañana me he levantado eligiendo precisamente un gris verdoso para «tunear» el mueble de un cliente cuya obra está a punto de terminar y estamos con los remates finales, incluida la decoración. Una pequeña parte del mobiliario es suyo, así que tenemos que encajarlo a lo nuevo. En su casa hemos metido una buena dosis de verdes combinados con maderas y grises. Ya os la enseñaré en detalle cuando esté todo terminado.

Resulta que mientras tomaba decisiones sobre qué verde elegir y consensuaba con el cliente y mi compañera, ha aparecido esta casa cuya base cromática es precisamente un gris verdoso que recorre toda la vivienda. En este caso, más gris y menos verde, con un resultado final realmente acogedor y envolvente.

A pesar de lo que pueda parecer, es un color que aporta mucha luz, no oscurece. En esta casa se ha utilizado en todas las carpinterías e incluso en los muebles hechos a medida. En el salón por ejemplo, se ha combinado con un mobiliario ligero, como los sofás con fundas de lino de Margarita Ventura, o las cortinas del mimo material de Entretela, o los cojines verdes, también de lino, de Filocolore.

El recibidor a pesar de no tener luz natural, sigue con la misma gama de color, pero se ha conseguido iluminar bien gracias a la luz de ambiente. La consola de herencia se lleva todo el protagonismo. Igualmente en el comedor, la mesa también es una antigüedad francesa de Antrazita, así que se lleva la atención junto al conjunto de sillas Cesca, de Domestico Shop, un clásico para otro clásico, qué maravillosa composición. El mueble es un diseño a medida para guardar vajilla y mantelería, ideado por Bäse Interiorismo, con la misma carpintería del resto de la vivienda.

La cocina es sin duda, uno de mis espacios favoritos. No rompe con la estética general de la casa, más de lo mismo pero queda realmente bien. Está realizada por Salmar Fusteria a partir de un diseño de Bäse Interiorismo. Cuenta además con office para las comidas familiares, donde se le ha dado un toque cálido mediante las sillas y la lámpara de fibras, así como con la mesa de madera. En cuanto a los revestimientos han optado por una encimera de Dekton, un material no poroso, ultrarresistente e inalterable en el tiempo.

El dormitorio es otro remanso de paz, aquí han arriesgado un poco más con una idea que me ha parecido muy ingeniosa, en lugar de papel pintado han utilizado una alfombra vinílica para forrar la pared. La ventaja que tiene es que este tipo de tejido se puede fregar con un jabón neutro y un poco de agua, una bendición para los alérgicos como yo porque no hay posibilidad de que se acumule el polvo. Se ha confeccionado con tejido de moqueta Alfresko de KP. El banquito a pie de cama es de Catalina House al igual que las mesillas y la ropa de cama es de Filocolore. Y apostaría un riñón a que el cuadro que hay sobre el cabecero es de Blanca Cases, de Lu Ink Studio, llevo mucho tiempo siguiéndola en Instagram y esa obra lleva su sello.

El dormitorio además incluye una zona de trabajo, vestida exactamente igual que los muebles del salón para conseguir esa continuidad y reforzándola con otra silla Cesca como las del comedor. Así trabajar en casa, en un entorno tan bonito, se hace menos duro.

¿Qué os parece este tono para vestir una vivienda al completo? Yo estoy enamorada de esta casa, el gris verdoso me relaja y me da sensación de recogimiento al mismo tiempo.

Imágenes: Stella Rotger para El Mueble

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Así me quiero retirar…

Cada vez tengo más claro que mi vida no debería estar en Madrid. Sólo hay una razón de peso que me frena para no largarme de aquí, son mis hijas. Ellas tienen aquí su cole, sus amigos y más oportunidades de futuro que si nos fuéramos a un sitio apartado. Pero todo se andará…

La semana ha empezado rara, pero lo hizo ayer. Volviendo del pueblo de Soria donde solemos escaparnos en vacaciones y algunos fines de semana, tuvimos un percance con el coche. No fue un pinchazo sino un reventón en toda regla, parecía que una motosierra hubiera rajado mi rueda (la ley de Murphy hizo que fuera una de las delanteras que estaban nuevas, arggg…) Tuvimos que llamar a la grúa porque no había valiente que quitara la tuerca de seguridad. Apareció un hombre encantador que nos dio «palique» mientras hacía la labor del cambio de rueda. No sé qué vería en nuestras caras que nos preguntó, ¿dónde se está mejor en Madrid o en el pueblo? La respuesta era obvia, así que ¿por qué mete usted el dedo en la yaga?

Total, vuelta a casa y aquí donde vivimos, son fiestas patronales. Las niñas sin cole el viernes, tampoco han tenido clase hoy, así que el día se complica. Además tenía médico, porque Murphy me volvió a visitar :-) Y esta tarde nos toca ir a la feria, seguro que muchos pensaréis que eso es divertido, pero yo lo odio. Así que un par de vueltas en los «cacharritos» y a casa, que por fin mañana hay colegio y vuelve la tranquilidad. Qué bien estaría en una casita en el campo (mejor si tiene vistas al mar, aunque sea a lo lejos), sentada en una mecedora y mirando al infinito, lo sé: ¡me hago mayor!

Hoy os enseño tres proyectos de una firma preciosa sobre la que escribí en 2009, claro que muchos de vosotros no me seguíais en mis comienzos. Se llama Catalina House, por entonces era una pequeña tienda en Formentera, ahora ya tienen tienda online y varios trabajos de interiorismo a sus espaldas. He querido rescatar esta firma porque les sigo a menudo y cada imagen que muestran me anima a pensar que quizás algún día yo también pueda retirarme a vivir en algún sitio parecido a estos…

Ses Roques 1

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Casa la Mola

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¡Vacaciones!

Hoy por fin me voy de vacaciones. La mañana está siendo un poco caótica con mil cosas que hacer, incluido escribir este post para despedirme de vosotros, o quizás no… Me llevo el portátil al pueblo, así que a lo mejor me asomaré por el blog pero sólo si encuentro algo digno de compartir, lo que no puedo prometer son las tres publicaciones semanales porque allí, lo que se dice descansar, no descansamos mucho. Mis vacaciones suelen ser algo movidas, a veces incluso agotadoras pero muy divertidas. Así que si tengo algo de tiempo para sentarme a escribir, lo haré, pero prefiero dejarme llevar por lo que me depare el verano…

Como me he puesto en «modo vacaciones on» os traigo precisamente una casa de campo, aunque curiosamente está a un kilómetro de la playa, en Formentera. Me encanta la sencillez y frescura de esta vivienda, pocos objetos pero muy bien elegidos, como protagonistas las piezas de la preciosa tienda Catalina House (de la que os hablé en un post en 2009), junto a otras de la anticuaria catalana Carina Casanovas, a la que también dediqué un post allá por 2010. Bajo las imágenes tenéis el link por si queréis leer el reportaje completo, yo de momento voy a seguir con las maletas que aún tengo para rato.

¡¡Feliz verano!!

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Imágenes: El Mueble

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Catalina House

Siempre encontramos una buena excusa para hacernos un viajecito, nuestro destino: Formentera y el motivo: visitar Catalina House.

Déjate seducir por sus propuestas tradicionales pero con toques coloristas y frescos. Imagino una casa típica de la zona de Ibiza, Menorca o Formentera, pero no de las que están en sitios muy turísticos sino aquellas perdidas en el interior con muros gruesos y blancos, a distintos niveles, y a lo lejos las vistas del mar, esto es lo que me sugieren sus productos ¿será por esa apetecible cama con mosquiteras?, ¿o al lo mejor es que tengo cierto «mono» de mar?…