Mediterráneamente hablando…

Que levante la mano quién a estas alturas de la película no está con necesidad de desconexión y vacaciones. Algunos ya estarán disfrutando pero tengo claro que no viven en Madrid :-) ¿Qué está pasando con el tráfico de esta ciudad? Si os digo que llevo una semana con una media de 4 horas al volante cada día, ¿me creéis? Os prometo que, si tenéis que coger la A1, la M40 y la A6 cada día, eso es lo que vais a encontrar, obras, coches y atascos en todas partes, ¡qué llegue agosto ya, por favor!

De ahí que siga con casas de verano que, sinceramente es lo más apetecible de ver. Esta se encuentra a las afueras de Barcelona y pertenece a la empresaria de la firma de ropa para embarazadas Paramamá, Julieta Planas. No recurrió a ningún profesional para su decoración, Instagram y Pinterest fueron su inspiración. Por otro lado, los anteriores propietarios ya habían hecho la rehabilitación de esta vivienda que data de 1870, así que dejaron un lienzo en blanco para que Julieta y su marido sólo tuvieran que dar rienda suelta a su imaginación con la deco.

Los colores predominantes son el blanco y el azul, muy asociados al estilo mediterráneo, con toques rústicos en la decoración que compensan la frialdad de los tonos e introducen la calidez mediante las maderas y las fibras naturales. Esta combinación es un acierto seguro para quienes quieran conseguir una casa que transmita esa sensación refrescante y veraniega.

El porche se ha dividido en varias zonas, estar, comedor y un espacio de cocina exterior. La enorme alfombra de fibras de la zona de estar es de Sacum, así como los bajoplatos del comedor, la vajilla de Costa Nova y las copas de Zara Home. Las bonitas butacas son del Taller de Las Indias.

En la entrada ya se aprecia lo que vendrá después, espacios abiertos y despejados, con los muebles justos (sin llegar al minimalismo) y cierto aire orgánico, natural e incluso rústico. Espacios que transmiten paz. El mueble del recibidor es de Malana’s Workshoplo acompaña una gran lámpara de techo de Ay Illuminate, en La Maison.

La madera tiene un gran protagonismo, desde el suelo (en su formato de lamas anchas de roble), pasando por la cocina e incluso los baños. Muchos de los muebles también, son piezas antiguas que se han repartido por las distintas estancias de la casa, como la mesa de comedor adquirida en Mercantic. Las sillas son de Westwing y las lámparas de Catalina House.

En el salón, la propietaria se decantó por un fresco lino blanco en los sofás, que son de Maison du Monde, acompañado de cojines en tonos azules de La Maison y otros de rayas de Sira Barcelona. Para contrastar con el blanco que predomina en la estancia, se colocó una mesa de centro de madera que le da calidez, es del Taller de Las Indias.

Y llegamos a la habitación que más me gusta: la infantil, aunque realmente no tiene nada de infantil, pero está reservada a las pequeñas de la casa. Las carpinterías y viguería original de la casa se mantuvieron y se pintaron de blanco como el resto, así mantiene su carácter arquitectónico a la vez que queda integrado en el resto de la casa. La decoración como veis es muy sencilla, dos grandes camas vestidas con fundas nórdicas de La Redoute, se complementan con dos alfombras a pie de cama, plaid y cojín sobre la silla Acapulco de Zara Home. La estantería y las cestas son de Sacum.

El dormitorio principal mantiene el mismo estilo decorativo, con funda nórdica y cuadrantes de Filocolore, los cojines son de La Maison y Sira Barcelona. A los pies de la cama, banqueta de fibras de Tine K Home y escritorio de herencia. En esta habitación también se puede apreciar los elementos modernistas en las vidrieras de las ventanas que la propietaria decidió mantener y que además, le dan carácter al dormitorio. Detalles también como las baldosas de la escalera que datan de 1870, casualmente en blanco y azul, son toques diferenciadores que elevan la vivienda de categoría y la hacen más especial.

¿Qué os parece la casa? ¿No os resulta apetecible para el verano?…

Fotografía: Stella Rotger para El Mueble / Estilismo: Olga Gil-Vernet

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En gris verdoso…

Esta mañana me he levantado eligiendo precisamente un gris verdoso para «tunear» el mueble de un cliente cuya obra está a punto de terminar y estamos con los remates finales, incluida la decoración. Una pequeña parte del mobiliario es suyo, así que tenemos que encajarlo a lo nuevo. En su casa hemos metido una buena dosis de verdes combinados con maderas y grises. Ya os la enseñaré en detalle cuando esté todo terminado.

Resulta que mientras tomaba decisiones sobre qué verde elegir y consensuaba con el cliente y mi compañera, ha aparecido esta casa cuya base cromática es precisamente un gris verdoso que recorre toda la vivienda. En este caso, más gris y menos verde, con un resultado final realmente acogedor y envolvente.

A pesar de lo que pueda parecer, es un color que aporta mucha luz, no oscurece. En esta casa se ha utilizado en todas las carpinterías e incluso en los muebles hechos a medida. En el salón por ejemplo, se ha combinado con un mobiliario ligero, como los sofás con fundas de lino de Margarita Ventura, o las cortinas del mimo material de Entretela, o los cojines verdes, también de lino, de Filocolore.

El recibidor a pesar de no tener luz natural, sigue con la misma gama de color, pero se ha conseguido iluminar bien gracias a la luz de ambiente. La consola de herencia se lleva todo el protagonismo. Igualmente en el comedor, la mesa también es una antigüedad francesa de Antrazita, así que se lleva la atención junto al conjunto de sillas Cesca, de Domestico Shop, un clásico para otro clásico, qué maravillosa composición. El mueble es un diseño a medida para guardar vajilla y mantelería, ideado por Bäse Interiorismo, con la misma carpintería del resto de la vivienda.

La cocina es sin duda, uno de mis espacios favoritos. No rompe con la estética general de la casa, más de lo mismo pero queda realmente bien. Está realizada por Salmar Fusteria a partir de un diseño de Bäse Interiorismo. Cuenta además con office para las comidas familiares, donde se le ha dado un toque cálido mediante las sillas y la lámpara de fibras, así como con la mesa de madera. En cuanto a los revestimientos han optado por una encimera de Dekton, un material no poroso, ultrarresistente e inalterable en el tiempo.

El dormitorio es otro remanso de paz, aquí han arriesgado un poco más con una idea que me ha parecido muy ingeniosa, en lugar de papel pintado han utilizado una alfombra vinílica para forrar la pared. La ventaja que tiene es que este tipo de tejido se puede fregar con un jabón neutro y un poco de agua, una bendición para los alérgicos como yo porque no hay posibilidad de que se acumule el polvo. Se ha confeccionado con tejido de moqueta Alfresko de KP. El banquito a pie de cama es de Catalina House al igual que las mesillas y la ropa de cama es de Filocolore. Y apostaría un riñón a que el cuadro que hay sobre el cabecero es de Blanca Cases, de Lu Ink Studio, llevo mucho tiempo siguiéndola en Instagram y esa obra lleva su sello.

El dormitorio además incluye una zona de trabajo, vestida exactamente igual que los muebles del salón para conseguir esa continuidad y reforzándola con otra silla Cesca como las del comedor. Así trabajar en casa, en un entorno tan bonito, se hace menos duro.

¿Qué os parece este tono para vestir una vivienda al completo? Yo estoy enamorada de esta casa, el gris verdoso me relaja y me da sensación de recogimiento al mismo tiempo.

Imágenes: Stella Rotger para El Mueble

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