De vuelta…

Hola a todos, ha pasado poco más de un mes desde mi último post, desde que me fui de vacaciones. Lo bueno se pasa demasiado rápido, es una pena, y eso que en cierta manera mi cuerpo necesitaba ya algo de rutina (bueno no sé si mi cuerpo, pero mi estómago sí).

Volvimos el domingo pasado de Portugal y el martes me fui al pueblo a buscar a las niñas, que estaban con mis suegros. Llevo más o menos esta semana en Madrid y tenía pensado empezar con las publicaciones del blog, pero ya veis, no ha sido así. Un mes de maletas son muchas lavadoras y plancha, también me ha dado por el orden en casa (aunque como decía ayer en IG, poco a poco, no sea que me canse antes de tiempo). El caso es que aún ando algo desconectada del mundo blog, de lo que se cuece por ahí fuera y he decidido posponer la nueva temporada hasta la semana que viene, es más, me consta que muchos seguís de vacaciones así que tampoco creo que importe demasiado.

Os dejo con algunas imágenes de mi verano (ya sabéis que mi blog sin fotos no sería mi blog), y os espero la semana que viene por aquí. Por cierto, comienzo el curso comiendo el lunes con Carmen, de Decor&Links ¡qué ganas de verla!, ya subiremos a IG alguna foto de nuestro encuentro :-)

Nos vemos pronto y perdonad por el retraso…

¡Feliz fin de semana!

Cantabria, primera parada para el trail Los Carabeos:

Segunda parada, mi pueblo en Soria:

Final del verano, el ansiado descanso en Portugal:

Imágenes: @decofeelings

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Recordando: Project Bly…

Hoy os traigo un post que escribí en 2015, llevo el fin de semana enferma y aún sigo igual, así que tiro de archivo. Aunque en esta ocasión tengo excusa, la verdad es que de vez en cuando me gusta rescatar contenido antiguo porque de otra manera se perdería en el olvido. Es demasiado trabajo como para desperdiciar reseñas que merecen la pena. Así que ahí va…

Post Original 27/04/2015: Proyect Bly Me encanta encontrar cosas como estas cuando navego por internet, diferentes, con personalidad y que cuentan historias. Hoy vamos a viajar virtualmente a través de la decoración con el proyecto Bly. Permitidme contaros la historia para saber de dónde salen todas estas maravillas, es curiosa:

El reportero Nellie Bly, decide dar la vuelta al mundo cual Willy Fog en 80 días, lo consigue en 72 días (seis horas, once minutos y catorce segundos) acompañado únicamente de un bolso de mano, una agenda y bolígrafos, un par de zapatillas, algo de crema y una única indumentaria. A su regreso a San Francisco únicamente portaba de más un mono comprado en Singapur.

Ahí empieza una aventura que mezcla viajes, cultura, diseño, piezas de arte, joyas,… bajo la misma filosofía que realizó en ese, su primer viaje. Project By es la búsqueda de la artesanía, de lo hecho a mano, encontrar objetos que tienen su propia historia, mucho más allá del objeto en sí. Para ello «patean» las calles de ciudades de medio mundo adentrándose en lo que para ellos es el corazón de las mismas, los mercados, con el fin siempre de volver a casa y descansar como dicen «con los pies en alto, preferiblemente en una otomana marroquí«. ¿No os da envidia esta manera de vivir? porque resumiendo se trata de viajar, buscar, encontrar tesoros y aprender culturas, todo un lujo vamos :-)

Como esto es una utopía para casi todos los mortales, mientras repasamos las imágenes, soñemos que visitamos cada uno de estos bellos rincones. No se me ocurre mejor manera para empezar la semana. Disfrutad con la avalancha de fotos. ¡Feliz lunes!

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White House & Cabin, Portugal

Cada año para evitar hacer los más de mil kilómetros que separan el pueblo de Soria donde veraneamos de la zona donde pasamos una semana en Portugal, intentamos hacer noche en algún sitio chulo. El año pasado fue Trujillo, el anterior en Portimäo, hace dos en Évora,… así la distancia es más llevadera.

Este verano habíamos pensado pasar un par de días en Lisboa (ya sabéis las ganas que tengo de ir), pero me da que en pleno agosto no es el mejor momento. No disfruto de las ciudades si hace mucho calor, en época estival prefiero otro tipo de turismo.

He encontrado esta maravilla de casa en Comporta, en pleno Alentejo portugués. Está a unos ciento veinte kilómetros al sur de Lisboa y a ciento cuarenta de nuestro destino final. Parece buen sitio para pasar una noche, o dos, o tres,… o ya que estamos, que no me saquen de allí :-) Lo cierto es que me sobraría casa por todas partes (está acondicionada para siete personas), pero soñar es gratis y su diseño ha llamado mucho mi atención.

Soy pesada con el tema, pero esta casa me demuestra una vez más, que no se necesita demasiado para brillar. Y aquí el brillo cobra doble sentido, gracias al blanco inmaculado de todos sus espacios solamente interrumpido por elementos de madera.

Me ha hecho gracia descubrir el altillo. En Portugal son típicas las casas en planta con tejados a dos aguas, por lo que el espacio bajo cubierta se utiliza como zona habitable, normalmente es un dormitorio más. La casa donde iremos este año también lo tiene, ya hemos estado en ella más veces y es ahí donde dormimos mi marido y yo. Es como un nidito de amor, recogido y entrañable, pero no veáis las que lío cada noche cuando me dan ganas de ir al baño. Bajo por esas empinadas escaleras en chanclas (algún día no lo contaré), intentando hacer el menor ruido posible, colocando al salir la mosquitera para que no nos coman los mosquitos, y con el frontal de correr plantado en la frente para darme luz. Vamos que soy todo un show y la magia del altillo se pierde en un momento. Aún así adoro estas casitas sencillas y fieles a su esencia lusa.

Dejo el enlace de esta vivienda pero podéis cotillear los muchos destinos de vacaciones que ofrecen en Boutique Homes. Os aviso, os costará elegir…

¡¡Feliz fin de semana!!

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Destino: Praga…

Echando la vista atrás, me da pena reconocer que hubo un tiempo en el que pude viajar y no lo hice. No tenía hijos y el tiempo libre era para mí. Luego invertí mis ahorros en vivienda, me casé, tuve dos hijas y hasta hoy. Se puede decir que a mis cuarenta y cuatro años he viajado mucho menos de lo que me gustaría, aunque sí puedo presumir de haber estado en algunos lugares muy especiales como Isla Maurico o Laponia, e incluso haber vivido un año en California. Aparte de eso, Ámsterdam, Italia de norte a sur, Portugal, República Dominicana y poco más.

El caso es que ahora me ha entrado el gusanillo de viajar y un destino que tengo entre ceja y ceja es Praga. Buscando hoteles con encanto, he encontrado el Vintage Design Hotel SAX PRAGUE no apto para todos los gustos, pero sí para los que amamos la decoración de los años 50, 60 y 70.

Este pequeño hotel boutique se encuentra en el corazón de la antigua Praga junto al Castillo, a la Iglesia de San Nicolás y al puente Charles. El edificio data del Siglo XIV, entonces era propiedad de un herrero, hasta que en 1994 fue remodelado y transformado en hotel por los arquitectos Pizinger y Sádovská. Sorprendente su diseño plagado de mobiliario original de los grandes de la época, Saarinen, Eames, Verner Panton, Colani, etc. También el papel pintado colorista, los motivos geométricos, los textiles, los baños, por no hablar del gimnasio. Es como un retorno al pasado pero con un punto futurista.

Seguramente no os convenza a todos, pero es imposible que os deje indiferentes. Si se trata de viajar, mejor alojarse en un hotel lleno de personalidad como este ¿no creéis?

¡¡Feliz fin de semana!!

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Con vistas al mar…

Ya estoy de vuelta de Málaga, ha sido corto pero intenso. La verdad que cuando hago estos viajes relámpago llego más cansada de lo que me fui, pero es un cansancio del bueno, por haber aprovechado cada minuto a tope. No me voy a quejar, no, tan sólo de mi piel de cangrejo que ya ni la protección cincuenta consigue evitar, es lo que tiene ser tan blanquita.

Siempre que voy a la costa pienso en el privilegio que debe ser para los que viven allí abrir los ojos cada día y despertar frente al mar, no hay cosa que me transmita más paz. Podría pasar las horas muertas mirando al horizonte.

Este fin de semana me ha sorprendido la cantidad de despedidas de soltero/a que había por allí. La cafetería del AVE el viernes parecía una discoteca y eran las cuatro de la tarde, en la playa no cabía un alfiler, grupitos por aquí y por allá haciendo las típicas «tonterías» de las despedidas (incluso nos arrastraron a hacer aerobic con una novia y sus amigas en plena playa, ¡con la vergüenza que me dan esas cosas!).

Una de tantas despedidas se divisaba a lo lejos a bordo de un catamarán, me parecía muy apetecible (no la fiesta) sino estar subida en un velero, disfrutando de mis amigas lejos del gentío de la playa. Algo que nos hemos planteado hacer el año que viene, si nuestro bolsillo lo permite.

Ahora que me ha dado por los espacios pequeños, me pregunté si sería capaz de vivir en un velero y no lo sé la verdad. A pesar de que muchos están equipados como la mejor de las viviendas, el concepto debe ser muy diferente (no tanto por el espacio, si no por la forma de vivir en sí), pero una temporadita para probar no me importaría nada. Luego me conformo con un pequeño apartamento mirando al mar :-)

Estos dos catamaranes que hoy os enseño, los he sacado de una web de alquiler de embarcaciones. Esta empresa en concreto se llama BoatBureau, tienen multitud de veleros y cantidad de destinos para elegir, todos de lo más apetecibles. Maravillosos por dentro y por fuera…

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The Hat Madrid

Hoy es un lunes diferente. Esta mañana he dejado a mi hija en un autobús camino de Cantabria de viaje de fin de curso. ¡Qué sensación más agridulce! Por un lado sé que esto es una gran experiencia para ella, una semana fuera de casa con sus amigos del cole, os podéis imaginar cómo estaba de emocionada; por otro mi particular visión, es la primera vez que se va tantos días fuera de casa y de repente he sentido que se hacía mayor.

He olvidado las gafas de sol en casa y alguna lágrima se me ha escapado, sin poder esconder mis sentimientos ante los demás padres y madres que iban bien pertrechados con las suyas, seguro que a más de uno también se le ha emborronado la vista :-) Me ha pasado algo gracioso, he subido al autobús cuando todos los niños estaban dentro, los cristales eran tintados y no veía a mi hija, tenía que darle otro beso (así soy de empalagosa, sí); un niño que se sentaba cerca de ella y que no he reconocido (debe ser de la otra clase) me ha llenado literalmente de besos, creo que ha percibido mi cara de congoja.

A los niños del cole se los han llevado a un albergue muy chulo, cabañas de madera rodeadas de naturaleza. Yo os traigo un concepto algo distinto y en Madrid. He pensando que ahora es el momento perfecto para visitar la capital, si sois amantes de la decoración sabéis que se juntan dos de los eventos más importantes del año, Casa Decor y DecorAcción, así que podéis matar dos pájaros de un tiro visitando ambos eventos y a buen precio.

Los albergues y hostales ya no son lo que eran, muchos son más bonitos y acogedores que hoteles que duplican su precio. Así que aquí viene mi recomendación de hoy The Hat Madrid, en pleno centro entre Gran Vía y Latina (mejor localización imposible). Podéis elegir habitaciones dobles, o para compartir con familia o amigos, si decidís venir en grupo. En él encontraréis ilustraciones de Enric Rodríguez, diseños de Beatriz y Elena Perelli (de Aaprile), mobiliario hecho a medida, también heredado por los propietarios o diseños tan característicos como los de Francisco Segarra, entre otros…

Nos vemos el miércoles, espero que para entonces se me haya quitado un poco esta morriña ;-)

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Imágenes: The Hat Madrid y AD

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Project Bly

Me encanta encontrar cosas como estas cuando navego por internet, diferentes, con personalidad y que cuentan historias. Hoy vamos a viajar virtualmente a través de la decoración con el proyecto Bly. Permitidme contaros la historia para saber de dónde salen todas estas maravillas, es curiosa:

El reportero Nellie Bly, decide dar la vuelta al mundo cual Willy Fog en 80 días, lo consigue en 72 días (seis horas, once minutos y catorce segundos) acompañado únicamente de un bolso de mano, una agenda y bolígrafos, un par de zapatillas, algo de crema y una única indumentaria. A su regreso a San Francisco únicamente portaba de más un mono comprado en Singapur.

Ahí empieza una aventura que mezcla viajes, cultura, diseño, piezas de arte, joyas,… bajo la misma filosofía que realizó en ese, su primer viaje. Project By es la búsqueda de la artesanía, de lo hecho a mano, encontrar objetos que tienen su propia historia, mucho más allá del objeto en sí. Para ello «patean» las calles de ciudades de medio mundo adentrándose en lo que para ellos es el corazón de las mismas, los mercados, con el fin siempre de volver a casa y descansar como dicen «con los pies en alto, preferiblemente en una otomana marroquí«. ¿No os da envidia esta manera de vivir? porque resumiendo se trata de viajar, buscar, encontrar tesoros y aprender culturas, todo un lujo vamos :-)

Como esto es una utopía para casi todos los mortales, mientras repasamos las imágenes, soñemos que visitamos cada uno de estos bellos rincones. No se me ocurre mejor manera para empezar la semana. Disfrutad con la avalancha de fotos. ¡Feliz lunes!

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Sala Ayutthaya Boutique Hotel

Ayer mientras cargaba las imágenes de este post me paré a pensar en lo poco que he viajado en mi vida y la de cosas que me estoy perdiendo. Reconozco que cuando era más joven me daba cierta pereza (soy así de rarita), ahora es cuando me está entrando el gusanillo. Creo que mucha culpa de ello lo tiene el blog, es como meter la nariz en un montón de países y pensar ¡ohhh! yo quiero estar allí, el otro culpable son las redes sociales, porque ¡vamos a ver señores!, ¿o la gente tiene mil decorados en sus casas híper realistas o se pasan el día viajando? :-) no paro de ver a mis amigos en facebook aquí y allá, playa, montaña, turisteo de ciudad,… sinceramente me da bastante envidia.

Haciendo recuento de los países donde he estado puedo casi contarlos con los dedos de una mano (EEUU, Italia, Portugal, Dinamarca, Marruecos, Holanda e Isla Mauricio), qué triste ¿no?, conmigo no se podría hacer un «Madrileños por el mundo«. En su día tuve oportunidad de visitar a mi cuñado que vivió en París durante seis años, o a mi hermana que estuvo meses en Alemania, tampoco lo he hecho con mi cuñada que ha vivido 4 años en Chile y ahora vive en Perú, ni con un sobrino que dirige un hotel en Camerún. Creo que no tengo perdón…

Así que de momento sigo viajando de manera virtual, hoy nos vamos a Tailandia. Descubrí el Sala Ayuntthaya Butique Hotel husmeando como siempre por internet y literalmente me quedé pasmada con su arquitectura, esos infinitos muros de ladillo curvo en contraste con un interior blanco nuclear, son absolutamente espectaculares. De hecho la imagen que más me atrae es el muro visto desde abajo. Pero el interior tampoco se queda atrás, pocos materiales y bien escogidos, también llenos de contrastes, calidez en la madera, la elegancia del mármol blanco y la sencillez del ladrillo.

Disfrutad de este oasis creado en 2014 por el equipo de Onion designs, es digno de admiración.

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Imágenes vía

Lioninoil

Qué, ¿cuántos de vosotros tenéis la suerte de coger vacaciones? por la ironía habréis notado que yo no soy de las afortunadas, es más, me queda una semanita por delante de las que dan miedo. Para los que trabajamos en departamentos financieros no podía haber caído peor la Semana Santa, pensaré en mayo que está cerca, entonces vienen dos puentes de los que disfrutaré sin tener que comerme la cabeza por trabajo ;-)

Ayer descubrí una gran web, de esas que te hacen viajar por todo lo alto, así que mientras llega mi momento, puedo recrearme la vista con destinos tan apetecibles como las Seychelles o el Caribe. No penséis que os voy a enseñar una web de turismo, nada más lejos de la realidad, aunque inspiración e información ofrecen a mansalva. Dicen que la unión hace la fuerza y esto es un claro ejemplo. Un diseñador gráfico, un arquitecto, un director de arte y un fotógrafo unidos para crear Lioninoil. Sus diseños gráficos, de webs, trabajos escritos, bla, bla, bla, están muy bien, pero ¡¡¡id a ver su categoría de «photography!!! y os volveréis locos como yo, ¡qué sitios, qué imágenes, qué locura!

¡Feliz fin de semana!

North Island (Seychelles)

La Banane (Caribe)

Mi viaje a Laponia

Tal y como os prometí la semana pasada, y saltándome la temática de mi blog, os voy a enseñar una pequeña parte de mi viaje a Laponia, sin duda una de las experiencias más bonitas de mi vida. Lo más difícil es transmitir las sensaciones, perdonad si no estoy a la altura, pero creo que por mucho que os describa las situaciones es una experiencia que hay que vivir y sentir.

Para hacerlo fácil os iré contando a través de las imágenes, no son todas pero supongo que os haréis una idea general. Así que aquí empieza el viaje…

Un primer contacto con nuestro destino Rukan Salonki Chalets

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Mis hijas en la puerta de nuestra cabaña.

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Pertrechados con el atuendo adecuado salimos a disfrutar de la nieve

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Nuestra primera actividad, pesca en un lago helado. La dura tarea de taladrar el hielo se la dejé a mi marido…

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Mi hija pequeña se afana en pescar…

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La mayor también…

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Pero es Sami, el experto pescador el que con redes, se lleva todo el pescado.

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Tras la pesca, juegos de curling y karts sobre hielo. Mi marido quedó segundo, ahí le podéis ver flamante en el pódium.

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De vuelta a las cabañas, a cenar (en trineo que llegamos antes).

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Este «pequeño muñeco de nieve» te da la bienvenida a la entrada del restaurante.

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El segundo día, Susi nos explica cómo llevar un trineo tirado por perros husky. Este hombre ha conseguido poco a poco llegar a tener una granja con más de 200 perros perfectamente entrenados, un esfuerzo digno de elogio.

Como experiencia, la mejor, sensación de libertad plena. Ahora, no es sencillo, hay que estar bastante concentrado e impresiona la fuerza de estos animales que lo único que quieren es correr, mantenerlos frenados es harto complicado.

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Ahí están los perros alineados y esperando para correr. Obviamente y por motivos de seguridad, no hay imágenes conduciendo estos trineos.

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El merecido abrazo a los perros vino después, hicieron un gran trabajo…

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Y llegamos a lo más esperado por los niños. Visitamos la casa de vacaciones de Papa Noel (Joulupukki en finlandés), este pobre anciano de 300 años (mi hija le preguntó la edad) y su mujer no podían esperar que una sentimental como yo, se lanzara a sus brazos (algo que debe ser bastante típico en los niños pero no tanto en los padres, creo que me salió mi vena infantil).

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Los cuatro con Joulupukki

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Un detalle de esta granja del siglo XVIII, el precioso horno donde los niños tostaron las galletas que hicieron con Papá y Mamá Noel.

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Papá Noel ayuda a Alex a amasar con el rodillo…

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Marta se llena de harina demostrando su buen hacer…

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De vuelta a nuestra cabaña, un poco de descanso antes de ir a cenar. Y unas pocas fotos para enseñaros qué maravilla de sitio.

El salón…

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La cocina…

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Para dejar la ropa y botas de nieve.

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Al día siguiente nos preparan para llevar motos de nieve.

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Conduje y volví sana y salva…

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Los niños son arrastrados por las motos en estos trineos, bien calentitos con sus mantas.

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Con las motos llegamos a una granja de renos y montamos en trineos tirados por estos simpáticos animales.

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El descanso de los «guerreros». Nos daban de comer casi cada dos horas, hambre lo que se dice hambre, no hemos pasado.

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Y por la tarde, esquí nórdico (o lo que es lo mismo esquí de fondo).

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Ayer por la mañana, aprovechado las últimas horas, nos tiramos por las rampas de nieve…

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Visitamos la casa de hielo…

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Últimas horas de juego.

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Ah! aunque no lo he puesto hicimos algo más, había que probarlo todo, sauna finlandesa y posterior revolcón en la nieve. Comprenderéis que este documento gráfico no os lo muestre por privacidad.

Y hasta aquí esta experiencia única que difícilmente podré repetir pero que quedará grabada en mi mente para siempre.

¡Hasta siempre Laponia!