Deià, Mallorca…
La casa está encaramada en lo alto de una ladera, sobre el encantador pueblo de Deià, con unas maravillosas vistas al mar. Una vivienda con historia entre sus muros y un presente renovado que mezcla sensibilidad nórdica, mediterránea y artesanía local.
La casa pertenece a varios miembros de una gran familia nórdica que la utilizan como destino de vacaciones. Fue recientemente reformada por el estudio con sede en Deià, More Design, para que pudiera adaptarse a múltiples necesidades tanto al flujo de gente, a las distintas generaciones que iban a convivir en ella y a escapadas tranquilas, pero al mismo tiempo debía conservar la calma y el alma que la caracteriza.
“La familia es experta en diseño y participó activamente en el proceso”, dice el diseñador Manuel Villanueva. “Mezclando su propia estética con nuestra visión mediterránea”.
El conjunto al que pertenece la casa data del siglo XIII, cuando monjes cistercienses establecieron un monasterio en la zona. Con el tiempo se añadieron edificaciones, y ya a principios del siglo XX se construyeron dos casas, incluida ésta, en la parte sur de la finca.
En los años 70 se hizo una ampliación “moderna” que resultó en un edificio poco coherente con el entorno. Este fue el punto de partida de la reforma: reorientar, dar luz, adaptarse al terreno empinado, rescatar materiales y crear espacios fluidos.
La casa se desarrolla en tres plantas sobre un terreno de terrazas inclinadas. En la planta media (la de acceso) encontramos la cocina, el comedor, un dormitorio y un baño. En la superior, el dormitorio principal con baño en suite y una gran terraza exterior. Por último, la plata baja cuenta con dos dormitorios más (uno con literas para los niños) y un baño compartido.
El reto era mayúsculo: respetar volumen, historia y entorno, y al mismo tiempo hacerla habitable para una familia con estilos de vida distintos, sin perder el espíritu de refugio vacacional.
Artesanos mallorquines crearon todos los elementos claves de esta renovación, desde las balaustradas metálicas forjadas por el artesano local Toni Calafell hasta las bañeras y lavabos artesanales de piedra local de Binissalem, obra del maestro artesano Juan Camposol. Los productos empleados forman parte de una “paleta actualizada” de los materiales tradicionales de Mallorca: piedra local, cal y elementos naturales.
Es una mezcla maravillosa entre el minimalismo nórdico —claridad, líneas puras, funcionalidad— junto con acentos mallorquines —terrazas, piedra, elementos locales y la luz mediterránea—. Una casa que facilita el descanso y lo hace sin ostentación. No es lujo de escaparate, sino lujo de experiencia. Vistas, terrazas, luz cálida, materiales honestos y un diseño pensado para compartir, para estar, para vivir.



















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