Segundas residencias…

Cuando hablamos de segundas residencias, en las que pasamos pequeñas temporadas, no está de más dar rienda suelta a nuestra imaginación y quizás atreverse a jugar con la decoración, con piezas y colores que tal vez no usarías para tu casa habitual. Es el caso de este piso en Barcelona; pertenece a una madre y una hija adolescente que encargaron su reforma al estudio Knowhaus para transformar lo que en su día era un piso antiguo y con poca luz, en uno moderno y con cierto aire industrial.

En cuanto a distribución, se aprovecharon las debilidades del piso para transformarlas en las mejoras más importante. Como en tantas viviendas antiguas, había un pasillo oscuro y un comedor aparte con poca luz. Se trasladó el nuevo comedor al salón para que resultase más luminoso y en el antiguo espacio se realizó la nueva cocina, y donde estaba ésta, el segundo baño que necesitaban. La luz se ha multiplicado gracias a las carpinterías blancas, al suelo sintético en color gris claro, a las paredes de obra vista pintadas también de blanco y al haber recuperado la altura del techo, dejando a la vista las bóvedas originales, consiguiendo mayor sensación de amplitud.

En cuanto a la decoración, el sofá de terciopelo podemos encontrarlo en Kave Home y la mesa de centro en Maison du Monde, de corte claramente industrial. La mesa de comedor fue una creación del estudio Knowhaus, realizada con Neolith® en acabado mármol veteado y al ser redonda permite una mejor circulación. Completan el conjunto unas sillas de PMP; tanto la mesa como las sillas acentúan el estilo industrial con sus patas de hierro. Sobre la pared del comedor se pusieron unas letras decorativas luminosas formando la palabra PUB, son de Letras y Decoración.

La cocina se hizo muy práctica a la vez que desenfadada, ya que tanto la madre como la hija son aficionadas a la cocina. Se colocaron vitrinas en la parte superior para dar ligereza y en otras zonas se prescindió de muebles pero se le dio un toque decorativo con pintura de pizarra y dibujos a mano alzada para darle un aire de bistró. La encimera es de Neolith® y el suelo un porcelánico de Porcelanosa que imita el mármol, continuando con los mismos materiales del salón. Dos detalles en la cocina: las lámparas de techo que el estudio fabricó con antiguas teteras y un espejo con marco envejecido sobre la encimera que refleja la luz natural.

Con el dormitorio principal no tengo gran feeling, pero es ahí donde el estilo industrial, diría que con un toque glam, se ha llevado a su máxima expresión. No soy muy amiga de los muebles de latón, me resultan fríos y ya sabéis que a mí me va más la madera. En el caso de este dormitorio en concreto, por poner «peros», teniendo un cabecero tan llamativo en sí mismo, me sobra el papel pintado. Ambas cosas juntas ya me parece demasiado y si a eso le sumas las mesillas de latón con los armarios con frontales de espejo, en lugar de calma a mí me transmite todo lo contrario. Pero ya se sabe que sobre gustos… Para los que os guste, os diré que el papel pintado es de Andrew Martin, adquirido en La Maison, la ropa de cama de Brins y el cabecero (que para mí es lo que más vale la pena) es una pieza realizada a medida, de pared a pared en terciopelo azul a juego con la ropa de cama. Las mesillas y la cómoda de latón se compraron en Londres, son de Eicholz, y tienen una finalidad,  y es que su acabado en espejo multiplica la luz del dormitorio. Pero a mí, qué queréis que os diga, no me gustan nada.

Una vez pasamos el dormitorio principal, me tengo que quitar el sombrero con el baño, sencillamente espectacular. La pared de ladrillo también se ha pintado con el mismo azul del cabecero —¡cómo queda de bonita!—, derrocha personalidad. La lámpara de araña pone el toque glamuroso y romántico al espacio, contrastando con el techo en bovedilla. El porcelánico del suelo es el mismo de la cocina y se extiende también hacia la pared sobre la bañera. Tomad nota de este fantástico DIY: al mueble del baño que es de Ikea, se le ha añadido una sola pieza realizada en Neolith® y diseñada por el estudio Knowhaus. Es una manera de abaratar el coste del mueble en su conjunto pero dando un toque de pieza exclusiva.

Encontramos un dormitorio juvenil más sosegado —vuelve el blanco—, pero esta vez con un papel que imita ladrillos pintados y que se decoró también con algunas láminas con temática de moda. Para la cama se confeccionaron grandes cojines en gris inspirados en colchones antiguos y, como complemento, se colocaron otros en color gris y rosa para vestir la cama, todo de La Maison. Completa el dormitorio un tocador, que no lo es como tal, y aquí otra buena idea para tomar nota: se compró una consola de Ikea a la que se le añadió un espejo de hierro con luces tipo camerino y se le añadió una cómoda butaca en color rosa palo a tono con los cojines y el estor.

La hija también tiene baño propio; lleva un zócalo de azulejos a media altura colocados en espiga y los del suelo son de tipo hidráulico de Azul Acocsa. El lavabo es de Corian® adquirido en Noah House. Un pequeño detalle importante a tener en cuenta: si os fijáis, en este caso el armario llega hasta el suelo, pero se le ha hecho un retranqueo en la parte baja para poder poner los pies con facilidad. Son estas pequeñas cosas las que marcan la diferencia.

Y hasta aquí este home tour de un piso que me ha encantado, salvando tres piezas que no son de mi gusto (las mesillas y la cómoda chapadas, demasiado para mí) pero tan fácil como sustituirlas por otras. Por lo demás creo que tiene muchas ideas para copiar e inspirarse. Yo ya he tomado nota de algunas.

Imágenes: KNOWHAUS para MiCasa

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La casa de una prestigiosa interiorista

Hace muchos años que sigo el trabajo de Meritxell Ribé, interiorista de The Room Studio, es más, he publicado algún post en el blog sobre sus proyectos. Pero más interesante que ver cómo trabaja para otros alguien al que admiras, es poder introducirse en una parcela tan personal como es su casa. De esta manera es mucho más fácil entender por qué sigue ciertos patrones. Obviamente cada cliente es un mundo y como interiorista es necesario adaptarse a las necesidades y gustos que piden, pero claramente cuando se han fijado en ti es porque conocen tu trabajo y estilo, y tu personalidad e impronta quedará reflejada en su vivienda, por lo tanto es algo que ya van buscando.

Pues vamos hoy a meternos de lleno en la vivienda de Meritxell Ribé, creada como hogar pero también como estudio y showroom. Una manera de poder enseñar a los clientes el tipo de mobiliario que utiliza, sus gustos, que puedan tocar y sentir las texturas, probar,…Decir que es una casa en movimiento, en constante cambio, añadiendo o renovando objetos y piezas según las estaciones por ejemplo, para ir dándole coherencia al conjunto.

Sólo con ver la entrada ya se ve que no se trata de una casa «normal», esta tiene historia, una historia que han querido conservar y restaurar respetando hasta el mínimo detalle. Las bóvedas de cuatro puntas ya anuncian lo que está por llegar, en el resto también se han conservado las molduras originales, las puertas con sus herrajes,… el único cambio que se permitieron fue el del suelo, que estaba muy deteriorado, donde pusieron una cálida tarima de roble.

La espectacular entrada divide la vivienda en dos zonas, la de día y las zonas privadas. Tras el pasillo se encuentran los dos salones, uno más formal y otro a modo de sala de estar, más familiar, y en el centro, pero comunicadas las tres estancias, está el original comedor de forma oval, que es la habitación más luminosa de toda la casa.

En el salón formal hay dos piezas que destacan, la vitrina de India & Pacific y el mueble cajonera, diseño de Ribé. Los textiles y la alfombra de yute son de Filocolore. En el comedor encontramos la famosa lámpara de los deseos modelo Zettel’z de Ingo Maurer.

Decidieron dejar el dormitorio más grande para la habitación infantil, donde sencillamente situaron una litera de Nobodinoz para despejar toda el área central y destinarla a zona de juegos. Entre los ventanales, situaron un escritorio lacado en gris de La Maison.

El dormitorio principal es más pequeño, pero con lo imprescindible y tiene un gran plus, un lujo que no posee el infantil, y es una pequeña terraza privada para desconectar del día, con una tumbona de Becara de donde personalmente, me sería difícil mover mi trasero ;-)

Visto su casa, entiendo perfectamente por qué me gustan sus proyectos…

Fotografía: Ferran Freixa / Estilismo: Olga Gil-Vernet para El Mueble

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Casa inspirada en la Provenza

Encontrar una casa en ruinas y cuando digo en ruinas es literal, pero saber captar todo su potencial, no es algo que todo el mundo sepa hacer. Si además tienes que tomar una decisión de compra, se hace más difícil. A los propietarios de lo que era esta granja de 1750, les bastó con ver su pequeño jardín delantero y su encanto sin importarles que ni siquiera en la planta baja hubiera suelo, ya que ese espacio eran los antiguos dominios de los animales. Se lanzaron a la compra sin pensar.

Su sueño era tener una casa en la Provenza pero ya sabemos que ciertos lugares son inaccesibles para muchos, así que recrearon su deseo en el Ampurdàn (tampoco eligieron mal sitio, ¿verdad?) Una vez rehabilitada, la vivienda quedó distribuida en tres plantas, una primera con el comedor y la cocina, una segunda que alberga el salón y el dormitorio principal y por último la tercera, donde se sitúan los dormitorios infantiles.

De la casa original sólo se pudo salvar la vitrina de comedor, aunque tuvo que ser restaurada y «tuneada» para situarla en su lugar actual. Se cortó y cambió el color, está como nueva aunque parece que lleve ahí toda la vida (aunque pensándolo bien, es tal cuál).

La cocina es mi parte favorita, es un diseño de Dissart Cuines. Moderna pero a la vez con esa calidez que le otorga la madera. Sin demasiados elementos, ya que las gavetas inferiores son suficientemente grandes para el almacenaje. La encimera es de Neolith en gris antracita, que contrasta perfectamente con la madera y las bonitas ventanas en color verde.

En el dormitorio principal se siguen apreciando los detalles arquitectónicos del pasado, como el techo en bovedilla típicamente catalán y el suelo de toba artesana, que se puso por toda la casa para mantener esa esencia. Es un espacio muy amplio ya que se juntaron el comedor original con el dormitorio y de ahí se sacó este dormitorio principal, con vestidor, zona de lectura y baño. Toda la ropa de cama es de La Maison y de Zara Home. Los armarios se hicieron a medida pero sin llevarlos hasta el techo, es un truco para engañar al ojo y realzar la altura de los techos visualmente.

Precioso el espacio al fondo del dormitorio desde donde descansar, leer y contemplar las vistas a través de sus ventanales con forma semicircular y carpintería nuevamente en color verde. Desde ahí también tiene salida a la terraza. En inicio iba a ser un despacho, pero ¿quién quiere trabajar en un lugar así cuando puedes darte a la vida contemplativa, no?

Imágenes: Pepa Oromí para El Mueble

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Día del Libro…

Claramente no es el típico Día del Libro, como tantos otros actos ni se celebrará la Feria del Libro aquí en Madrid, ni tampoco Sant Jordi en Barcelona, lo normal ante esta situación. Justamente este es el sector del que vive mi familia y por desgracia se encuentra en un momento de incertidumbre total, como tantos otros. Para que un libro llegue a tu casa y desde que lo escribe el autor, hay mucha gente involucrada por el camino (editores, correctores, diseñadores, maquetadores, distribuidores, libreros, etc.), así que os podéis hacer una idea del desastre. En estos momentos la poca venta que se realiza, como en el resto del comercio, es online o ebooks, claramente insuficiente. Ya le he escuchado a mi marido que tele trabaja frente a mí, que muchos libreros no podrán volver a abrir sus librerías cuando todo esto haya terminado. Qué pena e impotencia me da esta situación, no sólo con este sector sino con todos los que se están viendo afectados.

Os he contado en más de una ocasión que mi casa está llena de libros. Mi marido literalmente los devora y yo me considero lectora aunque ni mucho menos puedo compararme a él. Durante la cuarentena, que podría haber aprovechado a leer mucho más, resulta que mis gafas me lo están poniendo difícil, a duras penas puedo ver las letras del libro que estoy leyendo y me da rabia porque me gusta un montón. Necesito que abran la óptica para volver a graduarme las gafas, cada día estoy más cegata.

Como no podía ser de otra manera os traigo una casa donde los libros están presentes en muchas de sus estancias. Principalmente en el salón, pero también en el comedor y en los dormitorios. No es una vivienda muy amplia, pero la interiorista Marta Prats supo sacarle el máximo partido gracias a soluciones a medida. La librería del salón ya estaba en la vivienda cuando la adquirieron los propietarios, lo único que hicieron fue cerrar su parte inferior para evitar que se acumulara el polvo y también es una manera de guardar cosas que quizás no queden tan estéticas a la vista.

Junto a la zona del salón y comedor también se reservó un espacio para despacho. Me encanta cómo se integra sin resultar caótico, porque gracias una vez más a los muebles a medida, todo tiene su espacio para que libros y material de oficina estén perfectamente recogidos. Además, las maderas elegidas, contrastan a la perfección con el blanco del resto del mobiliario y las sillas del comedor de Carl Hansen compradas en la tienda Matèria.

El comedor se comunica con la cocina mediante un acristalamiento realizado para llevar la luz a ésta. La cocina se encuentra en el centro de la vivienda, pero no era muy grande y carecía de luz natural, con este recurso se solucionó el problema y ahora desde la misma, se pueden ver las vistas de los árboles que comparten con el comedor. Por el lado del pasillo, en lugar de una puerta batiente normal, se optó por otro acristalamiento corredero que da a la entrada, de tal manera que no restase espacio ni a la cocina ni al recibidor. A este último se le dotó de múltiples armarios para tener una entrada totalmente equipada y despejada.

Como veis en los dormitorios, los muebles a medida también han sido la opción elegida. De ahí que en el infantil se ha conseguido sacar en un espacio no muy amplio, una cama nido con zona de almacenaje y otra de estudio. En esta habitación cobran protagonismo los textiles de Filocolore y el sutil papel pintado de La Maison, que crean un espacio muy acogedor. Por otro lado en el dormitorio principal, el cabecero (también a medida diseñado por la interiorista), lleva hornacinas a ambos lados a modo de mesillas para albergar libros y otros enseres. Sobre la misma estructura del cabecero, además de cuadros, velas u otros objetos de decoración, es el lugar perfecto para quienes como nosotros tenemos «montañitas» de libros por todas partes :-)

Espero que os guste la casa y que tengáis un Feliz Día del Libro, diferente pero feliz. ¡Ah! y feliz día también a todos los Jorges.

Fuente vía – Fografias de Pere Peris

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