Leanne Ford Interiors

Pretender que una vivienda siempre sea igual no tiene sentido, porque nuestras necesidades van cambiando con el tiempo y nuestros gustos evolucionan. Esto es lo que le ocurrió a la interiorista Leanne Ford con su casa de huéspedes en Pensilvania, en dos años pasó de ser un lugar rústico, en tonos tierra, con muebles antiguos y papeles pintados, a un lienzo en blanco.

La primera versión fue decorada para alojar a su cuñada durante un tiempo, así que buscaba algo muy acogedor para ella. Si pincháis aquí descubriréis cómo era la casa entonces. Para seros sincera, cuando la he visto, he pensado que tenía más carácter que la nueva, más alma, pero como he dicho antes las necesidades cambian y con ellas, nuestras casas.

En cuando su cuñada se mudó, Leanne realizó el cambio. Se trataba de simplificar y convertir este espacio en su estudio manteniendo a su vez, la función de casa de huéspedes. Para ello realizó ciertos cambios que, aun no siendo muy significativos, dieron un aspecto completamente distinto a la vivienda.

Lo primero que hizo fue abrir el espacio en la planta inferior. Donde antes había una habitación ahora hay dos sofás realizados con colchonetas apiladas, de tal manera que si se queda alguien a dormir hay capacidad hasta para cuatro personas. Las fundas de los colchones son de Crate & Barrel. También se deshizo de las baldas de la cocina ya que, siendo ahora un estudio, no necesitaba tanta capacidad de almacenaje en ese espacio.

Todo avance tiene renuncias, a veces difíciles de gestionar. Una de ellas fue decir adiós al papel pintado, e incluso a los colores tierra (que se mantuvieron en algunas zonas exteriores para no eliminarlos del todo). La suerte es que había muchas piezas antiguas que seguían encajado como sillas, taburetes, el sofá, las lámparas o los cuadros. Tener un gusto muy definido en este caso, jugaba a su favor, ya que todas sus adquisiciones en cuanto a mobiliario siguen una misma línea y aunque haya cambios, siempre hay lugar para volver a recolocar esas piezas o incluso almacenarlas para futuros proyectos.

Para unificar todo el conjunto, la interiorista pintó las paredes, el techo y las molduras en Blanco Natural de la firma Behr, dándole ligereza al espacio. Para vestir el suelo de las escaleras se le ocurrió comprar alfombras de sisal y graparlas al suelo, una forma original y más económica que hacer una moqueta a medida.

En este nuevo espacio carente de color, lo que llama la atención es el mobiliario, las texturas y la creación de rincones cuanto menos singulares. Me encanta la mesa camilla con la silla tipo Thonet del dormitorio principal, o el espacio bajo la escalera donde la interiorista ha creado un lugar de refugio que simula una pequeña casita, para su hija. También el precioso lavabo de pedestal negro del cuarto de baño, es de Noodco, y cómo se han revestido las paredes tapando el azulejo con un micro cemento de Surecrete Design que le otorga textura. El comedor es otra de mis zonas favoritas, mesa y sillas de Eneby Home, así como el banco tapizado con tela Bouclé de la entrada, de Crate & Barrel.

En definitiva, estamos ante un manto blanco donde la interiorista ha conseguido un espacio sereno y calmado, un lugar idóneo para crear.

Fotografía: Erin Ash kelly para: Domino Mgz

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Cierro por vacaciones…

Ha llegado la hora de desconectar unos días, quizás no totalmente de redes, pero al menos sí del blog, así que este será mi último post hasta que termine el mes (a no ser que me salga algún compromiso de post patrocinado o post invitado, como el anterior que acabo de publicar hoy, esos hay que sacarlos sí o sí, porque son los que dan de comer).

Pero antes de decir hasta luego, quería dejaros con una recomendación. Para el que esté por la zona, no os perdáis el Desembalaje de Torrelavega. Es una pena que hace tan solo dos semanas haya estado en Cantabria, justo en esa zona. Siempre quise ir a este desembalaje por la gran fama que tiene y ya son varios los veranos en los que coincide que algún fin de semana estoy por allí, pero nunca en la fecha indicada. Así que como sé que es una zona muy concurrida en verano, si tenéis ocasión, yo no me perdería este increíble mercado donde podéis comprar piezas de anticuarios, almonedas, tiendas retro y vintage de todo el país. Empieza este viernes día 4 de agosto, hasta el domingo 6. En este enlace os dejo toda la información, lugar, dónde comprar la entrada (5 euros por persona y día) y las 79 firmas participantes de todas las provincias españolas.

¿Os lo vais a perder? Echad un ojo al tipo de piezas que os podéis encontrar y decidme si no os entran las ansias como a mí, yo estoy por hacerme otra escapada a Cantabria :-)

Y con esta recomendación os dejo, seguiré contando cosas por Instagram, así que espero veros por allí. Tengo muchos tuneos deco que hacer en mi casa del pueblo, a ver si puedo ir subiendo cosas para que lo veáis, luego me podéis acompañar a las paradisiacas playas de Portugal, donde simplemente, me tiraré a la bartola.

¡Felices Vacaciones!

Imágenes: Facebook Desembalaje Cantrabria

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De escuela rural a vivienda

A estas alturas de la vida del blog, sigo encontrando interioristas a los que admiro y que curiosamente, no habían pasado por aquí. Tanto buscar fuera de las fronteras, cuando tenemos lo mejorcito en producto nacional. En este caso me refiero al bilbaíno Mikel Larrinagacuya trayectoria profesional cuenta con más de 40 años. Importante también que sepáis que tiene un perrete adorable, que bien podría ser el hermano mayor de mi Titi y que se llama Pantxo :-) Esto nada tiene que ver con interiorismo, pero une mucho, qué demonios.

El proyecto que veréis hoy es una antigua escuela situada al norte de Burgos, allí donde las casas de piedra y teja se mezclan con el Románico más puro y animan a conservar el espíritu de las construcciones de antaño. Larrinaga quiso transformar la escuela y convertirla en vivienda pero recuperando los elementos arquitectónicos originales, como ventanas, vigas, el suelo,… todo data de 1936. Lo combinó a su vez, con elementos industriales (el ejemplo más obvio es la cocina) y colores neutros que transmitieran paz. El toque final, como en casi todos los trabajos del interiorista, fue una acertada mezcla con piezas de brocantes y antigüedades.

Ya en la entrada podemos ver una gran composición de láminas procedentes de un herbolario que datan de los años 60, toda una declaración de intenciones. En el comedor destaca la imponente visión de la vitrina, las sillas se compraron en un brocante de Francia y la mesa de corte antiguo y campestre, en Isabel Madinabeitia.

El salón se divide en ambientes, el comedor hacia un lado, la zona de estar y por otro, con la tarima elevada tal y como estaba en la escuela, una pequeña zona de estudio. En ella, tanto la mesa como la silla de hierro también son antigüedades. El salón, además, comunica con la cocina y un baño. Al entrar en la cocina, un imprescindible, porque ¿quién puede vivir sin pizarra en la cocina? (yo desde luego tengo una en mis dos casas), ojalá fueran como la de esta vivienda, se trata de la pizarra que encontraron en el aula de la antigua escuela, la idea no me puede gustar más. Bajo ella, una mesa de oficio adquirida en una feria de antigüedades de Francia. Respecto a la pared de enfrente, se ha respetado su aspecto original de piedra. Los muebles de acero de Ikea crean un gran contraste y para suavizar, un precioso vajillero procedente de la India, mantiene toda la loza a mano y a la vista.

En la planta superior se encuentra el dormitorio, vestido con ropa de cama de Zara Home y cojines de Vap Decoración. Aquí también encontramos antigüedades como las mesillas, de Antigüedades Cerrajería, los apliques son de Susaeta. Vemos que el suelo en el piso superior se ha sustituido por baldosas de barro artesanales, en lugar de madera.

Seguimos por el baño, incluso aquí las piezas singulares y la antigüedades siguen haciendo acto de presencia. Lo que más llama la atención es el maniquí, procede de China y lleva puntos de acupuntura. Por otro lado, el mítico taburete Tolix, versión original de un desembalaje francés. Los apliques son de Luz Bilbao y lo más sencillo el espejo, que es de Ikea.

Pero si algo llama la atención en esta casa, es su patio. En origen era una ruina adosada a la escuela, que en los años 70 se convirtió en pajar. Ahora permite tener una zona de porche con comedor más la de estar, y otra de exterior. En la zona de porche, un retablo antiguo preside el espacio de estar, con muebles recuperados de un bazar. En el otro extremo, encontramos un comedor con mesa procedente de un anticuario y sillas de brocante, junto a éstas, una cocina de obra con barbacoa.

Sé que Burgos no se caracteriza precisamente por su buen tiempo, pero en los días soleados, aunque fríos, y durante el verano, ese patio es oro puro. ¡A mí no me sacarían de ahí!

Fotografía: Montse Garriga para Elle Decor

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La cuenta atrás para el verano

Ha comenzado la primavera y, como si de La Vecina Rubia se tratase, llevo la cuenta atrás para el verano, de ahí que haya titulado mi post igual que su primera novela (que, por cierto, si no la habéis leído os la recomiendo). Quizás todavía tengan que llegar días de frío, pero lo peor ya ha pasado. Se nota que no me gusta el invierno, ¿verdad?

Estoy deseando que llegue mañana ya que pisaré la playa por primera vez este año, me muero de ganas de ver el mar y si la temperatura del agua lo permite, también de bañarme. Es contradictorio que no soporte el frío y sin embargo cuando se trata de nadar, aguanto lo que me echen.

De ahí que hoy os traiga una vivienda con vistas al mar, es mi manera de ir abriendo boca. Se sitúa en Jávea y es la casa de vacaciones del interiorista Carlos Serra, propietario del estudio de interiorismo Mercader de Indias. Tras veranear en esta localidad alicantina durante su infancia, decidió buscar una casa para poder disfrutar de las vacaciones con propia su familia.

La vivienda sufrió una transformación completa para adaptarla a las necesidades familiares, espacios abiertos y bañados de luz, gracias a un blanco que lo inunda todo. En la planta baja, el blanco se han combinado con maderas, piedras, verdes, etc. tonos que, de una manera u otra, nos recuerdan a la naturaleza. Mientras que, en la planta superior, distintas gamas de azules toman el protagonismo, réplica del mar que se observa a través de las ventanas.

Respecto a la decoración Carlos Serra ha hecho un gran trabajo, gracias a su tienda Mercader de Indias, la casa goza de mobiliario de distintas partes del mundo: Marruecos, China, Senegal, Filipinas… lo combina con obras de arte, antigüedades y otras piezas de madera o fibras naturales. Otros muebles sin embargo, son hechos de obra, como la cocina o las repisas de los baños, sencillos y funcionales. Por la vivienda encontramos distintos elementos originales y que le otorgan mucha personalidad, véase el salpicadero de baldosa hidráulica antigua marroquí de la cocina; o la alacena del comedor, fabricada con puertas antiguas chinas y en la terraza, tres grandes tinajas de aceite antiguas.

El dormitorio principal tiene otra singularidad, la cama se apoya sobre un escritorio de obra, a modo también de cabecero. La iluminación que apoya sobre dicho escritorio da servicio tanto a éste como a la zona de descanso y dos banquetas procedentes de Túnez, son el asiento perfecto para completar el conjunto, no restan visibilidad pudiendo esconderse bajo el escritorio cuando no son utilizadas (aunque son tan bonitas que en mi opinión, es mejor dejarlas que asomen un poco para ser vistas). En el baño, un cerramiento de cristal separa la ducha interior de la exterior. Fuera, destaca la celosía obra de Patricia Urquiola para Mutina.

En todos los dormitorios de la planta superior, los textiles son los auténticos protagonistas con el azul como color predominante, haciendo referencia al mar. El baño de las niñas se ha realizado con una encimera de obra que sirve como soporte a un lavabo de cerámica marroquí, el cesto de rafia le da un toque de calidez al conjunto. Junto a estos espacios, encontramos también una sala de estar donde unas colchonetas marroquíes en color azul sobre una base de obra, hacen las veces de sofá. El toque divertido y colorido de la habitación, lo aporta la colección de máscaras mexicanas.

Y pasamos al exterior, seguramente el lugar donde pasen más tiempo de la casa. Nos encontramos un maravilloso porche con dos daybeds procedentes de India, junto a ellas, dos hamacas de caña y bambú de la firma Tine K Home y para cerrar el conjunto, las tres tinajas de aceite antiguas de las que os hablaba antes.

Yo con esto ya he abierto boca para mi fin de semana malagueño, mañana a estas horas y si Dios quiere, estaré mirando al mar…

Imágenes: Mercader de Indias y Elle Decor

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Un precioso loft en Manhattan

Hoy cambiamos el campo por un loft situado en un edificio de finales del Siglo XIX, una antigua fábrica rehabilitada en el West Village, Manhattan (Nueva York). Los encargados del proyecto fueron el arquitecto Jon Powell y el interiorista Bachman Clem, cuya premisa fue buscar espacios abiertos, informales y acogedores, lejos de la construcción barroca y compartimentada de la anterior vivienda de los actuales propietarios.

Todo el sentido de la reforma lo dio el techo que se encontraba tapado bajo montañas de yeso. Al descubrir el tesoro allí escondido, estaba claro que había que dejarlo a la vista, pero costó seis meses averiguar si tendrían la cantidad suficiente de ladrillo para reemplazar aquellos que estaban deteriorados, una vez vieron que era factible, arrancaron con el proyecto y la idea en base a la cuál ahora, giraría la vivienda.

Para simplificar y conseguir espacios abiertos, la cocina, el estar y el comedor, comparten un mismo espacio permitiendo así, que invitados y propietarios puedan interactuar entre sí. Junto a la cocina, se realizó una pequeña biblioteca y sala de estar, que se separó mediante un cerramiento fijo de acero y cristal para preservar la intimidad, un espacio para desconectar con un buen libro o ver la tele. Para equilibrar la fuerza del ladrillo, se han utilizado colores tierra tanto en textiles como en paredes, que han sido revestidas con yeso veneciano también en color beige.

La iluminación fue otro reto que se resolvió con tiras de led adosadas a las estructuras de acero que recorren la base de cada arco y algunos focos empotrados que iluminan zonas puntuales.

Para separar los espacios de día y de noche, está el recibidor, por cierto, de los más bonitos que he visto en mi vida, la gran consola es guatemalteca de principios del Siglo XX. Una gran estructura de roble se encarga de esta misión, detrás están los dormitorios, zona de almacenaje, el tocador y el lavadero, también un despacho dentro del dormitorio principal donde se vuelve a utilizar panelados de roble como recurso decorativo. En este espacio y para restar peso visual, se ha separado el dormitorio del despacho con otro cerramiento de acero y cristal, tal y como se ha hecho en el cuarto de estar.

En los dormitorios se han permitido más licencias de color, aunque siempre con tonos empolvados como el azul grisáceo o el verde, menos en el aseo, donde se ha hecho un homenaje al ladrillo del techo y se ha utilizado un potente rojo de Benjamin Moore, color favorito de la propietaria. En las zonas privadas se decidió dejar los techos con el yeso existente.

Para el mobiliario, se buscaron piezas antiguas como la consola de la entrada que os mencionaba antes; colecciones de arte procedente de los propietarios; piezas vintage de diseñadores de renombre, como las butacas del salón del brasileño Sergio Rodrigues; muebles a media, como el gran sofá del salón o los cabeceros, las camas y el almacenaje de los dormitorios realizados por Bachman Brown Design,… todo ello, siempre buscando la correcta balanza entre lo minimalista, lo antiguo y lo industrial.

¿Creéis que está conseguido? A mí sólo el recibidor ya me ha conquistado.

Imágenes: JPA y Elle Decor

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¿Minimalismo neutro o color?

Esta mañana leía un post en la cuenta de Instagram de @antique_arte_y_deco sobre cómo introducir color en nuestra decoración. Si aún no les seguís os lo recomiendo, porque además de vender unos muebles maravillosos, ofrecen grandes ideas de cómo introducir este tipo de piezas con tanta personalidad en nuestros hogares.

Diría que hay una tendencia clara al minimalismo, pero no entendido como antaño – frío e impersonal – sino todo lo contrario. Ahora nos encontramos con espacios limpios, muy confortables, con elementos que recuerdan a la naturaleza sobre todo a través de las texturas (maderas, revestimientos, textiles, colores…) que hacen que esta forma de decorar se haya convertido en un verdadero boom. Lo que transmite, sobre todo, es una sensación de confort y paz infinita.

Pero por otro lado ¿Quién es capaz de renunciar al color para siempre? ¿a esas piezas que te hacen vibrar y decir «¡aquí estoy yo!» y que son protagonistas indiscutibles del espacio? Esas que cuando entras en una habitación acaparan todas las miradas, porque te cuentan una historia, porque depende del color que tengan van a definir el resto del espacio convirtiéndolo en elegante, retro, contemporáneo, infantil, natural,… o cualquier otro adjetivo que se os ocurra.

Todos tenemos temporadas en la vida, los gustos cambian o quizás son las situaciones las que te hacen cambiar. Estoy en un momento en donde sólo busco tranquilidad, así que confieso que estos espacios tan serenos y minimalistas me atraen un montón, cada vez quiero menos ruido visual, menos cosas, e incluso menos espacio, no quiero ser esclava de lo material. Un momento de mi vida donde claramente, menos es más. Os contaré una anécdota, mi cachorro se ha comido buena parte de los muebles del salón y la cocina, la gente me pregunta si no me da rabia con lo que soy para la decoración, no es que salte de alegría, pero el amor que recibo del perrete me compensa con creces las «rastas» que ha dejado en la tapicería de mi butaca francesa o la media alfombra comida del salón, por poner dos ejemplos. Quizás la pequeña también piense que menos es más y me está ayudando a redecorar :-)

Lo ideal para mí, sería tener un lienzo neutro para poder añadir una pieza en color, que no tiene por qué ser algo estridente, de esta manera no te cansas y el espacio se sigue viendo como algo minimalista. Para ello se puede emplear una pieza en verde (que nos recordará a la naturaleza) o en tonos como el negro, grises o azules oscuros (que sencillamente elevará la elegancia de nuestro espacio), de esta manera estaremos introduciendo color en alguna pieza focal, sin romper la armonía minimalista y neutra que queremos mantener.

En el post veréis un proyecto de 7 apartamentos construidos por Terreo Studio en Tulum (México) y al final del mismo, una cocina de inspiración rústica, pero muy sencilla y con una alacena protagonista en color azul, de Antique Arte y Deco. ¿Con qué estilo os quedaríais?

Imágenes: Dwell

El color en una pieza única y protagonista dentro de un ambiente neutro, es maravilloso. Realmente tiene muchísima más personalidad ¿no creéis? Es el combo perfecto.

Imágen: Antique Arte y Decoración

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Piso en Madrid de Luisa Olazábal

El 90% de la población hoy día, no invierte en mobiliario pensando en que le durará toda la vida, como lo hacían nuestros padres o abuelos, ya sea porque quizás la inversión es grande, o porque tal y como el mundo gira en estos momentos, hoy estamos aquí y mañana allá, así que la mayoría optan por amueblar sus casas con piezas más económicas y con fecha de caducidad. No estoy a favor ni en contra de lo uno o de lo otro, cada uno hace lo que puede con sus circunstancias. He visto casas maravillosas enteramente amuebladas con piezas de tiendas low cost, como Ikea, y otras bellísimas repletas de arte, antigüedades y piezas emblemáticas.

La casa que os enseño hoy va más por la segunda vertiente, es un proyecto de Luisa Olazábal de un piso en Madrid donde se ha buscado la excelencia, con acabados de alta calidad y piezas de su propio estudio o de diseñadores clave. Un piso para toda la vida.

En el salón destaca una bonita combinación de butacas. A la izquierda encontramos un gran sillón de B&B Italia al que le acompaña una clásica butaca de la firma Axel, tapizada en lino de Gancedo y dos sillones daneses con tela de Nobilis, todos ellos rodean una contundente y escultural mesa de Olga Copado. La interiorista se atreve también a añadir un marco español del Siglo XVII que no necesita cuadro en su interior ya que decora por sí solo.

Bajo un predominante espacio neutro, se introducen toques de color, como los veladores rojos de hierro del anticuario Miguel Arcas, o las lámparas de Original BTC, también el sofá de terciopelo azul. Rompe además la calma, el muro que da profundidad a la zona de estar, con un intenso verde esmeralda. Puede independizarse del comedor a demanda gracias a unas puertas correderas que existen entre ambos espacios.

El comedor y el salón está dividido por un aparador de roble alistonado, diseño de Luisa Olazábal, como la lámpara tipo Sputnik que cuelga sobre la mesa de comedor. Mirando de frente, lo que más llama la atención son las carpinterías, diseño también del estudio, a través de las cuales se accede a la cocina. Si os fijáis bien son dobles, las más cercanas al comedor llevan cuarterones de cristal, pero las de la cocina los llevan de espejo, lo que produce un interesante efecto visual. En medio de ambas cristaleras, encontramos dos sillas de jardín adquiridas en Cotanda Antigüedades.

En el centro de la cocina se ha dispuesto una zona para comer con una mesa de chapa, diseño de la interiorista, y sillas de House Doctor. En este espacio contrasta el estilo contemporáneo de la propia cocina, de líneas rectas, encimera de Neolith, grifería en negro de Blanco (todo diseño de Gunni & Trentino), con los complementos decorativos como un espejo de Carlos IV de Le Secret o una bandeja de níquel, ambos procedentes del estudio de Luisa Olazábal.

En el dormitorio se ha introducido más color mediante los textiles, que son los protagonistas. La pared del cabecero está enmarcada con un papel japonés de Phillip Jeffries, sobre la cama almohadones de Gastón y Daniela y plaid Rue Vintage 74. La alfombra es de KP. Y por último, llegamos al precioso baño, totalmente enamorada de este espacio. Con sus azulejos dispuestos en espiga, como marco para un mueble de roble ebonizado hecho a medida, con sobre de mármol negro Marquina. Los apliques y el espejo van a juego y son del estudio de la interiorista. Grifería de Ramón Soler.

La luz, el uso del color (pinceladas alegres sobre un fondo neutro), el acierto de las piezas, la belleza de las carpinterías,…sin duda alguna un proyecto de Luisa Olazábal que seguro, sobrevivirá al paso del tiempo y a las modas. ¡Me encanta!

Fotografía: Pablo Sarabia para Elle Decor

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Piso de dos dormitorios con grandes ideas.

Este es el piso del arquitecto Nicholas Potts en Washington, D.C, conocido por sus proyectos elegantes, majestuosos e incluso opulentos. Sin embargo, para su propia vivienda de algo menos de 90 metros cuadrados, aunque sí podemos hablar de cierto lujo y elegancia, a mí lo que me ha conquistado es el partido que ha sabido sacar a cada uno de los espacios, dejando despejadas visualmente las zonas que quería resaltar (como la chimenea, que ha convertido en punto focal) y aprovechando aquellas otras a las que quería sacar funcionalidad, como las de paso para montar librerías.

El piso es de 1920 y tenía una reforma previa que hubo que deshacer. Se habían abierto los espacios, pero con una distribución errónea que hacía parecer todo más pequeño, así que decidieron volver a retomar los orígenes devolviendo así, el carácter original de la vivienda. Pocas habitaciones y bien proporcionadas. Para acentuar ese carácter pusieron suelo de madera en forma de espiga por toda la casa, en los techos no hay recortes sino que terminan redondeados de tal forma que la vista se pierde haciendo parecer que son más altos, igualmente muchas de las puertas se remplazaron por arcos.

La cocina como veis es una estancia más, no está abierta. Al no ser muy grande y tener una sola ventana, la intención era no abigarrarla, así que se amuebló sólo la parte inferior. La superior se cubrió a media altura con un salpicadero de la marca ABC Stone, dejando el resto sencillamente pintado, lo que hace que parezca más amplia y desaparezca el ruido visual. En el centro se colocó una alfombra antigua de Frances Loom.

El cuarto de estar tiene todo lo necesario a pesar de no ser de grandes dimensiones. La chimenea se colocó como punto focal y esconde un secreto, oculta la televisión que se encuentra dentro de la repisa y sale gracias a un ascensor motorizado. De ahí que sea sólo una chimenea decorativa, si os fijáis bien en la foto, los azulejos blancos colocados en espiga que forman parte de la trasera de la chimenea están adelantados con respecto a la pared, eso es porque detrás de los mismos se encuentra el hueco que da cabida a la televisión. Si tenéis el ojo muy fino, también se aprecia en la parte superior, la rendija por donde sale el aparato electrónico. Sin duda una idea ingeniosa a la par que elegante. Para acompañar una chimenea tan especial, los clásicos del diseño hacen acto de presencia en el salón con piezas de Charlotte Perriand, Le Corbusier, o Serge Mouille, entre otros.

El segundo dormitorio se convirtió en despacho y biblioteca. La enorme cantidad de libros está inventariada como en las librerías, por temática (interiorismo, arte, historia, etc.) El reto era grande cuando llegaron a la casa, dar cabida a tal cantidad de libros no es tarea fácil así que construyeron un sistema de estanterías flotantes y redujeron el tamaño entre estantes logrando así, más espacio de almacenaje. Aunque este no es el único espacio dedicado a los libros en la casa, en la entrada se le destinó otro espacio, también en el dormitorio principal y en el pasillo.

El dormitorio principal, que es el que recibe mayor cantidad de luz natural, se permitieron pintarlo de un bonito azul grisáceo para compensar  la luminosidad del resto de la vivienda (el color es Inchyra Blue de Farrow and Ball). Al igual que las luminarias del comedor, las sutiles lámparas colgantes a los lados de la cama son de Michael Anastassiades.

El vestíbulo separa el comedor del baño, dos espacios que por lógica no deberían estar juntos. Para separarlos visualmente, al arquitecto se le ocurrió revestir la pared con un gran mural con motivos llamativos de tal manera que, al acercarte al comedor, la vista recae en él y no en el baño. El mural es de la firma Ananbo.

El baño es un resumen de la idea arquitectónica de este apartamento. No por pequeño siempre tenemos que ir al blanco, hay otros recursos que nos hacen agrandar los espacios visualmente, en este caso es el modelo Viola de mármol Calacatta en gran formato, cuyo dibujo se difumina en la pared haciendo que las esquinas se pierdan, los límites de la habitación se desdibujan y el espacio parezca mayor. Su brillo, así como los espejos, también ayudan a crear esta sensación. Aquí en el baño, es donde el arquitecto se ha quedado a gusto con la opulencia que le caracteriza :-)

¿Qué os parece el piso? Yo creo que es una maravilla llena de genialidades, el único espacio que no me va es el baño porque los revestimientos tan marcados ya sabéis que me cansan. Digo sí al Mármol Calacatta, pero con un diseño más sutil, por favor.

Imágenes: Livingetc

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Dimora delle Balze

Ha sido amor a primera vista. También lo fue cuando la empresaria de moda y profesional del diseño escenográfico, Elena Lops, descubrió esta granja del Siglo XIX y la adquirió. No sólo la convirtió en su casa, sino también en un hotel rural, Dimora delle Balze, donde además de descansar, se pueden hacer todo tipo de eventos.

Esta maravilla se encuentra en Sicilia, en una finca fortificada rodeada de 27 hectáreas de puro paisaje mediterráneo. Para su tarea de rehabilitación se apoyó en la diseñadora Draga Obradovic y en el arquitecto Stefano Guidotti.

El exterior disfruta de varias terrazas, porches, un mirador con vistas al Mediterráneo, piscina, solárium, patios cubiertos,… donde podemos ver un mix de culturas, pasado y presente, mobiliario de firmas tan contemporáneas como el sofá verde de Paola Lenti o las tumbonas y sombrillas de Kettal, que se ven delimitadas por grandes columnas clásicas que nos recuerdan la impronta de su pasado. Por otro lado, encontramos también piezas singulares que rompen y ponen el punto focal a una estancia, como la silla azul de la primera imagen, es portuguesa y fue restaurada por la diseñadora Draga Obradovic (sin duda una de mis favoritas de la casa). También muebles antiguos recuperados, como el sofá de forja de la segunda imagen o los apliques de la pared. Y en esa misma estancia, los farolillos, traídos de Marruecos.

La casa tiene varias habitaciones, todas ellas distintas. Cada una está bautizada con una de las obras de un siciliano ilustre vinculado a la literatura, a la pintura, el cine, la ópera,… de tal manera que, aquél que se hospede en la casa, pueda saborear la vivencia con todos sus sentidos. Así, encontramos habitaciones casi palaciegas con grandes y preciosos chandeliers restaurados, techos pintados en colores granates y dorados, que hacen referencia al Renacimiento. Otras van más allá, utilizando el dorado por completo en sus techos. Mientras, vemos el contrapunto en habitaciones mucho más sencillas, espacios que nos recuerdan al Mediterráneo.

Muchos de los elementos que decoran la casa, tanto a nivel arquitectónico como decorativo, tienen procedencia marroquí. Los azulejos de los baños son un ejemplo, también los pavimentos que recorren parte de los suelos, o la sucesión de platos azul índigo que se descuelga por la pared del vestíbulo.

Mención aparte merecen las luminarias, desde las más contemporáneas a las más clásicas. Sobre el comedor una de mis top en lámparas, siempre me ha encantado por su versatilidad y la cantidad de opciones de diseño que ofrece, la Wireflow, de Vibia, en el vestíbulo también se ha optado por lo moderno con la luminaria String Light, para Flos. En el pasillo sin embargo, sobre la mesa circular de nogal restaurada, podemos ver un maravilloso chandelier, diseño de Luca Turrini. También, como hemos visto antes, en varias habitaciones están presentes estas increíbles lámparas de araña que nos llevan a vivir en épocas lejanas.

¿No os animaríais a pasar una temporada en una casa como esta?

Imágenes: Elle Decor / Dimora delle Balze

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Sevilla tiene un color especial…

Quizás hoy esperabais un post sobre compras para San Valentín, reconozco haberlo hecho algún año, pero la realidad es que en esta casa no lo celebramos, como tantas otras fiestas que pensamos que son fruto de modas, de algo impuesto y del marketing que hay en torno a ellas, porque si estás enamorado lo estás cada día, no hace falta uno en especial para demostrarle a tu pareja lo que significa para ti. Es mi opinión, aunque por supuesto respeto a todo aquel que lo quiere celebrar, sobre todo porque celebrar, sea lo que sea, nos produce felicidad. Así que cada cual libre de hacer lo que le salga del corazón, y nunca mejor dicho.

A mí me sale traer una casa que tenía guardada en borradores desde hace muchos meses, que quizás os sorprenda o no os guste a todos, pero que seguro no os dejará indiferente. Lo que no me podréis negar tras verla, es que transmite muy buen rollo.

La vivienda se sitúa en Carmona, Sevilla, en un edificio Mudéjar del Siglo XVII. Las obras de rehabilitación estuvieron a cargo de José Manuel Caraballo y el interiorismo es de Javier González Sánchez-DalpDurante dichas obras, salieron a relucir grandes tesoros como una capilla y es que, éste había sido lugar de asentamiento de monjes Jerónimos durante el siglo XVII. En el patio también se encontró una cueva natural con columnas de mármol y piedra y su arquería original.

El interiorismo se completó con la más pura estética andaluza. Suelos de barro y piedra, paredes de cal, estucos, colores representativos de la tierra (verdes, blancos, rojos), complementados con bellas antigüedades mayoritariamente de los Siglos XVII y XVIII de distintas procedencias (Francia, Turquía, Marruecos, España e Inglaterra), pero sin llegar a caer en lo Barroco o el maximalismo, gracias al equilibrio estético con aquellas piezas de procedencia local.

El tour de la vivienda empieza en el patio interior con alberca, quizás mi lugar favorito de la casa. Allí podéis ver una gruta calcárea natural por la que se accede a un salón con bodega. Todas las columnas del patio también salieron a la luz tras la rehabilitación, estaban escondidas tras los tabiques de una antigua galería.

La zona de estar de la vivienda como veis en un mix de telas, texturas, cerámica, arte, bañado por una gran cantidad de luz natural procedente del patio. Allí conviven cerámicas de Talavera, cuadros de Luis Montes, Juan Fernández Lacomba, Carmen Larrañaga o el de gran formato, de Javier Sánchez-Dalp Marañón. Mezcla de estilos como las butacas del fondo (una francesa y la otra Isabelina), mesitas marroquíes y por supuesto, las tapicerías que son todas distintas, de Atelier 66 y María Terry. A mí al menos, me parece un «popurrí muy bien avenido».

Me encanta la zona donde se ha situado el despacho, a las espaldas del sofá y delimitado por los arcos, que lo separan visualmente. A la mesa rústica española de despacho, le acompaña un sillón de iglesia del Siglo XVIII y bajo ellos, una alfombra alpujarreña.

El pasillo es otro de mis espacios favoritos, una larga alfombra marroquí nos lleva hasta un antiguo armario de la misma procedencia, se combinan con una cortina turca que resalta las puertas blancas recuperadas. Ese pasillo es la antesala de lo que está por llegar, una cocina que te deja sin palabras. En verde y blanco con un frente de azulejos de Manises del Siglo XIX, sobre la viga una colección de cerámica popular española y en el centro del espacio, una mesa tocinera que acentúa el carácter rústico del espacio.

En el comedor volvemos a ver una representación de distintos países formando un mix perfecto. Telas francesas y argentinas, lámpara marroquí, sillones de mimbre artesanales y cerámica antigua. Cómo no, el arte sigue presente, esta vez a través de artistas sevillanos.

En el dormitorio, en lugar de ocultar las vigas se pintaron de verde para destacar el tejado a dos aguas. De nuevo las telas toman protagonismo, desde el cabecero entelado, al baúl en toile de jouy antiguo, las mantas de La Alquitara o la alfombra marroquí.

El dormitorio de invitados no puede ser más divertido, dos camas en laca china color rojo con dibujos goyescos del Siglo XIX, son las indiscutibles protagonistas. A los pies de estas, dos sillas francesas compradas en Ana Abascal y Patricia Medina. Las alfombras, llenas de colorido también, son turcas.

Y hasta aquí el tour de hoy. Me encantaría saber vuestra opinión, sé que es algo distinto a lo que suelo poner por aquí, pero estoy convencida de que hay que acostumbrar a la retina a ver cosas diferentes y no encasillarnos en un único punto de vista, quizás te sorprendas de cómo pueden variar tus gustos o aceptes nuevas ideas que hasta ahora ni siquiera te las habías planteado…

Imágenes: Elle Decor

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