Con el sector hotelero también…
Este martes se nos ocurrió que en el reto semanal que hacemos en Instagram, #lomust, hablaríamos sobre tiendas y firmas bonitas. Entendemos que tanto para el pequeño comercio como para los emprendedores, vendrán tiempos difíciles, así que quisimos darles visibilidad. Siguiendo en esa misma línea, hoy he buscado un hotel, otro sector que se ha visto muy afectado por esta pandemia. Tengo claro que en el futuro todos volveremos a viajar, ocuparemos esas habitaciones que ahora están vacías, pero claramente el sector turístico es otro de los que se ha llevado un buen mazado. El hotel que os traigo hoy, es una representación de todos, lo he elegido porque su diseño me encanta y porque ahora mismo pensar en una tumbona junto a una piscina rodeada de vegetación me parece un lujo inalcanzable (ya sea en las islas griegas, donde se encuentra este en concreto, o en cualquier otro sitio). Tenía planeado para el puente de mayo ir a Ibiza, me quedo sin ver la playa y no tengo muy claro a estas alturas si podré ir en verano a Portugal, un año sin ver el mar :-( Sin embargo, hoy más que nunca me siento una privilegiada por tener una segunda residencia en aquello que llaman la «España vaciada» y que los que no conocen no saben lo que se pierden, porque ahora mismo daría mi vida por poder disfrutar de mis bonitos pinares sorianos. Habrá que seguir esperando…
El caso es que el «destino» en estos momentos no me parece lo más importante, ahora que tenemos tiempo podemos pensar un viaje para más adelante, aunque sea cercano, para cuando todo esto termine volvamos a llenar hoteles, hostales, albergues, campings,… cada uno en la medida de sus posibilidades. Porque viajar es libertad.
He encontrado este precioso hotel que algunos se podrán permitir y a otros nos hará soñar. Se llama PARILIO Hotel y como os decía está en Paros, Grecia. Es un proyecto terminado recientemente por Interior Design Laboratorium. Se compone de 33 suites, área de recepción, restaurante, jardín con piscina y spa. La construcción se completó en julio de 2019.
Se ha mantenido la tradición, buscado la inspiración tanto en las casas del entorno como en un monasterio de la zona, de ahí que desde que se accede por la recepción se transmita una sensación de absoluta calma. La estética es una mezcla de lo nuevo y lo viejo, arquitectura moderna mezclada con tradición, como las alfombras del reputado diseñador marroquí LRNCE suspendidas sobre las camas o la cerámica, traída también tanto de Marruecos, como de Copenhague, o Creta. Los colores de la isla también han influido en el diseño, desde el más puro blanco, a los tierra, los amarillos, marrones y beige, se cuelan en el interior del hotel para ser una prolongación del exterior.
Fuera, la piscina es la protagonista indiscutible, con una roca natural emergiendo de sus aguas. ¿Quién pudiera estar en esas tumbonas o mejor aún, dándose un baño en esas aguas cristalinas? Mucho ánimo a todos y os vuelvo a insistir, ¡Cuidaos mucho por favor!