¿De qué color vistes tu hogar?

El color es uno de los elementos más poderosos en la decoración del hogar. No solo define el estilo de un espacio, sino que también influye en nuestras emociones y en la percepción del ambiente. Pero, más allá de la estética, ¿te has planteado cómo los colores y los materiales que eliges pueden afectar tanto a tu estado de ánimo como al planeta? En este post, exploramos cómo los colores pueden aportar armonía a tu hogar y cómo puedes optar por opciones sostenibles y de comercio local para lograrlo.

La psicología del color en tu hogar

  • Tonos neutros y tierra : Crea un ambiente cálido y acogedor. Son ideales para salones y dormitorios, ya que transmiten calma y naturalidad.
  • Verdes y azules : Evocan la naturaleza y aportan frescura y serenidad. Perfectos para baños o rincones de descanso.
  • Amarillos y naranjas : Aportan vitalidad y energía. Son recomendables en cocinas o zonas de trabajo para estimular la creatividad.
  • Gris y tonos oscuros : Sofisticación y elegancia, aunque es mejor utilizarlos con moderación para no recargar los espacios.

Pero elegir un color no solo tiene que ver con la estética, sino también con la sostenibilidad de los materiales y tintes empleados en los tejidos y revestimientos del hogar.

Sostenibilidad y color: más allá de la decoración

Cuando hablamos de decoración responsable, es clave apostar por materiales ecológicos y producidos de manera ética. Aquí es donde marcas como Aiguavista marcan la diferencia. Sus t ejidos, no solo destacan por su calidad y diseño atemporal, sino también por su compromiso con el medioambiente.

¿Por qué elegir opciones sostenibles en textiles para el hogar?

  1. Menos impacto ambiental : Optar por tejidos elaborados con materiales alternativos al algodón tradicional permite reducir el consumo de agua y minimizar el uso de pesticidas en su cultivo.
  2. Responsable de producción : Fabricar bajo demanda evita la sobreproducción y el desperdicio de recursos.
  3. Tintado ecológico : Se utilizan tintes no tóxicos y procesos menos contaminantes para obtener colores vibrantes sin comprometer el entorno.
  4. Comercio de cercanía : Elegir productos fabricados en Europa, como los de Aiguavista, reduce la huella de carbono y apoya la economía local.

Detalles que marcan la diferencia en tu hogar

Si quieres que tu hogar refleje la sostenibilidad sin renunciar a la comodidad o a la estética, puedes empezar por pequeños cambios, como renovar tu ropa de baño con opciones responsables. Por ejemplo, si estás pensando en comprar toallas de baño de algodón , asegúrate de que provienen de procesos sostenibles y marcas comprometidas con el medio ambiente.

Incorporar textiles con colores naturales y materiales ecológicos en cortinas, cojines, ropa de cama y toallas hará que tu hogar no solo sea más acogedor, sino también más consciente con el planeta.

El hogar como reflejo de tu compromiso.

Decorar con colores armoniosos y materiales sostenibles es una manera de transformar tu hogar en un espacio de bienestar y respeto por el medio ambiente. Apostar por tejidos de calidad, producidos bajo demanda y con tintes ecológicos, como los de Aiguavista, es un paso hacia un consumo más responsable. Porque un hogar no es solo un espacio físico, sino el lugar donde sentirte en casa.

Imágenes: Aiguavista

[formulario_de_suscripción_al_blog]

Jai Alfama

Parece que esta semana no me centro en lo que debería. Por aquí los adornos de Navidad brillan por su ausencia y es que sigo con el dilema del año pasado, con un cachorro que aún hace de las suyas, no me veo poniendo el árbol. Por otro lado, la mitad del tiempo lo pasamos en Madrid y la otra mitad en el pueblo, así que tampoco tengo claro qué casa decorar. La verdad es que se me hace todo un poco bola. Y ya de los regalos ni hablamos, terminaré por comprarlos a toda prisa la última semana, como siempre. Es que no tengo remedio.

Mientras tanto, no paran de aparecerme bellísimas casas en Portugal. Prometo que no las voy buscando, que entre todo el contenido que veo para publicar cosas que me gustan a mí y que también os puedan gustar a vosotros, ¡ahí están!, llamando mi atención sin ni siquiera saber su localización, después cuando veo dónde me llevan, pienso que eso debe ser algún tipo de señal. Y es que existen lugares donde sin saber por qué, conectas de una manera especial.

Si os encanta la casa que vais a ver tanto como a mí, que sepáis que está a la venta en Fantastic Frank por la módica cantidad de 3,4 millones de euros y aunque os parezca una locura de precio, quizás cambiéis de opinión al ver todo su encanto. Soy consciente de que pocos bolsillos aguantan estos precios, pero ¿y si os toca la lotería o el euro millón? quizás es para pensárselo :-)

El valor de esta vivienda tiene su porqué. Se encuentra en Alfama, el barrio con más historia de Lisboa, en un singular edificio del Siglo XVII. Entre sus cualidades más destacadas están sus frescos originales, así como también azulejos de la época, sus altísimos techos y unas privilegiadas vistas que, por un lado, desde los salones, dan al río Tajo y por el otro lado de la vivienda, a la Plaza de la Torre de Sao Pedro, presidida por su enorme naranjo.

Este edificio, al que se le ha llamado Jai Alfama, fue sabiamente rehabilitado conservado todos los elementos históricos del mismo, mientras se combinaban con otros más modernos. Así, las vigas de madera, los azulejos de cerámica y los frescos del siglo XVII, conviven con una moderna escalera hecha a mano en madera y metal, de igual modo, se optó por un estuco para revestir las paredes y un roble francés para vestir el suelo, dando sensación de confort.

También en el mobiliario podemos apreciar una sabia mezcla de estilos desde lo más clásico, pasando por el arte moderno, piezas contemporáneas, mobiliario vintage e incluso clásicos del diseño. Uno de los espacios donde más se puede ver este mix, es en la habitación infantil. Quizás algunos penséis que es algo recargada, a mí me parece maravilloso que un niño pueda tener un espacio tan amplio con distintos rincones que le ofrezcan diferentes estímulos, ¡menudo privilegio para un peque tener un columpio y un piano en su habitación! entre otras cosas.

Mención aparte, merece la suite principal, un dormitorio austero que culmina con un baño digno de Reyes. Ducha de mármol y pared revestida de espejo (al igual que todos los armarios cuyas puertas también son de espejo de manera que reflejan la luz y amplían el espacio), en el centro, una espectacular bañera exenta, griferías doradas que dan un toque sofisticado y la guinda del pastel, el gran Dogo negro que posa majestuoso junto a la bañera. Hasta la elegancia de esta raza de perro, parece escogida ex profeso para esta preciosa casa del Siglo XVII. ¿No creéis?

Imágenes: Francisco Nogueira

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas entradas.

Vuelta a la rutina

Hola a todos, ya estoy de vuelta. En realidad, llevo por aquí una semana con más lío del que esperaba, los comienzos de curso son locos para todos, no os estoy descubriendo nada que no sepáis.

Mis vacaciones han sido menos fructíferas de lo que esperaba, al menos en cuanto a los proyectos deco que tenía en mente para mi casa del pueblo. Me fui pensando en hacer mil cosas, compré pinturas y demás, con la idea de realizar algunos cambios, pero todo sigue igual. Sólo nos hemos comprado un colchón Emma del que apenas he podido disfrutar un par de días porque llegó a finales de agosto (por cierto, ya os contaré en otro post la cagada que hice en la compra, y perdón por la expresión, igual así evito que le suceda a otra persona). En realidad, me alegro de no haber hecho mucho cambio porque al final, nos hemos mudado a otro dormitorio y ahora tengo que partir de cero, así que como os he dicho muchas veces, las cosas de palacio van despacio y mejor vivir las casas para saber qué te van pidiendo en cada momento. Si llego a hacer lo que tenía pensado, me hubiera dado una paliza sin sentido. El cosmos o quien quiera que sea, tenía planeado para mí que debía descansar en vacaciones, ya habrá fines de semana en inverno para hacer las cosas con calma.

Por supuesto también tuve mi semana en Portugal y qué deciros, maravilla pura. No sé qué tiene ese sitio, pero la desconexión es absoluta. Ya tengo el contador puesto marcha atrás, contando los días que faltan para volver el año que viene.

Y resulta que he venido a Madrid y llevo una semana como pollo sin cabeza, no sé si decir bendita rutina o escapar de nuevo al pueblo, pero empiezan los cursos escolares, por aquí tengo un proyecto nuevo de decoración por comenzar y rematar otro que dejé casi niquelado cuando me fui (a ver si os lo puedo enseñar pronto), una lista de médicos que sólo pensar en ello me da pereza, en fin, la vida continua…

De momento hoy simplemente quería saludar por aquí, desearos un buen comienzo de curso, prometo que la semana que viene vendré con contenido deco. Necesito unos días más para seguir encajando piezas y que esta casa vuelva a rodar con normalidad, o al menos todo lo normal que se pueda. ¡Gracias por estar ahí!

Os dejo por aquí con unas fotillos de mi verano:

Portugal

Navaleno

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas entradas.

 

Casa da Volta

Quizás esta casa se ha cruzado en mi camino para recordarme que en agosto volveré a pisar tierras alentejanas. Para los que sois nuevos por aquí (aún me sorprendo y agradezco las incorporaciones después de tantos años), llevamos yendo a Portugal unos 16 veranos con amigos. El pasado año no pudo ser por temas personales, aunque nos desquitamos con una escapada a Lisboa en otoño. No es que haya pasado tanto tiempo, pero parece que hace un siglo de mis largos paseos por las paradisiacas playas portuguesas, de las noches en casa haciendo «peixe grelhado» (pescado a la brasa) comprado por la mañana en el mercado, de los baños a temperaturas gélidas cogiendo las olas como buenamente se puede y este año además, con la ilusión especial de llevar a mi perrita, que tengo claro que lo gozará tanto como yo (aunque quizás no salgamos del agua, me ha salido nutria y yo soy un pez, buen combo).

La casa que os traigo hoy se llama «Casa da Volta«, que significa «Hogar del Retorno«, precioso nombre y que sin duda le hace justicia. Se encuentra en el Alentejo Portugués, en Setúbal, un poco más al norte de donde solemos ir nosotros, pero no queda lejos. Como muchas de las construcciones de la zona, destacan sus paredes encaladas entre un vasto y árido paisaje interrumpido por alcornoques.

El proyecto fue realizado por estudio de arquitectura, con sede en Lisboa, Promontório, y aunque se hizo como residencia vacacional para una familia y sus cuatro hijos, cuando no está en uso también se alquila. La construcción está inspirada en una fortaleza, sus muros blancos rodean la vivienda y en el centro, se puede disfrutar de un gran patio interior.

Los dormitorios mantienen su intimidad a pesar de los grandes ventanales, ya que están orientados a los altos muros fortificados. Lejos de crear sensación de agobio, el blanco encalado de las paredes les aporta gran cantidad de luz y el espacio que discurre entre dichos ventanales y el muro, a modo de corredor, hace visualmente de separador, a lo que también contribuyen los distintos materiales del suelo (cemento en el dormitorio y madera con gravilla en el exterior). Por otro lado, las zonas comunes ofrecen su salida directa al gran patio interior. La casa está precisamente pensada para ello, que fluya libremente la circulación entre las estancias de día y el exterior, siendo el punto neurálgico la cocina. Aunque a mi manera de ver pueda parecer algo fría, tened en cuenta que no está pensada para vivirla todo el año, sino para que sea práctica y limpia, para ello, nada mejor que un blanco inmaculado así siempre estará a punto.

Respecto a los materiales, aquí nada es lo que parece, se crean ilusiones. Los muros de piedra en realidad están revestidos sobre bloques de cemento que los hacen más resistentes y a su vez, evocan sensaciones de naturaleza, tradición y consonancia con el entorno. Aunque el techo sea plano, está realizado con un sistema de vigas de madera que hace que a la vista se vea inclinado. Una manera de jugar con los elementos para conseguir el efecto que se desea.

Además, la casa cuenta con una gran piscina realizada también en cemento, con forma geométrica, que contrasta con el paisaje y con la propia vivienda. Doy fe que, si no te encuentras a pie de playa, por pequeña que sea la piscina, alberca, o tener sencillamente una manguera, es algo necesario en el Algarve portugués. A igual que necesitas sudadera por la noche.

Después de esto, me quedo con más ganas de ir si cabe. ¿Habéis estado alguna vez?

Fotografía: Luis Viegas para Dwell

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas entradas.

Casa no Crato

¿Te enamoras de los sitios o más bien de los recuerdos que tienes de ellos? Diría que de ambas cosas. Después de 14 o 15 años yendo en verano a Portugal (si no recuerdo mal mi hija mayor tenía 3 años cuando fuimos por primera vez), son tantas las vivencias, los momentos de mayor desconexión que he vivido allí, las risas, etc. que no puedo detenerme y pasar por alto cuando veo una publicación donde aparece una casa en el Algarbe o en el Alentejo, donde solemos ir, porque jamás ninguna me ha defraudado, todo me hace revivir (y eso que nosotros nos alojamos en viviendas mucho más humildes, pero los entornos y los materiales, me llevan allí de igual manera).

Casa no Crato es el idílico retiro de una pareja que encargó su casa en el Alentejo al estudio de arquitectura portugués Inês Brandão. Se encuentra en el Alentejo rodeada de robles, encinas y alcornoques. Como amantes de la naturaleza, buscaban un sitio apartado donde poder disfrutar del paisaje, además la pendiente del terreno también ayudó a crear ese efecto mirador.

Para acceder a la propiedad, hay que subir por un camino serpenteante (muy típico de las casas de allí, en todas las que hemos estado siempre es así, un camino separa la casa de la carretera). Una vez en la entrada, llegamos a un vestíbulo desde donde se organiza la casa en dos espacios. Cada habitación se relaciona con el paisaje de manera independiente, puesto que la topografía exterior también es distinta según en el punto de la casa en el que te encuentres e igualmente importante, son los porches que encontramos alrededor de la misma, permitiendo que interior y exterior estén fusionados o independizados a demanda. Cuando se quieren cerrar, todos llevan persianas venecianas perforadas en acero corten, uno de los detalles que más me ha gustado de la casa. Por otro lado, estos cerramientos permiten controlar de manera pasiva tanto la temperatura interior como la ventilación, e incluso el paso de la luz natural.

En cuanto a los interiores, se impone el minimalismo y lo funcional. Mobiliario de obra y hecho a medida, como la librería del salón, el mueble de baño e incluso los de la cocina. A los suelos y revestimientos de cemento como las encimeras de los baños, se les ha dado contraste y calidez utilizando vigas y muebles en madera natural, así como elementos decorativos en fibras (sillas, alfombras, cestas, puertas forradas con cannage en la cocina…). También se ha añadido alguna pieza de marquetería, como la cómoda del salón, una buena manera de destacar un espacio en concreto.

Si lo pensáis es una casa sencilla, con más valor arquitectónico que decorativo, pero para mí es un oasis donde me perdería encantada cada verano. ¿Qué opináis, no os encanta? ¿Qué tendrá Portugal que tanto me gusta?

Fotografía: Alexander Bogorodsky para Dwell 

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas entradas.

Estudio Poeira

Este es mi último post del verano, ya no doy para más. Tengo los sesos como el clima, abrasados. A un año especialmente duro, se junta este calor abrasador y un cansancio extremo que se ha apoderado de mí, siento que no soy persona, cuento los días para que lleguen las vacaciones. Estoy especialmente ilusionada con el final de éstas, no porque quiero que se acaben, pero ese final será como la guinda del pastel. Me iré unos días con mi mejor amiga a Cascáis y Lisboa, un viaje que llevamos siglos planeando hacer y nunca se daba la ocasión, nos vamos en unas circunstancias muy distintas a las que jamás hubiéramos imaginado, pero las cosas vienen como vienen y hay que coger las oportunidades al vuelo, así que allí nos vamos, mano a mano.

Precisamente la casa que os traigo hoy está en Portugal, más concretamente en la localidad de Palmela, muy cerca de Lisboa. Es un proyecto de la interiorista Mónica Penaguião, propietaria del estudio y tiendas Poeira. La construcción, de procedencia agrícola, mantuvo su esencia gracias al encalado de las paredes, a sus maderas pintadas, al blanco en paredes y techos que potencian la claridad junto con los espacios poco compartimentados y a la presencia de un único pavimento que lo unifica todo, el cemento pulido.

En el interior, sorprende cómo la interiorista consiguió mezclar un continente tan básico con firmas vanguardistas como Flos, Capellini o Marcell Wanders, con otras de almoneda, industriales, sillas recicladas de Piet Hein Eek, tejidos étnicos o productos artesanales de fibras naturales, una combinación que convive en perfecta armonía. Su tienda Poeira, que distribuye prestigiosas firmas internacionales, hace que todo ello sea posible.

La alfombra y el sofá, con terciopelo de Designers Guild, proceden de su tienda y las mesitas son el modelo Gong de Capellini. La lámpara del salón es de Flos. El divertido mueble auxiliar rojo, que sirve de apoyo al sofá, es de Fornasetti. Destacan los detalles industriales como la lámpara articulada Jieldé y el armario de hierro.

También se utiliza el arte como elemento de contraste, como la obra que reposa en el suelo, de la artista brasileña Isabelle Tuchband, en tonos fucsias y amarillo que rompe que con el blanco que impera a su alrededor. Junto al cuadro, una butaca recuperada del holandés Piet Hein Eek.

En el comedor aún se ha jugado más a los contrastes. La mesa es una creación de la interiorista, en madera lacada en negro. Le acompañan unas Wishbone de Carl Hansen y para darles servicio, un aparador de metal pintado que porta una gran lámpara verde de Marcel Wanders para la firma Capellini, el punto de calidez se lo dan dos taburetes de fibra comprados en la zona del Alentejo.

La cocina es sencilla, se conservó el viejo horno de leña y el gran fregadero de piedra que se montó sobre una estructura de hierro. Para dar un poco de apoyo a la cocina, un pequeño mueble auxiliar (también de hierro) hace las veces de mini isla con estantes.

En el dormitorio se mezclan tejidos de diseño, como la colcha de Elitis, con cojines estampados de Etro o Neisha Crosland y otros comprados en Turquía. Las mesillas nido son de Capellini.

El baño, como el resto de la casa sigue siendo de hormigón, excepto la pared de la ducha a la que se le ha puesto un decorativo azulejo amarillo de la firma Bicesse. Muy llamativo también resulta la roca natural que separa la ducha del lavabo y que se ha pintado como el resto del baño para integrarla, hace las veces de mampara.

En el exterior también encontramos un gran porche con una zona de estar. Las colchonetas de la bancada de obra llevan cojines vestidos con tejidos turcos y el kilim es una pieza antigua, le acompañan un par de sillas Tolix. Bajo la sombra de un árbol encontramos la zona de comedor, con mantelería de Poeira, vajilla de Bordallo Pinheiro, copas de Kenzo Maison y preciosas sillas del diseñador Piet Hein Eek.

No puede faltar una piscina y a su vera, una pérgola de madera encalada y cañizo. Bajo ella, dos tumbonas de origen indio. El hormigón llega hasta el vaso de la piscina, aunque se mezcla con algo de madera en su lateral, siguiendo así, el esquema general de toda la casa.

Está claro que mi amiga Ana y yo no iremos a un sitio tan espectacular, tampoco lo necesitamos, aunque os enseñaré por redes nuestras andaduras, espero que nos acompañéis. Lo tenemos todo planeado…

¡Feliz verano!

Imágenes: Montse Garriga para Elle Decor

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas entradas.

Torre de Palma Wine Hotel

Sois muchos los que os habéis incorporado recientemente al blog, lo primero de todo quiero daros la bienvenida. Quizás por mis últimas publicaciones penséis que la mayoría de mis posts son «home tours«, pero nada más lejos de la realidad. Cierto es que llevo tiempo publicando casas, quizás la pandemia hizo que, al ser el lugar donde más tiempo pasábamos, me enfocara más en ellas. Me he dado cuenta de que sin ser muy consciente de ello, estos últimos tiempos he publicado pocas firmas bonitas y menos aún, esos maravillosos hoteles que os solía traer por aquí porque total ¿dónde íbamos a viajar si hasta hace bien poco no podíamos?

Ahora que las cosas se van estabilizando (y me refiero sólo a la pandemia, porque el mundo está del revés), apetece viajar de nuevo. Es un sector que ha sufrido muchísimo durante estos dos años, incluso algunos tuvieron que echar el cierre, y mientras, nosotros nos hemos visto privados de esa libertad tan necesaria, el coger la maleta y desconectar unos días, da igual la distancia, lo que cuenta es la experiencia.  Así que hoy vuelvo con uno de esos espectaculares lugares para hacer una escapada, planificar unas vacaciones o lo que a cada uno se le antoje.

Los que ya me conocéis sabéis que si hay un sitio que literalmente me pone la mente en «off» durante una semana al año cada verano, es Portugal, así que no he ido muy lejos a buscar un hotel con encanto, este que traigo hoy está en el Alentejo y se llama Torre de Palma Wine Hotel.

Se erige sobre los restos de una casa que data de 1338. El equipo de arquitectura de João Mendes Ribeiro, se encargó de la rehabilitación. Han respetado las paredes encaladas de la antigua torre, en torno a la cuál, se han restaurado aquellas edificaciones que aún quedaban en pie y a las nuevas construcciones, se les ha dado un toque más contemporáneo con muros de mampostería y techos de hormigón.

A la sombra de estas ruinas romanas, se producen vinos artesanales del Alentejo, seña de identidad de Torre de Palma. La bodega se encuentra abierta para vistas y degustaciones, así como eventos. Como el vino se realiza de manera artesanal en el propio hotel, también permiten a los huéspedes participar del proceso de elaboración del mismo.

El interiorismo es obra de Rosarinho Gabriel. En la antigua casa se sitúan el salón y el restaurante Basilii, rindiendo homenaje a la familia que en su día vivió en la finca. El hotel cuenta con 19 habitaciones, desde los 20 metros cuadrados la doble, hasta los 84 metros la master suite. Cada tipología tiene una decoración distinta, excepto en las habitaciones más pequeñas donde se ha introducido algo de color, los neutros son los protagonistas. En todas ellas se combinan muebles antiguos, elementos tradicionales de la zona, piezas de madera que destacan sobre las paredes encaladas, obras de arte, piezas de decoración muy bien seleccionadas,… con la finalidad de que las habitaciones transmitan sensación de hogar.

Además, el hotel posee también piscina exterior y cubierta, spa, baño turco, servicio de masajes, establos, sala de conferencias y por supuesto, un entorno que quita el sentido.

¿Os han entrado ganas de viajar? Yo ya estoy haciendo la maleta…

Imágenes: Design Hotels

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas entradas.

Vuelta a casa…

El domingo volvimos de nuestras vacaciones en Portugal y ya lo estoy echando de menos. Cuando tienes la oportunidad de pasar una semana aislado del mundo en una pequeña casa en medio de la nada (literalmente), donde las vistas al horizonte sólo son pinares y el mar al fondo, no quieres que aquello acabe, siempre vuelves a la ciudad con la amarga sensación de que hay otra manera mejor de vivir.

Allí eres feliz con mucho menos, viviendo más austeramente y apreciando las pequeñas cosas. Para empezar las casas no son muy grandes, al menos donde nos alojamos nosotros consistía en un salón con cocina integrada, dos dormitorios y un baño (ni siquiera disponía de armarios), pero era lo suficientemente apañada para sentirte confortable. Un huerto te suministraba alguna que otra verdura y en el pequeño mercado del pueblo podías abastecerte con la pesca del día. Para mí era gloria bendita pasar el día en la playa con una simple ensalada y una cerveza «sin» (en mi caso que no bebo alcohol), pasear, leer, charlar,… yo quiero esa vida «slow».

Os he traído algunas imágenes de la casa que alquilamos en Melides, más del exterior que del interior porque dentro tampoco había gran cosa interesante decorativamente hablando, excepto por la viga que atravesaba el salón rescatada de la ruina original de 1947 donde ahora se sitúa la vivienda. También alguna foto mía mirando al mar, estado en el que me encuentro siempre que puedo cuando estoy cerca de él, ya sea en Portugal o en cualquier sitio de costa. Y algunas fotos de tiendas.

Melides es en realidad un pueblo pequeño así que tenían tres tiendas de decoración, una no logramos visitarla porque siempre estaba cerrada, de las otras dos subí Stories y los dejé en destacados en la carpeta «viajes» (por si queréis echar un vistazo). Tenían auténticas maravillas, aunque los precios no lo eran tanto. Se nota que estábamos pegados a Comporta y Troia, zonas que se han puesto muy de moda y por tanto repercute en todo.

También me llevaron a unas naves que estaban al lado de Praia do Cavalhal, Setubal, dos sitios para volverse loco lleno de antigüedades, piezas de derribo, cerámica, vidrio, etc. me quedé con ganas de traerme una lechera antigua y unos jarrones de cristal rosa, pero ambas cosas eran caras y de gran tamaño, así que me quedé con la miel en los labios.

Espero que disfrutéis con las imágenes y si os quedáis con ganas de más, de información o vídeos, ya sabéis dónde encontrarlos.

Feliz vuelta al cole para los que todavía andáis de vacaciones :-)

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas entradas.

De vuelta…

Hola a todos, ha pasado poco más de un mes desde mi último post, desde que me fui de vacaciones. Lo bueno se pasa demasiado rápido, es una pena, y eso que en cierta manera mi cuerpo necesitaba ya algo de rutina (bueno no sé si mi cuerpo, pero mi estómago sí).

Volvimos el domingo pasado de Portugal y el martes me fui al pueblo a buscar a las niñas, que estaban con mis suegros. Llevo más o menos esta semana en Madrid y tenía pensado empezar con las publicaciones del blog, pero ya veis, no ha sido así. Un mes de maletas son muchas lavadoras y plancha, también me ha dado por el orden en casa (aunque como decía ayer en IG, poco a poco, no sea que me canse antes de tiempo). El caso es que aún ando algo desconectada del mundo blog, de lo que se cuece por ahí fuera y he decidido posponer la nueva temporada hasta la semana que viene, es más, me consta que muchos seguís de vacaciones así que tampoco creo que importe demasiado.

Os dejo con algunas imágenes de mi verano (ya sabéis que mi blog sin fotos no sería mi blog), y os espero la semana que viene por aquí. Por cierto, comienzo el curso comiendo el lunes con Carmen, de Decor&Links ¡qué ganas de verla!, ya subiremos a IG alguna foto de nuestro encuentro :-)

Nos vemos pronto y perdonad por el retraso…

¡Feliz fin de semana!

Cantabria, primera parada para el trail Los Carabeos:

Segunda parada, mi pueblo en Soria:

Final del verano, el ansiado descanso en Portugal:

Imágenes: @decofeelings

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas entradas.

São Lourenço do Barrocal

Seguro que muchos os preguntáis dónde me he metido durante estos diez días que no he dado señales de vida, al menos los que no me seguís por redes. Durante este tiempo sólo he podido subir una foto a IG para explicar el porqué de mi ausencia. Estaba ingresada en el hospital, me soltaron antes de ayer. Resulta que una va a urgencias con una cefalea importante, te dejan ingresada más de una semana, te meten un susto diciendo que tienes algo que no sabes ni que existe en el cerebro, luego resulta que se queda en eso, un susto (menos mal), pero hay que hacer seguimiento ambulatorio y te vas una semana después del hospital con el mismo dolor de cabeza con el que fuiste, sin diagnóstico y con el cuerpo lleno de medicinas a modo de coctelera. Fuera de bromas, el dolor de cabeza se concentra en el ojo, así que hasta ahora no me permitía ni escribir, ni a penas leer, ni nada. Mira que soy «la pupas» y me pasa de todo, pero nunca había tenido dolores de cabeza (al menos no de esta manera), ahora entiendo a la gente que sufre de migrañas o cefaleas constantes, lo duro que es. Es de esos dolores que te anulan para realizar casi cualquier actividad.

Bueno que como dije en IG, ni quiero dar pena ni ser alarmista, ha sido un susto que hay que seguir vigilando y que aún no me deja estar al cien por cien, pero bueno «las cosas de palacio van despacio», ya pasará.

Mientras estaba en el hospital mi querida amiga Ana (con la que voy a Portugal cada año en vacaciones), me envió el link de este maravilloso hotel en el Alentejo, consciente de que me iba a gustar o más bien de que se me caería la baba :-) Y es que nuestra semana de retiro en Portugal está a la vuelta de la esquina y el ansia viva puede con nosotras. Ambas disfrutamos descubriendo nuevos lugares de nuestro país vecino.

Se trata del Hotel São Lourenço do Biarrocal, una finca agrícola del Siglo XIX rehabilitada, obra del arquitecto portugués Eduardo Soto de Moura, ganador del premio Pritzker 2011. Los trabajos de remodelación comenzaron en 2008 y no terminaron hasta la primavera del 2016, fecha en la que se inauguró el hotel. Una de sus particularidades es que el recinto es como un pueblo, tiene sus calles, una plaza, edificios, todo ello entre robles, olivos y viñedos, en un enclave envidiable, junto al pequeño pueblo amurallado de Monsaraz y el lago Alqueva.

Se mantuvo la estructura tradicional de calles y manzanas, siete edificios y 40 estancias conforman el hotel. Paredes blancas, suelo de barro cocido, y techos abovedados, aseguran la historia del lugar. En el hotel además de disponer de 780 hectáreas de finca, para uso y disfrute de sus huéspedes, posee su propia granja, huerto, un establo, spa, la espectacular piscina, tienda, sala de juegos infantil, restaurante, bar y bodega (por cierto, además son «pet friendly» por si te da por ir con tu mascota). Además de las habitaciones, cuyos tamaños oscilan entre los 50 y 60 metros, también hay cabañas equipadas hasta el último detalle, salón, cocina, terraza,… para los que prefieran viajar en familia.

El diseño de interiores viene de la mano del estudio AnahoryAlmeida, donde un toque rustico-vintage se deja ver en todos los espacios, pocos elementos pero muy bien definidos y en perfecta sintonía con la arquitectura.

Podéis leer más sobre el hotel en este artículo de El País o ver muchas más imágenes en su página web. Para mí sin duda otro descubrimiento (gracias Ana) para añadir en mi wish list y además tomando las primeras posiciones.

Como os decía al principio del post aún no estoy al cien por cien, así que si en estos días hubiera más ausencias ya sabéis el porqué. Nos vemos…

Imágenes: El País y São Lourenço do Barrocal

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas entradas.