El refugio de un poeta…

Hoy es un vídeo el que encabeza el post. Si tenéis siete minutillos para verlo y escucharlo, comprenderéis lo qué me ha llevado a traer esta maravilla al blog. Es más, tenía otro post medio preparado casualmente con un mismo hilo conductor (los libros), pero de repente he ido a consultar mi mail y «et voilà», ahí estaba este refugio asomándose y diciéndome que lo debía publicar. Así que cambio de planes, el otro post tendrá que esperar.

Esta obra de arte realizada por el arquitecto Eric J. Smith, es el sueño materializado de un empresario y escritor que, tras su jubilación, quería dedicarse a tiempo completo a la escritura. Se inspiró en el ensayo «Walden», o «Life in the Woods«, de Pond de Thoraeu, que narra las reflexiones de un escritor que se retira a vivir a una pequeña cabaña en plena naturaleza. Este era el anhelo del propietario, tener un espacio sencillo, aunque moderno a la vez, donde poder escribir, reflexionar y estar en contacto con la naturaleza.

Para ello, encontraron una propiedad en una zona boscosa de Connecticut con acceso a pie a la misma. El estudio debía tener varias condiciones, lograr que fuera autosuficiente y estuviera perfectamente aislada, debido a los condicionantes del lugar. Por otro lado, a pesar de no tener un tamaño muy grande, tenía que poder albergar los más de 1.700 ejemplares de libros que poseía el cliente.

Piedra, acero, madera y vidrio, se alían para crear este espacio que pareciera llevar ahí toda la vida. Y es que toda la piedra, tanto la exterior como la interior, es la misma que salió de la excavación para realizar los cimientos, es decir que simplemente ha cambiado su forma, pero no de lugar. Todo un acierto aprovechar los recursos naturales.

A esta piedra, que le da el toque más rústico, le acompañan otros materiales como el acero, soportando las estructuras más pesadas del estudio, véase el voladizo. El cristal, permitiendo disfrutar de las vistas del bosque casi desde cualquier ángulo. Y por último la madera, sin duda el mejor soporte para mimar nuestros tesoros más preciados, en este caso, los libros.

Otro requisito fundamental en la construcción era que estuviera concebido como un espacio creativo, no hace falta decir que el arquitecto lo consiguió sobradamente gracias al voladizo donde se ha situado el despacho, con sus vistas 180 grados hacía el bosque la escritura debe fluir casi sola :-)

La estrecha entrada está flanqueada por paredes de piedra de casi 80 cm de espesor. La puerta de madera se desliza en el interior del muro para permitir que, un gran panel de vidrio haga las veces también de puerta permitiendo el paso de luz desde la entrada al otro extremo del refugio, donde se encuentra el voladizo.

Al entrar, el espacio se comprime y las paredes la conforman la misma piedra del exterior. Aquí es donde empezamos a encontrar los contrastes, aparece el roble blanqueado ahumado en suelos, techos y mobiliario. Destaca el pasillo en cuyos lados se han realizado sendas librerías que albergan la gran colección de libros del escritor.

Bajo uno de los estantes de la librería y a modo de cajón, se esconde una cama nido para las ocasiones en las que el propietario decide pernoctar. Y tras la trasera de la librería izquierda encontramos una escalera que da acceso, a través de una trampilla motorizada, a una terraza panorámica en el techo.

Pero sin duda, el mayor atractivo de esta pequeña construcción, lo tiene la sala de escritura en vidrio construida en voladizo sobre un barranco. Es sencillamente espectacular.

A modo de curiosidad, incluso la buena conservación de los libros está muy bien pensada. Para ello se instaló un sistema de calefacción y refrigeración geotérmica que lo asegura.

Un lugar pequeño y aparentemente sencillo, pero la realidad es que aquí todo está pensado al milímetro, el arquitecto J. Smith tuvo en cuenta todas las necesidades del cliente para materializar el sueño de un poeta.

Fotografía: Durston Saylor

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A por el 2024…

Un año más ¿quizás nuevos propósitos? Pues depende de cada uno, la mayoría seguro que los tenéis, yo antes también los hacía pero llegó un momento en mi vida que descubrí que por muchos planes que hacía no todo estaba bajo mi control y a mí, que soy de cabeza cuadriculada, me causaba mucha frustración. Desde entonces, no es que no me plantee metas o no tenga ilusiones, pero más bien me dejo fluir y voy día a día. Empiezo el año con un proyecto de decoración, después de un trabajo que en realidad comenzó el año pasado y que ya sabéis, te piden una habitación y luego siempre quieren más. En ello pongo mi foco ahora mismo, además de en mi blog, después, Dios dirá.

Comenzamos con una preciosa casa en la Sierra de Guadarrama, Madrid, diseño de la interiorista María del Valle. Los propietarios habían contratado un arquitecto y una constructora para levantar desde cero esta vivienda de unos 350 metros cuadrados, pero les faltaba el proyecto de diseño interior para el que llamaron a la interiorista. Desde la distribución de los espacios para su posterior construcción, pasando por la iluminación, a la elección del mobiliario, el estilismo y toda la carpintería a medida que lleva la vivienda es obra de María.

Las vistas a la sierra fueron la inspiración para crear una casa donde predominaran los espacios abiertos y diáfanos, para conectar exterior e interior. El salón, además, cuenta con doble altura, lo que permite crear una sensación de mayor amplitud. En la parte baja se sitúan las zonas comunes, el salón, comedor y cocina comparten un mismo espacio y los pocos elementos divisorios son muy livianos, como la palillería que oculta la entrada o la puerta corredera de la cocina de acero y cristal.

En la parte superior encontramos primero un pasillo – mirador desde el que se puede ver el salón. Tanto en el pasillo como en el salón, la interiorista diseñó sendas librerías a medida para albergar libros, arte y pequeños objetos decorativos. Arriba, se encuentran también los dormitorios con sus correspondientes baños.

Volviendo a la planta baja, ya sabéis quién es la protagonista ¿verdad? Esa preciosa chimenea, de Chimeneas Barja, enmarcada en la librería hecha a medida por la interiorista. La clave, la combinación de los materiales, el acero y la madera siempre fueron un combo muy bien avenido. Y para volverse loco también, es la cocina en tono verde laurel en contraste con madera de roble natural, realizada por Davinia Cocinas (Pinchando en el enlace tenéis todos los detalles sobre esta maravillosa cocina). Me gusta también cómo se enfatiza el entorno exterior con elementos como la mesa de comedor, de la firma Noddum, realizan piezas a medida y en esta ocasión, la base de la mesa está hecha de manera que muestra las irregularidades e imperfecciones propias de la madera.

Como veis la paleta cromática utilizada también hace referencia a los colores del campo, en referencia a la situación de la vivienda (la sierra de Guadarrama), de ahí la utilización de colores verdes, tierras, ocres o tejas, tanto en el piso inferior como en el superior. Arriba, los dormitorios se visten con ropa de cama de Zara y Mango Home. En el principal, la interiorista vuelve a hacer gala de sus diseños en temas de ebanistería, con una preciosa cómoda de pared a pared bajo la cristalera que asoma al salón. A los pies de la cama, encontramos una estantería baja de Zara Home. Cada dormitorio tiene su propio baño con sanitarios de Roca y revestimientos de Azulejos Peña.

Y siendo un chalet en la sierra, no podemos olvidar el exterior. Una parcela de mil metros alberga un gran jardín con piscina y un bonito porche desde donde contemplar las vistas.

Nada mal para empezar el año ¿No os resulta la casa perfecta para todas las estaciones del año?

Imágenes: Caballero Fotografía para Elle Decoración  y web: María del Valle

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RQHstudio

Cuántas veces hemos pensado que podríamos llevar a cabo la decoración de nuestra casa por nuestra cuenta para después, descubrir que nos quedamos por el camino, que las cosas no salen como queremos o que las ideas no nos terminan de encajar. Entonces es cuando, aún teniendo una casa habitable, siempre parece que nos falta un pasito más, algo que la convierta en hogar.

Eso mismo fue lo que les ocurrió a esta pareja de Logroño. Adquirieron un piso de unos 100 metros cuadrados en el centro de la ciudad al que le dieron un primer lavado de cara por su cuenta, pero al tiempo se percataron de que necesitaban la mano de un profesional para sacar todo el potencial y la personalidad que tenía. Para ello confiaron en Rober Quiñones-Her, del estudio de interiorismo RQH.

El interiorista encontró una casa donde predominaba el blanco en sus paredes, tenía un precioso suelo de roble de lamas anchas y una luz que lo inundaba todo (al estar en un sexto piso, sobre todo el salón y el dormitorio, disfrutaban de mucha luz natural), todas estas características hacían de esta vivienda un buen punto de partida para empezar a darle una nueva imagen. Necesitaban buscar el equilibrio entre los muebles que ya tenían los propietarios y otros nuevos de corte moderno, como así lo solicitaron ellos.

La carpintería también era un aspecto muy importante, la casa carecía de puertas, ya que no habían encontrado ninguna que se ajustara a sus gustos, sin embargo, ahora tras el paso de estudio RQH, es una de las cosas que más les gusta. Se hizo un estudio completo de iluminación, aprovechando los altos techos para añadir lámparas colgantes decorativas y otros puntos de luz estratégicamente colocados con lámparas de pie y de sobremesa. Ah! Sin olvidar el uso del color, gracias al lienzo en blanco como protagonista y al atrevimiento de los propietarios, se permitieron la licencia de incorporar elementos con toques de color, azules, rosas, mostazas, e incluso los verdes de las plantas, conviven a la perfección.

La entrada ya es una declaración de intenciones. En la puerta, realizada a medida por el estudio, ya se puede ver el tipo de carpintería que encontraremos en el interior. Se ha creado un armario bajo con una pequeña alacena que no ocupa mucho espacio visual ya que no llega hasta el techo y junto a él, se le ha dado textura y movimiento a la pared con un panelado realizado a base de arcilla (es una pieza del estudio de interiorismo). También sorprende la pequeña escultura de hierro que luce al otro lado del armario, la realizaron los propietarios.

Del recibidor se accede directamente al salón y aprovecha su luz natural. Lo primero que encontramos es el comedor, donde se han mezclado los muebles e iluminación nueva de esta zona, con el aparador que apoya contra la pared ya existente en la casa. También aquí, el estudio de interiorismo ha creado otra pieza exprofeso para los clientes. Sobre el aparador luce un gran tablero de madera revestido con papel pintado. Una solución que servía por un lado como elemento decorativo y por otro, era una manera de disimular la curvatura de dicha pared donde les era imposible colgar nada. Junto al segundo ventanal, se encuentra la zona de estar. De nuevo las paredes se llenan de detalles, revestimientos como las molduras o el diseño de palillería, las realzan y les aportan elegancia y dinamismo.

Uno de mis elementos favoritos de esta vivienda, quizás por la que hoy está en el blog, es la puerta de la cocina. Como ya os he contado en varias ocasiones, estoy algo cansada de los cerramientos en negro y cristal, éste con la perfilería metálica en color champán me parece todo un acierto (una tonalidad atemporal y de la que difícilmente te cansas). Si os fijáis está hecha con el mismo diseño que el resto de las puertas.

Los muebles de la cocina ya estaban en la casa, son en blanco neutro por lo que resultaban fácilmente combinables. La madera era la opción perfecta para darle un toque de calidez.

Finalmente llegamos al dormitorio principal. Se conservaron los armarios empotrados a los que simplemente se les cambiaron los tiradores. La cama y el cabecero ya lo tenían los propietarios, así que el interiorista decidió introducir más color a la estancia con la cómoda, las mesillas y algunos textiles. Particularmente me encanta el rincón donde se ha colocado una descalzadora con un espejo dorado sobre ella.

Del baño se conservó casi todo, sólo se cambió el armario por uno suspendido y de diseño minimalista, la grifería y el espejo, pero todo muy sencillo y atemporal.

Como veis, aunque muchas de las cosas ya las tenían los clientes, en la mayoría de los casos es un acierto total contactar un profesional para conseguir resultados como este y transformar una vivienda en hogar. ¿Qué os parece esta casa? ¿No es una maravilla?

Imágenes: rqhstudio

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Jai Alfama

Parece que esta semana no me centro en lo que debería. Por aquí los adornos de Navidad brillan por su ausencia y es que sigo con el dilema del año pasado, con un cachorro que aún hace de las suyas, no me veo poniendo el árbol. Por otro lado, la mitad del tiempo lo pasamos en Madrid y la otra mitad en el pueblo, así que tampoco tengo claro qué casa decorar. La verdad es que se me hace todo un poco bola. Y ya de los regalos ni hablamos, terminaré por comprarlos a toda prisa la última semana, como siempre. Es que no tengo remedio.

Mientras tanto, no paran de aparecerme bellísimas casas en Portugal. Prometo que no las voy buscando, que entre todo el contenido que veo para publicar cosas que me gustan a mí y que también os puedan gustar a vosotros, ¡ahí están!, llamando mi atención sin ni siquiera saber su localización, después cuando veo dónde me llevan, pienso que eso debe ser algún tipo de señal. Y es que existen lugares donde sin saber por qué, conectas de una manera especial.

Si os encanta la casa que vais a ver tanto como a mí, que sepáis que está a la venta en Fantastic Frank por la módica cantidad de 3,4 millones de euros y aunque os parezca una locura de precio, quizás cambiéis de opinión al ver todo su encanto. Soy consciente de que pocos bolsillos aguantan estos precios, pero ¿y si os toca la lotería o el euro millón? quizás es para pensárselo :-)

El valor de esta vivienda tiene su porqué. Se encuentra en Alfama, el barrio con más historia de Lisboa, en un singular edificio del Siglo XVII. Entre sus cualidades más destacadas están sus frescos originales, así como también azulejos de la época, sus altísimos techos y unas privilegiadas vistas que, por un lado, desde los salones, dan al río Tajo y por el otro lado de la vivienda, a la Plaza de la Torre de Sao Pedro, presidida por su enorme naranjo.

Este edificio, al que se le ha llamado Jai Alfama, fue sabiamente rehabilitado conservado todos los elementos históricos del mismo, mientras se combinaban con otros más modernos. Así, las vigas de madera, los azulejos de cerámica y los frescos del siglo XVII, conviven con una moderna escalera hecha a mano en madera y metal, de igual modo, se optó por un estuco para revestir las paredes y un roble francés para vestir el suelo, dando sensación de confort.

También en el mobiliario podemos apreciar una sabia mezcla de estilos desde lo más clásico, pasando por el arte moderno, piezas contemporáneas, mobiliario vintage e incluso clásicos del diseño. Uno de los espacios donde más se puede ver este mix, es en la habitación infantil. Quizás algunos penséis que es algo recargada, a mí me parece maravilloso que un niño pueda tener un espacio tan amplio con distintos rincones que le ofrezcan diferentes estímulos, ¡menudo privilegio para un peque tener un columpio y un piano en su habitación! entre otras cosas.

Mención aparte, merece la suite principal, un dormitorio austero que culmina con un baño digno de Reyes. Ducha de mármol y pared revestida de espejo (al igual que todos los armarios cuyas puertas también son de espejo de manera que reflejan la luz y amplían el espacio), en el centro, una espectacular bañera exenta, griferías doradas que dan un toque sofisticado y la guinda del pastel, el gran Dogo negro que posa majestuoso junto a la bañera. Hasta la elegancia de esta raza de perro, parece escogida ex profeso para esta preciosa casa del Siglo XVII. ¿No creéis?

Imágenes: Francisco Nogueira

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Cuestión de orientación…

Viendo la primera imagen, quién diría lo que esconde esta casa en su parte trasera. Como veis se trata de una construcción tradicional, su parte delantera se compone de pequeños habitáculos, techos altos y detalles ornamentales propios de la época. Pero a su vez, tenía un potencial enorme, un gran patio trasero que permitió crear un anexo que, literalmente se funde con el jardín. El proyecto es obra del estudio de arquitectura Bent Architecture y se encuentra a unos 5km de Melbourne, Australia.

En todos sus proyectos intentan orientar las viviendas hacia el norte, extendiéndolas de manera longitudinal de este a oeste, de esta manera aprovechan el calor del sol en invierno (calefacción pasiva) y la brisa en verano. El patio que nos ocupa, sin embargo está orientado al este, lo que quiere decir que la casa disfruta de mucha luz y aunque en invierno el calorcito está asegurado, la desventaja es que en verano también.

Además de la importancia de la orientación, necesitaban privacidad. Sus vecinos estaban demasiado cerca, pero no querían restar luz ni sol al jardín. Para ello añadieron vegetación estratégicamente colocada, mediante arbustos, enredaderas y algunos árboles se consiguió dicha privacidad y junto con los grandes ventanales acristalados, se creó un espacio donde es difícil discernir si estás en el interior o en el exterior de la vivienda.

Si os fijáis también, para conectar la parte más antigua y oscura con la nueva y luminosa, se ha creado un gran tragaluz en el techo de la parte central de la casa que lleva la luz natural a todos esos rincones más lúgubres de la vivienda.

La viguería ya existía, dándole carácter histórico en la zona más antigua, mientras que, en la nueva estas vigas se perciben como elementos modernos y por supuesto en toda la vivienda, la madera aporta calidez y riqueza natural a los espacios. Por otro lado, los colores más apagados como los grises, los verdes oscuros o los negros, compensan el colorido jardín.

Como bien resumen los arquitectos, lo ideal en cualquier hogar es maximizar sus virtudes y minimizar sus defectos. Esta casa no contaba con la mejor orientación posible, además de tener una vivienda de dos plantas en su parte trasera que les restaba mucha intimidad. Por ello había que reorientar los espacios hacia el sol, esconderse de miradas indiscretas y crear un espacio abierto donde los propietarios pudieran sentir la naturaleza a sus pies. Creo que el reto está más que conseguido ¿no os parece?

Imágenes: Tatjana Plitt para Bent Architecture 

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Un rancho para 350 macetas

Quizás pensabais que esta semana escribiría un post sobre el Black Friday, la realidad es que es algo que he hecho durante muchos años y que incluso a algunos miembros de mi familia, les ha servido para comprarme los regalos de navidad. Solía publicar cosas que necesitaba y ellos aprovechaban el momento, así siempre acertaban. Este año es distinto, he subido algunas stories en Instagram, por si alguien tiene especial interés o necesidad en este momento, pero esto es todo lo que voy a hacer.

Estoy bastante saturada de este consumismo sin sentido, el comprar por comprar, no sé a vosotros, pero a mí me ponen la cabeza como un bombo y ya no sólo un día, el Black Friday se ha convertido en un mes completo de ofertas. Tanta publicidad me agota. Lo dicho, que paso de las compras y vengo con uno de esos «home tours» que tanto me gustan y me traen mucha más inspiración.

Cuando buscamos casa siempre ha de cumplir ciertos requisitos que, en cada familia son diferentes. Normalmente nos fijamos en los metros cuadrados, número de habitaciones, en la luz, la orientación, la zona donde está situada… cosas así. ¿Os imagináis comprar una vivienda con la premisa de que ha de poder albergar 350 plantas en macetas? Pues aquí tenéis el ejemplo.

La casa pertenece a RJ Guillermo y Francis Aquino, que tras adoptar a su primer hijo Jordan y embarcarse en la adopción de su hermana también, buscaron una casa familiar donde establecerse con su familia humana y vegetal ;-) Encontraron esta casa de estilo rancho en Los Ángeles, era de 1951 así que necesitó una rehabilitación. Por suerte, sus carreras les dieron la habilidad para poder acometer ellos mismos las reformas. RJ es fotógrafo de arquitectura y Francis diseñador de espacios de trabajo, por lo que asumieron los roles de contratista y diseñador.

Antes, el exterior estaba pintado de azul con detalles en blanco, lo cambiaron por un revestimiento más elegante conformado por listones de madera. Dieron mucha importancia a las conexiones entre interior y exterior, así como a la comunicación entre espacios interiores, antiguamente cerrados en compartimentos más pequeños. Como gran coleccionista de plantas, era imprescindible abrir grandes ventanales para dejar que la luz lo inundara todo, de lo contrario las plantas de interior no recibirían la luz natural suficiente como para sobrevivir.

En la antigua vivienda, cocina y salón estaban separados en dos habitaciones distintas, decidieron tirar la pared que separaba ambos espacios para que quedaran conectados. La cocina además tiene puerta acristalada con salida al jardín y esa misma pared de la puerta, en su parte superior, no está cerrada, sino que lleva cristal, por lo que la iluminación natural está asegurada. En el salón, instalaron también una nueva puerta acristalada en forma de acordeón que asegura más luz en esta estancia, antes insuficiente para todas las plantas de interior, además mejora el acceso al patio trasero.

El gran patio es el alma de la casa, tiene espacio para todo. Por un lado, hay una zona de juegos para los niños, también una piscina de Tipsy Tank y una gran pérgola, diseño de los propietarios, donde además del comedor exterior se exponen cuidadosamente todas las plantas de Francis. Al ser un espacio tan grande, está zonificado. La parte de salida al jardín con revestimiento de madera para exterior, el césped es la zona más amplia, el camino que lleva al comedor incluye una pasarela con losetas de piedra para hacerlo más accesible y el propio comedor, está sobre una gran pérgola de madera.

El interior, además de clásicos del diseño, se viste con piezas de diseñadores filipinos como Rhea Carlisle y Jun Tan, porque vivir en Los Ángeles no significa perder sus raíces filipinas. Algo sobre lo que estoy cien por cien de acuerdo.

Imágenes: RJ Guillermo para Dwell

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Zen Architects

Esta casa me ha hecho viajar al pasado y no porque tenga un aire antiguo precisamente, pero tiene dos elementos que me han transportado a mi infancia. La primera ha sido ver esas robustas paredes revocadas de manera irregular que me han recordado a las que había en el colegio, aunque aquellas, además, tenían piedrecitas incrustadas con las que haciendo un poco el burro, me destrocé un dedo y se me cayó una uña (mi mano volvió a su ser, pero el recuerdo está ahí). Y el segundo pensamiento ha venido al ver en la biblioteca el Summa Artis ¿Quién no ha tenido o tiene aún en casa de sus padres esta mítica enciclopedia? En casa de mi madre está y me ha hecho gracia encontrarla en los estantes de esta casa. Estas dos tonterías, sumadas a que la vivienda es un espectáculo, me ha hecho traerla hoy por aquí.

Está situado en Mount Eagle Estate, una zona protegida al noreste de Melbourne, Australia. De gran importancia histórica, planificada y diseñada por Marion Mahoney y Walter Burley Griffin en 1915. La nueva construcción realizada por Zen Architects, debía seguir, por tanto, los estándares patrimoniales de vegetación, paisajismo y sostenibilidad del entorno. Ya existía entonces una vivienda que no se adaptaba a las necesidades de esta familia compuesta por un matrimonio y cuatro hijos. Decidieron empezar de cero puesto que ellos habían evolucionado también, con sus hijos ya mayores y la presencia de nietos, necesitaban más espacio y una disposición diferente para adaptarse mejor a las circunstancias.

Ahora la casa es de una sola planta, adaptando la movilidad para poder envejecer en ella. Se ha cuidado mucho la parte de sostenibilidad, en cuanto a los materiales utilizados, todos son naturales, reciclados y de proximidad. La eficiencia energética, también se aprecia en detalles como las ventanas, algunas estrechas y alargadas (que otorgan intimidad), otras como las salientes con capota (orientadas al norte) permiten la máxima entrada de sol en invierno mientras que, en verano, lo excluye. Otras ventanas, dejan entrar literalmente al jardín en el interior.

Los adoquines del suelo de pizarra Castlemaine, continúan desde el exterior hasta el interior por los espacios comunes, facilitando el mantenimiento. Al igual que sucede con las vigas de la pérgola del jardín que podemos encontrarlas también discurriendo por la entrada, la cocina o la biblioteca.

El mobiliario, elegido en consonancia, sigue un patrón tranquilo y minimalista con la madera como protagonista. En la cocina, realizada del mismo material, tengo el firme propósito de descubrir de dónde es la lámpara colgante sobre la isla (no puede gustarme más). El arte rompe aportando colorido y movimiento en un ambiente más bien plano. Por supuesto lo de plano no cuenta para la librería, allí los libros ya tienen esa función, además de la antigua mesa de despacho con vistas al jardín, maravillosa también ¿puede haber lugar más idílico para trabajar?

Si os dais cuenta es aquí en el despacho y en los dormitorios, donde el suelo ha cambiado, una tarima de madera se encarga de avisar que estos son espacios de retiro y por tanto de mayor confort. En el baño volvemos al mismo concepto que la cocina, muebles de madera con finas encimeras de cemento pulido (en este caso, al igual que el suelo, que funciona muy bien para zonas húmedas).

Y por último tenemos el jardín, lo más importante de la casa puesto que todo el proyecto gira en tono a él. Como dicen los arquitectos del proyecto: » el paisaje crecerá dentro, alrededor y sobre la casa con el tiempo « .

Imágenes: Derek Swalwell  yZen Architects

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Vuelta a la primavera…

«Aunque no esté escrito en ningún libro, hay un tipo de primavera que se llama Ibiza» Así comienza Susanna Cots explicando la filosofía de este proyecto. Y cierto es que si hablamos de las islas, rápidamente nos viene a la cabeza las eternas horas de sol, la playa, los chiringuitos y la vida bucólica, por mucho que sepamos que hay otra realidad, como en cualquier parte. Días de lluvia y frío, de monotonía, de trabajo, etc. Pero a mí, particularmente, me gusta más pensar en la lúdica.

Aunque no lo parezca esta casa viene de ser un lugar frío y oscuro. La apertura de ventanas y la construcción de pasillos acristalados fue determinante para dejar entrar la luz y toda la naturaleza que rodeaba la vivienda. Incluso un pequeño anexo a ella (la casa de invitados) se unió a la matriz a través de un pasillo de cristal.

Las simetrías juegan un papel importante, cocina, salón y cuarto de estar se alinean dando a la planta principal continuidad y los grandes cerramientos de cristal permiten comunicar el interior y el exterior a demanda. Elementos como la chimenea del salón, pueden ser utilizados también por su cara exterior, pudiendo disfrutar de ella por el porche exterior.

La entrada ya es una declaración de intenciones. Siempre me gustaron así, tan bellas que una simple mesa auxiliar redonda y un jarrón, son capaces de llenar todo un espacio. Pero no os equivoquéis, se necesita más que eso para que ésta se vea resultona, en este caso un suelo de madera colocado en espiga, una pared panelada (con el plus de la sorpresa del aseo en negro, efecto Wow total), una escalera con una iluminación muy estudiada… en fin, todo cuenta.

La cocina y el comedor ocupan un gran espacio alargado. Este último, se ha zonificado gracias al techo de vigas vistas en madera, a tono con el resto de los muebles y piezas en fibras naturales. La cocina además, posee una gran isla con zona de asientos para desayunos o comidas informales. Tras el comedor, encontramos una sala de estar con un gran televisor que, gracias a sus enormes ventanales, puede abrirse a demanda para comunicarse con el exterior, donde encontramos un banco de obra de estilo mediterráneo y una fuente. Además de los ventanales, su techo también es de cristal.

Al igual que la planta baja está concebida para el uso y disfrute en familia, la primera planta es todo lo contrario, se busca privacidad. El dormitorio principal ha copiado la idea del salón y su chimenea puede disfrutarse tanto desde la habitación como desde la ducha, doble confort. Cuenta además, con otros dos dormitorios que comparten baño completo. En esta planta, encontramos una habitación más que hace las veces de despacho y zona de juegos.

Y la guinda del pastel, en el jardín. Un maravilloso invernadero para sacar todo su potencial al exterior, incluso en invierno, porque aunque ya sabemos que en Ibiza siempre es primavera, también hace frío de vez en cuando ;-)

Imágenes: Susanna Cots

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La casa de Carmen Osorio…

La semana pasada no aparecí por aquí, me fui de puente. Nuestra idea inicial era ir a Gijón y Oviedo, pero realizaron una pequeña intervención a mi hija pequeña y finalmente nos fuimos al pueblo. El plan ha quedado post puesto para noviembre.

Casualmente a las afueras de Gijón, está la casa que os traigo hoy. No sabía de quién era hasta haber escrutado cada foto y en la última, ahí estaba ella, Carmen Osorio, periodista a la que sigo y admiro desde hace muchos años, primero a través de su blog, en el que comenzó a escribir en 2013, luego por Instagram (donde ya había enseñado algunos espacios de su casa, pero ya conocéis el maldito algoritmo y hacía tiempo que no sabía de ella), ahora también escucho sus podcasts cuando me da la vida. Ya sabía que Carmen tenía estilo y su casa sólo ha venido a corroborármelo.

En ella vive con su marido y sus cuatro hijos, y si estáis pensando cómo narices hace con cuatro criaturas para tener todo tan ordenado, pregunta que se repite en su cuenta de IG una y otra vez, cuenta que para hacer el reportaje de la casa tan sólo con el salón tardaron unas 5 ó 6 horas en realizar el estilismo y poner todo en orden, y eso que tiene la suerte de contar con un cuarto de juegos por lo que el salón más o menos lo mantiene despejado. Aquí no hay trampa ni cartón, las casas son para vivirlas. 

Carmen y su marido Chema, encargaron la reforma de esta vivienda unifamiliar de 240 metros cuadrados, a la interiorista Mar Vidal . La casa está dividida en tres plantas compuestas por salón, comedor, cocina, zona de lavado, cinco dormitorios, despacho, sala de juegos para los niños, terraza y jardín con piscina. Además de la intervención de la interiorista, Chema como arquitecto, estuvo muy presente en la toma de decisiones para ejecutar la obra, así, hubo elementos originales de la casa que decidieron conservar como las puertas, la de entrada y las correderas del salón que venían coronadas por unas bonitas molduras de escayola. También la doble altura presente en el salón, había un escalón que decidieron mantener, le daba presencia y es una manera de separar ambientes sin barreras visuales. Cambiaron la chimenea de sitio, enmarcándola entre los dos grandes ventanales desde donde se ve el bonito paisaje asturiano (casi que parecen cuadros). 

Materiales nobles y atemporales como el porcelánico, los hidráulicos o los papeles pintados, se mezclan con muebles heredados y otros de firmas tan conocidas como Zara Home, Habitat, Sklum, Alhambra Internacional, H&M Home o Pepe Peñalver, y hacen de esta casa un refugio para ser vivido y compartido por una familia numerosa, donde cada uno tiene su espacio y a su vez, donde todos pueden compartir momentos en familia.

Me encantaría saber de quién son esos dos preciosos cuadros del salón que nada más verlos me han teletransportado al mar. Si alguien lo sabe, que se pronuncie por favor.

¿Alguien más por aquí que siga a Carmen en redes?

Fotografía: fhe.es para Elle Decor

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Un coqueto piso en Vitoria…

Me doy cuenta de que soy un poco cambiante respecto a lo que os enseño, paso de las súper casas a las mini cabañas (como la de la semana pasada), como si no hubiera término medio, cuando en realidad los pisos en torno a los cien metros cuadrados son la inmensa mayoría. El que estén bien aprovechados o no, tengan reformas acertadas, o incluso sean bonitos o feos, eso ya es harina de otro costal, pero la realidad es que representan la mayoría. Así que hoy me he detenido en uno de ellos, con una rehabilitación bien resuelta.

El proceso de reforma y decoración lo llevó a cabo OE arkitektura fundado por Oihane Eguren. En origen el piso constaba de tres alturas, pero la última se segregó, quedando dividido en dos. El reto era crear un espacio en calma, neutro y lleno de luz, algo que la antigua escalera de corte tradicional y con madera de Iroko hacía imposible, ya que suponía una auténtica barrea visual en el centro del salón.

Se modificó dicha escalera añadiendo barandillas de cristal y los peldaños (que ofrecen más funcionalidades, como asientos extras o baldas), se unificaron con el mismo tono de madera del resto de la vivienda, tanto suelos, como baldas del salón, incluso mobiliario, cocina o la zona de dormitorios. Ahora todo sigue una continuidad visual enfatizada por el uso del color en los textiles (los blancos y tierras).

Parte de las piezas de mobiliario son de obra, pero muchas otras son de firmas muy conocidas y no excesivamente caras, lo normal para una pareja que está empezando. Así, encontramos en el salón el sofá Singa de Kave Home o las mesas auxiliares Jeanette, de la misma firma. El mueble de la televisión se hizo a medida, los textiles son de Costa Massana y las plantas de Margarita me llaman. La alfombra es de Leroy Merlin. En frente, encontramos el comedor con mobiliario de nuevo, de Kave Home.

La cocina es uno de mis espacios favoritos, de Dica cocinas. La mezcla de mobiliario en blanco mate, en su parte inferior, con los muebles superiores de Olmo y la encimera blanca con veta en gris, es un acierto total. Da continuidad al resto de la casa y hace de esta cocina un remanso de paz, además de tener el privilegio de estar bañada de luz natural que entra por la ventana que se encuentra al lado del office. Este está compuesto por la mesa Rönninge de Ikea y sillas modelo Esta de Maison du Monde.

El salón/comedor, con la escalera como protagonista, son las zonas que se han dejado abiertas en la casa, sin embargo y a pesar de que la cocina se mantiene como espacio independiente, al igual que dormitorios y baños, todos mantienen un mismo hilo conductor gracias a los materiales utilizados y al color.

En el dormitorio nos encontramos con un bonito cabecero tapizado de Kenay Home, el modelo Flen. Le acompañan las mesillas Hegas de la misma firma, cuyo acabado en madera sigue el mismo patrón del resto de la vivienda, sobre ellas, lámparas Lombok también de Kenay. El look lo completan unos sencillos textiles blancos con cojines en tonos verdes que aluden a la naturaleza, al igual que las plantas, que no faltan en ninguna estancia de la casa, ni siquiera aquí en el dormitorio.

Los dos baños persiguen también un estilo natural, ambos con muebles en madera hechos a medida y encimera porcelánica. Los lavabos sobre encimera son de Roca. Se les ha añadido el toque negro en griferías y mamparas, esto se repite en otros elementos de la casa (como apliques, grifería en la cocina, adornos…) que unifican más, si cabe, el conjunto. Para los azulejos en uno de los baños, se le ha dado un toque Wow y nunca mejor dicho, porque así se llama la firma. Son los azules, colocados en la ducha en vertical, aunque se pueden poner en múltiples posiciones (particularmente me encantan colocados en forma de espiga). Sobre ellos, hablo con conocimiento de causa, los utilicé en una obra y quedan realmente espectaculares.

¿Qué os parece el piso? Para mí es sereno, confortable, con el tamaño ideal, alegre por su luz, y si ya tuviera una pequeña terracita, por favor que me lo envuelvan para llevar:-)

Imágenes: OE Arkitektura

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