Casa no Crato

¿Te enamoras de los sitios o más bien de los recuerdos que tienes de ellos? Diría que de ambas cosas. Después de 14 o 15 años yendo en verano a Portugal (si no recuerdo mal mi hija mayor tenía 3 años cuando fuimos por primera vez), son tantas las vivencias, los momentos de mayor desconexión que he vivido allí, las risas, etc. que no puedo detenerme y pasar por alto cuando veo una publicación donde aparece una casa en el Algarbe o en el Alentejo, donde solemos ir, porque jamás ninguna me ha defraudado, todo me hace revivir (y eso que nosotros nos alojamos en viviendas mucho más humildes, pero los entornos y los materiales, me llevan allí de igual manera).

Casa no Crato es el idílico retiro de una pareja que encargó su casa en el Alentejo al estudio de arquitectura portugués Inês Brandão. Se encuentra en el Alentejo rodeada de robles, encinas y alcornoques. Como amantes de la naturaleza, buscaban un sitio apartado donde poder disfrutar del paisaje, además la pendiente del terreno también ayudó a crear ese efecto mirador.

Para acceder a la propiedad, hay que subir por un camino serpenteante (muy típico de las casas de allí, en todas las que hemos estado siempre es así, un camino separa la casa de la carretera). Una vez en la entrada, llegamos a un vestíbulo desde donde se organiza la casa en dos espacios. Cada habitación se relaciona con el paisaje de manera independiente, puesto que la topografía exterior también es distinta según en el punto de la casa en el que te encuentres e igualmente importante, son los porches que encontramos alrededor de la misma, permitiendo que interior y exterior estén fusionados o independizados a demanda. Cuando se quieren cerrar, todos llevan persianas venecianas perforadas en acero corten, uno de los detalles que más me ha gustado de la casa. Por otro lado, estos cerramientos permiten controlar de manera pasiva tanto la temperatura interior como la ventilación, e incluso el paso de la luz natural.

En cuanto a los interiores, se impone el minimalismo y lo funcional. Mobiliario de obra y hecho a medida, como la librería del salón, el mueble de baño e incluso los de la cocina. A los suelos y revestimientos de cemento como las encimeras de los baños, se les ha dado contraste y calidez utilizando vigas y muebles en madera natural, así como elementos decorativos en fibras (sillas, alfombras, cestas, puertas forradas con cannage en la cocina…). También se ha añadido alguna pieza de marquetería, como la cómoda del salón, una buena manera de destacar un espacio en concreto.

Si lo pensáis es una casa sencilla, con más valor arquitectónico que decorativo, pero para mí es un oasis donde me perdería encantada cada verano. ¿Qué opináis, no os encanta? ¿Qué tendrá Portugal que tanto me gusta?

Fotografía: Alexander Bogorodsky para Dwell 

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Estudio Poeira

Este es mi último post del verano, ya no doy para más. Tengo los sesos como el clima, abrasados. A un año especialmente duro, se junta este calor abrasador y un cansancio extremo que se ha apoderado de mí, siento que no soy persona, cuento los días para que lleguen las vacaciones. Estoy especialmente ilusionada con el final de éstas, no porque quiero que se acaben, pero ese final será como la guinda del pastel. Me iré unos días con mi mejor amiga a Cascáis y Lisboa, un viaje que llevamos siglos planeando hacer y nunca se daba la ocasión, nos vamos en unas circunstancias muy distintas a las que jamás hubiéramos imaginado, pero las cosas vienen como vienen y hay que coger las oportunidades al vuelo, así que allí nos vamos, mano a mano.

Precisamente la casa que os traigo hoy está en Portugal, más concretamente en la localidad de Palmela, muy cerca de Lisboa. Es un proyecto de la interiorista Mónica Penaguião, propietaria del estudio y tiendas Poeira. La construcción, de procedencia agrícola, mantuvo su esencia gracias al encalado de las paredes, a sus maderas pintadas, al blanco en paredes y techos que potencian la claridad junto con los espacios poco compartimentados y a la presencia de un único pavimento que lo unifica todo, el cemento pulido.

En el interior, sorprende cómo la interiorista consiguió mezclar un continente tan básico con firmas vanguardistas como Flos, Capellini o Marcell Wanders, con otras de almoneda, industriales, sillas recicladas de Piet Hein Eek, tejidos étnicos o productos artesanales de fibras naturales, una combinación que convive en perfecta armonía. Su tienda Poeira, que distribuye prestigiosas firmas internacionales, hace que todo ello sea posible.

La alfombra y el sofá, con terciopelo de Designers Guild, proceden de su tienda y las mesitas son el modelo Gong de Capellini. La lámpara del salón es de Flos. El divertido mueble auxiliar rojo, que sirve de apoyo al sofá, es de Fornasetti. Destacan los detalles industriales como la lámpara articulada Jieldé y el armario de hierro.

También se utiliza el arte como elemento de contraste, como la obra que reposa en el suelo, de la artista brasileña Isabelle Tuchband, en tonos fucsias y amarillo que rompe que con el blanco que impera a su alrededor. Junto al cuadro, una butaca recuperada del holandés Piet Hein Eek.

En el comedor aún se ha jugado más a los contrastes. La mesa es una creación de la interiorista, en madera lacada en negro. Le acompañan unas Wishbone de Carl Hansen y para darles servicio, un aparador de metal pintado que porta una gran lámpara verde de Marcel Wanders para la firma Capellini, el punto de calidez se lo dan dos taburetes de fibra comprados en la zona del Alentejo.

La cocina es sencilla, se conservó el viejo horno de leña y el gran fregadero de piedra que se montó sobre una estructura de hierro. Para dar un poco de apoyo a la cocina, un pequeño mueble auxiliar (también de hierro) hace las veces de mini isla con estantes.

En el dormitorio se mezclan tejidos de diseño, como la colcha de Elitis, con cojines estampados de Etro o Neisha Crosland y otros comprados en Turquía. Las mesillas nido son de Capellini.

El baño, como el resto de la casa sigue siendo de hormigón, excepto la pared de la ducha a la que se le ha puesto un decorativo azulejo amarillo de la firma Bicesse. Muy llamativo también resulta la roca natural que separa la ducha del lavabo y que se ha pintado como el resto del baño para integrarla, hace las veces de mampara.

En el exterior también encontramos un gran porche con una zona de estar. Las colchonetas de la bancada de obra llevan cojines vestidos con tejidos turcos y el kilim es una pieza antigua, le acompañan un par de sillas Tolix. Bajo la sombra de un árbol encontramos la zona de comedor, con mantelería de Poeira, vajilla de Bordallo Pinheiro, copas de Kenzo Maison y preciosas sillas del diseñador Piet Hein Eek.

No puede faltar una piscina y a su vera, una pérgola de madera encalada y cañizo. Bajo ella, dos tumbonas de origen indio. El hormigón llega hasta el vaso de la piscina, aunque se mezcla con algo de madera en su lateral, siguiendo así, el esquema general de toda la casa.

Está claro que mi amiga Ana y yo no iremos a un sitio tan espectacular, tampoco lo necesitamos, aunque os enseñaré por redes nuestras andaduras, espero que nos acompañéis. Lo tenemos todo planeado…

¡Feliz verano!

Imágenes: Montse Garriga para Elle Decor

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Torre de Palma Wine Hotel

Sois muchos los que os habéis incorporado recientemente al blog, lo primero de todo quiero daros la bienvenida. Quizás por mis últimas publicaciones penséis que la mayoría de mis posts son «home tours«, pero nada más lejos de la realidad. Cierto es que llevo tiempo publicando casas, quizás la pandemia hizo que, al ser el lugar donde más tiempo pasábamos, me enfocara más en ellas. Me he dado cuenta de que sin ser muy consciente de ello, estos últimos tiempos he publicado pocas firmas bonitas y menos aún, esos maravillosos hoteles que os solía traer por aquí porque total ¿dónde íbamos a viajar si hasta hace bien poco no podíamos?

Ahora que las cosas se van estabilizando (y me refiero sólo a la pandemia, porque el mundo está del revés), apetece viajar de nuevo. Es un sector que ha sufrido muchísimo durante estos dos años, incluso algunos tuvieron que echar el cierre, y mientras, nosotros nos hemos visto privados de esa libertad tan necesaria, el coger la maleta y desconectar unos días, da igual la distancia, lo que cuenta es la experiencia.  Así que hoy vuelvo con uno de esos espectaculares lugares para hacer una escapada, planificar unas vacaciones o lo que a cada uno se le antoje.

Los que ya me conocéis sabéis que si hay un sitio que literalmente me pone la mente en «off» durante una semana al año cada verano, es Portugal, así que no he ido muy lejos a buscar un hotel con encanto, este que traigo hoy está en el Alentejo y se llama Torre de Palma Wine Hotel.

Se erige sobre los restos de una casa que data de 1338. El equipo de arquitectura de João Mendes Ribeiro, se encargó de la rehabilitación. Han respetado las paredes encaladas de la antigua torre, en torno a la cuál, se han restaurado aquellas edificaciones que aún quedaban en pie y a las nuevas construcciones, se les ha dado un toque más contemporáneo con muros de mampostería y techos de hormigón.

A la sombra de estas ruinas romanas, se producen vinos artesanales del Alentejo, seña de identidad de Torre de Palma. La bodega se encuentra abierta para vistas y degustaciones, así como eventos. Como el vino se realiza de manera artesanal en el propio hotel, también permiten a los huéspedes participar del proceso de elaboración del mismo.

El interiorismo es obra de Rosarinho Gabriel. En la antigua casa se sitúan el salón y el restaurante Basilii, rindiendo homenaje a la familia que en su día vivió en la finca. El hotel cuenta con 19 habitaciones, desde los 20 metros cuadrados la doble, hasta los 84 metros la master suite. Cada tipología tiene una decoración distinta, excepto en las habitaciones más pequeñas donde se ha introducido algo de color, los neutros son los protagonistas. En todas ellas se combinan muebles antiguos, elementos tradicionales de la zona, piezas de madera que destacan sobre las paredes encaladas, obras de arte, piezas de decoración muy bien seleccionadas,… con la finalidad de que las habitaciones transmitan sensación de hogar.

Además, el hotel posee también piscina exterior y cubierta, spa, baño turco, servicio de masajes, establos, sala de conferencias y por supuesto, un entorno que quita el sentido.

¿Os han entrado ganas de viajar? Yo ya estoy haciendo la maleta…

Imágenes: Design Hotels

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Vuelta a casa…

El domingo volvimos de nuestras vacaciones en Portugal y ya lo estoy echando de menos. Cuando tienes la oportunidad de pasar una semana aislado del mundo en una pequeña casa en medio de la nada (literalmente), donde las vistas al horizonte sólo son pinares y el mar al fondo, no quieres que aquello acabe, siempre vuelves a la ciudad con la amarga sensación de que hay otra manera mejor de vivir.

Allí eres feliz con mucho menos, viviendo más austeramente y apreciando las pequeñas cosas. Para empezar las casas no son muy grandes, al menos donde nos alojamos nosotros consistía en un salón con cocina integrada, dos dormitorios y un baño (ni siquiera disponía de armarios), pero era lo suficientemente apañada para sentirte confortable. Un huerto te suministraba alguna que otra verdura y en el pequeño mercado del pueblo podías abastecerte con la pesca del día. Para mí era gloria bendita pasar el día en la playa con una simple ensalada y una cerveza «sin» (en mi caso que no bebo alcohol), pasear, leer, charlar,… yo quiero esa vida «slow».

Os he traído algunas imágenes de la casa que alquilamos en Melides, más del exterior que del interior porque dentro tampoco había gran cosa interesante decorativamente hablando, excepto por la viga que atravesaba el salón rescatada de la ruina original de 1947 donde ahora se sitúa la vivienda. También alguna foto mía mirando al mar, estado en el que me encuentro siempre que puedo cuando estoy cerca de él, ya sea en Portugal o en cualquier sitio de costa. Y algunas fotos de tiendas.

Melides es en realidad un pueblo pequeño así que tenían tres tiendas de decoración, una no logramos visitarla porque siempre estaba cerrada, de las otras dos subí Stories y los dejé en destacados en la carpeta «viajes» (por si queréis echar un vistazo). Tenían auténticas maravillas, aunque los precios no lo eran tanto. Se nota que estábamos pegados a Comporta y Troia, zonas que se han puesto muy de moda y por tanto repercute en todo.

También me llevaron a unas naves que estaban al lado de Praia do Cavalhal, Setubal, dos sitios para volverse loco lleno de antigüedades, piezas de derribo, cerámica, vidrio, etc. me quedé con ganas de traerme una lechera antigua y unos jarrones de cristal rosa, pero ambas cosas eran caras y de gran tamaño, así que me quedé con la miel en los labios.

Espero que disfrutéis con las imágenes y si os quedáis con ganas de más, de información o vídeos, ya sabéis dónde encontrarlos.

Feliz vuelta al cole para los que todavía andáis de vacaciones :-)

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De vuelta…

Hola a todos, ha pasado poco más de un mes desde mi último post, desde que me fui de vacaciones. Lo bueno se pasa demasiado rápido, es una pena, y eso que en cierta manera mi cuerpo necesitaba ya algo de rutina (bueno no sé si mi cuerpo, pero mi estómago sí).

Volvimos el domingo pasado de Portugal y el martes me fui al pueblo a buscar a las niñas, que estaban con mis suegros. Llevo más o menos esta semana en Madrid y tenía pensado empezar con las publicaciones del blog, pero ya veis, no ha sido así. Un mes de maletas son muchas lavadoras y plancha, también me ha dado por el orden en casa (aunque como decía ayer en IG, poco a poco, no sea que me canse antes de tiempo). El caso es que aún ando algo desconectada del mundo blog, de lo que se cuece por ahí fuera y he decidido posponer la nueva temporada hasta la semana que viene, es más, me consta que muchos seguís de vacaciones así que tampoco creo que importe demasiado.

Os dejo con algunas imágenes de mi verano (ya sabéis que mi blog sin fotos no sería mi blog), y os espero la semana que viene por aquí. Por cierto, comienzo el curso comiendo el lunes con Carmen, de Decor&Links ¡qué ganas de verla!, ya subiremos a IG alguna foto de nuestro encuentro :-)

Nos vemos pronto y perdonad por el retraso…

¡Feliz fin de semana!

Cantabria, primera parada para el trail Los Carabeos:

Segunda parada, mi pueblo en Soria:

Final del verano, el ansiado descanso en Portugal:

Imágenes: @decofeelings

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São Lourenço do Barrocal

Seguro que muchos os preguntáis dónde me he metido durante estos diez días que no he dado señales de vida, al menos los que no me seguís por redes. Durante este tiempo sólo he podido subir una foto a IG para explicar el porqué de mi ausencia. Estaba ingresada en el hospital, me soltaron antes de ayer. Resulta que una va a urgencias con una cefalea importante, te dejan ingresada más de una semana, te meten un susto diciendo que tienes algo que no sabes ni que existe en el cerebro, luego resulta que se queda en eso, un susto (menos mal), pero hay que hacer seguimiento ambulatorio y te vas una semana después del hospital con el mismo dolor de cabeza con el que fuiste, sin diagnóstico y con el cuerpo lleno de medicinas a modo de coctelera. Fuera de bromas, el dolor de cabeza se concentra en el ojo, así que hasta ahora no me permitía ni escribir, ni a penas leer, ni nada. Mira que soy «la pupas» y me pasa de todo, pero nunca había tenido dolores de cabeza (al menos no de esta manera), ahora entiendo a la gente que sufre de migrañas o cefaleas constantes, lo duro que es. Es de esos dolores que te anulan para realizar casi cualquier actividad.

Bueno que como dije en IG, ni quiero dar pena ni ser alarmista, ha sido un susto que hay que seguir vigilando y que aún no me deja estar al cien por cien, pero bueno «las cosas de palacio van despacio», ya pasará.

Mientras estaba en el hospital mi querida amiga Ana (con la que voy a Portugal cada año en vacaciones), me envió el link de este maravilloso hotel en el Alentejo, consciente de que me iba a gustar o más bien de que se me caería la baba :-) Y es que nuestra semana de retiro en Portugal está a la vuelta de la esquina y el ansia viva puede con nosotras. Ambas disfrutamos descubriendo nuevos lugares de nuestro país vecino.

Se trata del Hotel São Lourenço do Biarrocal, una finca agrícola del Siglo XIX rehabilitada, obra del arquitecto portugués Eduardo Soto de Moura, ganador del premio Pritzker 2011. Los trabajos de remodelación comenzaron en 2008 y no terminaron hasta la primavera del 2016, fecha en la que se inauguró el hotel. Una de sus particularidades es que el recinto es como un pueblo, tiene sus calles, una plaza, edificios, todo ello entre robles, olivos y viñedos, en un enclave envidiable, junto al pequeño pueblo amurallado de Monsaraz y el lago Alqueva.

Se mantuvo la estructura tradicional de calles y manzanas, siete edificios y 40 estancias conforman el hotel. Paredes blancas, suelo de barro cocido, y techos abovedados, aseguran la historia del lugar. En el hotel además de disponer de 780 hectáreas de finca, para uso y disfrute de sus huéspedes, posee su propia granja, huerto, un establo, spa, la espectacular piscina, tienda, sala de juegos infantil, restaurante, bar y bodega (por cierto, además son «pet friendly» por si te da por ir con tu mascota). Además de las habitaciones, cuyos tamaños oscilan entre los 50 y 60 metros, también hay cabañas equipadas hasta el último detalle, salón, cocina, terraza,… para los que prefieran viajar en familia.

El diseño de interiores viene de la mano del estudio AnahoryAlmeida, donde un toque rustico-vintage se deja ver en todos los espacios, pocos elementos pero muy bien definidos y en perfecta sintonía con la arquitectura.

Podéis leer más sobre el hotel en este artículo de El País o ver muchas más imágenes en su página web. Para mí sin duda otro descubrimiento (gracias Ana) para añadir en mi wish list y además tomando las primeras posiciones.

Como os decía al principio del post aún no estoy al cien por cien, así que si en estos días hubiera más ausencias ya sabéis el porqué. Nos vemos…

Imágenes: El País y São Lourenço do Barrocal

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En la campiña inglesa…

Hay ciertos trabajos donde encontrar una buena localización lo es todo. Pensad en los estilistas de decoración o moda, fotógrafos profesionales, editoriales, publicistas, weddinng planners, etc.

Hoy os hablo de un proyecto que surge de la unión de dos creativos, un trabajador de marketing internacional (Jonathan) y un director de arte (Michael). Tras construir su primera vivienda en Londres y ver el reclamo que tenía para realizar sesiones de fotos, deciden crear en 2007 la agencia SHOOTFACTORY.

Empezaron, como muchas otras empresas de nueva creación, tirando de contactos que tenían de sus anteriores trabajos. Su reputación creció rápidamente gracias a las localizaciones de calidad que ofrecían. A los tres años de abrir ya tenían su segunda oficina en Yorkshire, donde la belleza del lugar les hizo echar raíces (ahora sólo utilizan Londres como base, únicamente cuando el equipo tiene que desplazarse a la capital). Los agentes que localizan las propiedades, son claves en el proceso. Les gusta el trato con la gente, le dan valor a la comunicación, son profesionales pero a la vez sencillos y eso se refleja en su trabajo y en su buen hacer.

Decir que no sólo ofrecen casas en UK, sino que han ampliado fronteras. Encontramos propiedades en otros lugares del mundo como Marruecos, Brasil, El Caribe, EEUU, Francia, Bélgica, Italia, Portugal o España, entre otros.

Pero hoy me quedo en la campiña inglesa, enamorada de esta casa donde si alguna vez tuviera que ir a hacer fotos, jamás querría salir de allí. Tan bonita que, en lo que probablemente otros sacasen defectos, yo sólo veo virtudes.

Me sorprende que en una misma vivienda haya puertas con distintos acabados, unas en madera natural y otras pintadas en negro o en blanco, todas ellas son increíblemente bonitas. De la cocina qué decir, no sé si resaltar la enorme isla, los suelos hidráulicos, las vigas de los techos expuestas completamente en bruto, la alacena repleta de cerámica,… creo que es un todo. Atentos también a los suelos de madera de la entrada y salón, listones marcados por la huella del tiempo que parecen idénticos al sobre de la mesa de comedor (aunque esto es sólo una percepción mía). Las paredes enyesadas también le dan mucha personalidad a la casa, más en determinadas zonas donde se perciben desconchones. Los baños son también de cuento, nada más verlos me ha venido a la mente la estética de la firma Devon&Devon. Por último esos exteriores, huerto incluido, no sé si pasaría más tiempo dentro o fuera.

Está claro por qué esta casa se encuentra en la lista de localizaciones de ShootFactory, si fuera mía la enseñaría con orgullo.

Por cierto mañana viernes no estaré por aquí, mi sobrina hace la comunión el sábado y creo que como me presente con estos pelos en la iglesa, mi hermana me echa :-) toca sesión de peluquería. Nos vemos el lunes ¡buen fin de semana!

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Serena & Lily

Perdonad mi ausencia ayer pero como era día festivo me lo tomé al pie de la letra. Este puente además aunque no he salido de Madrid, ha sido de lo más intenso. Mis múltiples planes me han impedido que me siente siquiera unos minutos delante del ordenador, pero bueno para eso están los festivos, para desconectar.

El post de hoy surge a raíz de una coincidencia. Resulta que el sábado estuvimos de barbacoa en casa de nuestros amigos Ana y Pablo (con los que cada año pasamos una semana de vacaciones en Portugal). En una de las casas donde solemos alojarnos, cuelgan de sus paredes unas tablas pintadas a mano muy parecidas a los remos de esta primera imagen. A Pablo se le ocurrió poner a mis hijas a pintar unos palets para que estuvieran entretenidas, buscando un resultado similar. No diré que los dibujos que hicieron las niñas fueran exactos a estos, pero al menos captaron el concepto y quedaron bastante aceptables. Lo mejor es que se divirtieron creando, estuvieron un día entero brocha en mano y ¡sin discutir entre ellas! (eso sí es un logro), la parte negativa ha sido intentar quitar las manchas de la ropa, que ha sido misión imposible, y en sus manos y brazos aún se pueden ver repartidos algunos pegotes de pintura :-), pero eso son males menores. Si queréis ver cómo quedaron los palets podéis hacerlo en mi cuenta de Instagram, y lo más sorprendente cómo quedó la mesa donde apoyaron las pinturas, algo que se creó totalmente al azar y que es digno de enmarcar.

Volviendo a la imagen de los remos, os diré que pertenece a una firma californiana llamada Serena & Lily. Firma donde se puede encontrar básicamente de todo para el hogar, aunque hoy mi punto de mira está en todo aquello que me recuerda a las vacaciones. Sobre todo mobiliario y textil de exterior, pero también piezas de interior que por su naturaleza o color me transportan igualmente a la época estival. En cualquier caso la filosofía de esta marca se basa precisamente en no seguir reglas ni patrones, en encontrar tu propio estilo, mezclar piezas y texturas hasta conseguir el espíritu de California, lo que para mí se traduce en libertad y en conectar con lo que a uno le gusta, y en mi caso esto es el mar (que no necesariamente la playa).

Vamos a poner un poco de color para comenzar la semana, que parece ser que el jueves se avecina frío otra vez…

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White House & Cabin, Portugal

Cada año para evitar hacer los más de mil kilómetros que separan el pueblo de Soria donde veraneamos de la zona donde pasamos una semana en Portugal, intentamos hacer noche en algún sitio chulo. El año pasado fue Trujillo, el anterior en Portimäo, hace dos en Évora,… así la distancia es más llevadera.

Este verano habíamos pensado pasar un par de días en Lisboa (ya sabéis las ganas que tengo de ir), pero me da que en pleno agosto no es el mejor momento. No disfruto de las ciudades si hace mucho calor, en época estival prefiero otro tipo de turismo.

He encontrado esta maravilla de casa en Comporta, en pleno Alentejo portugués. Está a unos ciento veinte kilómetros al sur de Lisboa y a ciento cuarenta de nuestro destino final. Parece buen sitio para pasar una noche, o dos, o tres,… o ya que estamos, que no me saquen de allí :-) Lo cierto es que me sobraría casa por todas partes (está acondicionada para siete personas), pero soñar es gratis y su diseño ha llamado mucho mi atención.

Soy pesada con el tema, pero esta casa me demuestra una vez más, que no se necesita demasiado para brillar. Y aquí el brillo cobra doble sentido, gracias al blanco inmaculado de todos sus espacios solamente interrumpido por elementos de madera.

Me ha hecho gracia descubrir el altillo. En Portugal son típicas las casas en planta con tejados a dos aguas, por lo que el espacio bajo cubierta se utiliza como zona habitable, normalmente es un dormitorio más. La casa donde iremos este año también lo tiene, ya hemos estado en ella más veces y es ahí donde dormimos mi marido y yo. Es como un nidito de amor, recogido y entrañable, pero no veáis las que lío cada noche cuando me dan ganas de ir al baño. Bajo por esas empinadas escaleras en chanclas (algún día no lo contaré), intentando hacer el menor ruido posible, colocando al salir la mosquitera para que no nos coman los mosquitos, y con el frontal de correr plantado en la frente para darme luz. Vamos que soy todo un show y la magia del altillo se pierde en un momento. Aún así adoro estas casitas sencillas y fieles a su esencia lusa.

Dejo el enlace de esta vivienda pero podéis cotillear los muchos destinos de vacaciones que ofrecen en Boutique Homes. Os aviso, os costará elegir…

¡¡Feliz fin de semana!!

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Lamantika

Parece mentira que sea diez de octubre y sigamos con este calor. A mí la verdad es que el frío no me gusta mucho, pero algo de «fresquete» se agradecería. Según las previsiones meteorológicas a partir del miércoles la cosa cambia. Estoy convencida que el frío llegará de golpe y el mercurio se desplomará. Hace años que en España no tenemos ni otoño ni primavera, pasamos de la manga corta al plumas y viceversa, sin previo aviso.

En previsión de lo que llegará, os traigo una firma muy apetecible para los días de frío. Se llama Lamantika, es posible que muchos la conozcáis, bien porque yo la he mencionado en alguna ocasión, o porque no hay feria que se precie donde no estén: DecorAcción, Mercado de Motores, The Hovse,…

¿Quién no ha viajado a Portugal, o al menos es conocedor de ello, atraído por sus textiles? Recuerdo cuando yo era jovencita que mi madre y mi madrina tenían por costumbre una vez al año coger un autobús para cruzar la frontera y pasar el día en tierras lusas, con la única motivación de venir cargadas de toallas, colchas, mantas,… textiles que aún siguen impasibles al paso del tiempo, su calidad es innegable.

Lamantika surgió exactamente de la misma manera. Madre e hija conocedoras de la fama de los tejidos portugueses, comenzaron en 2013 a viajar al país vecino para confeccionar y elegir cada una de sus prendas. En la tienda podemos encontrar desde mantas, a plaids, colchas, cojines,… cien por cien algodón. También tienen complementos como capazos, fulares o Kikoys, así como una colección dedicada a los más pequeños.

En las imágenes comprobaréis lo bonitas que son, sus diseños, pero como una foto no puede transmitir la textura, la suavidad, etc. os tendréis que fiar de mi palabra, las toqué el año pasado en DecorAcción y son lo más.

Por cierto, la última imagen (encontrada en la página de Facebook de Lamantika) no puede hacerme más ilusión. Se trata de la hija de una gran amiga del colegio, posando con una de sus mantas y abrazando a una ballena de la firma Tipi Too, de la que su madre es socia. De esta otra firma de decoración infantil también os hablé en su día, pero por si no lo habéis hecho ya, os invito a que echéis un ojo a la web, os encantará.

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