Estudio Do.Dark

Que una casa no tenga una gran antigüedad, no significa que no necesite una puesta a punto e incluso una reforma integral. Puede que su distribución ya no se adapte a tus necesidades, o que los materiales con la que fue construida en su día sean deficientes en cuanto a aislamiento u otras prestaciones, y por supuesto, el paso de los años habrá hecho mella también en el deterioro de instalaciones. A esta vivienda en Madrid de 350 metros cuadrados, se le sometió a una reforma integral para, por un lado, abrir los espacios que estaban muy compartimentados, por otra parte, conectar más las casa con el jardín ¿Quién quiere un jardín si luego no haces uso de él? y se le dio la vuelta a la distribución buscando una manera más lógica y funcional de que todo fluyera, sobre todo la luz.

Uno de los propósitos clave de los propietarios, era lucir su colección de arte y de piezas especiales de mobiliario, que es justo lo que ha llamado mi atención. De todo esto se ha encargado el estudio Do. Dark.

Ahora, desde el recibidor se pueden ver todos los espacios conectados. Por un lado, de frente se divisa el jardín y a ambos lados del recibidor, un salón con chimenea y un gran comedor que, aunque parezcan independientes, se pueden cerrar a demanda mediante puertas correderas. Tras el sofá encontramos una gran librería, diseño del estudio, que a su vez oculta la escalera que lleva al segundo piso. En ella albergan su gran colección de libros, así como piezas de arte a las que le tienen mucho cariño, como la talla religiosa.

El estudio consiguió también que la luz campara a sus anchas derribando tabiques, realizando un cerramiento de cristal para la cocina y colocando un par de ventanas Velux en el tejado.

En estas estancias llaman mucho la atención ciertas piezas como el perchero de la entrada, adquirido en la feria Almoneda, o las butacas de los años 70 azul y roja del salón, aunque no lo creáis se encontraron en la basura y se retapizaron con terciopelos de Gancedo dándoles una nueva vida y cuyos colores, siguen el ritmo de la obra de arte que les acompaña, de Luis Fernando Martín de los Santos. Como ritmo también le dan a las mesitas blancas de centro, los jarrones de colores de Anthropologie.

En el comedor encontramos una gran mesa blanca hecha a medida por el estudio acompañada por las conocidas sillas Wishbone que le dan calidez, la alfombra es de BSB y el espejo de Asitrade. Les acompaña una obra XXL de Blanca Orozco.

Desde comedor por el pasillo, se accede a la cocina, muy minimalista. Como decía antes, un cerramiento de hierro y cristal se encarga de que la luz siga fluyendo. El suelo de gres de gran formato es de Azulejos Peña. Los muebles son lacados y la encimera es de Silestone Blanco Zeus. Las lámparas no me van mucho, son en Westwing, yo hubiera metido algo que le diera calidez a la cocina o quizás color (como el resto de la casa), todo tan blanco y plateado me resulta un poco «cocina laboratorio».

El dormitorio sobrio, sin más. Lo que más me gusta es la silla Tulip, porque donde esté un clásico… Los taburetes también tienen su gracia, me ha sorprendido saber que son de Ikea.

Y por último el baño, que me resulta un tanto frío, como la cocina. Mismo suelo de Azulejos Peña y una ducha con mampara de cristal traslúcido que preserva la intimidad, pero todo blanco y sin notas cálidas. No es mi estilo, pero sobre gustos…

Sin duda alguna de esta casa me quedo con el salón, comedor y entrada por el impacto del arte y el mobiliario, que claramente llaman mucho la atención. ¿Qué opináis?

Imágenes: Montse Garriga Para: Elle Decor 

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Estudio Poeira

Este es mi último post del verano, ya no doy para más. Tengo los sesos como el clima, abrasados. A un año especialmente duro, se junta este calor abrasador y un cansancio extremo que se ha apoderado de mí, siento que no soy persona, cuento los días para que lleguen las vacaciones. Estoy especialmente ilusionada con el final de éstas, no porque quiero que se acaben, pero ese final será como la guinda del pastel. Me iré unos días con mi mejor amiga a Cascáis y Lisboa, un viaje que llevamos siglos planeando hacer y nunca se daba la ocasión, nos vamos en unas circunstancias muy distintas a las que jamás hubiéramos imaginado, pero las cosas vienen como vienen y hay que coger las oportunidades al vuelo, así que allí nos vamos, mano a mano.

Precisamente la casa que os traigo hoy está en Portugal, más concretamente en la localidad de Palmela, muy cerca de Lisboa. Es un proyecto de la interiorista Mónica Penaguião, propietaria del estudio y tiendas Poeira. La construcción, de procedencia agrícola, mantuvo su esencia gracias al encalado de las paredes, a sus maderas pintadas, al blanco en paredes y techos que potencian la claridad junto con los espacios poco compartimentados y a la presencia de un único pavimento que lo unifica todo, el cemento pulido.

En el interior, sorprende cómo la interiorista consiguió mezclar un continente tan básico con firmas vanguardistas como Flos, Capellini o Marcell Wanders, con otras de almoneda, industriales, sillas recicladas de Piet Hein Eek, tejidos étnicos o productos artesanales de fibras naturales, una combinación que convive en perfecta armonía. Su tienda Poeira, que distribuye prestigiosas firmas internacionales, hace que todo ello sea posible.

La alfombra y el sofá, con terciopelo de Designers Guild, proceden de su tienda y las mesitas son el modelo Gong de Capellini. La lámpara del salón es de Flos. El divertido mueble auxiliar rojo, que sirve de apoyo al sofá, es de Fornasetti. Destacan los detalles industriales como la lámpara articulada Jieldé y el armario de hierro.

También se utiliza el arte como elemento de contraste, como la obra que reposa en el suelo, de la artista brasileña Isabelle Tuchband, en tonos fucsias y amarillo que rompe que con el blanco que impera a su alrededor. Junto al cuadro, una butaca recuperada del holandés Piet Hein Eek.

En el comedor aún se ha jugado más a los contrastes. La mesa es una creación de la interiorista, en madera lacada en negro. Le acompañan unas Wishbone de Carl Hansen y para darles servicio, un aparador de metal pintado que porta una gran lámpara verde de Marcel Wanders para la firma Capellini, el punto de calidez se lo dan dos taburetes de fibra comprados en la zona del Alentejo.

La cocina es sencilla, se conservó el viejo horno de leña y el gran fregadero de piedra que se montó sobre una estructura de hierro. Para dar un poco de apoyo a la cocina, un pequeño mueble auxiliar (también de hierro) hace las veces de mini isla con estantes.

En el dormitorio se mezclan tejidos de diseño, como la colcha de Elitis, con cojines estampados de Etro o Neisha Crosland y otros comprados en Turquía. Las mesillas nido son de Capellini.

El baño, como el resto de la casa sigue siendo de hormigón, excepto la pared de la ducha a la que se le ha puesto un decorativo azulejo amarillo de la firma Bicesse. Muy llamativo también resulta la roca natural que separa la ducha del lavabo y que se ha pintado como el resto del baño para integrarla, hace las veces de mampara.

En el exterior también encontramos un gran porche con una zona de estar. Las colchonetas de la bancada de obra llevan cojines vestidos con tejidos turcos y el kilim es una pieza antigua, le acompañan un par de sillas Tolix. Bajo la sombra de un árbol encontramos la zona de comedor, con mantelería de Poeira, vajilla de Bordallo Pinheiro, copas de Kenzo Maison y preciosas sillas del diseñador Piet Hein Eek.

No puede faltar una piscina y a su vera, una pérgola de madera encalada y cañizo. Bajo ella, dos tumbonas de origen indio. El hormigón llega hasta el vaso de la piscina, aunque se mezcla con algo de madera en su lateral, siguiendo así, el esquema general de toda la casa.

Está claro que mi amiga Ana y yo no iremos a un sitio tan espectacular, tampoco lo necesitamos, aunque os enseñaré por redes nuestras andaduras, espero que nos acompañéis. Lo tenemos todo planeado…

¡Feliz verano!

Imágenes: Montse Garriga para Elle Decor

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Casa moderna de estilo georgiano

Esta semana dedicaba un post y varias stories a comedores que, en lugar de llevar sillas rodeando la mesa, en uno de los lados éstas se sustituían por un banco adosado a la pared. Una práctica muy útil cuando careces del espacio suficiente para circular cómodamente por detrás de las sillas. Para hacer el cálculo de lo que ocupan, hay que sumar unos 35 cm si las sillas están recogidas, o 50 cm si estamos sentados, a eso hay que añadirle un mínimo de 60 cm para circular por detrás. Si ves que el espacio no es suficientemente amplio en ambos lados, quizás un banco, sea la solución perfecta.

Me topé con esta bonita vivienda que, además de gustarme y mezclar varios estilos decorativos, curiosamente su comedor es exactamente así, por lo que decidí publicarla hoy.

Se trata de un edificio londinense rehabilitado por los arquitectos Alex Michaelis y Tim Boyd para una familia numerosa. Respetando su arquitectura tradicional de estilo georgiano del Siglo XVIII, con sus ventanas de guillotina, su porche de entrada y paredes de ladrillo rojo, los propietarios decidieron modernizarla abriendo espacios, creando más ventanales para dejar entrar la luz y modernizado los interiores. Contaron para ello también, con la ayuda de la interiorista Simone McEwan. 

Nada más entrar ya se puede apreciar el cambio. Las múltiples ventanas y el color blanco, lo inunda todo de luz en un espacio que, hasta entonces, había sido oscuro y compartimentado. El suelo se cambió, pero para mantener la esencia del pasado, se puso parqué de madera de roble antiguo del siglo XVIII, de la marca Timbertech.

Se dejaron comunicados todos los espacios a ambos lados del recibidor, sólo se separan por vidrieras, pero visualmente están conectados. A un lado podemos ver el salón,  las molduras del pasado conviven a la perfección con muebles de diseño elegidos exprofeso, como El sillón Rietveld Utrecht para Cassina o la mesa de centro Malgorzata Bany Pilotis para The New Craftsmen.

En el otro lado encontramos la cocina, el office y el comedor. La cocina es clásica y elegante, en negro y mármol Calacatta, sin muebles altos y el almacenaje recogido en la gran isla central. Es un diseño de Plain English. Al final de la cocina está el comedor bañado de luz natural. Este espacio fue una extensión de la vivienda por la parte trasera de la casa, así que disfrutan de las vistas al jardín mientras comen. Además, se le añadió un techo de vidrio para inundarlo más de luz.

Para separarlo visualmente de la cocina, se levantó un murete a media altura que sirvió como respaldo para apoyar el banco realizado por los arquitectos. Se decidió dar un estilo escandinavo al espacio, con mesa de madera maciza en tono natural y sillas tipo Wishbone. Diría que este comedor es mi parte favorita de la casa.

Aún hay más en la planta baja, una pequeña sala de estar con techo de cristal y vistas a la escultórica escalera, un práctico lavadero, una bodega y un baño.

La vivienda cuenta con cinco dormitorios. El principal para los padres, tres para cada hijo y uno extra para los invitados. En el de matrimonio, vemos cómo se sigue el patrón del piso inferior, los blancos y neutros, son la elección. Se mantiene el punto clásico gracias a las molduras y a la vez, la madera aporta el toque más desenfadado. Lo mismo se ha buscado en el baño, sencillez y elegancia a partes iguales.

Rompiendo con todo lo visto hasta ahora, llegamos al despacho de los propietarios. Azul petróleo en las paredes, mobiliario contemporáneo, librería de los años sesenta y una maravillosa mesa que tiene el privilegio de mirar hacia el jardín. Ni rastro en este espacio de cualquier elemento clásico que hayamos visto antes en la casa.

En las habitaciones infantiles apostaron por diseños a medida que fueran creciendo con los niños. Dando importancia al almacenaje necesario hoy y en el futuro.

Las sorpresas no acaban aquí. Fuera, en lo que era el antiguo garaje, los arquitectos montaron una gran sala de juegos para toda la familia. Se creó un pasillo en tonos oscuros como conexión entre la casa y este nuevo espacio, al que se le añadieron armarios a medida y por supuesto, una gran ventana con vistas al jardín. En este gran espacio de nuevo el azul oscuro es el protagonista, con un gran sofá y estantes que albergan diversas láminas y dibujos, un lugar donde los hijos de los propietarios pudieran sentirse a gusto.

De repente sorprender ver cómo los arquitectos tienden a romper con la sintonía de la vivienda metiendo estilos diferentes, de ahí que nos encontremos un baño en color amarillo de carácter retro.

Además del despacho interior de la casa, el propietario (fotógrafo profesional) dispone en el jardín, de un anexo más. Se trata de una cabaña revestida en madera a modo de estudio, donde poder aislarse cuando así lo requiere su trabajo.

Por último, bajo la pérgola del jardín encontramos un comedor familiar realizado por los conocidos paisajistas londinenses Rich Landscapes.

Y hasta aquí el home tour, si me tengo que quedar con algo sería el comedor con vistas al jardín y la entrada. Creo que esta casa es para verla más de una vez, os diré que no me gusta todo al cien por cien, o más bien que me sobran espacios, pero sí hay muchas ideas que rescataría de ella. ¿Qué opináis, os gusta?

Imágenes: Marie Claire Maison

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8 Estancias para teletrabajar

Hace un par de días me preguntaba cómo sería el nuevo curso escolar, bien ya lo sé, tan sólo dos días en semana mis hijas irán al instituto de manera presencial, el resto será desde casa. Yo no puedo quejarme de espacio porque vivo en un chalet, pero comprendo que no es una situación generalizada. Buscar soluciones para encontrar espacios en casa es una prioridad, tanto para teletrabajar en nuestro caso, como para el estudio a distancia de nuestros hijos.

Los peques suelen tener en sus dormitorios una zona de estudio, pero las clases telemáticas también hacen que incluso sus dinámicas cambien, quizás los dispositivos electrónicos no estén en su habitación, quizás ahora han de compartirlos, estén en un despacho, en el salón, o qué sé yo,… al final todos tenemos que reinventarnos y ajustarnos a esta realidad que nos ha tocado vivir.

Os propongo ocho estancias diferentes, algunas las he probado yo misma, para trabajar. Mi consejo, eso sí, es aseguraros nuestro confort, una buena postura, no hace falta tener una oficina profesional pero sí tomar conciencia de algunas cosas importantes como que el ordenador esté a la altura de los ojos, que nos sentemos de manera adecuada, calcular que una mesa estándar suele estar a unos 75cm de altura (si la vuestra es más alta o más baja tenedlo en cuenta para que el asiento sea acorde a ella), importantísimo la silla, sea cual sea, que nos recoja bien la espalda, y por último que la iluminación sea lo más correcta posible (mejor si es natural), aunque siempre necesitaremos también invertir en una buena luminaria. Todos estos factores nos ayudarán no sólo en nuestra productividad si no en algo más importante, nuestra salud.

Aquí os dejo con unos ejemplos y os voy comentando bajo las imágenes. Ya me diréis si alguno de vosotros teletrabajáis en este tipo de espacios y cómo os resultan. No busquéis un despacho que no lo vais a encontrar en este post :-)

En nuestro caso, teniendo dos habitaciones habilitadas como despachos, quisimos situamos uno frente al otro en el office de la cocina. La mesa lo hacía posible y tanto la entrada de luz natural, como la artificial de la propia cocina, era propicio para el trabajo. Por supuesto, la compañía también es inmejorable, aunque mi marido es de los que les gusta soltar algún que otro chascarrillo de vez en cuando y yo necesito silencio sepulcral para estar concentrada, así que dice que soy una compi aburrida ;-)

Eso sí, cuidado con las videollamadas si trabajáis desde la cocina, hay que buscar un plan «B», llevar el portátil a una estancia más estética para ese tipo de reuniones, no querréis que por error salga la fregona, el delantal, o cualquier otra cosa improcedente.

Busca un mueble de oficio, que de carácter a la estancia pero que no sólo sirva para causar un efecto WoW sino que además tenga su parte funcional, como el de la imagen, donde poder trabajar, archivar y guardar las cosas para que todo esté ordenado cuando no se use.

Estoy realizando un proyecto de interiorismo en una vivienda, donde comedor y despacho compartirán un mismo espacio. Un lugar polivalente que cumplirá distintos usos según las circunstancias. Porque a menudo tenemos una gran mesa de comedor a la que no damos salida cada día, sólo cuando vienen invitados, ya que a diario comemos en el office de la cocina, así que ¿por qué no darle una función extra para que no sea un mero adorno en el salón? Más ahora que necesitamos esos espacios para trabajar. En el caso que me ocupa, irá con una estantería de pared a pared detrás de la mesa, que servirá para albergar tanto objetos decorativos, libros y zonas cerradas para ocultar los aparatos electrónicos.

La parte baja de las escaleras es un extra con mil posibilidades. En el proyecto sobre el que os hablaba, han aprovechado esa parte para crear toda una hilera de armarios, porque los propietarios necesitaban zonas de almacenaje, el despacho ya se lo he hecho yo en el comedor :-) Y en este caso, la zona de trabajo se sitúa bajo la escalera.

Cuando se dispone de un espacio como este, lo mejor es recurrir al mobiliario a medida y diseñar exactamente lo que necesitas para no perder ni un milímetro de espacio. Ah! y por supuesto poner la zona de asiento en la parte más alta de la escalera, evitarás romperte la «crisma» cada vez que te levantes.

Trabajar en el mismo sitio donde descansas no es lo ideal, que se lo digan a mi hermana, que tuve que diseñarle hace años su despacho dentro del dormitorio, y menos mal que tiene una gran buhardilla, pero como dice ella prácticamente de la cama, a la ducha y al ordenador, todo en un mismo espacio. Supongo que te acostumbras, ya lleva teletrabajando muchos años, pero a ella que le gusta la acción no es lo que más le motiva, la verdad. En este dormitorio se ha aprovechado un pequeño hueco que bien podría ser el espacio de un pequeño armario, pero cuando la necesidad aprieta….

Este espacio me encanta, aunque soy consciente de que no todas las casas disponen de una galería o terraza acristalada, pero claramente es uno de los mejores sitios para trabajar. La luz, las vistas, las privacidad, hacen de este lugar un espacio envidiable para dar rienda suelta a la imaginación. Sólo le pongo un «pero», estéticamente me encanta la silla Wishbone, pero no debe ser lo más cómodo para echar horas trabajando.

Quizás pienses que si tienes un vestidor como este es porque tu casa sea tan grande como para permitirte tener un despacho, error. Si visteis un proyecto de obra que realizamos el año pasado, justo sacamos un hueco en el vestidor para poner una futura zona de trabajo, tan sólo unas baldas voladas y una mesa junto a la ventana, en nuestro caso a izquierda de ésta. Podéis ver el proyecto completo aquí.

A grandes males, grandes remedios. Que no se diga que el espacio es un problema, con este mini escritorio plegable de pared, que se puede adquirir en Amazon, podrás tener una zona de trabajo en cualquier lugar, incluso en el pasillo. Una vez termines tus tareas, sólo tendrás que plegar la mesa para que quede recogida en la pared, ocupando el mínimo espacio.

Y hasta aquí unas cuantas ideas para trabajar en sitios que quizás puedas aprovechar en casa, o tal vez te haya dado alguna pista para poder implementarla, ojalá. ¿Cómo estáis viviendo vosotros esta situación? ¿Tenéis algún otro lugar curioso para trabajar? Os espero en comentarios…

Imágenes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 Portada

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Espacio en Blanco

Si por el título habéis pensando que encontraríais una casa donde el blanco era el color predominante, error. Espacio en Blanco es el estudio de interiorismo encargado de la rehabilitación de esta vivienda de Barcelona, donde lo que se buscaba precisamente era resaltar todo el potencial del mobiliario, el colorido de los textiles y las obras de arte, eso sí, bajo un telón de fondo luminoso y blanco pero que nada tiene que ver con el nombre del estudio :-)

Si me conocéis no hace falta que os diga que ha sido suficiente ver la imagen del salón para intuir que lo demás estaría muy en sintonía con mis gustos y no me equivocaba sino todo lo contrario, la cosa ha ido a mejor.

El gran salón es el eje central de la casa del que parten el resto de habitaciones. Se respetó la chimenea original de los años 70 para crear contraste con la reforma de carácter más contemporáneo. A partir de ésta se diseñó una estantería a medida de chapa de hierro negro barnizada. De esta forma se crea todo un frente que sirve como biblioteca, zona de televisión y estar con chimenea (enamorada me tiene).

Los espacios se conectan o separan a demanda para dar paso a una circulación fluida y también a la luz, como el recurso de la puerta de hierro y cristal corredera existente entre cocina y salón que te permite por ejemplo, mantener el espacio cerrado cuando cocinas.

El comedor merece una mención aparte. Se mantuvieron las molduras originales y se pintaron a juego con la maravillosa mesa color azulón diseño de Barbara Aurell. Para rebajar tanta información de color, se añadieron contrastes naturales con las famosas sillas Wishbone de Carl Hansen y la conocida lámpara de Isle Crawford de Ikea ¿Quién dijo que el diseño clásico, el contemporáneo, el mid-century y el democrático, no iban bien juntos? Esta sin duda es una mezcla magistral.

Una de las cosas que más me gusta es la distribución del dormitorio principal. La realidad es que aunque no soy muy aficionada a la moda y no poseo gran cantidad de ropa, cuando veo cómo está resuelto el almacenaje y aprovechado el espacio al milímetro para sacar una zona de vestidor y a su vez acoger la cama con las mesillas integradas, me parece un sueño. Por supuesto está hecho a medida. Esta solución la tengo en la cabeza desde que se la hizo mi ebanista a un cliente y aunque viva en un chalet, mi dormitorio no tiene las dimensiones adecuadas para replicar la idea. Pero qué más da, si no sabría con qué llenar tanto armario :-)

Si os dais cuenta el dormitorio es el único espacio donde los tonos neutros son protagonistas, porque una vez cruzamos al baño vuelve a aparecer el color. Nos sorprende un lavabo en tonos rosas combinado con una pared azul. ¿Quién dijo miedo?

Os dejo disfrutar de esta belleza, mires por donde mires es una casa para tomar apuntes. No os perdáis la colección de réplicas de sillas icónicas de la última foto, yo podría añadir una que ellos no tienen, una «mini Thonet» que tengo en el pueblo y compré en un mercadillo de Portugal ;-)

Imágenes vía

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